N/a: ¡Muy buenas, criaturitas de Jebús! Sí. Es el saludo de El Rubius pero modificado al final :v. Espero que anden bien y blah blah.

Bueno, como verán, esto es otro fic, pero dedicado a una de mis escritoras favoritas del fandom. Así es, se trata de nada más ni nada menos que Karoru Gengar. Al principio iba a ser un One-shot, pero luego no sabía de qué manera escribir un capítulo único sobre Lynda x Freddy y salió esto; se me ocurrió esta locura gracias a... eem, ni idea, simplemente me salió del alma y de la mente y ya (? pero bueno, quería ver qué tan capaz era de manejar un OC que no es de mi propiedad; por lo tanto este escrito es sobre los protagonistas de uno de los fics que leí por primera vez en este fandom y del cual me encantó.

Así que, Karoru-senpai, espero que esto sea de tu agrado. Esto va dedicado a ti con cariño :3.

Disclaimer: FNAF es propiedad única y exclusiva de Scott "Mr. Troll" Cawthon. La OC Lynda Murtons es propiedad de la sensual Karoru Gengar. Los nombres de los niños desaparecidos – a excepción de Foxy – le pertenecen a la diosa Kleime-Black, antiguamente conocida como HollyKanonCreepz xD. Los diseños, al igual que la foto de portada le pertenecen a Blastic Heart (si, solo por ser vos voy a utilizar estos diseños que tanto te gustan :D). A mí solo me pertenece el fic, que por cierto sólo lo hago por diversión, ah y mi OC Isabella Smith, que por esta vez - eso creo - solamente hará aparición aquí xD.

Avisos: Faltas de ortografía, posible OoC, malas palabras, alguna que otra inexactitud a la historia del juego, robotfilia [Humano x Robot] y una sarta de cosas disparatadas más.

P/d: Si hay algo que no te guste de esto, considera que mi senpai echará una maldición sobre tí (?).

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Todo ocurrió con un simple aviso en el periódico solicitando guardia de seguridad nocturno para una importante pizzería. Aquella castaña de orbes chocolate con destello miel había visto aquel aviso clasificado esa mañana y ese mismo día, se encontraba fuera de la oficina del dueño, en la espera de una entrevista.

Luego de un rato de espera, vio venir por el pasillo a una chica más alta que ella, de unos 1,64 metros, cabello castaño claro con ondas que traía suelto y que le llegaba pasando apenas por los hombros, ojos color miel y tez blanca. Llevaba puesto unos jeans azules, Converse negros y una playera morada con el logo del local estampado del lado izquierdo; se sentó justo al lado de ella, con la mirada puesta en el suelo.

Segundos después, sintieron el rechinido de la puerta, mostrando al dueño asomarse con una sonrisa agradable y con papeles en mano.

- Señoritas, pasen por favor – ambas castañas asintieron. La más alta vaciló antes de ponerse de pie y entrar junto con la otra. El hombre les indicó que se sentaran en las sillas que estaban justo enfrente de él mientras que este tomaba asiento en su enorme sillón rojo.

Revisó aquellos papeles que aún tenía en sus manos con detenimiento. Ambas chicas cruzaron miradas, la de orbes miel parpadeó una, dos, tres veces antes de desviar la mirada con un ligero rubor en sus mejillas. Lynda dirigió su vista hacia el escritorio, observando el desorden de papeles que había encima; la voz del señor Fazbear llamando su atención la sobresaltó.

- Señorita, ¿podría ser tan amable de decirme la razón de su visita?

La bajita aclaró su voz antes de comenzar.

- Me llamo Lynda Murtons y he venido por el puesto de guardia nocturno – con algo de temblor en su voz. La chica sentada a su izquierda la escuchaba atentamente en silencio, tenía sus manos colocadas sobre sus piernas con los dedos entrelazados, y su mirada iba entre ella y el hombre mayor con nerviosismo.

- Bueno, señorita Murtons. Dígame qué edad tiene – exclamó apoyando los codos sobre el escritorio y entrelazando sus dedos, observándola con una expresión neutral.

- Tengo dieciocho años, señor. Mire, sé que no tengo experiencia en esto pero necesito el trabajo, ya que mi madre ha…- pero fue interrumpida por el hombre.

- No importa. Está contratada – la expresión de sorpresa en la joven Murtons no se hizo esperar.- A partir de ahora, usted y la señorita Smith serán compañeras de turno. Ella le entregará su uniforme y le dará las indicaciones necesarias para que empiece a familiarizarse con su lugar de trabajo. Espero puedan llevarse bien, y por favor, preséntese mañana a las 11:45 P.M.- mirando ahora a su nueva empleada. La chica de orbes chocolate no podía comprender, ¿cómo es que una persona con dos dedos de frente podría darle trabajo a alguien que ni siquiera había sido empleada en ningún lugar? Y más tratándose de guardia de seguridad.

"Tal vez necesitaba con urgencia cubrir el puesto", pensó.

- Isabella, ¿crees llegar a tener problemas en ayudarla a adaptarse aquí?

- Ninguno, señor Fazbear – respondió con firmeza. A Lynda le pareció haber visto una sonrisa asomar por el rostro del aludido.- Bien, eso es todo. Ya pueden retirarse – dijo volviendo a lo que estaba haciendo. Ambas jovencitas salieron de la habitación.

La más alta se giró para hablarle a Murtons – Eh, tengo que darte tu uniforme antes de que te vayas. Ven, es por aquí.

La bajita asintió con la cabeza siguiéndole los pasos a la guardia. Caminaron en silencio por un largo pasillo oscuro hasta llegar a una puerta ubicada al final del mismo. Lynda se preguntó mentalmente por qué aquel lugar no estaba tan bien iluminado como el resto del establecimiento.

- Te preguntarás por qué no se han puesto luces en este pasillo, ¿no? – inquirió como si le hubiera leído el pensamiento, luego metió su mano en el bolsillo de su pantalón, sacando de este un manojo de llaves.- Este es uno de los cuartos secretos que tenemos aquí. En este se guardan los uniformes de los empleados, luego están los otros en los que se guardan aquellas cosas que ya no sirven. Son los únicos lugares que no aparecen registrados en el sistema de los animatrónicos – dijo mientras terminaba de buscar la llave para poder abrir la cerradura.

- ¿No se supone que deberían tirarlos a la basura si ya no sirven? – Isabella abrió la puerta y echó un suspiro desganado antes de responder sin voltear a mirarla.- Yo también opino lo mismo. Quizás sea protocolo del dueño el querer conservarlos.

Una vez dentro, buscó el interruptor de la luz y la encendió. La habitación no era muy grande, pero tampoco tan pequeña. Estaba repleto de armarios y se podía ver una que otra telaraña por los rincones del techo.

La castaña de ojos miel se acercó a uno de los estantes y buscó con manos temblorosas algún uniforme que pudiera ser adecuado para el tamaño de la bajita.

- Toma, espero que sea de tu talla – musitó entregándole dicha prenda en sus manos.

Luego de apagar la luz y salir de allí echando llave a la cerradura, Smith caminaba apresuradamente con Murtons detrás suyo tratando de seguirle el ritmo. Ella pudo percibir que la castaña de piel blanca se había puesto algo nerviosa al estar allí; se notó por el temblor de sus manos cuando le dio la ropa de trabajo. ¿Por qué razón? Eso era algo que a la larga o a la corta lo averiguaría.

En un momento, la guardia había detenido repentinamente el paso, girándose de nueva cuenta hacia la nueva empleada. - Bien, supongo que nos volveremos a ver mañana por la noche – murmuró con algo de temblor en su voz.- Bien… Hasta entonces – dijo con una mueca extraña en su rostro para después voltear y marcharse, dejando a Lynda sola en aquel pasillo.

- Hasta mañana, supongo – exclamó ella por lo bajo antes de continuar sola su camino hasta la puerta de entrada y marcharse a su casa, ignorando por completo un par de ojos azules que la observaban con detenimiento hasta que la vio desaparecer por la puerta de cristal.

- ¿Ocurre algo, Boss? – fue la pregunta que le había hecho el pelimorado al oído, haciendo que se sobresaltara un poco.

- Estoy bien – respondió algo tajante, llevándose una expresión dolida por parte del guitarrista quien se dirigió resoplando un tanto molesto a afinar su instrumento detrás de las cortinas. La única mujer del grupo se acercó a él.

- ¿Ni siquiera piensas contarle a tu mejor amiga? Recuerda que puedes confiar en mí – el castaño se giró para verla a Chica con una sonrisa amplia en el rostro, sentándose en el borde del escenario junto a él.

- Esa chica…

- ¿Quién? ¿Te refieres a la que acaba de salir por aquella puerta? – Freddy asintió con la cabeza.- ¿Qué ocurre con ella?

- No lo sé. Siento… siento como si la conociera de algún lado… - la rubia frunció el entrecejo con extrañeza.-… O sea, lo que quiero decir es que…

- Si, lo entendí. Es como si la conocieras de otra vida.

- Exacto.- la de orbes lilas volvió a sonreír. Si su instinto no se equivocaba, estaba segura de que su amigo se había sentido atraído por aquella joven.- Sin embargo…- inmediatamente su sonrisa se borró, cambiando a una expresión de desilusión.-… no estoy seguro de eso - ¿Era acaso una broma?

- ¿Es en serio? – la rubia alzo las cejas.

- Ya te lo dije, Chica. No estoy seguro – respondió casi elevando la voz. La aludida infló las mejillas con enfado y se puso de pie rápidamente, como si hubiera sido impulsada por un resorte.

- Como quieras…- fue lo último que dijo antes de irse y dejarlo solo.

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N/a: Y ese fue el primer capítulo :3.

¿Qué les pareció? Espero que les haya gustado, especialmente a ti Karoru.

Se preguntarán el por qué el título del fic. Bueno, para los que no lo sepan, "memento" significaría recuerda en latín. A medida que vaya avanzando la historia sabrán el motivo por el cual decidí llamarlo así xD.

Ñe, mil perdones por la ausencia y por no haber actualizado aún los otros fics. Esto se lo había prometido a Gengar hace mucho y no quería faltar a mi palabra por mucho tiempo más.

Por cierto, mil perdones también a Holly-chan por usar los nombres que ella utilizó para los niños perdidos sin su permiso. Espero que no te moleste ni me envíes una carta documento después de haber leído esta nota (?).

Bien, no tengo más nada para añadir. Que tengan un lindo día y abríguense si hace mucho frío. Acá en Argentina hace un frío como de cagarse, viteh (?

¡Nos leemos en la próxima! Chau, te quiero mucho :'v.