Hola! Aqui de nuevo XD De verdad que no entiendo con eso de tener muchos Fics incompletos D: pero este solo será un pequeño Two-Shot así que espero terminarlo pronto :3

Los personajes no me perteneces y hago esto sin fines de lucro solo busco entretenerlos porque los quiero :'3

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¿Puedes guardarme un secreto…?

I

...Porque solo dos personas pueden guardar un secreto si una de ellas esta muerta…

Aquel día había amanecido nublado y frio. Normalmente se quedaría en casa junto a su hermano mayor, Ichimatsu, a disfrutar de alguna película, un juego de mesa o simplemente quedarse ahí a platicar sobre cualquier tema, pero no hoy. Hoy iría a comer con su nuevo vecino y amor secreto, Karamatsu Nakamura, a una pequeña cafetería en el centro. Lo había conocido cuando una de sus pelotas de beisbol había caído en su patio. Cuando tocó a la puerta lo recibió un guapo joven de ojos azules y cabello negro; era mayor que el, por tres años, y con una enorme y hermosa sonrisa le devolvió su amada pelota.

Después de aquel día Jyushimatsu comenzó a pasar mas tiempo con Karamatsu, éste le había comentado que no tenia mucho que se había mudado al vecindario pues debido a su trabajo tuvo que trasladarse de su antigua ciudad. Jyushimatsu escuchaba maravillado todo lo que el de azul decía, aun y si Karamatsu le decía que el cielo era verde muy probablemente el menor le creería ciegamente; se había enamorado de Karamatsu, su manera de ser tan extravagante y dulce, sus constantes atenciones y su buena voluntad de ayudar a las personas, además de ser muy guapo.

Alrededor de tres meses tuvieron muchas salidas juntos, Jyushimatsu pasaba todo el tiempo que podía en casa del mayor, al menos cuando éste estaba en casa y no en su trabajo. Incluso se lo presentó a su hermano para que también pudiera conocer al maravilloso hombre del cual se había enamorado, se lo había dicho a Ichimatsu una tarde cuando se habían quedado en casa sin hacer nada, el de morado estaba en la sala viendo uno de sus programas favoritos de televisión cuando Jyushimatsu se sentó a su lado repentinamente sin su característica sonrisa.

Hermano… Estoy enamorado – Ichimatsu volteo a verlo con la misma mueca de apatía de siempre – Estoy completamente enamorado de nuestro vecino, Karamatsu.

Lo se – fue todo lo que el mayor dijo.

¿Lo sabes? – Jyushimatsu se volteó a verlo asombrado ¿Tan obvio era?

Si, era muy obvio. – comenzó a cambiar los canales de manera aburrida. – ¿Pensaste que podías mantenerlo en secreto?

No se lo dirás ¿Verdad? – el solo pensar que su amado se enterara de sus sentimientos tan pronto no estaba en sus planes. – ¡Promételo, hermano!

Lo prometo

¿Lo juras por tu vida?– siguió insistiendo el menor.

Si, Jyushi, lo juro por mi vida – Dio por terminada la conversación.

Después de aquello las cosas entre ellos parecían tensarse poco a poco, Ichimatsu desaparecía misteriosamente algunos días o llegaba muy tarde a casa, Jyushimatsu no le tomo mayor importancia pues casi toda su atención siempre estaba centrada en Karamatsu y porque sabia como podía llegar a ser su hermano de hermético con algunas cosas, lo mas probable era que se encontrara alimentando de nuevo a los gatos de la calle o con cualquier otro asunto.

¡Nos vemos mas tarde! – se despidió de su hermano con su usual energía.

Ichimatsu no le contestó, últimamente andaba algo distante con él. Corrió emocionado por las calles del centro hasta llegar a la cafetería, Karamatsu le había dicho que tenia algo muy importante que decirle y de solo pensar en todos los posible escenarios en los cuales el mayor se le declaraba hacia que las mejillas de Jyushimatsu se colorearan intensamente de carmín. Karamatsu estaba sentado en una de las mesas mas alejadas, cerca de la enorme ventana, admirando el paisaje. El menor tomo asiento rápidamente a su lado sin quitar la sonrisa de su rostro.

Gracias por venir My Little Jyushimatsu – le tomo de las manos mirándolo directamente a los ojos, el menor afianzo el agarre mirándolo nervioso, no espero que fuera tan pronto – ¿Puedes guardarme un secreto?

¡Claro! –

Creo que estoy enamorado – suspiró dramáticamente de manera soñadora – Estoy enamorado de la persona mas hermosa y adorable de todo el mundo.

¡Me alegro mucho, Karamatsu! – fingió sorpresa pero por dentro estaba muriendo por saltar a los brazos del mayor. – ¿Quién es la persona afortunada?

Tu…

Afuera la lluvia comenzó a caer de manera estrepitosa.

II

Todomatsu miraba detenidamente el enorme y lúgubre edificio que tenia enfrente. Se veía exactamente como debía verse una institución mental, manicomio, asilo para locos, como quisieran llamarlo; Todomatsu estaba por terminar la carrera de psicología en la rama de la criminalística gracias a su hermano mayor, Osomatsu, quien trabajaba como detective del departamento de policías de la ciudad. Su trabajo final era una tesis de algún caso criminal que tuviera, de ser posible, la declaración del perpetuador del crimen ¿Qué mejor sitio para empezar que el lugar al cual iban los criminales mas demenciales de toda la ciudad?

Osomatsu le había mencionado que semanas atrás habían capturado a uno especialmente espeluznante; un doble asesinato, habían mencionado los periódicos, pero para el detective aquello había sido mas bien una carnicería, muchos de los agentes con los que iba aquel día a revisar la escena del crimen tuvieron que salir corriendo a vomitar todo el contenido de sus estómagos. La escena era asquerosamente espantosa, los dos cuerpos estaban completamente irreconocibles, la sangre y las viseras tapizaban la sala dejando el putrefacto aroma de la carne en descomposición por todo el ambiente.

El inspector Choromatsu había ordenado explícitamente que nadie tocara absolutamente nada, cualquier pequeña evidencia debía mantenerse intacta además de que debían mantener bajo custodia al único testigo de todo aquel carnaval de sangre, la única persona que había llamado a la policía aquel día pidiendo ayuda. Osomatsu caminaba entre los charcos de sangre y los pedazos de órganos destripados con cuidado de no pisar nada, quien quiera que hubiera hecho aquello realmente odiaba con todo su ser a las pobres victimas. Los forenses no tardaron en llegar pero no había que ser muy listos para saber que lo único que quedaba de las victimas era una extraña masa des uniforme de carne, órganos y tejidos.

La primera victima, o lo que quedaba de ella, se encontraba en el pasillo que conectaba a la cocina con el comedor y la sala; le habían reventado el cráneo con algún objeto contundente y de manera violenta pues alrededor se podía apreciar los restos de materia gris salpicando las paredes. El cuerpo había sido abierto desde la garganta hasta un poco mas abajo del vientre. Parecía que alguien le había sacado todos los órganos del interior y los hubiera esparcido por toda la casa, los forenses no podían determinar con exactitud la causa de la muerte pues también se podían apreciar varias puñaladas en brazos y piernas.

La segunda victima se encontraba tendida en el sofá, lo habían desollado completamente, además de que había partes del cuerpo que estaban faltantes como el corazón, los ojos y los genitales. Por todo el cuerpo estaban repartidas aproximadamente unas cien puñaladas pero definitivamente la causa de la muerte había sido el profundo corte de la garganta, casi parecía que querían decapitar a la victima además de que el cadáver estaba colocado en una posición sumamente extraña, como si se encontrara durmiendo cuando sucedió el ataque. De solo recordarlo Osomatsu se tenía que morder la lengua para evitar el impulso de comenzar a guacarear.

–Una escena digna de una película de terror gore – le mencionó a su hermano menor cuando pudieron resolver aquel asesinato – y el asesino fue la persona que menos esperábamos, realmente es un gran actor, nos engaño a Choromatsu y a mi durante toda la investigación fingiendo ser un ángel cuando en realidad era un "lobo con la piel de un cordero".

–¿Cómo pudieron atraparlo? – preguntó Todomatsu con genuina curiosidad

–Nadie perpetua el crimen perfecto – aquel caso había dejado una marca en su hermano mayor y el de rosa lo sabia por mas que el de rojo se esforzara en ocultarlo – Y solo dos pueden guardar un secreto si uno de ellos esta muerto.

Todomatsu paso el pesado nudo que se había formado en su garganta mientras apretaba con fuerza la correa de su pequeño bolso, aquel día parecía que iba a llover pues el cielo estaba tapizado por enorme nubarrones y el viento soplaba helado. Uno de los guardias lo acompaño amablemente hasta la parte mas alejada del lugar, aquella a la cual solo pueden ingresar los verdaderos enfermos mentales, psicópatas que realizaron los crímenes mas brutales. Las ultimas celdas eran recintos medianos recubiertos de suaves paredes acolchadas, una cama individual y un inodoro para las necesidades diarias, un enorme y grueso cristal era lo único que separaba a los convictos además de un pequeño hueco por el cual pasaba el aire y la comida de los reclusos. A Todomatsu le recordaba tanto a la película "El silencio de los corderos".

–Cualquier cosa que necesites – habló el guardia antes de desaparecer por los largos pasillos – solo tienes que gritar.

–¡Eso no es ningún consuelo! – pero ya nadie lo estaba escuchando, se preguntó por un momento que si alguien podría llegar a salvarlo en caso de que uno de los reclusos se fugara… Probablemente no, las ansias de salir de ahí solo fueron en aumento.

Acercó el rostro un poco mas sin llegar a pegarlo del todo en el enorme cristal, la habitación se encontraba completamente oscura hasta que en un parpadeo una blanca luz cegadora ilumino todo el lugar. Todomatsu se talló los ojos con algo de fuerza y cuando pudo volver a enfocar contempló mejor a la persona que le ayudaría en su tesis. Un joven, tal vez solo un año mayor que él, se encontraba sentado en la pequeña cama de sabanas blancas mientras abrazaba sus rodillas.

Cuando sus ojos hicieron contacto visual Todomatsu pudo sentir un horrible temblor sacudirle la columna vertebral. Aquellos ojos ámbares brillaban alegres, pero no la clase de alegría que uno encontraría en una persona cuerda, aquellos ojos brillaban con una insana felicidad, como si haber hecho lo que hizo le hubiera dado la mayor de las alegrías. Todomatsu retrocedió por puro instinto, aquello era demasiado para él y con todas sus fuerzas deseo tener al menos a su hermano al lado, Osomatsu sabría que hacer, sabría como comenzar el dialogo con un loco. El joven se acerco con calma hasta posarse cerca del pequeño recuadro que conectaba su celda con el pasillo.

–¡Mucho gusto! – le sonrió extendiéndole la mano y con un tono de voz demasiado aniñado para alguien de su edad.

–¿El gusto es mío…? – Todomatsu se le quedo mirando ¿Qué estaba esperando? ¿Qué le apretara la mano? – Mi nombre es Todomatsu Matsuno

– Demasiado largo – comenzó a jugar con las largas mangas de su camisa blanca sin darle tiempo al menor de seguir presentándose – ¿Te parece si solo te digo "Totty"? ¡Suena muy bonito! ¡Totty! ¡Totty! ¡Totty!

–Claro, supongo. – saco de su pequeño bolso una libreta con un lápiz para comenzar con sus anotaciones y una pequeña grabadora – Entonces empecemos por algo sencillo ¿Cuál es tu nombre?

–Karamatsu– le sacó la lengua con un gesto juguetón, Todomatsu lo miro de mala manera, aquel tipo no solo era un loco sino también un idiota.

–Me refiero a tu verdadero nombre – Todomatsu ya lo sabía pero era parte del protocolo, además tenia que grabar aquella entrevista por cualquier dato que no pudiera anotar en la libreta además de poder usarlo como algo interactivo en la tesis.

–¿Para que quieres saberlo? – pegó su rostro al vidrio, Todomatsu pudo apreciarlo mejor, la pálida piel, grandes ojos dorados y los rasgos finos que hacían juego con el revuelto cabello que caía graciosamente sobre su frente. Si no fuera un completo psicópata hasta podría decir que era atractivo.

–Estoy realizando una tesis sobre psicología criminal – se acerco solo un poco pues el otro parecía haber dejado de prestarle atención ya que se alejo repentinamente del cristal – Necesito tu ayuda para poder empezarla.

–¿Mi ayuda? ¡Me gusta ayudar! ¿En que te puedo ayudar? ¡Seamos amigos! – volvió a pegar su rostro contra el cristal haciendo un ruido seco que asusto a Todomatsu haciéndolo retroceder de nuevo.

–S-si, seamos amigos… – no estaba muy seguro de lo que decía pero mientras mas rápido tuviera su análisis mas rápido se iría de aquel infierno de lugar.

–¡Los mejores amigos!

–Los mejores, entonces ¿Que te parece empezar por un secreto? – la mueca del otro de repente adopto un matiz lúgubre – L-los mejores amigos se cuentan todo tipo de cosas y todos sus secretos mas íntimos…

–Hey Totty – aquel aniñado tono en conjunto con aquella sonrisa muerta podría ponerle los pelos de punta a cualquiera, los enormes ojos dorados lo miraban sin pestañear – ¿Puedes guardarme un secreto?

–S-seguro – Definitivamente había sido una pésima idea ir a aquel lugar.

–¿Prometes que no se lo dirás a nadie? – Todomatsu asintió algo cohibido pero el otro seguía sin decir una palabra.

–Lo juro– hablo por fin cuando dejó de sentir la garganta cerrada por el miedo.

–¿Por tu vida? – ¿Qué clase de aterradora pregunta era esa? El de rosa se preguntó si aun no era demasiado tarde como para intentar ir a la prisión de la ciudad y entrevistar a algún ladrón de poca monta.

–Lo juro por mi vida… – Contestó en un susurro pero al parecer el otro pareció escucharlo.

Él también lo juro Totty, también lo juro por su vida – Todomatsu le puso "play" a la pequeña grabadora – ¡Él también lo juro!

–¿Quién?

–Mi hermano

Todomatsu se le quedo mirando durante un largo tiempo, al parecer había algunas cosas de las cuales no estaba seguro de querer enterarse.

III

Tu hermano, Ichimatsu…

Tu hermano…

Hermano…

¿Ichi…matsu?

¡ICHIMATSU!

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El próximoya es el final! :D cualquier comentario, critica o sugerencia la recibirécon mucho amor :3