HARRY POTTER Y EL TORNEO DE LAS SIETE VARITAS
Disclaimer: ni Harry Potter ni sus personajes me pertenecen. Solo parte de la trama.
Esta historia está basada en las películas y libros de Harry Potter sin fines de lucro.
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Capítulo 1: Nuevamente En Tierra
Los rayos de sol se filtraban por las cortinas medio abiertas iluminando la habitación. Al centro de la habitación y en la pared adyacente a la ventana había una cama con sabanas rojo escarlata y en la que se encontraba un joven de cabello negro azabache revuelto, en su frente había una cicatriz con forma de rayo.
A los pies de la cama se encontraba un baúl medio lleno de ropa y libros, frente a la cama había un escritorio en el que se encontraba la jaula de una lechuza abierta donde en esos momentos se encontraba una lechuza blanca como la nieve que parecía dormir, a lado de la jaula había varias ediciones de "El Profeta".
Las ediciones del profeta tenían titulares como "Fudge Destituido" "El Que No Debe Ser Nombrado Ha Vuelto" "Sirius Black ¿Culpable o Inocente?".
Unos pasos acercándose a la habitación anunciaban el pronto arribó de alguien más a la habitación, pronto la puerta se abrió y por ella entro un hombre de cabello negro y ojos grises que caminaba apresurado a la cama
-Harry- llamo al chico que dormía plácidamente en la cama mientras lo movía suavemente del hombro-Harry despierta, es tarde.
-mmm- murmuro el joven acomodándose en la cama
-vamos Harry debemos estar temprano en King Cross- hablo el hombre abriendo totalmente las cortinas de la habitación alumbrando todo el lugar
-un ratito más- el hombre rio por las palabras adormiladas de su ahijado y acercándose a la cama se subió en ella poniéndose a brincar mientras llamaba al joven que se incorporó molesto- SIRIUS.
-lo siento Harry pero debes termina de empacar y si no te apuras me temo que perderás el expreso de Hogwarts- rio el animago por la cara de enojo del chico
-¿y de quien es la culpa de que aún no haya terminado de empacar?- murmuro enfurruñado por la risa de su padrino.
-tuya- respondió el hombre con tono burlón
-¿mía?- exclamo el chico indignado
-por supuesto Harry te recuerdo que fuiste tú el que quiso jugar un último partido de Quidditch antes de volver a Hogwarts- le respondió Sirius a su ahijado saliendo a la habitación
-SI PERO FUE TU IDEA QUEDARNOS JUGANDO HASTA LA MADRUGADA- grito el chico pero su padrino ya no se encontraba en la habitación.
Enojado, el chico se dirigió a la puerta que daba hacia el baño de la habitación que se encontraba a lado del escritorio dispuesto a darse un baño.
-te esperamos abajo ahijado- grito Sirius riendo, Harry no contesto, ya estaba acostumbrado.
Desde hacía un mes, concretamente desde el 31 de Julio, día de su cumpleaños número 16, vivía con su padrino. Ese había sido el mejor regalo de cumpleaños que había recibido desde el día en que Hagrid le dijera que él, Harry Potter era un mago, y uno muy famoso.
El día de su cumpleaños, su padrino se había presentado en Privet Drive en compañía de Remus Lupin y, después de darles un susto de muerte a sus tíos, le habían anunciado que se iría a pasar el resto del verano con ellos, en la casa que recién su padrino había adquirido para vivir los tres juntos.
Harry aun recordaba con gracia la cara de los Dursley cuando vieron en su casa a un mago, que resultaba ser el padrino de su tan detestado sobrino, y que estaba completamente furioso.
Estaba triste en su habitación de Privet Drive recordando los sucesos del año anterior y lamentándose por no poder al fin librarse de los Dursley e ir a vivir con su padrino Sirius Black.
Ese verano los Dursley le parecían más desagradables que nunca, el único consuelo que había encontrado eran las cartas de sus amigos, Ron le escribía contándole de los preparativos que hacían sus hermanos, Fred y George para la inauguración de su tienda de bromas, "Sortilegios Weasley".
Ron le había dicho que quizás Harry podría ir a quedarse a la Madriguera dos semanas antes de entrar a Hogwarts para que fuera a la inauguración de la tienda de bromas. Harry moría por poder ir.
Hermione también iría a pasar ahí las dos últimas semanas de vacaciones.
Luego estaba Sirius, quien le escribía una vez por semana, en su última carta, su padrino le había dicho que al volver a Hogwarts él le daría una muy agradable sorpresa, Harry le había escrito insistiendo que le dijera de que sorpresa se trataba. Pero Sirius aun no respondía.
Viendo la hora en el reloj de su pared, Harry bajo por las escaleras hacia el comedor, ya casi era la hora de cenar y la tía Petunia se encontraba poniendo los cubiertos y platos sobre la mesa. Cuando estuvo todo listo llamo a Dudley y al tío Vernon a la mesa y Harry se acercó y ocupo su lugar habitual.
La cena transcurrió en silencio, hasta que casi al terminar, la puerta sonó y Dudley camino hacia el recibidor con sus típicos pasos torpes a abrir la puerta. Desde la mesa oyeron voces ahogadas y segundos después Dudley volvía con ellos con la cara totalmente pálida y gesto de miedo.
-Dudley, querido, ¿qué tienes?- le pregunto tía Petunia preocupada
-Ha-Harry- susurro apenas el muchacho rechoncho con voz estrangulada
-¿y ahora que has hecho, muchacho?- pregunto tío Vernon con voz furiosa, pero Harry no sabía de qué hablaba Dudley
-no prefiere que le responda yo- hablo una voz tan o más enojada que la de Vernon Dursley desde la puerta de entrada a la cocina
-Sirius- exclamo Harry emocionado, al ver a su padrino ahí, y poniéndose de pie.
-¿quién es usted y porque entra así a mi casa?- pregunto el tipo Vernon también poniéndose furioso
-yo le diré quién soy- murmuro Sirius muy enojado avanzando hacia Dursley con varita en mano
-cálmate Sirius- hablo entonces un hombre que salió detrás de Sirius y que Harry reconoció como Remus Lupin.
Sirius respiro con fuerza viendo a los tres Dursley que lucían desconcertados.
-soy Remus Lupin y él es Sirius Black- murmuro el Licántropo- venimos por Harry.
-ve por tus cosas Harry, pasaras el resto del verano con nosotros- hablo Sirius pero sin mirar a Harry, solo mirando al tío Vernon- mientras yo arreglare unas cuantas cosas con los Dursley. Remus acompáñalo.
Harry no creyó que fuera buena idea desobedecer a Sirius, así que con un gesto de la cabeza pidió a Remus que lo siguiera.
Harry guio a Remus por las escaleras hasta su habitación.
-Remus ¿qué hacen aquí?- pregunto Harry con emoción
-Sirius consiguió que Dumbledore le diera permiso de que pasaras el resto del verano con nosotros- le respondió Remus ayudando a Harry a guardar todas sus cosas en su baúl- Sirius quiere que pases tu cumpleaños con él.
Harry sonrió emocionado, ahora sí tendría un cumpleaños digno de recordar.
-¿porque no se escucha nada abajo?- pregunto Harry intentando escuchar algo en el piso de abajo.
-seguramente Sirius puso un hechizo silenciador para que no escucharas como le gritaba a tus tíos- le respondió Remus riendo. Harry contuvo una mueca de decepción por no poder oír la conversación, seguramente a gritos, que se estaba llevando a cabo.
Harry termino de guardar todas sus cosas en el baúl y con ayuda de Remus lo bajo al recibidor.
Ahí ya estaba Sirius esperándolos con una gran sonrisa, por la puerta abierta hacia la cocina Harry podía ver a los Dursley, blancos como el papel y mirando a Sirius con expresión aterrada.
-¿listo para el mejor verano de tu vida, ahijado?- pregunto Sirius con alegría
-si ya estoy listo- respondió Harry
-nos vemos después Dursley- les dijo Sirius a sus tíos moviendo la mano de un lado a otro despidiéndose, haciendo que los Dursley se asustaran más.
Ese día Harry se había ido de Privet Drive completamente feliz aunque sabía que no era para siempre ya que al siguiente verano tendría que volver a esa casa.
Esa noche Harry había hecho la aparición conjunta con su padrino llegando a esa casa que Sirius había comprado para los tres.
Desde entonces cada mañana Sirius había adquirido la costumbre de despertar a Harry de las maneras más variadas, echándole agua en el rostro, jalando sus sabanas, tirándolo de la cama o saltando sobre la cama o sobre él. Y aunque a Harry al principio se molestaba después no podía evitar reírse, y repetirse nuevamente que ese era el mejor verano que había tenido.
Harry bajo a desayunar en cuanto salió de bañarse, eran las 8 de la mañana y el expreso de Hogwarts partía a las 11 así que aún tenían tiempo.
La casa que Sirius había comprado estaba a las afueras de Londres y era prácticamente en su totalidad Muggle, de dos pisos, era bastante amplia, grande para tres personas.
Al llegar a la cocina vio a Remus y a Sirius sentados en la mesa de la cocina desayunando, rápidamente se sentó frente a Remus y a lado de su padrino que estaba sentado a la cabecera de la mesa.
-Buenos días Harry ¿qué método utilizo esta vez?- pregunto divertido el que él consideraba un tío postizo
-brincando en mi cama- gruño aparentando estar molesto ya que en verdad la situación lo divertía- de nuevo.
-bueno fue mejor que cuando te despertó con el "Aguamenti" o el "Levicorpus"- rio Remus acompañado de Sirius. Harry también rio -¿terminaste de empacar?
El joven negó
-lo hare terminando de desayunar- completo su respuesta
-no olvides empacar los productos de Sortilegios Weasley, Harry- advirtió el animago.
Ese varano los gemelos Weasley, Fred y George, habían abierto su tan deseada tienda de bromas, gracias al dinero que Harry les había dado. Harry había asistido a la inauguración de la tienda de bromas acompañado de Sirius y Remus, y su padrino había aprovechado para comprarle toda clase de artículos de broma para que, en palabras de Sirius, "sacara su espíritu Merodeador" traduciendo para que gastara bromas a los Slytherin.
Sin duda la inauguración había sido de lo más divertida, al estilo de los Gemelos Weasley, como Fred y George le habían prometido a Sirius en la Madriguera. Harry aun recordaba eso con gracia.
Ese día se había levantado temprano para alguien que se durmió en la madrugada y es que Sirius lo había despertado porque según el no había tiempo que perder, hoy irían a visitar a los Weasley.
Era ya el tercer día que pasaba con Sirius y Remus desde que lo fueron a recoger a la casa de los Dursley, el primer día se había levantado pasado el mediodía ya que tanto el cómo su padrino y su tío postizo se habían quedado toda la noche hasta el amanecer hablando y planeando su verano.
Al despertar se encontró con los otros dos habitantes de la casa ya despiertos y comiendo algo, se unió a ellos a la mesa y después de terminar de comer su padrino había insistido en mostrarle sus grandiosas habilidades en el Quidditch, así que los tres juntos salieron hacia el gran patio trasero de la casa con sus escobas en las manos.
Su padrino no había jugado al Quidditch cuando estaba en Hogwarts según él porque era demasiado bueno en todas las posiciones y no pudo decidirse por una. Según Remus, Sirius era demasiado flojo como para estar en un equipo de Quidditch ya que esto implicaba entrenamiento y su padrino prefería gastar su tiempo saliendo con chicas.
Sirius había comprado dos Saeta de Fuego ese verano, una para él y otra para Remus a pesar de la negativa de este. Sirius al por fin ser declarado inocente había recuperado toda la fortuna heredada tío y además tenía lo que le correspondía por ser un Black lo que incluía la casa de Grimuld Place que aún seguía siendo el Cuartel de la Orden del Fénix, así que el dinero no le faltaba.
Con ese dinero había podido comprar esa casa a las afueras de Londres ya que según en sus propias palabras no quería volver a vivir en Grimuld Place jamás.
Pasaron toda la tarde jugando y Sirius demostró que a pesar de su edad y su estadía en Azkaban aun seguía siendo bueno sobre la escoba, Remus tampoco era un mal jugador. Harry se divirtió mucho aquella tarde y por la noche después de cenar se habían sentado frente a la chimenea por horas mientras Remus y Sirius le contaban anécdotas sobre sus padres, en especial como habían comenzado a salir.
Sus padres se habían conocido en el Expreso de Hogwarts en su primer año y ambos habían sido seleccionados para la casa de Gryffindor pero sin embargo no se habían llevado bien. Su padre era un bromista que disfrutaba rompiendo las reglas aunque sacaba buenas calificaciones y su madre según Sirius era una come-libros que nunca jamás rompía una regla, eran como el agua y el aceite y su padre disfrutaba molestándola por diversión. No fue sino hasta su quinto curso que se dio cuenta que le gustaba y por supuesto la invito a salir.
Su padre a quien las chicas perseguían y era todo un conquistador se llevó una gran sorpresa cuando su madre lo rechazo.
Lo cual según Remus no era de extrañar, pues su padre gustaba de salir con una chica diferente cada semana.
Su madre en cambio era una chica muy inteligente que no se iba a dejar engañar por ningún mujeriego, había dicho Remus según las palabras de su madre.
Sirius dijo que por supuesto que el rechazo de su madre había ofendido a su padre pero el enojo no le había durado ni un mes y tres semanas después ya le estaba pidiendo de nuevo una cita, y su madre le había dicho de nuevo que no.
Pero su padre no se había dado por vencido tan fácilmente y le pedía una cita cada semana a su madre de las más variadas maneras.
Sirius y Remus habían divertido a Harry por horas contándole de todas las ideas que se le ocurrían a su padre para invitar a salir a Lily Evans y que su madre decían solo la avergonzaban.
-incluso una vez- había dicho Sirius entre risas- entre Remus y yo lo ayudamos hacer una lista con las 100 razones por las que Lily Evans debería de salir con James Potter.
-¿y que paso?- pregunto Harry aguantando la risa
-pues Lily lo mando mucho al demonio- había contestado Sirius- e incluso le dio tremenda cachetada y lo persiguió por toda la sala común con varita en mano mientras le gritaba furiosa.
-¿pues que decía la lista?- había preguntado Harry imaginándose la escena que no hacía sino causarle gracia.
-eso fue culpa de Sirius- intervino Remus- y también de James no hay que negarlo.
Harry los miro con gesto interrogante mirando a Sirius reír descontrolado
-pues porque todas eran tonterías, James puso que porque era muy guapo, inteligente, el mejor mago e incluso puso que porque su madre cocinaba una deliciosa tarta de Melaza- le respondió Remus- y Sirius lo remato poniéndole que "No eres la chica más bonita y eres una sabelotodo quizás yo sea tu única esperanza"
-creí que así le haría caso- se excusó Sirius también riendo.
Esa noche los tres se volvieron a acostar tarde lo que ocasiono que al día siguiente se levantaran a media mañana.
A medio día recibieron la visita de Tonks que lucía con el cabello castaño opaco en lugar de su habitual rosa chicle y parecía levemente deprimida, pero Sirius no le había querido decir que le sucedía a su sobrina argumentando que "son asuntos de ella y no los entenderías". Harry no insistió después de eso.
Esa noche, horas después de que Tonks se fuera, Sirius recibió una carta de la Señora Weasley reclamándole por no haberle avisado que Harry ya estaba con el e invitándolos a almorzar al día siguiente.
Cuando llegaron a la Madriguera fueron recibidos por una Señora Weasley molesta.
-pasen, pasen- les dijo cuando les abrió la puerta y haciéndolos pasar a la cocina
-luces molesta, Molly- había dicho Remus mirando a la pequeña mujer pelirroja
-es esa chica, no la soporto- murmuro la mujer pelirroja, los tres intercambiaron una mirada de confusión- la novia de Bill, comparando todo con su precioso país- aclaro al ver el rostro confundido- no sé qué le ve mi hijo.
-yo si se- respondió Sirius sonriendo pícaramente- es hermosa, francesa y mitad Veela.
-por dios Sirius, hablas como si lo físico lo fuera todo- lo reprendió la señora Weasley molesta- ¿acaso ese es el ejemplo que quieres darle a Harry?
-por supuesto Molly- contesto Sirius entre risas- Harry es joven y debería comenzar a buscar a una joven con quien descargar sus más bajos instintos.
Harry se sonrojo ante la insinuación de su padrino y decidió que esa era su señal de partida, así que sin despedirse y escuchando las risas de su padrino y los gritos de la señora Weasley decidió subir a la habitación de su mejor amigo.
Harry creía que su padrino intentaba que actuara como cualquier otro joven y se olvidara de los sucesos que ocurrieron el año pasado, más concretamente de la profecía, pero Harry sabía que él no era como cualquier otro joven.
Al terminar de desayunar Harry subió a su habitación a terminar de alzar sus cosas en el baúl, era el 1 de Septiembre y hoy debía partir a Hogwarts a cursar su 6 año.
Hogwarts era un lugar muy especial para Harry Potter pues fue el primer lugar al que pudo considerar un hogar, después en el verano antes de su segundo año en Hogwarts, "La Madriguera" nombre que se le daba a el hogar de la familia Weasley se convirtió en su segundo hogar, pero Harry debía de admitir que no tenía muchas ganas de regresar a Hogwarts, durante ese mes en casa de Sirius había podido evadirse de la realidad, ser feliz por ese tiempo, sin pensar en su fatídico destino, volver a Hogwarts era volver a la realidad.
Una realidad donde Voldemort había vuelto y el Harry Potter tenía que derrotarlo.
Harry sabía que también para Sirius y Remus había sido un muy buen verano, sobre todo para su padrino, siendo este el primer verano en 15 años que había podido disfrutar en libertad, aunque Harry aun notaba un poco de tristeza en su padrino.
A veces cuando Sirius creía que no lo estaba viendo sacaba una vieja fotografía del bolsillo de su túnica y la contemplaba durante horas. Harry no sabía de quién era la fotografía pero intuía que debía ser de alguien importante en la vida de su padrino.
Alguien importante que ya no estaba.
Como ya no estaban sus padres.
-¿Harry ya terminaste?- pregunto la voz de Remus desde la entrada de su habitación
-casi- respondió Harry terminando de guardar sus cosas en su baúl, de pronto recordando sus anteriores pensamientos, miro a Remus y pregunto- Remus ¿puedo preguntarte algo?
-claro Harry ¿Qué sucede?- respondió Remus acercándose a él y sentándose en la cama mirando atentamente a Harry
-¿tú sabes si Sirius…- dudo Harry de como continuar- ...perdió a alguien muy importante en su vida?
-Sirius ha perdido a muchas personas en su vida, su hermano Regulus, James, Lily- murmuro Remus con el ceño fruncido- además le dolió mucho la muerte de los padres de James, yo diría que incuso más que la muerte de los suyos.
-el otro día lo vi mirando una fotografía muy triste- le conto Harry mirando como el rostro de Remus cambiaba de uno confundido a uno completamente desolado- ¿tú sabes de quién era?
-Harry hay cosas del pasado tanto mío como de Sirius que aún no sabes- le respondió Remus con seriedad
-¿Qué cosas?- pregunto Harry preocupado
-no creo que este sea el momento para contar esas cosas, Harry- le respondió Remus levantándose de la cama dispuesto a irse
-está bien, solo respóndeme una cosa Remus- le dijo Harry antes de que Remus se fuera de la habitación- ¿Quién es la persona de la foto?
-no estoy seguro Harry- le respondió Remus tras dudar un momento- solo puedo suponer quien es.
-¿y quién supones que es?- insistió Harry
-cuando nos graduamos de Hogwarts, Harry, Sirius conoció una chica, de la que se enamoró- le respondió Remus dudando si decirle o no- poco tiempo después se hicieron novios, eran muy felices, aunque la familia de Sirius no lo aprobaba, a él no le importaba, después de todo ya ni siquiera vivía con ellos.
-¿y donde esta ella?- pregunto Harry ansioso
-muerta- contesto Remus con amargura- los mortifagos le tendieron una trampa y la mataron.
Harry no supo cómo reaccionar solo lamentando la muerte de la mujer que Sirius amaba.
-y será mejor que no se lo menciones a Sirius, se enfadara si sabe que te lo conté- hablo Remus de nuevo- termina de empacar Harry.
Harry continuo empacando con la sensación de que había algo que Remus no le había contado.
Harry termino de guardar todas sus cosas en su baúl, el próximo verano sería el último que pasaría en Privet Drive, por lo que no se molestó en llevarse todas sus cosas, dejo la mayoría que le había comprado Sirius, y cuido de guardar su más grande logro escolar.
La insignia que lo nombraba el nuevo capitán de Quidditch del equipo de Gryffindor, la insignia había llegado días después de su cumpleaños 16 y lo había hecho inmensamente feliz, sobre todo la reacción de Sirius quien le dijo que su padre estaría orgulloso de él.
Harry esperaba que así fuera.
A las 10 de la mañana Harry partió a King Cross acompañado por Sirius y Remus en un auto del Ministerio de Magia que el señor Weasley había pedido prestado para esa ocasión y para uso de Harry. El viaje hasta King Cross no duro mucho y al llegar Harry descubrió que los Weasley aún no habían llegado, cosa que no le sorprendió.
-Harry- lo llamo Sirius, el chico lo miro para darle a entender que tenía su atención- no olvides aplaudir cuando recibas la sorpresa ¿eh?
Harry entonces recordó una de las últimas cartas que Sirius le envió cuando aún estaba con los Dursley, en la que le decía que al volver a Hogwarts tendría una agradable sorpresa, ¿de qué se trataba su sorpresa? Ni idea, Harry solo sabía lo que Sirius le había repetido por el último mes "lo descubrirás al llegar a Hogwarts".
-¿me dirás que es antes de irme?- pregunto Harry aunque ya sabía la respuesta
-no- de improviso Sirius lo abrazo- cuídate ¿sí?
-ojala que los Weasley lleguen a tiempo- murmuro Remus acercándose a los dos después de haberles dado su espacio para despedirse
-siempre llegan tarde- murmuro Harry
-que te vaya bien Harry- Remus también lo abrazo- quizás vaya a visitarte pronto a Hogwarts, tengo algunos asuntos que tratar con Dumbledore.
Harry se abstuvo de preguntar que asuntos pues sabía que le responderían, después de unas palabras más Remus y Sirius dejaron el andén 9 3/4 y Harry subió al vagón del expreso de Hogwarts a esperar a sus amigos Ron Weasley y Hermione Granger que había pasado parte del verano en la casa de los Weasley, mientras se sumía en sus pensamientos.
Harry Potter era un mago y uno muy famoso, para su disgusto, conocido por sobrevivir a la maldición asesina y por derrotar, con tan solo un año de edad, al mago tenebroso Lord Voldemort el mismo día en el que el asesinara a sus padres, razón por la cual Harry vivía con sus tíos muggles los cuales le ocultaron que él era un mago hasta que tuvo la edad suficiente para asistir a Hogwarts, entonces Hagrid, el guardabosques de Hogwarts, le había hecho entrega de la carta de admisión a Hogwarts, que tantos disgustos le había causado a sus tíos.
Hacía ya 2 años durante el Torneo de los Tres Magos, Lord Voldemort había vuelto a la vida, y Harry lo sabía muy bien pues Voldemort tomo su sangre para hacer el conjuro que le regreso su cuerpo y su poder, además de que el año pasado se había enfrentado a él junto a sus amigos Ron, Hermione, Neville y Luna en el Ministerio de Magia.
Recordaba muy bien ese día, la visión que tuvo donde vio a su padrino, Sirius Black, siendo torturado en el departamento de misterios por Lord Voldemort, entonces, a pesar de las advertencias de su amiga Hermione, de que podría ser una trampa, gracias al vínculo que había en su mente y la de Voldemort escaparon de Dolores Umbridge en ese tiempo directora de Hogwarts, fueron hasta Londres en Thestrals, unas criaturas mágicas las cuales solo puedes ver si has visto morir a alguien, idea de su amiga Luna.
Lamentablemente su amiga Hermione había tenido razón y todo había sido una trampa, Harry y sus amigos habían tenido que enfrentarse a los mortifagos hasta la llegada de la Orden del Fénix.
En medio de la pelea Bellatrix Lestrange se había librado de su duelo con Nymphadora Tonks y había intentado desarmar a su padrino con un Expelliarmus, haciendo que este por poco cayera por el velo que había en la sala, en ese aterrador momento Harry creyó a Sirius muerto y decidió pelear el mismo con la trastornada prima de su padrino.
Entonces Dumbledore se enfrentó en un duelo contra Voldemort, al final de la noche Dumbledore le revelo al fin lo que decía la profecía que Voldemort quería que tomara: el Harry Potter tenía que derrotar a Lord Voldemort pues "ningún de los dos puede vivir si el otro sobrevive" eso decía la profecía.
Aunque no todo fue malo esa noche, Sirius nunca había atravesado el velo por lo que no murió, solo quedo inconsciente. Después de que el ministerio declarara inocente a su padrino gracias al testimonio de Dumbledore y otros más y del error que cometió Colagusano al presentarse en el departamento de misterios y dejarse ver por el mismo Fudge, actualmente ex ministro de magia, Harry había creído que dejaría la casa de sus tíos para vivir con Sirius pero esto no fue así, el mismo Sirius, junto con Remus Lupin y Dumbledore le explicaron el encantamiento echo gracias al sacrificio de su madre y después de mucho discutir un resignado Harry Potter volvió a la casa de los Dursley.
Pero no por mucho tiempo.
El anhelo de vivir con su padrino y el que él consideraba un tío, como una familia de verdad era lo único que lo motivaba para acabar con Voldemort y sobrevivir.
Un grito femenino saco a Harry de sus pensamientos, sus mejores amigos habían ingresado al vagón y al instante el ojiverde se vio envuelto en los brazos de su amiga castaña, momentos después el tren partió de la estación de Kings Cross rumbo a Hogwarts, ya de camino el pelirrojo y la castaña atosigaban a su amigo peli azabache con preguntas acerca de su verano y contándole lo que ellos habían hecho en ese tiempo sin verse.
Harry se alegró mucho de verlos, realmente los había extrañado mucho, a pesar de que se habían mantenido en constante contacto por medio de cartas.
Poco después Harry suspiraba por enésima vez mientras escuchaba otra de las tantas discusiones de sus mejores amigos y se recordaba las razones por las que los había extrañado tanto.
-...es porque tienes tanta sensibilidad como una roca, Ronald- decía la chica con el cabello revuelto
-solo digo la verdad, Hermione- respondió Ron, rodando los ojos
-pues deberías aprender a mantener la boca cerrada- contesto Hermione, fulminando con la mirada a Ron - además- continuo la chica-yo solo quería saber que había hecho Harry en vacaciones- Ron bufo y Hermione fijo su vista en el otro ocupante del vagón -¿cómo te sientes, Harry?- pregunto Hermione, Harry rodo los ojos
-bien- gruño como respuesta, Hermione bufo y se cruzó de brazos recargando la espalda contra el asiento, molesta por su escueta respuesta.
-oye Harry ¿Sirius te dijo cuál es la famosa sorpresa que te tenia?- pregunto Ron curioso.
Harry les había contado lo de la sorpresa que Sirius le tenía y los tres habían pasado la mitad del verano intentando averiguar en vano de que se trataba la sorpresa.
-no sigue diciendo que lo sabré al llegar a Hogwarts- respondió Harry, Ron bufo fastidiado, así que su amiga castaña decidió darse por vencida y cambiar de tema.
-¿leyeron el Profeta esta mañana?- pregunto Hermione
-¿Quién lee el Profeta, Hermione?- pregunto el pelirrojo rodando los ojos, pero ante la mirada de desaprobación de su amiga, suspiro pesadamente y pregunto- ¿Qué decía?
-no hay pistas de quien se llevó a Olivanders- murmuro Hermione con pesar
-¿Cómo que no hay pistas? Es obvio que fueron los Mortifagos- dijo Harry con disgusto ante el Ministerio, quien a pesar de ya haber aceptado el regreso de Voldemort, aun encubría algunos de sus actos, intentando aparentar que estaba débil y que ellos podían controlar la situación.
-sí, pero ellos dicen que para que puede querer El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado a un anciano como Ollivander- contesto la castaña
-y tienen razón- murmuro Ron- en este tiempo las personas dudan incluso de Dumbledore por su edad.
-eso es estúpido- murmuro Harry sorprendido- Dumbledore es un gran mago, además ¿Cuántos años puede tener?
-todos- murmuro Ron haciendo reír a sus compañeros- pero aun así, algunos ya no creen en él.
Harry suspiro, recordando la tienda de varitas Ollivanders, totalmente revuelta y con signos de un duelo de magia, que él y sus dos mejores amigos habían visto durante el verano, después de la inauguración de Sortilegios Weasley.
-mi mama enloqueció durante el verano y dijo que no volvería a Hogwarts- susurro el pelirrojo- he incluso quería hacer volver a Ginny, le escribió y le ordeno que viniera. Ella no quiso.
-¿no quiso?- pregunto Hermione extrañada, no tanto por las palabras de su amigo sino por el tono que utilizo.
-no, y no me extraña- suspiro Ron con tristeza- Ginny ya no es la misma.
Harry y Hermione intercambiaron miradas ante la mirada triste de su amigo.
Harry recordaba poco de Ginny Weasley, la hermana pequeña de su mejor amigo.
Su primer recuerdo de ella era como una niña bajita y menuda de larga cabellera pelirroja que le deseaba suerte, antes de cruzar por primera vez la barrera del andén 9 ¾, y después le rogaba a su madre por subir a ver a "el niño que vivió" al expreso de Hogwarts, después lloraba y reía al mismo tiempo despidiéndose de sus hermanaos.
La segunda vez que Harry había visto a Ginny fue cuando Ron y los gemelos lo ayudaron a fugarse de la casa de los Dursley, el ver
ano antes de su segundo año en Hogwarts, en la cocina de la Madriguera, mientras el desayunaba con los hermanos Weasley, ella había bajado aun en pijamas y lo había visto sorprendida, antes de subir las escaleras muy sonrojada.
Esa mañana los Weasley habían insinuado que la pequeña Ginny estaba enamorada de él.
Una serie de recuerdos sobre su estancia en la Madriguera durante ese verano paso por su cabeza, todos incluían a la pequeña Weasley, la recordaba desayunando sonrojada y metiendo el codo en el plato de la mantequilla.
Sus recuerdos volvían a aparecer cuando la Cámara de los Secretos fue abierta ese mismo año, dando como resultado la petrificación de algunos alumnos nacidos muggles, entre ellos Hermione.
La recordaba nerviosa, nervios que él y sus hermanos asociaron con el miedo a ser petrificada, sin imaginarse que en realidad temía porque era ella quien había abierto la cámara, poseída por el recuerdo de un Lord Voldemort joven.
Un súbito recuerdo de la pequeña pelirroja inconsciente a los pies de una estatua gigante de Salazar Slytherin lo hizo estremecer, pero afortunadamente para todos, Ginny Weasley había sobrevivido, pero el miedo la había superado.
En el verano antes de su tercer curso en Hogwarts, durante su estancia en el Caldero Chorreante, Rn con tristeza les había contado que ese año su hermanita no volvería a Hogwarts pues tenía miedo.
Les narro la negativa de su madre a dejarla ir a otro colegio de magia, argumentando lo lejos que estaba, a falta de dinero y porque estaría sola, sin la compañía y protección de sus hermanos, pero su hermana lloro suplico y les dijo de sus grandes temores de regresar a Hogwarts. Y entonces, sin poder hacer nada ante los ojos llorosos y el cuerpo tembloroso de su pequeña hija, los señores Weasley accedieron a que su única hija no asistiera a Hogwarts como todos sus hijos varones.
-¿Ginny no es la misma, Ron?- pregunto Hermione interrumpiendo los pensamientos del moreno, Ron solo asintió con la cabeza -¿y por qué dices eso?- volvió a preguntar su castaña amiga
-¿saben cuántas veces la eh visto desde que se fue de Hogwarts?- pregunto Ron, Harry y Hermione negaron con la cabeza
-2 veces en casi 4 años, el primer año dijo que se iría de vacaciones a América con sus amigas disque para integrarse así que no fue para esas vacaciones, solo vino por su boleto para el mundial de Quidditch, se peleó con mama y se fue, dijo que iría con unas compañeras del colegio, pero al parecer ni siquiera fue, casi no escribe- Ron parecía enojado pero al mismo tiempo muy dolido por el alejamiento de su hermana- el año pasado quería venir para navidad pero mama le dijo que no, ya saben por lo de la orden del fénix, por supuesto que Ginny se enojó, los gemelos le escribieron pidiéndole que viniera a la inauguración.
-no la vi allí- comento Hermione frunciendo el entrecejo
-es porque no fue- dijo también frunciendo el entrecejo- le mando una carta a los gemelos disculpándose y diciendo que otro día iría a visitarlos a la tienda… Y yo no dejo de pensar que se fue por mi culpa- término Ron, Hermione negó enérgicamente
-sabes que ella se fue por que tenía miedo, por lo sucedido con la cámara de los secretos, Ron-Dijo Hermione, Harry asintió de acuerdo con ella.
Ron suspiro
-saben antes de que entráramos a Hogwarts, Ginny y yo éramos los mejores amigos pero... Aquí en Hogwarts hice nuevos amigos y la hice a un lado, no me preocupe por ella y Ginny pago las consecuencias de mi descuido si no la hubiera olvidado nada de esto hubiera pasado, ella estaría aquí y no en esa escuela llena de sufrimientos- Harry se dio cuenta de lo mucho que Ron sufrió por la partida de su hermana, eso tenía que agregárselo a la interminable lista de cosas que Voldemort hizo que dañaron a las personas que él quería.
El silencio reino por varios minutos en el compartimiento hasta que este fue roto por Hermione.
-demonios, Ron, ya viste la hora, tendríamos que estar dando nuestra ronda por el tren- enseguida Hermione se puso de pie y apresurada se puso la túnica y jalo a Ron hacia afuera.
Había pasado tanto que Harry había olvidado que sus dos mejores amigos eran Prefectos.
Harry agradeció poder estar unos momentos a solas con sus pensamientos. Pensó en Ron y en lo que le acababa de decir, tanto de Dumbledore como de su hermana.
El no podía entender que la gente desconfiara de las aptitudes de Dumbledore, quien era, en su opinión, el único capaz de darle batalla a Voldemort, aun si él era el destinado para matarlo, pensamiento que lo hizo estremecer.
Hogwarts, en su opinión, seguía siendo el lugar más seguro, para él y para todos los magos.
Y después estaba el asunto de Ron y Ginny Weasley, si Harry se ponía a pensar, después de que Ron les dijera a él y a Hermione que su hermana no volvería a Hogwarts, fueron pocas, por no decir ninguna, las veces en que el escucho que se nombrara a la más joven de los Weasley. El podía imaginarse el dolor de su amigo, al no tener cerca a su hermana, aunque claro él no sabía lo que era tener hermanos, solo tenía un primo, Dudley pero Harry sabía que Dudley no lo contaba entre uno de sus seres importantes y el había aprendido a tampoco hacerlo. Aunque tampoco le deseaba ningún mal.
Pero su momento de soledad no duro mucho más pues en ese momento la puerta de su compartimiento se abrió y por ella entraron Luna y Neville.
-hola Harry- saludo Luna- ¿podemos sentarnos aquí?
-si claro Luna- respondió Harry rápidamente.
-estábamos en otro compartimiento pero Malfoy llego a molestar- explico Neville sentándose frente a Harry y a lado de Luna- está más insoportable que nunca.
-no se le puede reprochar- murmuro Luna- su padre a sido enviado a Azkaban.
-pero Lucius Malfoy se lo merece- rebatió Harry, recordando la batalla en el Departamento de Misterios.
-quizás, pero aun así es su padre- respondió Luna encogiéndose de hombros despreocupadamente, antes de sacar una edición del "Quisquilloso" de entre su túnica y ponerse a leerla al revés.
-últimamente todos parecen estar insoportables- continuo hablando Neville- no dejan de molestarnos preguntando que paso en el Departamento de Misterios.
-¿de verdad?- pregunto Harry nervioso, esperando que ninguno mencionara nada de la Profecía.
-sí, pero no dijimos nada- se apresuró a contestar Neville
-aun así son bastante molestos- murmuro Luna- cuando subí al tren Cho Chang me pregunto si era cierto que eras el elegido, Harry.
Cho Chang era una alumna de Ravenclaw, un año mayor que Harry, con la que él, el año anterior, había salido. Si se le podía llamar así a un beso mojado, ya que ella estaba llorando, y una cita desastrosa que habían tenido. Al final todo había terminado de no muy buena manera debido a los celos de esta, hacia Hermione y el incidente con Marietta Edgecombe quien había delatado al ED con Umbridge.
-le dije que te preguntara a ti- continuo hablando Luna- y ella lucio bastante disgustada.
-igual que todos cuando nos negamos a decirles algo- agrego Neville, encogiéndose de hombres.
-no ella parecía mas disgustada que los demás- murmuro Luna.
Después de ese comentario el silencio reino de nuevo en el compartimiento, hasta que llegaron a la estación de Hogsmeade y bajaron del tren. Ya abajo, encontraron a Hermione y Ron, y juntos fueron hacia las carrozas tiradas por Thestrals y partieron rumbo al castillo.
Al llegar a Hogwarts los cinco chicos venían demasiado pensativos.
Los 5 chicos se apresuraron a entrar en el GC pero grande fue su sorpresa cuando al mirar hacia la mesa donde habitualmente se sentaban los profesores se encontraron a un sonriente Sirius Black sentado al lado de Minerva McGonagall y siendo el centro de muchas miradas curiosas.
-¿Qué hace Sirius aquí?- pregunto Harry impactado
-pues es obvio Harry que la sorpresa que te tenia Sirius es esa- contesto Hermione con aprobación, sin embargo ni Ron ni Harry habían captado aun cual era la sorpresa, la chica rodo los ojos con desaprobación- Sirius es el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.
Y así era, Harry no pudo evitar demostrar su entusiasmo con la idea cuando Dumbledore hizo el anuncio después de que la selección terminara y recordando lo que su padrino le había pedido aplaudió con fuerza.
Cuando el banquete comenzó la plática de todos se sumió en los resultados de los TIMOS, tanto a Harry como a Ron, Hermione y Neville les había ido muy bien sobre todo en DCAO y en el caso de Neville en herbologia.
Harry miro alrededor del Gran Comedor notando la falta de algunos alumnos, fue entonces cuando vio a Draco Malfoy sentado en la mesa de Slytherin junto con sus eternos guardaespaldas Crabbe y Goyle y otros Slytherin, pero Harry noto que Malfoy parecía estar discutiendo con otra Slytherin que él no reconoció.
Era menuda, claramente menor que ellos, con el cabello cobrizo y piel muy blanca, bastante bonita en realidad.
-oigan- murmuro Harry sin apartar la mirada de Malfoy y la chica- ¿Quién es esa chica con la que discute Malfoy?
Hermione, Ron y Neville observaron la misma escena.
-pues...-Neville respondió -es... Astoria Greengrass si me lo preguntan es la única Slytherin decente- contesto enviándole una mirada a la mesa de Slytherin.
-francamente, Neville, dudo mucho que haiga un Slytherin que valga la pena- comento Harry a lo que Ron asintió
-pues ella sí... al parecer sus padres la iban a mandar a Beauxbatons pero cambiaron de parecer y la enviaron aquí, es la hermana menor de Daphne Greengrass ¿la ubican?- los tres Gryffindor asintieron, pues era de su misma edad y muy cercana a Malfoy y sus gorilas.
-pues Astoria se la vive con todos menos con los Slytherin, y muchísimo menos con Malfoy y su pandilla... a y detesta a Malfoy- completo Neville mientras aparecían los postres- dice que es un engreído, idiota y egoísta que le da mala fama a los Slytherin
-¿y tú has tratado con ella, Nev?- pregunto Hermione
-el año pasado, en el expreso, mientras íbanos a casa me la tope en un pasillo y me pregunto si yo estaba en el ED, yo le dije que sí y ella me reclamo por no haberla invitado a participar y termino diciendo que aún quedaba dos o tres Slytherin decentes- finalizo Neville dejando sorprendidos a los tres leones
-bueno, creo que aparte de ella no hay otro Slytherin decente- comento Hermione aun mirando la escena.
En ese momento los postres desaparecían dando por finalizado el banquete, mientras el profesor Dumbledore se ponía de pie para dar su discurso de todos los años dando por finalizada la plática del cuarteto y dejando a cierto Potter más pensativo, pensando en que su tranquilo verano había llegado a su fin, ya estaba nuevamente en tierra.
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Próximo Capitulo: El Discurso de Dumbledore
Avance:
Dumbledore da el discurso de bienvenida, dando noticias inesperadas para todo Hogwarts, que impactan a Harry y dejan a Ron totalmente nervioso.
Fanny
"No es bueno dejarse arrastrar por los sueños y olvidarse de vivir."
