DORAWA.


Si son curiosos, sabrán lo que significa el título que le he dado.

Mi mente no me deja en paz, ja ja, y ahora se le ocurrió un nuevo fic.

Disfrútenlo, y no me juzguen por dejar inconcluso los otros.


CAPÍTULO 1.

—¡Felicidades, Pan-chan!—gritaron todos al unísono—incluso yo—cuando Pan ingresó a la habitación.

Sus orbes negras se abrieron asombradas, y solo atinó a cubrir su boca con sus manos.

—¡Oh! ¡Arigato!—sonrió dando una reverencia—. Muchas gracias a todos. No me lo esperaba.

—De nada, cariño, te lo mereces—le dijo su madre envolviéndola en brazos—. Muchas felicidades, hija.

—Te amo, mamá—Pan respondió de igual manera y yo solo pude ser un mero espectador. Poco tiempo después, Gohan-San no tardó en aparecer y también abrazarla efusivamente.

Así, uno a uno de todos los presentes en aquella habitación, le estaban felicitando.

—Felicidades, Pan.

—Gracias, Bulma-San.

Goten no paraba de tomarle fotografías, según dijo, para subirlas a internet con algún comentario gracioso.

Poco después, su abuelo Goku y Satán hicieron lo mismo. Llegaría mi turno. No lo resistí más, y decidí salir desapercibido de la habitación.

Salí al balcón, el aire frío de la noche me golpeó de lleno, pero menos mal así había sido, la sensación de ahogo de la habitación previa, fue reemplazada por una de aparente alivio.

Metí mis manos en los bolsillos de mi traje, y solo me quedé parado, esperando, rogando que quizá, ella, Bra y Marron salieran ya de aquí.

Sería una noche de chicas, según dijeron, y por cómo las vi de entusiasmadas, se lo iban a tomar en enserio.

—¡Hey!—dijo golpeando mi espalda con las palmas de sus manos, casi salté de susto cuando lo hizo.

Por estar tan perdido en mis pensamientos, ni siquiera la sentí acercarse. Lentamente giré hacia ella. Había venido por mí.

—¡Trunks-chan!—dijo efusivamente— ¿Por qué tan perdido?

—Ah…

—¿No pensarás evadirme? ¿O sí?—dijo divertida.

—Nada de eso, Pan. Tuve una llamada que contestar—mentí.

—Ya. Entiendo ¿Y? ¿No me darás un abrazo?—preguntó con un gracioso puchero en su boca—. Baka, siempre eres así conmigo. Venga, dame un abrazo para la suerte.

—No seas niñata, Pan ¿Para qué necesitarías algo así de mí? —intenté vagamente zafarme de su pedido pero fue en vano. Riéndose a todo pulmón solo me pegó con un puño en el brazo.

—Vamos—sin que lo pudiera prever, ella fue la que me abrazó—. Solo di: Niñata inmadura. Eso será algo como un buen vaticinio.

—Hm. No digas estupideces, Pan.

—Venga, Trunks ¿No lo dirás?

—No.

—¿Qué?—zafó su agarre por un momento, tan solo para tomarme por los hombros. Le sobrepasaba por una cabeza, pero aun así se las ingenió para sujetarme con fuerza—. Trunks-chan. ¿No lo dirás?

—No.

El cejo sobre su frente se frunció y la vi jalarme de las solapas de mi traje para obligatoriamente inclinar mi cabeza y mirarla desde arriba.

—Trunks. No todos los días me caso, así que lo dirás porque lo dirás.

—Ah…

Es fácil, hombre.

Me dijo mi alter ego.

Solo dile lo que quiere oír.

—Ah…

Ella no capitularía hasta que se lo dijera, y yo sabía cuan terca y obstinada podía llegar a ser.

—Trunks. Estoy esperando.

Solo dile lo que quiere oír, Trunks Briefs.

—Niñata…—empecé—. Ah…

—¡Pan, ya es hora!—menos mal, Bra apareció en el marco de la puerta—. Se nos hará tarde.

—Sí, Bra. Voy en un minuto.

—Sí, te esperaremos en el auto, Marron ya está allí—anunció mi hermana.

—Sí, Bra—luego de esa afirmación, Bra desapareció, y la atención de Pan se enfocó de nueva cuenta en mí—Ah, Trunks, me voy.

—Sí, Pan. Diviértete—sonriéndome, caminó con dirección a la casa, pero antes de entrar giró completamente hacia mí

—Trunks.

—¿Qué? Dime.

—No faltes. Te asesinaré si lo haces.

—Sí, Pan. Estaré allí.


—¡Trunks-chan!—Mis ojos se elevaron hacia ella, para tan solo verla enfundada en un vestido blanco perla, y zapatos de tacón color beige. En definitiva, era un hito verla de ese modo—. Viniste—dijo desde las escaleras de la recepción.

—Soy hombre de honor, Pan.

—Sí, menos mal lo eres—dijo descendiendo y colocándose enfrente de mí— ¿Y?

—¿Y qué?—No entendí la pregunta.

—¿Cómo me veo?—preguntó un tanto avergonzada para luego bufar—. Nunca he sido muy buena para estas cosas, en cambio, Bra y tú saben mucho de sofisticación. Dime. Me veo fatal ¿Cierto?

—Ah…

Pocas veces como las de ahora, yo no podía emitir ningún sonido, peor aún palabra alguna. Y es que…

¿Cómo decirle que cuando la vi descender por las escaleras, literalmente perdí el aliento?

—Me preocupa mucho que haya arruinado la colocación "exacta" de la tiara que Bra me colocó—dijo entre risas—. Sería capaz de matarme.

—A ver. Déjame ayudarte.

Me coloqué detrás de ella, y verifiqué que todo estuviera en orden.

—Solo aquí. Permíteme.

—Agh. Lo sabía—siseo—. ¿Ves? Soy un desastre para esto.

—Para nada, Pan. Listo—le dije cuando dejé la tiara en el lugar exacto—. Ahora estás perfecta.

—¿Lo dices en serio?

—Sí.

—Uff. Eso es un alivio—con una media sonrisa en mi dirección, ella agradeció, para poco después enfocar sus ojos en quién estaba detrás de mí.

—Hyung Soo—dijo Pan antes de pasar de mí y salir a su encuentro

En momentos así, maldecía el poder que mi hermana tenía sobre mí, de otro modo, en este momento me hubiese encontrado en la sala de banquetes. Esperando que empezara la boda, y no aquí. Siendo el terceto de esta historia.

—Pan-chan—con los brazos envueltos en su cintura, ambos caminaron hacia mí—. Trunks—dijo extendiendo una de sus manos—enfundadas en un pulcro traje negro— hacia mí—. Amigo. Gracias por haber venido.

—No tienes de qué agradecer, Hyung Soo. Es un honor el haber sido invitado.

—¿Pero qué dices, Trunks? Eres amigo mío y de Pan. Tenías que estar aquí.

—Sí, Hyung, eso es lo que le he dicho—le dijo Pan—, si hasta lo he amenazado.

—¿Hiciste eso, Pan?

—Sí, Hyung. Lo he hecho.

—Ya veo. Ah… Por favor, Trunks. Dime que el señor Vegeta vino.

—Ah… Sí, mi padre ya debe estar en la recepción.

—Oh, me alegra—dijo satisfecho mi amigo peli-negro.

Para nadie era un secreto que mi padre le agradaba, siempre fue así, así como tampoco para nadie pasaba desapercibido que mi padre también le apreciaba.

"Es un humano que vale la pena un poco de mi tiempo. No es basura terrícola."

—¿Pero qué haces aquí, Trunks?

—Ah, vine porque Bra y Marron tuvieron una "emergencia" y querían que les trajera dos nuevos vestido. Al parecer, una copa de vino fue suficiente para arruinarlas.

—Mujeres, mujeres—meneó de lado a lado su cabeza. Divertido por la situación—, pero está solucionado, supongo.

—Sí. Así que cómo ya he terminado, yo creo que…

Una mujer rubia de tacones se nos acercó, haciendo resonar sus tacones en el pulcro piso.

—Señores. La ceremonia comenzará. A sus lugares por favor.

—¡Sí!—contestaron al unísono, para luego comenzar a reír por sus ocurrencias.

—Te veo en breve, Hyung—le dijo antes de dirigirse a la puerta que la guiaría al altar.


—¿No te quedarás, Trunks?

—No, Bra. Tengo que levantarme temprano mañana—antes de que mi hermana objetara algo, completé—. Tengo unos asuntos que resolver.

—Bueno, entonces no te detengo. Si es así… —dijo quitando sus antebrazos de la ventanilla del auto—. Ve, descansa.

—Sí, Bra.

Subí el vidrio de la ventanilla lateral del auto, y me uní al tráfico.

"No estés tan serio, Trunks. Sonríe un poco más."

—Sch.

"¿Ves lo guapo que estás cuando sonríes? Yo creo que por eso abuelo Goku pateó tu trasero el otro día. Cuando luchabas estabas tan serio y tenso. "

—Pan…

Un ligero temblor se extendió por todo mi cuerpo. Una sensación de frío intenso me congeló en mi sitio. Seguí conduciendo por el centro de la ciudad. Esta ciudad era así, ajetreada, todos los días del año, siempre lleno de vida, de luces, de personas.

Al menos así, la sensación de lejanía y soledad desaparecía, un poco, o al menos se hacía tolerable.

Cambié de carril, y casi tenía que obligarme a no mirar el asiento de copiloto.

No mires, Trunks. Me repetía, pero hasta yo sabía que no iba a funcionar.

Apoyé mi brazo en la ventana y continué conduciendo, no sabía ni a donde iba, solo sabía que no quería llegar a mi casa, y tampoco había querido quedarme en la fiesta.

A esta hora, ellos estarían bailando. Festejando su boda.

¿Qué haría yo allí?

Si ya, lejos de allí, me sentía la persona más patética del mundo.

Hasta yo mismo me sorprendo de mi capacidad para conservar la calma y haber aparentado tal normalidad.

"Hyung, Pan. Les deseo, sean felices. Felicidades por su boda"

Apenas sí logré decir eso, darles un abrazo a cada uno, y salir con la dignidad suficiente para lo poco de corazón palpitante que me quedaba. Jamás me consideré que algo así podría llegar a suceder, quizá esté loco, pero yo, me aferré a ella como nunca lo hice con nadie.

Al recordarla, las lágrimas caen eventualmente, y solo atino a apretar el volante en mis manos. Kami, todo esto duele en el alma, es una presión que no pasa. Algo que me ofusca y que me obliga a largarme a llorar, justo ahora.

La sensación de ira me envuelve, la rabia conmigo mismo por haber sido tan imbécil. Y las lágrimas hacen juego con la impotencia que siento.

¿Cómo creíste que nadie más iba a ver lo especial que es?

Eso es lo que ahora yo mismo me preguntaba, pero mi cuerpo no escucha. Y casi puedo sentir su esencia, su energía junto a mí en el auto.

Conduciendo por los lugares que solía visitar con ella, me siento perdido. Me siento tan lejano, que creo que estaba viviendo en otro lugar, en otra época, y ahora, la realidad me ha estallado en la cara. Pan no estará más. Me detuve en su semáforo, y el ver una tienda de pastelillos fue suficiente para que eso me resultara tan familiar y las lágrimas de nueva cuenta cedieran.

"Feliz cumpleaños, Sr. Briefs"

Recuerdo que me dijo en la oficina. Lugar que nunca mezclaba con la vida personal, yo era su jefe, ella mi secretaria personal. Al menos hasta que aprendiera como desenvolverse en el mundo de los negocios. Así me lo había pedido personalmente. Recibiría, en un tiempo no muy lejano, la herencia de la familia Satán, y tendría que aprender cómo eran los negocios. Una cosa era tener un título, y lo siguiente era tener la experiencia para no lanzar todos los patrimonios de su familia por la borda, sino que hacerlos prosperar.

Ahora ella sería la heredera, y por ello, había pedido incursionar en el mundo de los negocios como mi secretaria, yo le enseñaría, y así fue. Y ahora, esto también me confirmaba que su lapso de tiempo trabajando para mí, también expiró.

Trunks Briefs. Eres un imbécil. La tuviste a tu alcance todo el tiempo.

Sí. Quizá creí que ella nunca me dejaría. Pan siempre estaba allí, siendo mi confidente, mi amiga, mi cómplice, mi aprendiz, mi secretaria y yo su sensei.

¿Cómo todo cambió en apenas un año?

"¿Quién es ella? ¿Eh?"

"¿Quién, Hyung?"

"La chica que acaba de salir de la cámara de entrenamiento de Vegeta-san"

"Ah, Ella es Son Pan"

Quizá para ese entonces yo tendría que haberle dicho que no lo sabía, que era una desconocida, y ahora no estaría pasando por lo de ahora.

Sintiendo pena conmigo mismo. Kami, la extraño demasiado, pero ya no es mía, desde que aceptó ser su esposa, ya tenía ni una sola oportunidad con ella.

¿Cómo habría de meterme entre los dos de todos modos?

Pan era mi amiga, y Hyung era el único amigo, aparte de Goten, que sabía a ciencia cierta quiénes éramos mi familia y yo realmente y había jurado guardarse el secreto hasta la muerte.

Jamás podría haberlo hecho. Y además, ellos realmente se amaban.

Jamás lo vi perder la cabeza hasta tal grado por alguien más que no fuera Pan, aunque eso, eso era comprensible y no podía culparlo, la prueba viviente de eso era yo, aun siendo su amigo, anhelaba a su esposa, y ahora lloraba porque ellos se habían convertido en marido y mujer, y ahora tan solo podía maldecir mi propia idiotez, porque ese hombre pude haber sido yo y no Hyung.

Pero ya era demasiado tarde para el: hubiera. Las cartas ya estaban colocadas sobre la mesa, y tristemente, yo salí perdiendo en la primera ronda. Cuando tenía todas las de ganar.

Maldita sea mi estupidez.

Sin poder evitarlo, terminé golpeando innumerables veces el volante del auto, el cual se llenó de abolladuras. Sin que siquiera lo notara, unas cuantas lágrimas descendieron por mis mejillas, y otras cuantas nublaron mis ojos, y me vi obligado a aparcar de lleno en la acera.

Apoyé mi frente en el volante del auto, y solo me permití soltar lo que tanto tiempo guardé en aquella ceremonia.

¿Quién diría que la sonrisa hipócrita en tu cara es una perra que te cobra la factura más temprano que tarde?

Eso era lo por lo que estaba atravesando, tuve que fingir muy bien en la ceremonia, pero ahora, Kami, nadie lo sabría así que podría darle rienda suelta a mis sentimientos, darme un espacio para sacar todo el dolor que llevaba por dentro guardando desde el día que me enteré de su compromiso.

No tenía ni la menor idea de lo que iban a decir aquel día, pero poco después lo supe cuando Bra se fijó en el detalle en la mano de Pan.

"¿Eso es lo que creo que es?"

Así había empezado.

"Acabamos de comprometernos. Bra, Trunks. "

Kami.

¿Por qué no dejo de temblar?

Rabia.

Respondió mi subconsciente.

Rabia con uno mismo.

"Trunks. ¿Sabes que mi familia no es muy unida, no es así?... Por eso, Bulma-san, Vegeta-san, Bra y tú se han convertido en mi familia, y ahora Pan… Ah, la amo demasiado. Es todo lo que siempre quise, Trunks. "

Hyung la amaba, de eso no cabía duda alguna, y ella, tampoco. Pan nunca se abría casado con alguien que no amara, la conozco, y eso de que se haya casado con él por interés no es ni siquiera una remota posibilidad.

Solo desearía haberme dado cuenta de mis sentimientos por Pan antes.

"Trunks, quise invitar a Pan a salir, pero ella dijo que no ¿Sabes a qué lugar le gustaría ir?"

Nunca se lo hubiese dicho aun si lo hubiese sabido.

"¿Qué haces aquí, Trunks, ven, la fiesta está dentro, y queremos tomarnos fotos con todos ustedes?

"No lo sé, Hyung. Son fotos nupciales"

"No, son fotos de familia. Y ya te lo he dicho, ni mis padres ni hermanos pudieron venir para la boda. De todas maneras no me importa. De ellos ya lo esperaba. Así que Trunks, vamos, la novia aguarda"

Siempre nos sentábamos uno al lado del otro en el auto, pero ahora, ya nunca más podrá ser. Con un poco de pesadez, abrí mis ojos y los direccioné al asiento del copiloto, y casi podía sentir su débil esencia allí, donde era su sitio. No, ella no puede dejarme de este modo.

Ya lo ha hecho, ahora es la señora, Han.

Dijo nuevamente mi alter ego, para que yo me conformara y aceptara mi realidad. La misma que yo decidí por cuenta propia.

Ahora solo me queda un asiento vació, y muchos de los recuerdos que tengo de ella allí.

Pan trabajando, Pan hablando de cualquier tontería, Pan haciendo preguntas sobre la oficina, Pan la intelectual. Pan siendo una niñata, Pan siendo una feroz empresaria en potencia. Toda ella, ese asiento tiene su nombre marcado por donde sea que se lo mire.

Quisiera alargar cada minuto, cada segundo si ella estuviera aquí, pero para qué me atormento con algo así, si sé, perfectamente, que ella no volverá, se ha desvanecido.

Quizá sea lo mejor para ella ahora que iniciará una nueva vida. Estar tan cerca de ella será algo deprimente para mí ahora, pero a su vez, será reconfortante el sentirme parte, al menos en un grado inexistente, parte de su mundo. Algo de mí, sigue aferrándose a ella. Aunque ahora solo pueda percibir una fría esencia, lejana, ajena, y totalmente incorrecta.

La mujer de la que estaba enamorado, ahora era mi antigua secretaria, y la esposa de mi mejor amigo de la universidad.

Un hombre al que respetaba, uno que incluso mi padre había aprobado como un amigo para mí. No tenía quejas con respecto a él, en especial porque Hyung y mi padre coincidían en varias cosas, y tenía la misma cosmovisión acerca de cómo veían la vida.

Era oficial, un humano común y corriente, aparte de mi propia madre, había logrado entablar una conversación con mi padre por más de una hora.

Y, aparte de ser mi mejor amigo, también era un socio muy prolijo, esas deberían ser razones suficientes para dejar de pensar en Pan, ahora su esposa, de la manera enamoradiza y despechada que lo estaba haciendo, pero solo quería desahogarme, sacar todo lo que llevaba por dentro, llorar sin vergüenza, maldecir cuantas veces quisiera y golpear todo cuanto quisiera para aliviar mi ira interna, mi decepción y tristeza.

Su esencia me intoxica con su dulce aroma, y no creo que quiera despertar. De ella ahora ya no me quedan más recuerdos que su asiento vació y los muchos bellos momentos de risa que me hizo pasar.

Con la mano temblorosa, saqué una fotografía del bolsillo interior de mi casimir y la vi.

Pan en su vestido de novia, con la tiara sobre su cabeza, un ramo de rosas rojas, y al ahora su esposo, tomando su mano. Barrí la foto con la vista nublada y las mejillas humedecidas, y me vi a mí mismo. Sonriente, feliz, con Pan a mi lado izquierdo, y Hyung lateral a ella. Marcando su territorio con su brazo en su cintura.

Apariencias que engañan.

Arrugando la foto en mis manos, volví a golpear el volante. Esa memoria, junto con el beso al final de la ceremonia me hicieron de nueva cuenta llorar.

Pan.

Por favor, regresa. No te vayas. Solo regresa a mí. Regresa a tu lugar, conmigo, Pan.

Dejarte ir no es nada fácil. No resisto que seas capaz de dejarme. Pan. No quiero dejar de aferrarme a ti.

"¿Cómo luzco, Trunks?"

Había preguntado ella inocentemente.

¿Cómo decirle que parecía un ángel?

¿Cómo decirle que quería raptarla y llevármela muy lejos?

¿Cómo decirle que se casara conmigo y no con Hyung?

No podía, ella merecía ser feliz, y Hyung la amaba.

Así que solo, me aferraré a la esencia que queda de Pan.


Denle un dedito arriba, dejen un comentario. En fin, espero que les haya gustado.

Aclaración: Ya que en la mayoría de los Fics, Trunks siempre se casa, y Pan es la que sufre, cambiemos las cosas un poco. Sí, señores. Soy malévola.

Un beso y abrazo si llegaste hasta aquí.

DORAWA: Regresa (Coreano)

Odette K Zeng.