Hola, este es mi primer fic, así que por favor, ¡no seáis muy duros conmigo! Acepto todo tipo de críticas (: Lo que sea por mejorar. ¡Gracias por leer (y por los reviews)!

Algo huele muy mal a mi alrededor. A lo lejos se oyen voces, música, jaleo. Y mi nombre. Alguien grita mi nombre, pero yo no soy capaz de reconocer la voz, ni de contestar. ¿Dónde estoy? Tengo frío, no solo por la superficie en la que estoy tumbada, si no porque mi ropa está mojada. Me llegan flashes. Las cosas empiezan a cuadrar. Estoy en casa de Glimmer, en una fiesta. Hasta ahí todo bien. Debo de estar tirada en el jardín, porque las estrellas se ven como nunca, preciosas, y hasta donde sé, Glimmer no tiene habitaciones sin techo. Ese olor… ese asqueroso olor, es mi propio vómito, que me ha mojado toda la ropa. Genial. Apúntate un tanto, Katniss.

Alguien se acerca a mí y me coge en brazos. Debo dar bastante asco, pero no parece darle importancia. La persona que estaba gritando mi nombre está aquí también. Creo reconocer la cabellera rubia y perfecta de Glimmer. Uf, lo siento mucho, le he jodido la fiesta. Mi mente va y viene, no sé muy bien lo que pasa. Creo que me duchan, porque llega un momento en el que ya no huelo mal, y ya no llevo mi ropa, si no una camiseta deportiva ancha. Me han cambiado la ropa interior. Rezo para mis adentros que haya sido Glimmer, y no alguien que se ha aprovechado de mí. Lo último que veo es un vaso de agua en la mesita de noche. ¿Mesita de noche? No sé cuándo he llegado a la cama. Pero todo se vuelve negro.

Por la mañana, obviamente, me quiero morir. Alguien me ha dejado unas aspirinas al lado del agua, que me trago sin miramientos. La boca me sabe asquerosa. Glimmer está a mi lado, durmiendo como un angelito. Estoy en su cuarto, en su cama. Las bragas son suyas, porque se las he visto puestas otras veces. Es un alivio. La camiseta no sé de quién es, pero huele… a tío. Tiene un logo de Chicago y es de color gris oscuro. No quiero despertar a Glimmer, porque posiblemente se haya acostado siendo ya de día, así que le cojo del armario unos pantalones y bajo por las escaleras.

¿Qué hora será? Oh dios. Pánico. Mi blackberry. Siempre consulto la hora en ella. Empiezo a buscar por toda la casa, debajo de toda la basura acumulada por todas partes, vuelvo al cuarto de Glimmer, busco por mi ropa, y nada. Vuelvo al jardín, a repasar mis pasos y a rezar porque no haya terminado en el fondo de la piscina. Cuando entro a la casa, resignada y cabreada, me encuentro de cara con un chico rubio guapísimo.

- Ey Katniss, ¿cómo te encuentras?

- Eh… bien, gracias. ¿Nos conocemos?

- Sí, pero no te acordarás de mí. Soy Peeta, el hermano de Glimmer. Te salvé ayer – me dice con una sonrisa en los labios. Tierra trágame.-

- Oh dios, lo siento muchísimo – mis mejillas se tornan rojo fresa y no sé qué demonios decir. Si no fuese tan guapo. – Espero que no causase muchos problemas. No me acuerdo de nada, la verdad.

- Bueno, no eres la primera chica a la que salvo de una borrachera, pero sí la más guapa – me dice guiñándome un ojo. Genial. Heidi, estás despedida, yo te doy mil vueltas en cuanto a cachetes colorados. – No, en serio, no te preocupes. Fue un placer.

- Dime que al menos no te vomité encima. Por favor – mi voz es casi un susurro.

- No, lo hiciste todo en el váter, tranqui - ¡Este tío me vio vomitar! ¡Y bromea sobre ello! – Glimmer se encargó de ducharte y cambiarte. Por cierto, bonita camiseta.

- ¿Sabes de quién es? – Estoy demasiado aturdida, entre la resaca, la vergüenza, el hambre y la sed como para notar el deje de su voz. Entonces me doy cuenta de que sé de quién es.

- Sí, claro, es mía. Con el alboroto de la fiesta, Glimmer no tuvo tiempo de sacar ropa del cuarto, y le presté la camiseta que llevaba puesta – ese olor… Creo que me va a dar algo, y creo que Peeta lo ve, porque se acerca a mí y me agarra por los hombros. – Eyyy ven aquí! Mejor será que te sientes. Te voy a traer algo de comer, sobró muchísima comida en la fiesta.

Peeta me deja sola en el salón, y se va a la cocina. La casa de los padres de Glimmer (y Peeta) es muy grande. Tiene dos pisos y una azotea que usamos de solárium cuando hace bueno, que es siempre. Al fin y al cabo, estamos en California. El salón da directamente al jardín, y todas las paredes son de cristal, con lo cual entra la luz del espléndido día que hace. Pero la casa ha vivido momentos mejores, gracias a la fiesta, está hecha un asco. Prometo quedarme a limpiar luego todo el desastre. En parte, la idea de la fiesta fue idea mía. Una no acaba el instituto todos los días.

Peeta aparece con una bandeja llena de comida: sándwiches, bocatas, hojaldres rellenos, pasteles de carne, patatas asadas… también trae café recién hecho, y no puedo evitar soltar un suspiro de alivio cuando lo veo.

- Oh, dios existe. Gracias por el café – esa expresión la uso siempre, y a él parece hacerle gracia, porque se ríe. Me pone una taza delante.

- ¿Cómo lo tomas?

- Leche y azúcar, por favor. Oh, la leche fría, si no es mucho pedir.

Me sirve el café y desayunamos… a las dos de la tarde. La verdad es que me siento bastante incómoda. Me duele la cabeza, el cuerpo, y aunque me ruge el estómago, no logro comer casi nada. Debo tener un aspecto horrible, aunque al menos estoy limpia. Además, no se prácticamente nada del chico que tengo delante, que dice ser hermano de Glimmer. Sí, sé que ella tiene un hermano, un poco mayor que nosotras, que estudia fuera, pero nada más. Nunca le he preguntado su nombre.

Glimmer y yo somos amigas, pero desde hace relativamente poco. En realidad, ella es mi mejor amiga, aunque yo no sé si soy la suya. Nunca me atrevería a preguntar, por miedo a no serlo, o porque se sienta obligada a mentirme y decir que sí. Conmigo es como creo que es de verdad, una chica simpática, mucho más inteligente de lo que parece, leal… pero también es muy hipócrita, haciendo cumplidos (todas esas mentiras piadosas, "¡qué guapa estás!", "me encanta como te queda ese vestido, te hace delgadísima"), o hablando con gente que no le cae bien, sólo porque es popular. Y yo soy todo lo contrario a popular.

Así que la pregunta es, ¿cómo una chica como yo tiene de mejor amiga a la chica más popular del instituto?