Disclaimer: Ninguno de estos personajes me pertenecen, son propiedad de Nickelodeon, Dimartino y Konietzko. Bueno... ustedes saben el resto.
—El té de Iroh siempre me hace entrar en razón… lo que daría por una taza ahora mismo…
—Supongo que eso es algo que solo funciona en el mundo de los espíritus… pero… Korra —se detuvo, observándola, como si temiera perder algún detalle de lo poco que había visto de ella, luego de tantos ires y venires, luego de las separaciones inevitables y los reencuentros que siempre sabían a poco —… aunque no estemos en el mundo de los espíritus ahora mismo… sigues influyendo en tu entorno.
Sus palabras fueron consumidas por el griterío que se armaba tras ellas, un sinfín de personas querrían ver al avatar luego de sus viajes por el mundo. Un mundo que lentamente volvía a estar en paz y equilibro. Un siglo de guerra solo podía ser reconstruido con siglos de paz y trabajo mancomunado. La mujer se apartó ligeramente de ella, levantando el brazo en señal de saludo y esbozando una enorme sonrisa. Sin embargo Asami podía ver el cansancio tras los ojos claros y la sonrisa fácil de Korra, había aprendido a desvelar sus rasgos con una mirada, había entendido, hacía un tiempo ya, que las sonrisas eran la mejor manera de ocultar las montañas de desesperación, cansancio, pena o consumación.
Una sonrisa nunca te haría parecer demasiado exhausto. Siempre y cuando recordarás cerrar los ojos junto a ellas.
Suspiró y sostuvo su mano un momento, antes de dejarla ir. La atención del avatar volvió a estar sobre ella, su mirada celeste en sus ojos, ahora podía verse reflejada en el fondo de sus pupilas. Por un muy breve momento pensó que le gustaría ver eso antes de morir, ese reflejo siempre sería más cálido que la versión de sí misma observándola desde el fondo de un espejo.
—Solo recuerda que aunque no lo veas en el cielo, sigues influyendo en tu entorno… y en mí. Mucho en mí — susurró antes de dejarla ir. La conexión rota y el mundo ligeramente quebrado. Korra pareció inclinarse para alcanzarla por un momento, pero luego se dejó ir, atraída por las personas que ya se conglomeraban a su alrededor.
Eso no detuvo, sin embargo, el pequeño asentir con la cabeza para darle a entender que la había escuchado.
Asami suspiró y los vio alejarse. Ella también deseaba un poco de ese té que aún contenía la esencia de Rava en él.
La esencia del avatar en él.
NdA; Una cosa que no me podía sacar de la cabeza. Espero les haya gustado. ¡Saludos!
