Esta historia no estoy muy segura de si es muy acertada o si puede gustar. Sólo se me ocurrió la escena y la escribí. Por cierto, tengo dudas de si las fechas son correctas, así que si veis algún error en ellas, podéis decírmelo, que lo corrijo. Este capítulo está íntegramente escrito desde el punto de vista de Emily, me pareció más interesante, pero precisamente por eso pueden faltar explicaciones o detalles de algunas cosas, como explicaciones médicas o conversaciones entre el equipo, cuando ella no está presente. De continuarla posiblemente ya lo haga como con el resto de mis historias. Sería Demily, pero en realidad estoy más interesada en indagar sobre sus reacciones al conocer hechos que no recuerda al principio de la historia,y más específicamente estoy pensando en hacer algo con el arco de su amigo Matthew, e incluso hacer un enfrentamiento con John. ¿Os parece buena idea?. Gracias de antemano.
A TRAVÉS DEL ESPEJO
Se despertó sintiendo como si un martillo la hubiera golpeado en la cabeza. Abrió los ojos y la luz la cegó. Durante un buen rato intentó adaptarse a aquella claridad que le quemaba las retinas, y cuando por fin pudo hacerlo, miró a su alrededor. ¿Dónde diablos estaba?. Lo último que recordaba era que unos hombres se la habían llevado de la casa de la Toscana donde vivía con Ian desde hacía casi un año. No había reconocido a ninguno de ellos. No eran del equipo de la Interpol y parecían más matones que agentes. Se suponía que la avisarían cuando fueran a realizar la detención, pero evidentemente no había sido así. No había tenido noticias de Clyde desde hacía más de dos semanas y había empezado a preocuparse. Aquellos tipos no sabían que era una agente encubierta. La llamaban Lauren. Mientras la obligaban a subirse a un coche, de reojo vio como Ian la observaba desde el balcón. No parecía asustado. En realidad, no recordaba haberlo visto nunca asustado.
Indagó a su alrededor. Lo único que podía deducir con certeza era que estaba en un hospital. Trató de recordar. ¿Había intentando escapar?. Una vaga imagen de ella saltando del vehículo en marcha vino a su mente, ¿se había quedado inconsciente? No había otra explicación.
¿Estaría aún en Francia?. No podía calcular cuánto tiempo había pasado. Por lo que podía deducir, podría estar en cualquier parte del mundo. Se llevó la mano a la frente, y palpó lo que parecía una pequeña venda. Definitivamente se había dado un buen golpe en la cabeza. No debía estar detenida, puesto que sus manos estaban libres y por lo que podía comprobar, no había nadie más en la habitación vigilándola.
En cualquier caso, tenía que salir de allí. Posiblemente su vida corría peligro y tenía que contactar con Clyde cuánto antes. Se levantó, deshaciéndose de las vías que tenía en sus brazos, y se puso de pie apoyándose en la cama. Intentó dar un paso, pero todo comenzó a dar vueltas a su alrededor y sintió que perdía la consciencia.
Notó entonces unas manos sosteniéndola y alguien, ¿la misma persona?, llamando a voces a la enfermera. Una mujer, y hablaba en su idioma. ¿Estaba en el Reino Unido?, pero su acento no parecía de allí...
Una enfermera se acercó corriendo y entre las dos mujeres la volvieron a meter en la cama, a pesar de sus vanos intentos por impedirlo. Aún estaba demasiado débil. Cuando por fin cedió, fijó sus ojos primero en la enfermera, que se afanaba por ir de un lado a otro hasta que por fin salió por la puerta. Luego puso sus ojos en la otra mujer. Iba vestida de calle, y era rubia. Además, le sonreía como si la conociera. Emily la miró confusa. No tenía ni idea de quien era. ¿Una agente de las que se la habían llevado a la fuerza?, ¿Alguien del entorno de Doyle? ¿Un contacto de Clyde?. No podía confiar en nadie. Eso era lo único que tenía claro.
- Oye...Quédate tranquila, ¿de acuerdo?- Le dijo con suavidad- Te has dado un buen golpe.
La rubia intentó tomarla de la mano, pero Emily apartó la suya bruscamente. No tenía ni idea de qué iba aquello. La mujer la miró sorprendida.
- ¿Donde estoy?- Exigió saber.
- Estás en el Hospital- Le informó en voz baja- Te golpeaste en la cabeza al saltar del coche. ¿No te acuerdas de nada?
Emily abrió los ojos. Era evidente que aquella mujer aparentemente tan dulce trabajaba para quien quiera que se la había llevado. Se apartó de ella, todo lo que pudo, dado que seguía acostada en la cama.
- ¿Quiénes sois?, ¿Qué habéis hecho con Ian?.- La increpó con rabia.
Ahora era la rubia quien la miraba estupefacta.
- Emily, ¿No me reconoces?
¡¿Qué demonios?!. ¿Sabía su nombre real?. ¿O sólo le estaba tendiendo una trampa para que confirmara su identidad?.
- No sé a qué intentas jugar conmigo, pero no te he visto en mi vida- Le espetó furiosa.- ¿Estoy detenida?.
- ¿Por qué ibas a estar detenida?- Le preguntó desconcertada- Mira, Em...- Hizo una pausa dudando un poco- ¿Sabes quien eres? ¿Reconoces tu nombre?.
- ¡Sé perfectamente quien soy!. ¡¿Donde está Ian?!- Volvió a exigir en tono imperioso- ¡¿Qué coño habéis hecho con él?!. ¿Quién os envió?.
La rubia la miró durante un segundo. Parecía preocupada.
- Espera un momento... Vuelvo enseguida- Le dijo antes de levantarse y salir de la habitación.
Al cabo de un par de minutos, entró con un médico y una tercera persona que tampoco reconoció. Un hombre alto, con traje y corbata y rostro serio. Emily sabía perfectamente la consigna para estos casos. No dar ningún tipo de información sobre si misma. Debía mantener su tapadadera hasta estar segura de con quien trataba. Ante aquellos desconocidos, debía ser Lauren Reynolds.
Obedeció al médico cuando le pidió que siguiera la luz de una pequeña linterna. Se dejó auscultar y tomar la tensión.
- ¿Me puedes decir tu nombre y en qué año estamos?- Le pidió con amabilidad.
- Ya lo sabes- Le dijo ella negándose a colaborar más allá de las pruebas físicas,
El médico sonrió.
- Sí, es cierto. Yo lo sé- Admitió- Lo que quiero saber es si tú lo sabes..
Emily lo miró con expresión desconfiada.
- Lauren- Dijo al fin- Lauren Reynolds y estamos en 2.005...- Luego dirigió sus ojos hacia la pareja que parecía evaluarla con interés- Y no diré nada más hasta que no me digáis dónde estoy.
El hombre serio se acercó a ella, mientras que el médico se retiraba para pedirle a la rubia que saliera a hablar con él.
- Estás en Virginia- Le informó con voz firme y grave- Te llamas Emily Prentiss, y trabajas para la Unidad de Análisis de Conducta del FBI, en Quántico, desde hace cinco años. Estamos en 2012.
- No me creo una sola palabra de esa mierda- Le dijo cruzándose de brazos.
- Estamos en 2.012- Le dijo sin perturbarse en lo más mínimo. A continuación sacó su móvil y le mostró la fecha. Luego, sacó su placa y se la enseñó. Aaron Hotchner, y según parecía, decía la verdad.
Emily se sintió totalmente confusa. Aquello no podía ser cierto.
El hombre se levantó y se acercó hasta una silla cercana. Había ropa allí, pero no la reconoció como suya, para nada era su estilo. Rebuscó entre ella, y finalmente volvió con otra placa en la mano. Se la enseñó.
Tenía su nombre, Emily Prentiss, agente del FBI.
Abrió la boca atónita. No le salían las palabras.
- No me acuerdo de nada- Dijo al fin, totalmente incrédula. Finalmente, su preparación como agente encubierta pesó sobre lo que veían sus ojos. Si era cierto lo que decía, sabrian localizar a su jefe- Quiero ver a Clyde- Exigió.
- Está en el Reino Unido- Le explicó el hombre- Pero podemos llamarlo para que hables con él.
Emily negó con la cabeza. Se sentía totalmente aturdida. No era posible que siete años de su vida se hubieran esfumado así de repente. Su pensamiento derivó inmediatamente hacia Declan. Le había dado muchas vueltas a cómo ponerlo a salvo de todo lo que rodeaba a su padre. Había sido una auténtica sorpresa para ella descubrir que Doyle tenía un hijo, y no estaba dispuesta a que nadie lo utilizara como cabeza de turco. Pero no podía preguntarle por Declan. Su última idea para protegerlo había sido fingir su muerte. Si todo había salido como lo había planeado, nadie debía saber de su existencia.
- No...- Quiero verlo- Si es cierto que eres quien dices ser, conseguirás que venga. No hablaré con nadie más.
- Está bien- Cedió el hombre- Le llamaré. Será imposible que esté aquí antes de mañana- Le advirtió con gesto serio.
- Esperaré- Contestó ella encogiéndose de hombros.
El hombre salió de la habitación, dejándola sola. Durante el resto del día, uno a uno, fueron visitándola varias personas más, y todas se habían ido con expresión frustrada. Primero apareció otra rubia vestida con colores extravagantes. Emily jamás había conocido a alguien así, y si alguien intentaba convencerla de que trabajaba para el FBI, es que la creían más estúpida de lo que era; Luego un jovencito, con el pelo revuelto y que más que hablarle, la miraba desconcertada; Vino también otro hombre, que debía pasarse la vida en el gimnasio y que se empeñaba en llamarla princesa. Curiosamente sabía que le gustaba Vonnegut, pero ni por ahí consiguió que cediera; El último en visitarla fue un italiano, que la trataba como si fuera su padre. Emily no tenía buenos recuerdos de su padre, así que le resultó espeluznante.
Todos se empeñaron en intentar que recordara anécdotas que supuestamente habían vivido juntos, pero nada dio resultado.
No fue hasta el día siguiente, cuando apareció Clyde por la puerta. Pero no había entrado solo, detrás de él estaban el resto de personas que se habían dedicado a incordiarla durante todo el día anterior. La miraban como si fuera la atracción principal del zoo. Resultaba tremendamente incómodo.
Extendió sus brazos nada más verle, sintiéndose repentinamente aliviada.
- ¡Gracias a Dios!- Exclamó, mientras que dejaba que Clyde la estrechara entre sus brazos- Me estoy volviendo loca aquí.
- ¿Qué tal estás?- Le preguntó mirándola con curiosidad, al tiempo que tomaba asiento junto a ella.
- Según ellos- Señaló con la cabeza- Parece que he perdido siete años de mi vida- Le informó con ironía.
Clyde asintió con la cabeza, mirando de reojo al equipo de la UAC.
- Emily- Le dijo tomándole la mano- Ellos son tu equipo desde hace cinco años.
Emily lo miró confusa. Era lo que le habían dicho, pero el hecho de que Clyde se lo confirmara le generó auténtico terror.
- Lo último que recuerdo es saltar de un coche- Le dijo, y luego se acercó a él para susurrarle- En la Toscana...-Añadió confidencialmente.
Clyde le sonrió.
- No es necesario que susurres- Le explicó- Están al tanto de todo.
Ella frunció el ceño.
- ¿A qué te refieres exactamente con "todo"?.
Clyde suspiró resignado.
- A lo de Doyle. Saben que estuviste encubierta viviendo en su casa.
Emily dirigió una mirada al equipo, que seguían la conversación en silencio. Volvió a fijar sus ojos en Clyde.
- ¿Por qué iban a saber eso?.- Le preguntó, aún incrédula- Y por cierto, ¿dónde demonios te habías metido? No he sabido nada de ti desde hace dos semanas- Le reprochó sin darse cuenta del tiempo que realmente había transcurrido.
Clyde arqueó una ceja.
- Hace algo más de dos semanas en realidad- Le corrigió sonriendo ante la expresión de frustración de Emily- Y saben eso porque el año pasado se escapó de la prisión donde le metimos hace seis años, te secuestró y te torturó. Estuvo a punto de matarte, y tuvimos que fingir tu muerte para ponerte a salvo. Ellos- Añadió señalando al resto- Tu equipo, lo capturó seis meses después, y pudiste volver.
Emily intentó recordar. Pero su mente estaba aún en blanco. Era demasiada información para procesar.
- ¿Me torturó? ¿Ian? Ian nunca me haría daño.. ¿Por qué iba...?.- Se interrumpió asimisma repentinamente, ignorando las caras sorprendidas de los allí presentes ante su comentario. Conocía perfectamente a Ian. Si tenía que matar a alguien, lo hacía sin remordimiento alguno, pero no era de los que torturaban. Si lo había hecho con ella, debía tener una buena razón detrás. Emily solo conocía una.- ¡Dios mío!...- Jadeó con expresión de terror.
- Deduzco que sabes la respuesta- Le dijo Clyde con tranquilidad.
- Declan...- Susurró- Él... ¿Está bien?, Clyde, ¿le ha ocurrido algo?- Su voz temblaba.
- Está bien- Dijo la rubia. Se llamaba Jennifer, pero le había dicho que podía llamarla J.J.. Se acercó a ella y se colocó de pie, junto a Clyde- Emily, lo salvaste.
Emily suspiró tremendamente aliviada.
- ¿Está con Tom?. Había planeado dejarlo con él. ¿Fue eso lo que hice?.
J.J, afirmó con la cabeza, cruzando una mirada cómplice con Clyde.
Emily se mantuvo en silencio durante un par de minutos. Las preguntas se agolpaban en su mente, y necesitaba ponerlas en orden.
- ¿Y los demás?-Preguntó con cierta preocupación. Si Ian había ido a por ella, no creía que hubiera dejado a un lado al resto de los agentes que lo habían enviado a prisión.
- Están muertos, Em... Jeremy, Sean y Tsia... Ian los mató- Le informó con voz suave.
Sintió que el pecho se le oprimía, y que no podía respirar. Jadeó de forma incontrolable intentando recuperar la respiración, mientras que las lágrimas bajaban por sus mejillas.
Notó cómo J.J, se inclinaba sobre ella, abrazándola mientras intentaba calmarla. Para su sorpresa, no le resultó extraña su cercanía.
- Por mi culpa... - Balbuceó.- Todo fue culpa mía...
Miró hacia Clyde quien negaba con la cabeza,
- Ian fue a por todos los que lo habían metido en prisión, no sólo nuestro equipo. Tú eras el plato final, pero conseguiste salir viva de aquello.
- ¿Y él?, ¿Está en prisión?.
No sabía cómo lidiar con aquello. Lo último que recordaba de Ian, eran sus ojos preocupados mientras se la llevaban. La noche anterior habían hecho el amor, y por la manaña, habían estado hablando de sus planes para el fin de semana. Ahora le decían que la había torturado, y que se había convertido en una especie de psicópata. Pero ella aún tenía en mente aquella otra imagen de él, que nadie conocía. Sintió que su mundo se venía abajo.
Clyde cruzó la mirada con J.J, durante un momento.
- Está muerto.
Emily lo miró horrorizada. En aquel momento le daba igual que hubiera hecho todas aquellas atrocidades que no podía recordar. Si la había atacado a ella, sólo era porque ella le había arrebatado a su hijo.
- No puede ser...- Balbuceó de nuevo- No puede estar...- Se llevó las dos manos a la boca, incapaz de decir en alto aquella palabra.
- Em...- Clyde se inclinó sobre ella, mirando de reojo al equipo. No quería que oyeran aquella parte. No necesitaba que la juzgaran. Ninguno de ellos podía siquiera imaginar lo que habia sido para ella convivir con Ian durante tanto tiempo. Por experiencia propia, sabía que las lineas entre lo personal y lo profesional terminaban difuminándose cuando trabajabas demasiado tiempo encubierto- El hombre que conociste no tenía nada que ver con el que regresó, seis años después.
- No hables de él como si se hubiera convertido en un monstruo- Le recriminó. Sus ojos se habían vuelto repentinamente más oscuros y más fríos.
Se dio cuenta de que los agentes se cruzaban las miradas. ¿Hasta dónde sabían exactamente?.
Respiró hondo e intentó tirar de su capacidad de compartimentación..
- ¿Qué me ha pasado?- Preguntó, ahora dirigiendo sus ojos hacia al equipo que no conseguía recordar.
Todos permanecían juntos, exceptuando a J.J, que seguía a su lado. Vio como de nuevo se miraban entre sí, como intentando decidir quién debía hablar. Finalmente, Hotch le hizo un gesto a Morgan.
Se adelantó unos pasos hacia ella, mientras que Clyde se levantaba, para dejarle sitio. J.J. también se apartó, cruzando su mirada con Derek antes de hacerse a un lado.
- Fue mi culpa- Se lamentó- Te perdí de vista.
Emily evaluó al hombre que tenía ante ella. Cuando el día anterior había entrado para intentar hacerla recordar, se había esforzado en tratar hacerla sonreir. Se sintió un poco culpable al ser consciente de que no había sido demasiado amable con él.
- Morgan, ¿verdad?- Preguntó para cerciorarse. Aún le costaba recordar los nombres.
Él afirmó levemente con la cabeza. La conmovió la forma en que la miró. Parecía más triste que el resto. ¿Habían sido buenos amigos?.
- Estábamos en un caso, aquí en Virginia. Las víctimas tenían características físicas parecidas a las tuyas. Estábamos siguiendo una pista y fuimos a casa de un testigo... Escuchamos un ruido dentro, y entramos. Nos separamos... yo te dije que recorrieras la planta inferior, mientras yo subía a la superior.- Emily notó como estaba realizando verdaderos esfuerzos para continuar el relato. Pero hasta donde ella había oído, no había nada extraño en ello- Bajaste al sótano y, el que creíamos que era un testigo, resultó ser el sudes.
Hizo una pausa dirigiéndole una expresión de disculpa,
- ¿Me golpeó?- Le conminó a seguir contándole lo sucedido.
- Supongo que sí, o al menos te inmovilizó. Para cuando me di cuenta, ya te había metido en su coche. Le seguí... y supongo que con las prisas no debió atarte bien. Te tiraste del coche en marcha... Estabas incosciente cuando te recogí de la carretera. Lo capturamos unas horas después. Había matado a seis mujeres. No sé qué habría hecho si...
Derek terminó su relato con evidente expresión de dolor en sus ojos.
- No es tu culpa- Lo interrumpió ella, sintiendo lástima por él- No sé muy bien cómo encajo en este equipo, pero estoy bastante segura de que no tengo asignado a nadie para cuidar de mí- Añadió con ironía.
- Yo debí protegerte- Le aseguró el.
¿Por qué parecía tan enfadado consigo mismo? Lo miró confusa.
- ¿Por qué ibas a tener que hacer eso?.- No podía entenderlo. Se suponía que sabían en qué había trabajado antes de unirse a ellos, o al menos sabían de su tiempo con Ian Doyle. ¿De dónde salía ese sentimiento de que debía protegerla? Ella no era débil, nunca lo había sido- Sé cuidar de mi misma- Añadió sin comprender.
Derek jadeó. Parecía frustrado, como si estuviera intentando contenerse para no contarle algo.
- Emily- J.J. intervino- El médico ha dicho que tienes una especie de amnesia traumática. Has vuelto hacia atrás, hasta un momento en el que te sucedió un hecho similar.
- Cuando me detuvieron en casa de Ian, salté del vehículo- Susurró casi para sí misma. Luego se dirigió a J.J.- ¿Me voy a quedar así?- Preguntó ansiosa. Hasta ese momento, no había pensado en ello.
- No. Dice que es temporal. Estás bien físicamente así que ha recomendado que vuelvas al trabajo cuanto antes. Piensa que rodearte de lo que era tu vida normal, puede ayudarte a recuperar los recuerdos.
- ¿Trabajar en la UAC?., ¿Con vosotros?.- De repente se sentía asustada. Miró hacia Clyde buscando ayuda.
- Lo siento, querida- Le dijo él- Recomendación del médico, y yo tengo que volver a Londres. Pero estaré a una llamada de distancia si necesitas algo.- Le sonrió y le dio un beso en la mejilla. Se levantó y se dirigió a la puerta- Cuídate- Se despidió.
Emily se quedó sola y aterrada con un grupo de seis desconocidos.
