Hola gente! Buen quiero dedicarle este primer cap a Vanesa-Salazar, Ely-Barchu, Evasis, CristinaB, SkAr28 y Loli Malfoy: gracias por los reviews del otro fic, te sirve posta que te escriban al menos solo para decirte que te gusto o no (si, fue una lata indirecta de que quiero que me manden muuucho reviews)

Antes de que me olvide quiero resaltar que puse Lily-James porque se desarrolla en esa epoca, obviamente van a aparecer como protegonista pero no esperar algo demasiaaado romantico ta?
Este va a ser el 1er cap pero todavia no tengo nada determinado, pero espero subir el proximo los mas pronto posible (pruebas de mierda)... asi que espero ver sus reviews comentando que tal les parecio y dando ideas ;). como ya me aburri de escribir me voy, un beso y nos leemos


La propuesta

-Ya basta cariño, deja de llorar. Ya nos encargaremos de esos cabrones.

Eran las 2 de la madrugada y se podía divisar durantes diferentes intervalos como la luna llena iba iluminando la cara de dos muchachas. La que había hablado era alta, con pómulos marcados y se movía con mucho porte, de esa manera que se mueven los pertenecientes a las clases altas: con seguridad y firmeza. Tenía la cara puntiaguda contraída por la indignación, mientras que su compañera, de más baja estatura y de brillantes ojos marrones, estaba hecha un mar de lágrimas.

- Ya-ya lo- lo se- la respuesta de la Hufflepuff se iba cortando por los llantos.- Se que es una estupidez, pero ¿qué le hecho yo para que mi Jamsey me contestara de esa manera?

- Es un imbécil, y no te preocupes. Nos la van a pagar por haberte tratado así.

- ¿Adonde vamos de nuevo?-

Amelia Bones suspiró con irritación. No le caía mal esa chica pero a veces resultaba desesperante, especialmente cuando lloraba, que pudiera perder la cabeza solo por un encontronazo desafortunado. Sin disminuir la velocidad le respondió con cansancio.

- Al baño de chicas del segundo piso, allí acordamos reunirnos la última vez. ¿También quieres que te recuerde para hacer qué?

- Pero ¿Qué haremos con Myrtle? ¿O acaso nos dejó ocupar su "casa", por así decirlo, solo por esta vez?- la morocha ignoró el irónico comentario de su compañera y la miró con curiosidad.

- Já, aunque ese fantasma no dejaría el baño ni aunque le ofrecieran uno más grande y nuevo para destrozar. Parece ser que Evans tiene sus trucos cuando no actúa de perfecta prefecta – Amelia dijo eso último con una nota de desprecio: a ningún Ravenclaw le causa gracia que lo superen intelectualmente, y menos cuando se trata de una persona con la que se compite a diario.

Ninguna de las dos volvió a hablar. Aparte de los irregulares quejidos de las lechuzas que se escuchaban en el piso de arriba y el sonido del viento que chocaba contra los árboles, Howarts estaba en silencio, sumido en un sueño profundo. Al igual que todos los estudiantes… a excepción de nuestras amigas y un grupo de chicas que esperaban apretujadas en un destrozado baño en desuso.

Cuando Amelia y Clare llegaron a la entrada del baño se encontraron con el inmortal cartel de "fuera de servicio". "Típico de Howarts. Me juego los ojos a que ese cartel va a permanecer en las mismas condiciones en 20 años" pensó, no del todo equivocada, Amelia con sorna. Entendía que Dumbledore tuviera una de las más grandes mentes en todos los tiempos, pero a veces se notaba que sobre Feng Shui no tenía la más pálida idea.

Clare trató abrir la puerta, pero el picaporte no giraba. Amelia la hizo a un lado y mentalmente dijo "Alohomora", pero de todos modos la puerta no se abrió. No esperaba que lo hiciese, pero valía la pena intentarlo. Segundos después escucharon pasos del otro lado de la puerta.

-¿Santo y seña?- preguntó una voz femenina.

-¿Eh?- inquirió con mucha elocuencia Clare.

-Que digas la contraseña imbécil.- dijo ya otra voz más aguda e irritante del otro lado.

-Cierra el pico Zabbini, nunca acordamos tener una contraseña.- murmuró una tercera vos más agresiva.

-Ciérralo tu Regan, nadie te pidió que abrieras tu bocota.

-¡Si teníamos una contraseña! Anna, vos me hiciste esperar media hora afuera hasta que la dijera- una cuarta voz hizo aparición junto a la risilla de la tercera voz.

- ¿No habíamos quedado que para mantener en secreto las reuniones solo iban a poder entrar aquellas que supieran la contraseña?- recordó con curiosidad la primera voz.

- No, en realidad solo lo dije para tomarle el pelo a Lily que esta muy paranoica últimamente- respondió con "inocencia" la tercera voz, la misma que se había reído y la misma que había nacido con el nombre de Anna Regan.

- En realidad no es una mala idea tener una contraseña… ¿Cuál podría ser?

- Emm Cassie... ¿no te parece que tendríamos que discutirlo cuando no haya nadie del otro lado de la puerta?- ante toda esta charla, Amelia y Clare se miraban con una cara de furia y de incredulidad.

-¡No abran todavía!- chilló la llamada Zabini.- Podrían ser un par de chicos que tomaron la poción multijugos para entrar.

-¿De que mierda estas hablando Barbie? – Y luego Regan agregó con sarcasmo.- Claro, tiene un montón de sentido. También es un problema el cómo sabemos nosotras que vos sos vos, en realidad podrías ser un elfo doméstico (con un horrible disfraz, por cierto) contratado para espiarnos y luego contarles a todo los hombres del mundo lo que un grupo de adolescentes hacen en su tiempo libre.

- Insisto, creo que sería muy chic tener una contrase…

-¡ABRAN LA ESTÚPIDA PUERTA!- bramaron dos voces a la vez: la de Amelia y otra más que venía desde adentro.

-…seña. Diablos Evans, sí que tienes que controlar tu temperamento- dijo Cassie Holmes mientras habría la puerta. Era una chica muy mona, baja, castaña y de ojos claros con el símbolo de Hufflepuff brillando sobre su pecho. Las saludó mientras sonreía con indulgencia al grupo de chicas que estaban a su espalda.- Hola chicas.

Desde el fondo, unos brillantes ojos esmeralda veían llegar a las últimas integrantes de la reunión del Tribunal de Atenea. Se sentó en su silla, ya que había tenido que pararse para que su grito estuviera bien dirigido, no fuera a ser que la gente empezara a dudar de su capacidad para intimidar. Se llamaba Lily Evans y estaba irritada, cansada e incómoda. Maldecía a su amiga Anna por proponer encontrarse en un baño y se maldecía a sí misma por haberse dejado convencer y luego se volvía a maldecir por haberla ayudado a persuadir al resto de las integrantes.

No hacía poco que Anna Regan se le había ocurrido la fantástica que las reuniones debían desarrollarse siempre en diferentes lugares, lo que causó desde un principio mucha polémica: que era cansador, que no habían tantos lugares, que era un puta (esa fue la contestación con mucho sentido de Sarah Zabini, una chica muy simpática que agradaba a todo el mundo excepto a las chicas que pertenecían a Gryffindor, la mayoría de las de Ravenclaw y Hufflepuff y algunas de las de Slytherin), que Anna se estaba volviendo paranoica, que perjudicaba el equilibrio del yin y yang de la vida cotidiana, que era cansador… y después de un rato se empezaron a hacer un poco repetitivas las razones. Por supuesto que Lily sabía que su amiga no había tomado esa decisión porque fuera paranoica, sino porque le entusiasmaba la idea de encontrarse a escondidas a altas horas de la noche para realizar actividades ilícitas (Lily había pensado que se debía a la carencia de actividad sexual que Anna estaba teniendo últimamente. Pero como se había encariñado con sus dos brazos y los extrañaría mucho en caso de perderlos, prefirió no decir nada).

Al final decidieron que cambiarían el lugar de encuentro solo cuando fuera estrictamente necesario; ya que a nadie se le había ocurrido que la necesidad de su amiga de rebelarse a la noche, se le iban a terminar pegando a ella por motivos muy diferentes. Aunque preferiría arrancarse la lengua antes de admitirlo enfrente a las Ravenclaw y Anna (nada drástico por suerte), a Lily le había parecido que era necesario. Y, fianlmente, juntas las convencieron para que cambiaran la cómoda aula en desuso de encantamientos por un frío y sucio baño.

En defensa de las chicas podemos decir que hicieron un gran trabajo con su lugar de confabulación: casi no había charcos de agua del inodoro en el suelo, el moho no se veía y las baldosas rotas se habían tapado con una gigante mesa redonda de roble que habían hecho aparecer las dos chicas de Ravenclaw. Luego habían inscripto sobre la madera en letra cursiva y pulcra el bendito lema de su club (que les sacó hora y media de sus vidas hasta que se pusieran de acuerdo): para y por la memoria de la defensa de la dignidad y el poder femenino en un mundo injustamente machista y sexista.

La figura de la mesa era perfecta para mantener la igualdad entre todas (queda en claro que las chicas de Ravenclaw no perdieron la oportunidad para contar el origen de la mesa relatando la historia del Rey Arturo y sus caballeros al completo, lo cual les tomó otra hora de reunión), ya que se tomaban el tema de la democracia muy a pecho. Tanto que decidieron que no habría más de dos representantes por cada casa; sino sería injusto por si llegara a haber más de una casa porque se aliarían entre ellas y así tendrían más votos. También el hecho de que esconder más de ocho chicas hubiera sido un poco complicado tuvo algo de peso.

Cuando Clare y Amelia tomaron asiento y saludaron a todas, Cassie Holmes trató de comenzar la sesión, pero lo halló relativamente difícil: dos de las ocho chicas, cada una en una punta del círculo (N.A: lo digo en sentido figurado, se que es matemáticamente imposible), estaban paradas mirándose con odio. La que estaba al lado de Lily era alta, de figura atractiva y atlética; con el pelo corto de color negro despeinado y ojos de color miel. Anna Regan sonreía burlonamente, con los brazos cruzados, pero emitía chispas por los ojos. En el otro lado estaba Sarah Zabini, de pelo largo y rubio, tez pálida y ojos celestes muy claro, con las manos en la cadera la miraba con desprecio. La tensión que había entre ambas era tan densa que se podría haber cortado una cuchara. Hasta que otra muchacha, que se encontraba al lado de la Slytherin, de 17 años muy guapa con el pelo negro azulado y ojos grises que las miraba con cansancio, se dirigió hacia al fondo de la "sala de encuentro" y dijo con aspereza:

-Evans ¿Podrías controlar a tu amiguita? Es que me esta poniendo los nervios de punta.

Lily no se levantó, nunca le había gustado que le dijeran que hacer. Se suponía que la razón por la cual se reunían era más grande que los odios entre casas, los odios personales o conflicto entre clases sociales. Todavía recordaba la primera decisión que tuvieron que tomar todas juntas: el nombre de la asamblea.

Lily no pudo evitar bufar cuando pensó en esa noche. La primera noche de reunión. La más civilizada que habían tenido, pero de todas maneras fue la que Lily odió más... CUATRO PUTAS HORAS pensando en los pros y contras de cada maldito nombre... Esa noche, todas estaban nerviosas y excitadas por encontrarse allí. Como era la primera vez que estaban solas todas juntas no perdieron en ningún momento la rectitud, así que cuando Lily propuso la idea de crear un nombre (Lily se insultaría a lo largo de esas cuatro largas horas a si misma por haberlo proponido) todas lo pensaron con la mayor seriedad posible (sepan que en su caso era casi nula).

Las primeras en hablar fueron las dos Ravenclaws: Rachel Adams y Amelia Bones, que ya habían estado deliberando un nombre entre ellas, y opinaron que lo mejor era llevar un nombre con historia, pasado y peso cultural: La costilla de Adán. De inmediato las dos Griffies y Cassie Holmes se levantaron indignadas gritando (la última hablando de una manera un poquito más civilizada) que ese nombre contradecía todo aquello por lo que se reunían, que ser vistas solo como parte de un hombre era denigrante. Las Ravenclaws, ofendidas, les increparon que no tenían cultura; mientras que Clare Green las defendía diciendo que podría referir a la manera que la mujer había ascendido socialmente: de ser vista como la costilla del hombre a ser considerada como un igual (o más). Sarah Zabbini soltó que el nombre le parecía estúpido y, sin quererlo, se puso del lado de Anna, Cassie y Lily. Andrómeda lo pensó durante más tiempo, pero luego decidió que el nombre no le gustaba lo suficiente como para nombrar así a su club.

Luego de unos minutos de silencio Cassie gritó: AAHMTPSICM, y luego ante la cara desorientada y de recelo de sus compañeras explicó: Asociación Anti Hombres y Mujeres, Transexuales o Personas de Sexo Indefinido de Carácter Machista. No hace falta decir que la cara de estoy-a-punto-de-matarte-o-ponerme-a-llorar que pusieron todas, excepto Clare que (de nuevo) defendió el nombre original e incomprensible para cualquier persona que no se lo hubiera estado memorizándolo por horas que había pensado su amiga, le hizo quedarse callada por casi 7 minutos.

Lily ya no se acordaba después de esos cuantos nombres se dijeron, solo recordaba el mal humor y la necesidad de golpear a alguien que habían estado sintiendo mediante las horas pasaban. Fue ya cuando se cansó de tanta estupidez que pensó en la diosa griega Atenea, era perfecta: era una diosa de la justicia y de la sabiduría con suficiente historia para que las Ravenclaws se dieran por satisfechas; Atenea era lo suficientemente guerrera y antihombres para las sanguinaria de Anna; Sarah y Andrómeda habían escuchado como había cegado a un hombre solo por haberla visto desnuda, y les gustó el poder que tenía; a Cassie le agradó (aparte temía que Lily la golpeara, con la cara de cansancio que tenía, si se negaba) y a Clare, por último, era demasiado buena para criticarla. Lo de tribunal fue idea de Sarah, con la idea de que se encargarían de juzgar el comportamiento de los hombres, y todas votaron a favor… todas excepto Anna que era demasiado orgullosa para admitir que le había gustado el término.

Lily volvió a la realidad ante la respuesta de Anna, al fin y al cabo las cosas no habían cambiado tanto desde entonces.

-No soy un perro al que se pueda controlar Black- contestó en cambio con acidez Anna, generalmente (cuando nadie las veía, oía u olía) Andrómeda y Anna se llevaban bien. Pero al haber testigos tenían que mantener la fachada. Ninguna de las dos sabía por que, pero era divertido hacerlo.

- En realidad sí, eres una sucia perra callejera.- dijo con simpleza Zabini, pero antes de que Anna o Lily o cualquiera de las chicas le respondiera, agregó con un tono más neutro:- Vale, vale. Dejemos nuestros conflictos personales para después… a propósito ¿Qué diablos pasó con ustedes dos para que llegaran tan tarde?

En ese momento todas se desentendieron de la pelea y dirigieron la mirada hacia Amelia y Clare. Lily agarró del brazo a Anna para que se sentara y ella lo hizo con una mueca de lo-hago-porque-tengo-ganas-no-porque-tú-me-lo-pidas y prestó atención a lo que las recién llegadas tuvieran para decir.

-Nos encontramos con los Merodeadores en el camino- como esperaba, las palabras de Amelia tuvieron una gran variedad de reacciones:

Clare hizo un gesto de dolor con la boca; Rachel y Cassie encarnaron las cejas pero no pudieron evitar emitir una risilla histérica; Sarah se sumergió en sus pensamientos, pero la sonrisa lasciva que se formaba en su cara daba a entender que no estaba especulando el por qué de la caída de la bolsa en Gringotts; Andrómeda bufó con hastio, como una madre cuando escucha que sus hijos volvieron a destruir el jardín de la histérica de la anciana de al lado; Anna formó con los labios una mueca de odio y de desprecio; y Lily insultó por lo bajo y entornó los ojos con suspicacia:

-¿Qué diablos estaban haciendo ese grupo de idiotas y Remus a estas horas?

- Seguro que estaban acompañando a todos los fantasmas extraviados a sus cuadros, por lo buenos que son… Estaban preparando alguna otra estúpida broma por la cual todo el colegio los admirará más ¿Qué iba a ser sino Lils?- dijo con odio Anna.

- No… al menos no lo creo. Estoy segura de que se dirigían al Bosque Prohibido. Además, Lupin no se encontraba con ellos.

-¿Al Bosque Prohibido?- repitió con incredulidad Andrómeda ante el dato de Clare- ¿Qué iban a querer hacer ese grupo en el Bosque Prohibido?

- Podría ser igual una broma- sugirió Sarah al ver que Amelia y Clare se encogían de hombros.- Una de un nuevo tipo, que tal vez comience allí adentro.

-Tal vez tienen algún animal guardado ahí, ya saben… para luego soltarlo y que destruya el comedor o se trague a un par de Slytherins- Black y Zabini bufaron ante la última sugerencia de Cassie.

Ambas sabían que no eran muy bienvenidas allí, o al menos no lo era Sarah, pero ya estaban hartas que las vieran a ellas como las malas. Andrómeda solía pensar que el resto de las casas de Howarts estaban tan acostumbradas a ver a los Slytherins como superficiales desalmados, que no se daban cuenta que los Slytherins no eran lo únicos prejuiciosos.

Las dos chicas de la casa de las serpientes habían entrado a ese club porque ya no soportaban más la tendencia de los Slytherins, en especial los varones, a ser chapados a la antigua. A ellos no les gustaba que SUS mujeres hicieran lo que no correspondía al clásico rol de la mujer antigua: engendrar hijos, obedecer a sus padres y esposos, encargarse de la servidumbre de la casa y estar siempre sonriente y solícita en caso de que hubieran visitas. Últimamente algunas de las Slytherins habían empezado a revelarse a su manera, pero solo Andrómeda y Sarah habían sido lo suficientemente decididas para unirse a un grupo del que solo conocían por rumores. Bueno… no solo fue el valor lo que las convenció: Andrómeda estaba decidida a causarle a su familia todo el disgusto posible, mientras que Sarah había terminado "cediendo" ante la amenaza con dejarla sin pelo indefinidamente si no la acompañaba; porque después de todo, no era seguro que fuera una solo Slytherin y Sarah en la más fuerte y cercana de sus amigas.

- ¿Un animal? No, los Merodeadores nunca utilizarían un animal para atacar a los estudiantes. Es demasiado peligroso y estúpido, incluso para ellos.- Rachel negó la suposición de Cassie sin saber lo que pasaba por la cabeza de las Slytherin en ese momento. Anna hizo un ruidito incrédulo ante esa suposición.

- No. Definitivamente no tienen un animal en el bosque, y no porque le preocupara poner en peligro al resto de los estudiantes o por ser inteligentes,- comentó con un tono desdeñoso Lily- sino porque les preocupa demasiado la reacción de Dumbledore. Si hasta ahora no los echó es porque considera que la mayor parte de sus bromas son cómicas e inofensivas.

La manera que Lily había pronunciado esas palabras y las caras de circunstancias que habían puesto las dos Slytherins demostraba claramente que ninguna de ellas estaba de acuerdo con la opinión de su brillante director.

-Perfecto, descartando la teoría de que sea el lugar de inicio de alguna broma, de que tengan a un animal lunático y sediento de sangre (N. de A: notaron el juego de palabras?) y de que estén guiando a los fantasmas a sus cuadros ¿Qué estarán haciendo?- preguntó con falso entusiasmo Anna.- O mejor dicho, ¿qué diablos tendría que importarnos a nosotras lo que ese grupo de energúmenos hace en su tiempo libre?

-¿Energúmenos? ¿Estamos ampliando nuestro vocabulario, eh Anna?- se burló Andrómeda. A lo que Anna le sacó la lengua con diversión, había veces que no podían evitar bromear entre ellas.

- Miren lo importante no es saber que planes tienen allá, sino que hirieron a Clare.- La mencionada se removió incómoda en su asiento ante las palabras de Amelia.- ¿Y no se supone que es por eso por lo que nos reunimos? ¿Para evitar que el resto de las chicas sean atacadas de esa manera?

Antes esas palabras todas las chicas ya miraban con atención a Amelia y a Clare alternativamente.

El cansancio de Lily se disipó y empezó a hacer funcionar su cabeza con lucidez. Rachel, Cassie y Sarah terminaron con su discusión de si los Merodeadores habían ido en realidad al Bosque Prohibido en el medio de la noche porque en realidad eran amantes y querían tener un poco de privacidad. Rachel afirmaba esa teoría con un gran conocimiento sobre relaciones sexuales entre tríos del mismo sexo, lo cual resultaba un tanto perturbador. Cassie insistía en que no necesitaban irse hasta el bosque para tener sexo, ya que los tres (como a Remus no lo habían visto no sabían si incorporarlo en esa fantasía sexual) dormían en el mismo dormitorio. A lo que Sarah respondía que una noche Sirius le había confesado que le resultaría muy excitante acostarse con alguien (nunca especificó ni quien ni el género) en el medio del Bosque Prohibido.

Andrómeda y Anna estaban teniendo esas batallas visuales entre ellas, y estaban muy ocupadas tratando de contener la risa. Pero ante la mención de que habían lastimado a Clare, Andrómeda se giró con curiosidad y Anna se levantó furiosa de la silla, tirándola al suelo:

-¿QUÉ TE HICIERON ESOS HIJOS DE PUTA?

- Relájate Regan, no la lastimaron físicamente si es eso a lo que te referís- Amelia puso los ojos en blanco.- Es increíble la manera en que todos ustedes, los Gryffindors, reaccionan. Me pregunto si alguna vez pensarán con la cabeza y no con los ovarios…

- Cierra tu bocaza Bones- respondió cortante como un cuchillo Lily.- Nosotras nunca nos paramos a decirles lo presuntuosas y vacías que son, así que no nos vengas ahora con ese tipo de comentarios.

- ¿Vacías? ¿Te parecemos vacías acaso? Estúpida pelirroja que no reconocería la profundidad ni aunque te golpeara en la cabeza.- Se indignó Rachel.

-Já, me encanta lo serenas y analíticas que son.- comentó por lo bajo Cassie a Andrómeda, la cual respondió con un guiño.

- Diablos, zorras, todos sabemos que las Ravenclaws solo existen para leer y siempre actúan según lo que les dice su "grandioso" cerebro; que las Gryffindors son de pensar con la entrepierna sin medir las consecuencias ni importarles el opinión de los demás…- empezó en su tono más "conciliador" Sarah.

- … y que las Slytherins son de pensar solo en lo que les beneficie a ellas sin tener en cuenta que alguien más salga lastimado...- agregó agriamente Anna.

-… y que las Hufflepuffs son imposibles de tratar mal a una persona, ya que se guían por insoportablemente rígidas normas de ética.- terminó, con buen humor por unirse al juego de criticar/caracterizar a las casas de Howarts, Cassie. Hasta que, cinco segundos después, se dio cuenta de que era su familia a la que acababa de describir con condescendencia. -¡Hey!- gritó enfadada y empezó a pelarse con Andrómeda, ya que era la que tenía mas cerca, como si hubiera sido ella la que hubiera dicho esas palabras.

Lily miraba con incredulidad, desde lejos, como un simple comentario había generado una guerra campal: Cassie le gritaba a Andrómeda a lo que la última le respondía con la misma fuerza algo parecido a "¿ … Alzheimer o trastorno de doble personalidad?"; Clare reprendía a Amelia por haber empezado todo, mientras que la última junto a Rachel murmuraban por abajo "huecas pelirrojas que se la dan de inteligentes"; y, por último estaban Sarah y Anna que no discutían, sino que ya habían pasado a la etapa de lanzarse cosas de un lado del baño al otro… No utilizaban las varitas porque las Huffies habían considerado suicida permitir a un grupo de adolescentes, con grandes rivalidades en su pasado y presente, se reunieran armadas en un espacio tan chico.

- ¡¡BASTAAAAAAAAAAAAA!!

Lily pegó tal grito que Rachel, Amelia, Clare y Cassie se cayeron de sus sillas. Andrómeda pegó un respingo, Sarah saltó (sin que nadie lo notara) en su lugar y se le cayó un pedazo de canilla con el cual planeaba acariciarle la cara a su "querida amiga". Anna se dio vuelta con la velocidad de un rayo para ver a Lily, la miró como si estuviera loca y después rompió en una carcajada.

Ante la reacción de la morocha todas las chicas del salón levantaron una ceja, excepto aquellas que no les salía hacerlo y que levantaron las dos. Luego, Lily se contagió de la risa de su amiga y lanzó una carcajada. Segundos después Cassie, que creía que la risa era un pase seguro a vivir durante más tiempo con menos arrugas se unió (sin saber cual era la razón) a sus risotadas. Andrómeda, que había estado manteniendo la risa durante mucho tiempo en su duelo de miradas con Anna, se rindió también al grupo. Clare se rió medio nerviosamente, pero luego no pudo detenerse y estalló de risa más fuerte que ninguna. Ante la risa de esta última ni Sarah, ni Rachel ni Amelia pudieron contenerse.

Las risas duraron aproximadamente 4 minutos con 43 segundos y podría haber durado más sino fuera porque Myrtle entró indignada al baño y les chilló que ese se suponía que era SU lugar de tristeza y sufrimiento, y que ella solo les había prestado porque le habían prometido que alguien terminaría llorando. Lily pudo echarla convenciéndola que nadie más se reiría y que solo pensarían en como torturar a alguien.

- De acuerdo, ahora sí. ¿Clare que fue lo que pasó?

Clare respiró hondo y comenzó:

- Yo estaba caminando por los pasillos porque había perdido uno de mis aros a la mañana y no quería que Peev… (Hubo un carraspeo por parte de Amelia y caras de incredulidad por parte del resto de sus compañeras) Bueno: me dirigía hacia la casa de Hagrid para ver si me encontraba a Jamsey en el camino, ya saben, porque todos los Merodeadores son muy amigos del gigantón. Solo quería encontrármelos "casualmente" para poder tener la excusa de iniciar una charla. (De nuevo muecas de incredulidad y de escepticismo, más un "¡¿Quién comienza una charla casual a la 1 de la mañana?!" por parte de Andrómeda y Sarah") Oh, cállense. La cuestión es que cuando me los encontré se llevaron un susto de muerte (Anna lanzó un "Imposible, ¿quién se asustaría de que alguien apareciera de la nada a esas horas?) Ya lo se, pero se asustaron más de lo que suponía y James no paraba de ocultar una capa detrás suyo. No quiero entrar en detalles, pero Él, después de recuperarse me gruñó diciendo que me fuera, que no debería estar por ahí a esas horas. Cuando le pregunté que hacían allí el me gritó que no era mi incumbencia y que sí quería salir bien parada de ese encuentro me fuera inmediatamente y que no le digiera a nadie lo que había visto.- Clare su puso a llorar- Y Black continuaba diciendo que me apurara y que no abriera la boca sobre lo que había visto. Y Petigrew continuaba escondiendo algún tipo de pergamino. Y James continuaba escondiendo la capa. Y todos continuaban actuando nerviosos y ansiosos.

Se hizo un silencio. Sólo a Lily le pareció curiosa la actitud de los chicos, el resto estaba pensando qué hacían levantados a la 1 de la mañana y a dónde iban.

- Yo diría que ahora no deberíamos tachar completamente la idea del animal.- consiguió decir Cassie.

- Párenla con lo del animal. No hay ningún estúpido animal. La cuestión es que hacer con ese tipo de comportamientos. Desde que decidimos el nombre…- Amelia no pudo evitar decir eso último con un poco de resentimiento- quedó claro que éramos un tribunal. El Tribunal de Atenea. Y que tendríamos que juzgar las acciones de los chicos de Howarts y desde ahí llevar a cabo un castigo. Yo creo que es tiempo de hacer justicia.- terminó con solemnidad y esperó a que alguien dijera algo.

- Mira, Clare me parece horrible lo que te han hecho, pero no me parece lo suficientemente serio para que se merezcan un castigo.- digo en voz baja Rachel, mientras que Sarah y Cassie asentían.

Se hizo silencio de nuevo, pero esta vez más largo. Todas estaban sumidas en sus pensamientos hasta que las interrumpió el grito de Anna.

-¡¡NO!! No.- volvió a decir en un tona más tranquilo (y ante la mirada de horror que habían puesto el resto de las chicas, Anna tuvo que luchar para evitar ponerse a reir) y después dijo de un tirón, como si no estuviera hablando con nadie en particular- Esto no llega solo a lo que le hicieron a Clare. Esa banda de buitres ha lastimado a un montón de chicas de Howarts. Ellos son el claro ejemplo del porque creamos este consejo. Representan a ese estilo de hombre que trata a las mujeres como si fueran cosas, solo muñecas sexuales, que sirven para hacerse los graciosos y esperar que el resto del mundo bese sus pies. Creo que ya es tiempo de que alguien hable por todas esas chicas que fueron víctimas de sus juegos.

- ¿Y qué propones que hagamos? – inquirió Sarah con desdén.

- Deberíamos darles donde más les duele…- comenzó con ánimo Cassie.

- ¿El Quidditch…?- empezó una-

- Pero también podríamos sonsacarles a donde iban…

- … y que pidan perdón por lo que hicieron.

- … golpearles duro en el ego…

- … manipularlos a ellos….

- Claro, enamorarlos de Malfoy…

- … torturarlos físicamente…

- ¿Uno va a Askaban por un simple asesinato?

- … convertirlos en chicas…

-… creo que aún me queda una poco de poción que crea disfunción eréctil…

Ya todas las chicas habían perdido todo rastro de sueño y habían empezado a proponer castigos con entusiasmo. Todas menos Andrómeda, que después de todo era su primo favorito del que se estaba hablando, y cierta pelirroja. Esa pelirroja se había quedado callada, con los ojos desenfocados por la concentración y con su cabeza maquinando a mil. En los últimos minutos había descubierto muchos datos interesantes. Datos y cosas relacionadas con la ausencia de Remus, con esa capa que Potter insistía en ocultar, con la actitud fría de Black y… con algo que podría llegar a ser justicia.

- Secuestrémoslos.- todas las chicas cerraron la boca ante las palabras serias y determinadas de la ojiverde- Secuestremos a los Merodeadores.