Año 2103. En Nuevo Londres se produce una oleada de crímenes sin precedentes que afirma ser obra del difunto profesor James Moriarty, "El Napoleón del Crimen". En medio de esta confusión, la inspectora Lestrade del Nuevo Scotland Yard decide revivir a la única persona que ha sido capaz de llevarse a la tumba a Moriarty: el famoso detective privado Sherlock Holmes. Tras revivirle y juntarle con un androide llamado Watson, los tres se disponen a acabar con los malvados y ambiciosos planes de Moriarty tres siglos después.
Pero un hecho hará que las tornas de la justicia cambien de sentido cuando su mejor detective es convertido... ¡En un niño de seis años!
CAPÍTULO 1: EL FAMOSO DETECTIVE ENCOGIDO
-¡Alto!-chilló Lestrade mientras perseguía a Fenwick por un callejón de Devon Street.
El científico loco y socio de Moriarty, autor de la resurrección de dicho criminal, corría como un desesperado sin nunca mirar atrás. Intentaba frenar la carrera de la inspectora tirando los cubos de basura que encontraba, pero aquello no impedía a la inspectora seguir con su persecución.
-¡Fenwick! ¡Detente ahora mismo!-chilló Lestrade cargando la pistola.
-¡Nunca!
Pero, al girar una esquina, Fenwick tropezó con un bastón tendido en el suelo y se cayó de cara al suelo.
-¡Zeta!-gritó intentando levantarse, pero detenido por la pistola de Lestrade, que le apuntaba por detrás-¡¿Quién ha puesto este cacharro en todo el medio?!
-¿Lo ve, Lestrade?-se oyó una voz dentro del callejón-Los trucos del siglo XIX suelen ser muy útiles de vez en cuando.
Lestrade gruñó al oír aquello y del callejón salieron Watson y Holmes. Mientras que Watson le ponía las esposas a Fenwick, Lestrade cogió el bastón y se lo lanzó de mala gana a Holmes, el cual, al cogerlo, lo examinó cuidadosamente para ver si había sufrido algún daño.
-¡Esto es increíble!-exclamó Lestrade resignada, guardándose la pistola-¡Todo este tiempo intentado atrapar a Fenwick y va usted y lo atrapa con ayuda de un mísero bastón!
-Un mísero bastón que ha conseguido hacer el trabajo de tres meses de una oficial del Nuevo Scotland Yard-sonrió triunfante Holmes-Ojos y cerebro, Lestrade.
-Sí, sí... Ya lo sé.
Fenwick se retorcía en el suelo para poder escapar, pero sintió la sombra de la inspectora.
-Bueno, Fenwick, por fin damos contigo.
-¡Suéltame ahora mismo!
-Te soltaremos, pero en la cárcel-sonrió Lestrade.
-Oh... No lo creo, inspectora-se oyó otra voz en el callejón.
Por encima de ellos pasó una furgoneta voladora que apuntó sus cañones hacia ellos.
-¿Tanto quieres a Fenwick, Moriarty?-preguntó Holmes algo mosqueado.
En el volante, Moriarty, al oír aquello, lanzó un quejido de asco.
-Ni en sueños, pero me resulta muy interesante sus experimentos.
-¿Como el que estaba haciendo en la fábrica de Devon?-se incorporó Watson.
-Experimentos humanos por lo que se ve-se adelantó Holmes.
-Eso no te incumbe, Holmes. Pero no me voy a ir sin él-y movió los cañones en señal de querer disparar.
-Lestrade, suéltale.
-¡¿Se ha vuelto loco?!
-Prefiero volverme loco antes de perder la vida una segunda vez-la respondió señalando con la cabeza los cañones.
Con un gruñido, soltó a Fenwick de las esposas y se echó hacia atrás junto con Watson y Holmes. Fenwick, burlándose, se subió en la nave.
-¡Muchas gracias, señor!-dijo nada más subir.
Pero Moriarty miraba a Holmes sospechosamente.
-Ha sido muy fácil... Demasiado fácil...
-¿Eh?
-Seguro que tiene algo en mente.
En ese instante, Holmes sonrió confiado y varias naves patrulla rodearon la nave enemiga.
-¡Zeta! ¡Era una trampa!-gritó Fenwick mirando por la ventana a todos los policías.
-Lo sabía...-gruñó molesto Moriarty.
-¡Moriarty, bajad inmediatamente de la nave!-ordenó Lestrade.
-¡No tenéis escapatoria!-levantó un puño Watson.
-¿Qué hacemos, señor?-preguntó asustado el científico.
-Por lo que he visto, hay una convención en el museo Devon... Podemos esparcirnos por la gente.
-¡Buena idea, señor!
Y sonriendo, le dio al botón de salto y los dos cayeron a la calle y salieron corriendo hacia la multitud de gente.
-¡Zeta! ¡Eso no me lo esperaba!-gritó Lestrade-¡No os quedéis pasmados, seguidles!-gritó a los policías.
-¡Lestrade, lo mejor será dividirnos!-ordenó Holmes.
-¡No hace falta que me lo recuerde! ¡Soy policía!
-Perdón, pero es que tengo la costumbre de ordenar todos los movimientos de Scotland Yard como hacía en mi siglo.
-¡Pues este no es su siglo! ¡No necesitamos que haga eso!-gritó molesta la inspectora entendiendo el doble sentido de las palabras de Holmes.
-¿Está insinuando que puede hacer cualquier cosa sin mi ayuda?
-¡Por supuesto! ¡Aunque desapareciera, yo podría seguir con las investigaciones como si nada!
-Por eso me resucitó...-sonrió por lo bajo Holmes.
-¡¿Quiere correr ya?!-le gritó Lestrade cambiando de tema y corriendo hacia la multitud.
Holmes la alcanzó corriendo junto con Watson.
-Le aseguro, Lestrade, que algún día haré la prueba de dejarla sola para ver de lo que es capaz.
-¡Huy! ¡Pues yo encantada!
-Parad ya los dos, por favor-dijo Watson.
-¡Está bien! ¡Vamos a dividirnos!
Cada uno fue por un lado. Al salir dificultosamente del gentío, Holmes vio a Fenwick correr hacia un callejón. Rápidamente, le siguió y se escondió en una esquina para espiar a Fenwick. Al parecer, Fenwick había quedado con alguien en ese sitio, pero su encuentro se había visto entorpecido por la astuta inspectora. Holmes se asomó un poco y vio a un hombre rellenito con una maleta negra.
-¿Te han seguido?-preguntó Fenwick amenazante.
-N-No... ¿Tiene las grabaciones?-preguntó asustado.
-¿Las grabaciones de la falsificación de créditos que hacia tu empresa? Por supuesto que sí, pero antes...-y señaló la maleta.
El hombre la abrió y se dejaron ver miles de créditos.
-Aquí está el dinero que me pidió.
-¡Así si que se puede hacer un negocio!-cogió la maleta y le lanzó los discos-Y ahora, márchese inmediatamente.
El hombre salió corriendo. Holmes observó toda la escena desde su escondite.
-(Extorsión y falsificación de créditos... Debo reportárselo a Lestrade cuanto antes...)
Pero, sin que se diera cuenta, alguien se puso detrás con una barra de hierro.
-¡Ya has visto suficiente!
Holmes se giró sorprendido y Moriarty le propició un golpe en la cabeza que lo dejó medio noqueado en el suelo, sangrando por la cabeza.
-¡Imbécil, te ha visto!
-¿Le matamos?-le apuntó con la pistola en la cabeza.
-¡Idiota! Hay mucha gente por la zona. Cuando oigan el ruido, vendrán como abejas a la miel.
-¿Y qué hacemos?
-¿Aún tienes el veneno ese?-sonrió Moriarty.
-¡Por supuesto!
Fenwick le dio una caja metálica, de la cual sacó una píldora roja y negra.
-Sólo lo hemos probado con ratones, así que considérate con suerte, Holmes, porque vas a ser el primer ser humano en probarlo.
-¿Y qué hace exactamente?-preguntó Fenwick obervando la píldora.
-Es un veneno que en una autopsia no se puede identificar. Lo clasificarán como una muerte natural.
Lo agarró del pelo y le dio la píldora con un poco de agua. Tras ingerirla, le dejó en el suelo.
-Hasta nunca, Sherlock Holmes.
Ambos se fueron corriendo de la escena...
Holmes recobró la consiencia y notó cómo su cuerpo empezaba a arder y se agarró con fuerza al suelo retorciéndose:
-(¡Mis huesos se derriten! Estoy ardiendo... No puedo respirar... Me... ¿Me estoy muriendo? No... No puede... Ser...)-y perdió el conocimiento.
Por otra parte, Watson y Lestrade se encontraban en la calle principal tras salir del gentío.
-¡Zeta! ¡Los hemos perdido!-se quejaba Lestrade.
-¿Y Holmes? No le veo por ningún lado-preguntó Watson preocupado, escrutando el horizonte para ver si veía a su amigo.
-¡¿Y qué más da?! ¡Seguro que ha vuelto a Baker Street o está en la comisaría! Cuando no encuentra algo, suele ir a uno de esos dos sitios.
-¿Y a dónde nos dirigiremos, Lestrade?
-¡Vayamos al Nuevo Scotland Yard a reportar a Greyson! Holmes ya se pondrá en contacto con nosotros.
Y con un paso firme, Lestrade se dirigió hacia su nave. Watson tardó en ir ya que se quedó mirando su espalda para ver si veía a su querido amigo salir de algún callejón, pero conociéndole, seguramente estaría indagando él solo y supo que, si se le molestaba durante su investigación, le pondría de muy mal humor y no quería enfrentarse a Holmes cuando Lestrade estaba furiosa por la actuación del detective privado y se dirigió hacia la nave de Lestrade rumbo al Nuevo Scotland Yard...
En el callejón, Holmes empezó a oír en su conciencia voces y empezó a creer que estaba en el cielo.
-¡Mira, papá! ¡Aquí hay alguien!-oyó la voz de una niña.
-¡No te acerques a él!-se oyó una voz femenina, que Holmes dedujo que era de la madre de la niña.
-Pero está herido y no se mueve...
-¡Puede que sea un cadáver! ¡Tenemos que llamar a la policía!-dijo el padre de la niña.
-(Bien... Al parecer, estoy muerto...)
De pronto, la oscuridad que albergaba su visión empezó a aclararse viendo a la niña, que le miraba preocupada.
-¡Papá, mamá! ¡Está vivo!
-¡Menos mal! Todavía respira. ¡Una ambulancia! ¡Rápido!-ordenó el padre.
-(¿Estoy vivo? El veneno parece que no hace efecto en los humanos... He tenido suerte...)
-Está sangrando por la cabeza...-se la oía a la madre.
-(¿Una familia? Bueno... Es mejor que nada. Les diré que me lleven al Nuevo Scotland Yard para contarle todo a la policía.)
-Aguanta un poco.
-¿Estás bien?
-¿Puedes levantarte, pequeño?-preguntó el padre alargando la mano.
Holmes se sorprendió al oír aquello.
-(¿Pequeño?)
Se levantó poco a poco y se quedó mirando a la familia. Se encontraba bastante confuso pensando que por qué le había llamado pequeño, pero lo que no sabía es que la familia estaba viendo a un niño de unos 6 años sentado en el suelo, sangrando por la cabeza y con una ropa bastante grande.
-(Pero, ¿qué dice este hombre?)-se preguntó confuso sin saber lo que le había ocurrido.
-¿Cómo te has hecho esa herida?-le preguntó el padre.
-(¿Herida?)-y se tocó la nuca, haciéndose bastante daño-(Ah, sí... Moriarty me golpeó por detrás.)
Al hacer el gesto de tocarse la nuca, observó que su manga era muy grande y se fijó que sus pantalones eran más grandes de lo normal. Observó que toda la ropa que llevaba era muchísima más grande de la que llevaba antes.
-(¡¿Qué?! ¿Qué es esto?)
La madre se arrodilló ante él y le cogió en brazos:
-Estás asustado. Ya estamos aquí, pequeño, no te preocupes.
-(Me ha cogido como si nada...)-cada vez Holmes estaba más confuso.
El hombre llamó por un transmisor al Hospital de Nuevo Londres:
-Buenas noches. Hemos encontrado a un niño herido en un callejón de Devon Street. Vamos a llevarle hacia allí. Tiene un fuerte golpe en la cabeza y ha perdido mucha sangre. Está asustado y confundido. ¿Que cuántos años tiene? Pues yo le calculo que seis o siete años.
Holmes miró asustado al hombre:
-(Seis... ¡¿Seis o siete años?!)
-Lleva puesta ropa de hombre... Debe de ser un niño vagabundo...
-(¿Ropa de hombre? ¡Si soy un hombre! ¡¿Qué está pasando aquí?!)
-Nuevo Scotland Yard-
-¡¿Cómo que se os ha escapado Martin Fenwick y Moriarty?!-resonó la voz del inspector jefe Greyson por toda la central-¡Y encima, el detective ese muerto no da señales de vida!
-¿Holmes no ha estado por aquí?-preguntó preocupado Watson.
-No. Ni tampoco se ha puesto en contacto con nosotros.
-He llamado varias veces a Baker Street, pero nada-movió la cabeza Lestrade negando.
Un oficial entró en la sala con unos papeles en la mano.
-¡Señor, hemos descubierto sangre en un callejón! ¡Creemos que Fenwick y Moriarty estuvieron allí por las huellas dactilares!
-¡¿Y de quién es la sangre?!
-Pues... Del señor Sherlock Holmes...
Watson y Lestrade se asustaron al oír aquello.
-¡¿Y Holmes?!
-Bueno... Había mucha sangre y el cuerpo no anda en ningún lado. Parece ser que alguien se lo llevó porque no había pisadas del señor Holmes de que se hubiera levantado.
-¿Me estás diciendo que se lo llevaron volando?-preguntó mosqueado Greyson.
-No lo sabemos, pero creemos que sí...
-¿Cabe la posibilidad de que esté muerto?
-Por la pérdida de sangre, sí.
-Además, no da señales de vida...
Watson decidió intervenir:
-¡Es imposible! ¡Holmes no puede haber muerto! ¡No lo creo!
-Watson... Aunque el muera, hay que seguir con nuestras vidas... Las tornas de la justicia deben seguir girando-le puso Lestrade apenada una mano encima del hombro.
-¡Si no veo el cuerpo, no me creo que esté muerto!
-Puede que esté haciendo la broma esa de dejarme sola para ver que hago...
-¿Y lo hace dejando medio litro de sangre en el suelo?-intervino Greyson-Lestrade, Watson, asumid que Holmes no va a volver. ¡No necesitamos sus investigaciones! Y ahora, marchaos y descansad.
Lestrade y Watson salieron de la sala.
-Si no fuera un robot, ahora mismo estaría llorando...
-Lo que me extraña es dónde puede estar el cuerpo... (¿Holmes? ¿Qué has hecho?)
-Hospital de Nuevo Londres-
-¡Ya se lo he dicho!-gritó Holmes a los doctores.
Se encontraba en una habitación del hospital, sentado en la cama con todos los doctores mirándole y riéndose como si contara un cuento. La herida de Holmes ahora había desaparecido y en su lugar se hayaba una venda que cubría toda su cabeza.
-Fenwick y Moriarty han chantajeado a un tipo por falsificación de créditos. Lo que pasa es que Moriarty me vio y me golpeó por detrás.
-Mira, niño. Ves demasiada televisión-se rio uno de los doctores.
-¡No soy un niño! ¡Soy detective privado!
-¡Jajaja! ¡Y encima se cree Sherlock Holmes!
-Pobre niño, está completamente confuso...-murmuraba una enfermera.
-¿Y has visto su ropa? Es más grande de lo normal...
-Seguramente la ha robado de la basura...
-¿De tan buena calidad?
-Pobre niño, tan pequeño y vagabundeando por Nuevo Londres...
-¿Tendrá familia?
Holmes miraba a los médicos muy molesto por tomarlo todo a broma y notó, al levantarse para dar las explicaciones, que todos eran muy altos. Fastidiado y pensando qué había ocurrido, se apoyó en un espejo que había en la habitación.
-¿Habéis comprobado si hay alguna denuncia de desaparición?
-No hay ninguna.
Sin querer, Holmes apoyó la cabeza en el espejo con tan mala suerte que se dio en la herida.
-¡Ay! Moriarty me dio con toda el alma...
Al girarse, se pudo ver reflejado. El reflejo no era el suyo de siempre, un hombre alto y delgado, sino que ahora su reflejo había cambiado al de un niño delgado y bajito con una ropa demasido grande.
-(He... ¡Encogido!)-exclamó asustado mirandose al espejo-(Pero, ¿cómo?)
-No tenemos opción. De momento, le llevaremos a un orfanato cuando se recupere-dijo un médico.
-(¡¿Orfanato?!)
Los médicos se dieron la vuelta para hablar con él:
-¡Chavalín! Vamos a llevarte a un sitio...
Pero al mirar, Holmes había escapado de la habitación y corría por las calles de Nuevo Londres con la ropa a rastras:
-(No iré a un orfanato ni atado.)
Tras varias carreras, se paró en una farola a descansar. Empezó a llover con fuerza y notaba que las fuerzas que tenía antes se habían esfumado:
-(Sólo una carrerita... Y no puedo ni respirar... Y este cuerpo... ¿Qué me ha pasado?)
Recordó el encontronazo con Moriarty y el golpe que le pegó:
-(¡Claro! Después de golpearme...)
-Sólo lo hemos probado con ratones, así que considérate con suerte, Holmes, porque vas a ser el primer ser humano en probarlo.
-(¿Por beber el veneno...? No puede ser. El veneno no me ha matado, me ha encogido. Mi apariencia es la de un niño, pero parece ser que no ha hecho efecto en mi cerebro.)
Se quedó un rato bajo la lluvia mirando sus cortos brazos y levantó la mirada con determinación.
-(Aún no estoy vencido, Moriarty. Juro que voy a encontrarte y hacerte pagar por todo lo que has hecho. Pero antes...)-sonrió mirando el cielo nublado-(Tengo que hacer algo muy importante...)
PRIMERA HISTORIA QUE HAGO DE MI SERIE FAVORITA DE MI INFANCIA: SHERLOCK HOLMES EN EL SIGLO XXII. LA HE JUNTADO CON OTRA SERIE DE MI INFANCIA: DETECTIVE CONAN :D
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