Dragon Ball Z pertenece a Akira Toriyama.
La trama es mía.
Capítulo I: Frío
—Trunks, ¿no vienes? – Preguntó una mujer de largo cabello negro desde la sala a un hombre que estaba sentado leyendo frente a su portátil, hoy tendría que salir de paseo con su esposa y su hija ya que era domingo pero le llegaron unas propuestas vía e-mail de unos inversionistas muy importantes que no podía ignorar.
—Espérame un minuto, reviso esto y nos vamos – De pronto escuchó su teléfono móvil sonar y lo atendió. Era uno de los que le habían escrito y le pedía reunirse con él en una hora ya que vino desde muy lejos tan solo para negociar, él aceptó de forma dudosa ya que su esposa se enfadaría con él, pero una oportunidad así no se presentaba dos veces. Se dirigió al armario y buscó ropa formal, se cambió, tomó su portafolio metiendo la portátil en él y fue hasta la sala donde se encontró con su esposa e hija vestidas de forma deportiva.
La mujer lo observó con una ceja alzada, vestía unos pantalones ajustados negros, un top blanco y unas deportivas del mismo color. — ¿Por qué estás vestido de esa manera? – Lo interrogó de forma despectiva. La niña de unos cinco años tan sólo lo observó con curiosidad esperando su respuesta, ella poseía el cabello color lavanda de su padre pero sus ojos negros eran herencia de su madre al igual que sus rasgos faciales y el tono de piel, llevaba un short café claro, una camiseta roja y botas negras.
—De eso quería hablarte amor. Me acaba de llamar el señor Mashido y quiere tratar unos asuntos de negocios con la empresa, creo que no podré ir con ustedes, lo s….
— ¡Siempre es lo mismo! ¡Negocios, negocios y más negocios! ¡¿Cuándo va estar antes tu familia? ¡Dime! – Lo interrumpió furiosamente, él sólo atinó a bajar la mirada. Últimamente las cosas no iban muy bien en su hogar, las actividades de la empresa se llevaban todo su tiempo libre, se encontraban en pleno auge comercial.
—Pan por favor discúlpame, no es mi intención y tú lo sabes – Le dijo mirándola a los ojos y tratando de agarrar sus manos, cosa que ella no permitió.
—Lilith por favor alcanza tus cosas para irnos – Ignorando al hombre que tenía al frente. Lilith agarró su pequeña mochila y tomó la mano de su madre luego de que ella tomara su bolso.
—Adiós papi – Trunks se agachó para abrazar y besar a su hija en la mejilla.
—Adiós nena, diviértete – Le respondió, luego miró a su esposa y ella le evadió la mirada – Pan por favor no puedes ponerte así, hablemos…
—No quiero hacerlo por el momento, déjame en paz – Abrió la puerta y fue hacia el ascensor junto a la niña.
Al salir se encontró con el portero del edificio, el cuál le dio los buenos días. Caminaron hasta un oscuro callejón cercano y desde allí alzaron vuelo, les tomaría cerca de quince minutos llegar hasta el lugar.
—Mami, ¿por qué estás enojada con papi? – Preguntó Lilith de forma inocente.
—Estás muy chiquita para entender ciertas cosas – Le respondió de forma maternal mirándola mientras revoloteaba en el aire frente a ella. Aún recordaba con claridad el día en que tuvo a esa hermosa niña…
Se encontraban en su departamento en compañía de su tío Goten y Bra, tenía una enorme barriga de nueve meses, la próxima semana tendrían a su bebé en brazos. El pequeño ser que tenía Pan en su vientre demostraba que iba a ser muy fuerte ya que daba patadas que hacían que algunas veces su madre se doblara del dolor que éstas le ocasionaban. Trunks estaba encantado, saber que Pan iba a darle un hijo le producía una enorme felicidad y cada vez que él acariciaba el vientre de ella, el bebé se emocionaba porque comenzaba a moverse insistentemente.
Y ahí estaban los saiyajines mestizos compartiendo una tarde de películas, risas y comida por montón hasta que se escuchó un líquido caer al suelo, todos giraron su vista hacia Pan que con ojos desorbitados miraba el suelo bajo sus pies, con una mano tapaba su boca y con la otra agarraba su barriga…
— ¡Ups! – Sólo atinó a decir eso antes de que todos comenzaran a correr. Bra fue hacia el teléfono a llamar a su madre. Goten comenzó a buscar toallas, tijeras y agua caliente pareciendo cucaracha con insecticida. Y Trunks la alzó en brazos, la llevó hasta la habitación y la dejó encima de la cama.
— ¡Amor, inhala y exhala! ¡No te pongas nerviosa! ¡Yo estoy aquí! ¡Tranquilízate! – Le decía siendo él quien se encontraba histérico, ella estaba muy tranquila, aún no iniciaban las contracciones… Según le dijeron su abuela, su madre y su suegra, el bebé debía nacer en casa puesto que al ser ella ¼ saiyajin y Trunks mitad saiyajin, era probable que la criatura nazca con cola, lo que provocaría una gran conmoción y curiosidad en la comunidad médica.
— ¡Mi mamá ya viene en unos minutos con tu mamá y mi sue… digo tu abuela! – Anunció Bra en el marco de la puerta de la habitación principal.
— ¡Ya tengo lo necesario para la llegada de mi sobrina! – Decía mientras entraba con una cantidad industrial de toallas.
—Corrección tío es sobrina nieta – Pan a pesar de ser la embarazada era la más serena de todos.
— ¡Hey! ¡Qué no soy tan viejo! – Dijo tratando de sonar ofendido, sin embargo todos rieron quitando tensión al momento.
— ¡Ay! – Pan hizo un claro gesto de dolor agarrando fuertemente la mano de su esposo que estaba arrodillado a un lado de la enorme cama —Empezaron las contracciones – Habló con mucha dificultad debido al dolor, recién caía en cuenta de que el parto sería algo difícil debido a que el bebé era una saiyajin. Pero, si su madre, su abuela y Bulma tuvieron a sus hijos siendo tan sólo humanas, ella también lo haría.
Al instante llegaron Videl, Gohan, Chichi, Bulma y Vegeta por la gran ventana de la sala. El mayor de los hijos de Gokú fue hasta su hija quitando del camino al esposo, Pan a pesar del dolor soltó una risilla al ver que su padre seguía siendo sobreprotector con ella.
—Tranquila, esto pronto va a pasar – Susurró su progenitor.
—Vamos a preparar todo para el parto – Ordenó Chichi acreditándose el título de jefa.
—Yo ya traje las toallas – Mientras las enseñaba orgullosamente a su madre —Y las tijeras también.
— ¿Están esterilizadas? – Interrogó Bulma. Goten tan sólo atinó a sonreír nerviosamente y a rascarse la cabeza al más puro estilo Son.
—Idiota – Susurró Vegeta parado con los brazos cruzados sobre la pared.
—Vegeta haz el favor de aplicar algo de calor a las tijeras – Pidió Bulma al saiyajin puro.
— ¡¿Me viste cara de encendedor, mujer? – Con una venita en la frente, la científica lo miró fijamente y él lanzó un gruñido haciendo lo ella demandó.
—Está bien Pan, relájate y trata de controlar tu ki o podrías hacer volar el edificio – Recomendó su padre.
—Gohan, deja que Trunks se coloque a su lado – Refiriéndose a su hija, Gohan tan sólo vio con recelo a su yerno para darle el lugar haciéndole caso a su esposa.
En ese momento Chichi y Bulma ya tenían todo listo, colocaron las toallas, esterilizaron las tijeras y se colocaron guantes. Luego sacaron a todos a excepción de Trunks, para que Pan pudiera relajarse.
—Puja cuando te lo diga – Le dijo su abuela que era asistida por Bulma — ¡Ahora!
Un enorme grito se escuchó en la sala, que espanto a todos, a excepción de Vegeta.
— ¡Otra vez! – Ordenó la esposa de Gokú.
Esta vez se escuchó un crujir de huesos y un grito masculino. Todos en la sala se miraron extrañados.
— ¡Duele! – Se quejó Trunks al sentir como sus huesos de la muñeca se hacían polvo debido al apretón dado por su mujer.
— ¡Cállate tonto! – Lo regañó Pan con su rostro sudado y el ceño fruncido mientras respiraba agitadamente.
— ¡Vamos Pan una vez más! ¡Ya podemos ver la cabeza! – Alentó Bulma. La menor de los Son volvió a pujar, esta vez sin gritar pero apretando con demasiada fuerza la otra mano que le había dado Trunks, quien por su parte estaba rojo por el dolor y por aguantar el grito que quería proferir.
— ¡Ya nació! – Anunció una alegre bisabuela, la niña lloraba muy fuerte, tanto así que todos en la sala corrieron hasta la habitación. Pero, al entrar se llevaron el espectáculo de sus vidas, Goten al no aguantar ver tanta sangre en un mismo lugar se desmayó cayendo encima de Vegeta, que estaba a su lado.
—Insecto cobarde – Tirándolo a un lado.
—Se siente un ki enorme – Dijo un asombrado Gohan, Vegeta sonrió de lado.
—Felicidades amor – Videl abrazó y besó a su hija.
— ¡Mocoso ven corta la unión con la madre! – Refiriéndose al cordón umbilical, Trunks obedeciendo a su padre fue a agarrar las tijeras dispuesto a cortarlo — ¡¿Qué se supone que estás haciendo? ¡Hazlo cómo saiyajin, maldita sea!
—Pero papá… – Trató de replicar a su padre.
— ¡¿Acaso crees que ese débil metal podrá cortarlo? – Lo interrumpió el príncipe de los saiyajin.
Haciendo caso a su padre, Trunks cogió el cordón y formando un filo de energía con sus maltrechos dedos lo cortó y la niña fue llevada hasta los brazos de su madre, quien le dio pecho. Trunks se unió a ellas acariciando el rostro de su hija envuelta en toallas, cruzó miradas con Pan y le dio un casto beso en la frente.
—Saluden a Lilith Brief Son – Dijo un estrenado padre a todos los que estaban allí.
Pan regresó al presente cuando su hija le dio un puñetazo en la cara que la hizo descender unos metros.
— ¡Mami! – Se alteró la pequeña niña, alcanzando a su madre a unos cuantos metros antes de llegar al suelo — ¡Lo siento pensé que ibas a esquivarlo!
—Tranquila, no fue nada, tan solo me distraje un poco – Mientras se sobaba el lugar golpeado — Lilith golpea duro a pesar de ser una niña de solo cinco años, a veces olvido que es ¾ saiyajin.
— ¿Empezamos mami? – Dejando sus cosas en el suelo al igual que Pan y poniéndose en posición de combate.
— ¡En guardia Lilith! – Acercándose peligrosamente a la niña dispuesta a darle una patada que ella detuvo con su brazo para luego aparecerse sobre Pan para dar una voltereta tratando de patearla. Su madre la agarró de la pierna y la mandó a estrellarse con una roca —Debes estar más atenta.
— ¡Tú también! – Gritó un destello dorado dándole un inesperado golpe en el estómago, Pan sacó su brazo estampándolo en su cara alejándola mientras se transformaba también en súper saiyajin.
Continuará…
