Hola, hola, Luna de Acero reportándose. Este es un fic de dos capítulos que ya está terminado. ¿Porqué no lo subí todo de una vez? Porque creo que 48 hojas era demasiado, jajaja. Así que lo dividí en dos. Espero les guste, una locura del momento. Al fin volvió la inspiración y ya me estaré encargando del resto de los fics. Gracias por su apoyo!

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son del maestro Isayama Hajime.

Advertencias: R18, lemon raro (ya entenderán), peleas, discusiones, un Levi muy inteligente y cosas desopilantes, eso.


DEDICATORIAS:Para Nana Ral, Lila Negra, AngelGefallen, y mis waifus Charly y la hermosa Rivaifem. A todas estas talentosas mujeres, mi amor y admiración totales.


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"Es más apropiado para un hombre,

reírse de la vida que lamentarse"

Séneca

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Levi era reservado y silencioso.

Tan silencioso que a veces nadie se enteraba ni cuando entraba, ni cuando salía de un recinto. En las reuniones con sus colegas, evitaba al mínimo realizar comentarios, a menos que fuera estrictamente necesario.

Pero cuando había reuniones más íntimas, con su exclusivo círculo de amigos, Levi podía volverse un conversador eximio e interesante. Siempre traía historias raras, únicas, que atraían la atención del grupo y la curiosidad de sus interlocutores.

A pesar de tener un grupo nutrido de conocidos, sus más allegados eran Erwin y Moblit, con los cuales llegaba incluso a juntarse en su casa (lugar que consideraba sagrado), para beber y jugar a las cartas.

En resumidas palabras, era una persona con poca vida social, casi inexistente, pero a la vez era un destacado trabajador, cuyo legajo era impecable.

La empresa en la que se desempeñaba, se dedicaba al financiamiento de proyectos para pequeños y medianos empresarios del lugar. Los postulantes presentaban sus proyectos, los cuales eran analizados, corregidos y re escritos, para luego, una vez pasados todos los filtros de los requisitos, llevarlos a evaluación por la gerencia comercial, y si todo iba bien, lo siguiente era llevar a cabo el depósito y el seguimiento de los pagos.

Levi tenía un puesto administrativo, se dedicaba a la recepción y verificación de los legajos. Eran tan detallista y metódico, que nadie se arriesgaba a presentarle un legajo mal confeccionado. Sus jefes siempre destacaban su trabajo, normalmente era muy elogiado.

Su aburrida vida era tranquila, como era de esperarse, hasta que tuvo que encargarse de la capacitación de dos jóvenes que entraron a trabajar a su área, ya que la empresa había crecido notablemente y el trabajo se había casi duplicado.

Uno se llamaba Jean Kirschtein, tenía 23 y estaba estudiando administración en la universidad estatal, el otro… aaaah, el otro, Eren Yeager, de 24 años, hijo de una acaudalada familia de la ciudad, dueño de un cuerpo moreno de infarto y sonrisa tentadora. Para el parco y tosco Levi, fue amor a primera vista, o más correcto hubiera sido decir "erección a primera vista". Porque estar cerca del de piel morena, hacía que Levi se pusiera caliente como un perro en celo.

Claro que Eren era heterosexual por donde se lo mirara. Pero eso no le impidió a Levi dedicarle fervorosas respiraciones agitadas y toqueteos a su entrepierna en la privacidad de su cuarto por las noches, una buena cantidad de veces.

Levi no haría nada por acercarse más de la cuenta al muchacho, ante todo respetaba mucho su puesto, sus compañeros y las reglas de la empresa. Pero era inevitable, la atracción que sentía era casi inhumana, barría con todo raciocinio o pensamiento moral. Se contentaba con saber que mientras se mantuviera sólo en sus pensamientos, nada más se vería afectado. Nada.

Cierto día tuvieron una inesperada visita en la empresa. Se trataba de su buen amigo Farlan Church, al que no veía desde hacía al menos una década. Erwin lo estaba asesorando, al parecer estaba interesado en poner una sucursal en la ciudad de su pujante y nueva empresa. Levi se alegró sinceramente de ver lo bien que se había encauzado ese muchacho.

—Vaya, te ves bien, Farlan.

—Lo sé —dijo el otro con aires de suficiencia, y Levi no mentía, especialmente porque no era de halagar, realmente estaba impresionado.

El rubio distaba mucho del travieso muchachito que recordaba de la secundaria, casi con aspecto de delincuente. Ahora parecía como una oruga que había mutado en mariposa. Un costoso traje de marca europea, lentes de marcos dorados, y anillos de oro adornando sus delicados dedos, le daban un toque entre extravagante y de empresario adinerado.

—En cambio tú no has cambiado ni un ápice —Se acercó con confianza invadiendo su espacio personal y le habló suave—. Tan pulcro y ordenado, tan… adorable como siempre. Supongo que esta vez no pondrás excusa para venir a beber conmigo esta noche, ¿eh?

—No tengo nada planificado —aceptó de buena gana.

—Perfecto. Te buscaré a las… ¿ocho?

—Ocho y media.

—Claro. Ocho y media, te esperaré frente al edificio. Hablaremos de negocios también, quiero que tú me hagas una propuesta, estoy interesado en los beneficios de tu compañía.

—Señor Church —interrumpió Erwin, pero no obtuvo ni una sola mirada del rubio—, yo soy el encargado del área comercial y me gus-

—Discutiré esto con el señor Ackerman. Por lo tanto asegúrese de explicarle los detalles a él. Adiós, petit, te veo a la noche —lo tomó del rostro, y dejó un sonoro beso en la mejilla antes de retirarse.

—¿Qué onda con el tipejo, éste? —habló Erwin molesto.

—Farlan es… complejo —fue toda la respuesta de Levi que mantenía una extraña mueca en su rostro que no llegaba a ser una sonrisa—. Haz el informe y explícame, te prometo que haré lo mejor que pueda; si cierra, será una jugosa comisión para ti, Erwin.

—Es complicado, Levi.

—¿No crees que pueda explicárselo? Conozco al detalle los productos.

—No, no me refería a eso, es que tú no eres vendedor. Como sea, el cliente manda. Haré el reporte, intentaré que sea lo más explícito posible, no tengo mucho tiempo hasta las ocho, pero creo que con ayuda de algunas diapositivas y unos links será suficiente, eso espero. Por cierto… te comía con la mirada.

—Ya empiezas, tú y tus obsesiones de que el mundo me quiere comer. Iré a terminar mis reportes, te veo a las siete para que me expliques el plan y las opciones.

—Hecho.

A las ocho con veinticinco minutos un Chrysler 300c color marrón metalizado, o para decirlo apropiadamente luxury brown pearl coat, estaba apostado en el frente de la corporación, con el rubio al volante, quien fumaba un puro mientras sonaba de fondo el álbum de jazz "Kind of Blue" de Miles Davis.

Levi se acercó con tranquilidad, con el bolso de su netbook pendiendo de su hombro y subió del lado del acompañante.

—Buenas noches, petit. Ahora soy puntual.

—Lo noté, sin dudas el tiempo y la experiencia te han favorecido en todo sentido.

—Oh, creo que me dará un mini infarto, dos halagos de L. Ackerman en un día. Seré una leyenda.

—Idiota. A mí no me impresionan tus billetes, Far y lo sabes. Te conozco bastante bien. ¿Te apetece algo de comida oriental?

—Lo que quieras, mon amour. Tú mandas, al fin puedo invitarte.

—Aceptaré todo el derroche que quieras hacer, no me mediré en absoluto.

—No podía esperar una actitud diferente, por eso me gustas tanto —Dijo acelerando el auto.

—Guarda tu artillería, vaquero. No desperdicies polvo en chimangos. Ahora ve a la avenida 9.

Levi de inmediato cambió la música y puso algo de rock soft ochentoso.

—Pésimo gusto para la música, aaaah, te extrañaba.

Ambos sonrieron y charlaron afablemente de lo mucho que había cambiado el mundo en esos cinco años sin reencuentros.

El restaurante era minimalista, austero pero bastante autóctono, a decir por los detalles en la ornamentación. Era como entrar por una puerta dimensional que los llevaba al Honk Kong de la época imperialista.

Los escoltaron a una de las cabinas reservadas para los VIP, donde los paneles eran de papel de arroz con dragones hechos a pulso en tinta negra y roja. Estaban sentados sobre almohadones de seda y algodón, verdes con dorado, y allí dieron rienda suelta a toda la cháchara posible. Levi estaba relajado; no por nada Farlan era uno de sus mejores amigos, aunque la vida los hubiera separado en la distancia, porque emocionalmente los lazos seguían tan vigentes como en aquel entonces.

Habían compartido cuatro años de camaradería especial y freak durante la secundaria. Y decidieron recordar algunas anécdotas divertidas y vergonzosas del pasado, mientras matizaban la charla con sendos vasos de Huanjiu, un vino de color claro proveniente de la fermentación del trigo, que era bastante fuerte para iniciar la velada. Pero ambos sabían que tenían alta tolerancia al alcohol, por lo que disfrutaron sin problemas.

Iniciaron la cena, con una entrada de pato laqueado a la pekinesa, que no agradó mucho al paladar del de cabellos negros, aunque mejoró su apetito cuando llegó el Huo Guo, una especie de caldero mongol con diversos sabores y texturas, acompañados de salsas y aderezos. Comieron bastante y hasta sentirse satisfechos. El agasajo incluyó una ceremonia del té, presidida por una preciosa señorita que fue en extremo amable con ambos. Levi se deshizo en halagos por el sabor tan exquisito de las hojas de oolong. Luego si procedieron a hablar un poco de negocios.

Farlan escuchó la propuesta, observó escuetamente los videos de presentación, y dijo que se sentaría a analizarlo con su contador para darles una respuesta efectiva la semana entrante. El proceso siempre era largo y tedioso, pero luego de la presentación inicial eso quedaba en un intercambio de email y probables reuniones de ajustes con el área comercial. Hasta aquí, Levi ya había cumplido con su parte de la misión, por lo que procedió a cerrar su notebook y guardarla.

—¿Y qué hay de tu corazoncito, mon amour? No me has dicho nada nuevo.

—No hay nada nuevo. Poco sexo, mucho trabajo.

—No, no, no, estás desperdiciando tiempo, petit. Lo cierto es que el tiempo es tirano, no postergues el disfrutar, el placer. Yo no me privo de nada.

—Oh, qué bien.

—Ya que no preguntas, lo cual hiere mi ego, te contaré. Actualmente no estoy atado a nadie, disfruto lo que la vida me ofrece.

—Cuanto me alegro.

—¿Hace cuánto no follas? Me refiero a otro ser humano.

—¿Qué clase de pregunta mediocre, es esa?

—Al menos dos años —sentenció el rubio con seguridad.

—Seis meses, y no, la última fue una pésima experiencia déjame decirte.

—Yo podría cambiar completamente eso —Levi lo miró enarcando una ceja—. No te asustes, cariño, me refiero a que regenteo una empresa que se está expandiendo rápidamente, y que está ganando cada vez más y más adeptos. Créeme, di en el clavo, con la diversificación de los gustos, mi negocio no ha parado de crecer.

—Voy a ser honesto. Ni puta idea. ¿Qué carajos es "My Personal Pleasure"? Suena a empresa de condones, dildos o alguna de esas vergas.

—No, no fabrico condones, aunque sí manejamos la silicona a niveles que te dejarían anonadado.

—Ilumíname, por favor.

—Soy un fabricante de maledolls —Levi lo miró sin comprender—. Son… básicamente y sin explayarme demasiado, muñecos sexuales para adultos. De tamaños reales. También se conocen como muñecos eróticos hiperrealistas. Trabajo para un segmento… selecto, de exigentes clientes.

—¿Es una broma o hablas en serio? —Al ver la expresión de sorpresa de Farlan se dio cuenta que hablaba muy en serio. Por lo que se quedó callado y bebió un trago de su vaso.

—Mira —habló el rubio acercándole su celular donde se reproducía un video promocional.

Duraba dos largos minutos. Levi con su cara seria observó cómo se promocionaba su "compañía artificial y segura", a través de estos maniquís hiperrealistas. Para ser honestos le daba un poco de impresión que parecieran personas sentadas o acostadas. Claro que aun en el rostro había detalles que los hacían verse mecánicos y extraños, pero los cuerpos… ¡Esos cuerpos, cielo santo! La cámara recorría el brazo de uno de los muñecos, que incluso tenía bellos y hasta un tatuaje en el antebrazo, los poros de la cara, las cejas, el cabello… Sus ojos estaban fijos en la pantalla, sintiendo que se le hacía un vacío en el estómago. Eso era… perturbador.

Cuando finalizó el video le devolvió el aparato, bebió un poco más y lo miró con sobrada confianza.

—¿En serio? ¿La gente compra muñecos para follárselos?

—Por favor, Levi, no seas grosero, no es "solo un muñeco". Nosotros le damos una experiencia única a nuestros clientes, les brindamos un diseño exclusivo e irrepetible.

—¿Ah?

—Te explico, tenemos un catálogo con nuestros maledolls y femdolls, porque cada uno es único, no hay dos iguales, ¿entiendes? No hacemos productos en masa. Cada uno es exclusivo, absolutamente creado al detalle. Esos productos son los que más salida tienen, pero luego… bueno hay un tipo de producto para un mercado muy reducido y selecto, que ya te había dicho antes.

—Me empiezas a inquietar, Far. Espero que no estés metido en el tráfico humano.

—¡Joder, claro que no! Jamás estaría en ese tipo de intercambio, me parece algo espantoso. Esto es un negocio, como ya te lo dije antes, muy reservado, privado y peculiar.

—Estas cosas parecen costosas —agregó el hombre mientras llenaba su vaso de nuevo.

—Por favor, no les digas "cosas". Para mí son casi como hijos. Crear a cada uno, lleva un complejo proceso de casi dos meses, y si son a pedido puede extenderse el doble de tiempo. En promedio, hablando de un producto "normal", el costo varía entre diez a veinte mil dólares.

Levi abrió la boca y los ojos, completamente sorprendido.

—¿Veinte mil por un pedazo de plástico? Realmente no puedo creer que haya gente que pague eso. Debes ser muy buen vendedor.

Farlan frunció el ceño, y lo miró de una manera muy seria.

—¿Realmente te parece mucho? Piensa en esto, Levi, ese "pedazo de plástico", como despectivamente le llamas, será un amante oficial las 24 horas. Tengo una línea de impresión tan avanzada, que puedo lograr que luzca exactamente igual que la persona de tus fantasías más retorcidas —el de cabello negro le sostuvo la mirada, y no pudo evitar que su mente se trasladara al bueno para nada de Eren, ¿sería verdad lo que Farlan hablaba?—. Podrás hacerle lo que quieras, cuando quieras, de las maneras que quieras, y él jamás, jamás se cansará, renegará, te dirá que no o te rechazará, no te transmitirá enfermedades venéreas, y definitivamente nunca te será infiel. Mira, te diré lo que haremos: ven esta noche conmigo a la fábrica. No habrá empleados, excepto el guardia de seguridad, podrás disfrutar tranquilo sin miradas indiscretas, y entenderás a lo que me refiero.

Levi rodó los ojos.

—Es como ir a un parque de diversiones, pero de adultos, algo así. No seas tan quisquilloso, es solo ir y ver, eso es todo. ¿O tienes miedo?

—Recuerdo perfectamente que de los dos, tú eras el cobarde.

—La gente cambia, Levi. ¿Vienes?

—De acuerdo, acepto tu paseo por la casa del terror.

—Ja, ja, solo espera, te aseguro que una vez que te muestre "mi mundo", no querrás abandonarlo.

Farlan pagó la cena y volvieron al auto para dirigirse a una de las fábricas. Farlan tenía tres. La que visitarían quedaba al menos a una hora y media, por lo cual llenaron el viaje con charlas y chistes de mal gusto de parte del rubio natural. Al otro día comenzaba el fin de semana, por lo que la hora no era un problema.

Levi estaba auténticamente intrigado, pero fiel a su autocontrol y cara de póker, no se mostró ni ansioso, ni curioso al respecto. Sí, admitía que le venía bien un poco de adrenalina a su monótona vida.

Cuando ingresaron y Farlan prendió las luces de una de las salas de producción, tuvo que contener el aliento. Era enorme. Había una serie de "cuerpos" sin cabeza colgado en unas especies de percheros suspendidos en el aire a la derecha, mientras que había al menos unas cinco estaciones de trabajo distribuidas en el resto del lugar.

—Ven, te enseñaré. Esta es la estación de pelucas, cabello y vellos corporales. Aquí se dedican a implantarlos en los cuerpos de silicona, a veces a mano, los vellos que cubrirán el cuerpo. ¿Te gustan peludos? No hay problema. ¿Te gustan lampiños? Tampoco será un inconveniente. Barbudos, con bigotes, rasurados, con cejas finas, medianas, gruesas, con pestañas largas o cortas, con patillas, pelados, con jopo, con vello en las axilas, la entrepierna, los brazos o cualquier otra parte que sea requerida. Para ello, antes de la confección se llena un detallado formulario donde podrás pedir estos detalles de acuerdo a tu gusto personal. ¿Qué opinas?

Levi tocó algunas pelucas que reposaban en unas cabezas de telgopor en una estantería.

—¿Son de verdad?

—Bueno, tenemos de todo, pelo real y sintético. Eso también hace que el precio varíe. Por supuesto, el cabello real solo se usa para la cabeza, no creas que compro vello púbico u otros.

—Sí, sí, entendí. Interesante, ¿qué sigue?

—Esta estación —dijo caminando a la siguiente—. Se encarga de los detalles del rostro. Las computadoras están apagadas ahora, pero básicamente a través de costosos sistemas de software desarrollados específicamente para estos fines, se puede recrear un rostro a la perfección. Eso también hace que el precio se incremente; si pides un muñeco estándar del catálogo, el precio es menor, si pides una celebridad-

—¿Celebridad?

—Bueno, sí, las fantasías son variadas, hay personas que quieren una actriz, un actor, un cantante, nuestra versión de Marilyn Monroe es muy solicitada por ejemplo, eso incrementa el precio, claro está. Y luego tenemos un grupo de personas, ese "selecto" grupo del que te hablé antes, que requiere una copia fiel de alguna persona que ellos conocen.

—¿Eso es legal?

—Tan legal como tomar una foto. Mientras la privacidad se mantenga y no se exponga la identidad de esa persona en ningún medio de comunicación, no estamos restringiendo ninguna ley. Voy a ser honesto, esta industria es nueva, por el momento no se pueden tomar medidas legales, a menos que sea un menor, también tenemos nuestros límites. De ninguna manera reproduzco niños o menores de 18 años. Antes de entregar el doll, por un tema de seguridad empresaria, el cliente firma un acuerdo de confidencialidad. En caso de que expusiera su doll, nosotros podemos iniciar costosos juicios, por lo que en esos casos también se deben firmar garantías especiales, pero no te aburriré más con esto de los trámites.

—Ya veo.

Farlan abrió algunos cajones y sacó las muestras de esa estación. Eran cajas con tapa de vidrio, donde reposaban las "matrices". Formas de pestañas, colores de ojos de vidrio, labios con formas y colores diferentes, orejas, cejas, incluso párpados. Todos clasificados categóricamente con un código debajo y un código de barras.

—Sigamos —invitó Farlan—. Aquí se dedican al diseño de los torsos, pies y manos. Tamaños de pechos, pezones, colores, formas, manos grandes, pequeñas, largo de dedos, con venas, sin venas, con tatuajes, sin ellos. Está divida en dos sectores, el primero hace lo que te mencioné, el segundo se encarga de los penes y las vaginas, anos, orificios y sus funciones. Los clientes son muy específicos a la hora de pedir "tamaños" y medidas que involucren estos aspectos.

El rubio le mostró una de las planchas con los pezones y Levi tocó algunos. Le generó una fuerte impresión el detalle de los mismos y su suavidad, era como ver retazos de piel humana.

—Es mi mayor orgullo, la "siliconmax", es una fórmula que hemos desarrollado en nuestro laboratorio. Una sustancia que emula la piel humana, que conserva la temperatura del que la toca, y que tiene un sistema interno, con el cual puedes hacer que tu doll tenga la temperatura que desees. Por lo tanto la experiencia es mucho más real. Por supuesto, tengo registrado el producto con patente, al igual que sus derivados.

—¡Joder! Esto sí que es complejo. Nunca pensé que desarrollar uno de estos productos tuviera tantos pasos.

—Te lo dije, Levi. Fabricamos tu amante ideal, no se trata de meros muñecos. Sígueme. Lo siguiente es la estación del producto final. Aquí se recibe el diseño aprobado. Luego que todas las estaciones hicieron su trabajo, y luego de que el cliente da su completo consentimiento, ya que siempre hay un par de detalles a ajustar. Para nosotros es de suma importancia que el cliente esté absolutamente seguro de todo, ya que una vez que llega aquí, se procede a la impresión del doll o la doll.

—¿Impresión?

—Así es, ¿ves esa máquina negra gigante? —Dijo señalando un lugar—. Es una impresora en 3D, esa belleza nos ha facilitado el proceso ensamblaje, ha logrado que la producción se acelerara en un 300%, y minimiza los sobrantes de producto. Básicamente, imprime en tamaño real el diseño que se le aplica. Una verdadera joya de la tecnología actual.

—Increíble —acotó el más bajo, deslumbrado.

—Luego de que se imprime, viene la estación más grande. Aquí —dijo señalando la enorme mesada llena de herramientas—, los empleados lijan y pulen, por decirlo de alguna manera, aplican los productos químicos finales, para que la siliconmax quede impecable y sin imperfecciones. Luego se dedican a aplicar el resto de los detalles, ojos, pestañas, cabello, vellos, colorean como verdaderos artistas los labios, pezones y todas las zonas que se requieren con pinturas especiales atóxicas para humanos. Es la estación que más trabaja. Lleva muchas semanas entre el secado, el pulido y el acondicionamiento de esos detalles. Al fin, una vez terminado, se lo lleva a otro sector de la empresa, en donde se encargarán de la confección del vestuario.

—¿Vestuario?

—Por supuesto, es algo más que importante. No pretenderás que entreguemos a los dolls desnudos, ¿o sí? Para los muñecos normales, solemos tener una producción en masa de atuendos regulares. Pero ya sabes, hay clientes exigentes, que quieren ropa para que el muñeco luzca exactamente como sus fotos o como la imagen que han elegido. Tuvimos una vez un señor, que quería a su abuela —Levi levantó las cejas—, no, no era para tener relaciones con ella. Simplemente la extrañaba, era un tema puramente filial, como fuera, nos pidió cerca de ocho cambios de ropa. Mientras lo pueda pagar, jamás habrá un no de nuestra parte. Acompáñame, te mostraré algunos productos terminados.

Caminaron a través de algunos pasillos y llegaron a un depósito. Había varias cajas abiertas con muñecos dentro de las mismas. Estaban encastrados en una especie de tabla de plástico hueco. Levi tenía la boca abierta de par en par.

—¿Verdad que parecen seres humanos reales? No te asustes. Aquí ya los traen para el embalado. Hay que ser muy precavidos, son demasiados costosos para que sufran una rotura por el maltrato del correo. Créeme, aunque pagues un servicio especial, no son para nada cuidadosos. Por eso diseñamos este sistema, es más seguro que los balones de telgopor. Quedan perfectamente encastrados, se les pone una placa encima de contención y se procede a meterlos en estas cajas de madera —dijo señalando un costado—. Luego se los envuelve con plástico negro sellado al vacío, sobre el que irá la etiqueta con la dirección del cliente y su número de membresía. Jamás se pone nombre visible, eso lo manejará el correo con una planilla digital, que se firmará en el momento de la recepción.

—Claro, ahora entiendo el costo de estas cosas. Todo es un jodido gastadero.

—Dime, Levi, ¿no tienes a nadie que ames? ¿O que te interese lo suficiente, al menos, para pedir una réplica?

—Mira, Farlan, no voy a mentirte, esto me parece algo… pervertido, que roza la obsesión.

—Piensa en esto, Levi. ¿Qué preferirías? ¿Una persona que acose a otra, que pueda llegar a lastimarla incluso, o que tenga una doll para cumplir sus fantasías y que eso aplaque sus deseos? Por supuesto, es un ejemplo, créeme que la mayoría de nuestros clientes no son acosadores, son personas que simplemente se sienten solas y quieren algo de compañía. Además, no te hablé de las múltiples y agradables sorpresas que tienen nuestras dolls. Por ejemplo, en el caso de los maledolls, los penes vienen con dispositivos a control remoto para vibrar, reproducir algunos movimientos e incluso ensancharse y crecer como una erección normal. Te lo digo, esto… es el futuro.

Levi se acercó y tocó algunos brazos, admiró algunos rostros, para suspirar largo y tendido.

—Sí que lo tienes —aseguró Farlan acercándose—. Tengo experiencia en esto, no por nada somos la segunda empresa que eligen los clientes, y con las nuevas modificaciones que haremos, nos convertiremos en la primera. Tienes a alguien, ¿verdad? Yo podría darte la posibilidad de que lo tuvieras al alcance de tu mano todo el tiempo. ¿Qué dices?

—No lo sé. Esto es tan… raro.

—Te aseguro que una vez que lo pruebes, no lo dejarás ir. No tengo esta clase de políticas, pero te diré qué, haré una excepción contigo, porque, ¡rayos! Eres especial para mí. Fabricaré un maledoll para ti. Si no te gusta, podrás devolvérmelo sin problemas. ¿Te interesa?

Levi se giró saliendo del ámbito visual de Farlan y se mordió el labio inferior, joder que se sentía tentado, pero a la vez un poco temeroso. ¿Un Eren para él mismo? Su corazón latió acelerado de solo pensarlo. El rubio le dio su espacio, ya sabía que tenía media aprobación adentro.

—La verdad es… que… sí… me interesa —dijo al fin—. ¿Pero cuánto saldría?

—Bueno, si hay que hacer un maledoll exclusivo… te diré que eso no es nada barato.

—Ya, lárgalo.

—Como mínimo 40 mil.

Levi abrió grande los ojos.

—No, no, déjalo, es un lujo que es imposible para mí.

—Espera, carajo, no me dejas terminar —Farlan se acercó por detrás y poniendo sus manos sobre sus hombros le habló audazmente y con voz susurrante en el oído—. Pero podría hacerte un descuento, muy, muy importante si al menos me dejaras compartir una noche contigo. Levi… no tienes idea lo mucho que te deseo. Sólo una vez, y te juro que te haré sentir en la gloria, no miento.

El hombre sintió los pómulos arder, se esperaba que su amigo tuviera una acercamiento de ese estilo en algún momento, era algo que se caía de maduro que lo miraba depredadoramente, y en honor a la verdad era un tipo lindo y que le caía más que bien.

—¿De… de cuanto estamos hablando? —preguntó casi sin aliento.

—Podría… dejártelo en treinta, e incluso hacerte un plan de pago, con una entrega mínima de diez mil. Sendas cuotas de… ¿mil dólares? ¿Eso estaría bien para ti?

Su cabeza hizo números, seguía siendo carísimo, pero su sueldo se lo permitía, aunque eso iba a implicar un sinfín de ajustes por los próximos dos años. Tampoco era tanto tiempo. ¿Realmente lo estaba considerando? Un escalofrío se derramó por su columna, al sentir unos suaves y lujuriosos besos en su cuello. Se alejó un poco.

—Pero si no me gusta… ¿te lo devuelvo y ya?

—Tienes mi palabra —habló el otro, sonriendo seductoramente.

—Treinta mil, ni un centavo más —pidió una confirmación, el administrativo.

—Eres tacaño, Levi, siempre lo fuiste. Está bien, es un trato, 30 mil, pero quiero una noche completa contigo —le extendió su mano, como símbolo de que cerrara el trato.

El otro suspiró, pero al fin extendió la suya. Ya estaba completamente jugado.

—X—

Luego de una serie de intercambio de e-mails, en donde tuvo que mandar al menos un juego de diez fotos claras de Eren, su cuerpo completo rostro, cosa que le costó muchísimo conseguir, pero que con la ayuda de un detective privado lo logró; luego de aprobar el diseño final (hubo varias modificaciones en el camino), llenar varios formularios, presentarse y firmar una serie de largos y complejos documentos… El proceso que había iniciado hacía tres meses, había llegado a su fin.

Se pidió el día para esperar su ansiado producto. Estaba tan nervioso que casi deja una zanja en el living de tanto ir de un lado al otro. Esto era más caro que el último auto que había comprado.

El correo llegó en tiempo y forma. Dejaron la enorme y pesada caja sobre el living, y luego de la firma, al fin estuvieron a solas.

Le llevó cerca de media hora poder romper todos los sellos y empaques. Hasta que al fin alcanzó a la tapa final. Su corazón latía desbocado. Con algo de dificultad, pudo levantarla, y una vez que la sacó, casi se cae de culo. Tuvo que ir a la cocina y tomar un poco de agua para calmarse.

Su maledoll era una réplica exacta del objeto de sus fantasías. Hasta el color de ojos, el cabello, todo, todo, era casi… irreal. Recibió una llamada del mismo Farlan, para verificar que todo estuviera en orden y que hubiera recibido el paquete sin problemas. Luego de la confirmación, le agradeció por la mejor noche de su vida, y se despidió melosamente, no sin decirle antes que contaba con una semana para decidir si iba a quedarse con el maledoll o no.

El muñeco era pesado. Le costó sacarlo del encastre y sentarlo en el sillón del living. En una tapa debajo venían una serie de productos, para la limpieza y el mantenimiento, como así también un cable y dos cargadores, ya que el mismo funcionaba con una tecnología similar a la batería de un celular, y detrás de una oreja tenía la entrada USB para enchufarlo. Sacó el extenso manual, y sentándose a su lado, se dedicó a leerlo concienzudamente, le llevó cerca de dos horas.

El resto de las preguntas se las haría a Farlan en su momento. Al fin, luego de una rápida inspección, lo tomó debajo de las axilas y con algo de esfuerzo lo llevó a su habitación, donde lo dejó sobre su cama. Luego procedió a ordenar un poco el living. Joder que se había gastado una fortuna en eso. ¿Pero qué más daba? Ya lo había hecho. No iba a quedarse con las dudas, de todas maneras si no era lo esperado, podía devolverlo.

Sin embargo, sentía la adrenalina contaminarlo, de sólo saber que tenía a Eren, corrección, "su Eren", acostado en su propia cama.

Se bañó de nuevo por las dudas. Desnudo, se trepó en su cama y puso toallas, lubricante y preservativos a un costado. No podía creer que realmente fuera a hacer eso. Encendió el muñeco según las indicaciones, y comenzó a desvestirlo despacio. Le sacó las zapatillas, las medias, el pantalón de jean negro, el buzo y la remera. Lo hizo lentamente, sin apuro, disfrutando cada precioso detalle que iba descubriendo. Finalmente le sacó el bóxer. Incluso el escaso vello púbico era increíblemente realista. Tomó un pañuelo rojo y lo ató a su cuello y fue la única pieza de ropa que le dejó al muñeco.

Se excitó con esa visión. Eren desnudo sobre su cama. De inmediato sintió un tirón en su entrepierna. Se acostó a su lado para prepararse adecuadamente. Tomó un poco de lubricante y lo puso en sus manos, entonces comenzó con la faena.

Al cabo de unos minutos, una gota de sudor se deslizó por su sien y patinó hasta el borde de su quijada. Los dedos de su mano derecha resbalaban en el tronco de su falo, el lubricante hacia que la fricción fuera suave y húmeda, mientras los dedos de su mano izquierda se metían más profundo en su agujero. Abrió más las piernas, acercando los talones a su trasero, para lograr una mejor apertura. Ya para entonces boqueaba, con los pómulos rojos y la respiración agitada.

Cuando empezó a sentir ese hormigueo excitante, decidió dejar la acción. Jadeando aún, con el corazón acelerado, se acercó para mirar el ser inerte que reposaba allí. Lo atacó un súbito escalofrío, y su erección volvió a pulsar entre sus piernas. ¡Joder! Era exactamente igual. Había valido la pena, incluso si tuvo que entregarse a Farlan, para conseguir una rebaja.

Tomó el perfume que solía usar Eren, que había comprado anticipadamente, y echó una buena cantidad al pañuelo rojo que envolvía el cuello del maniquí.

Se sentó a horcajadas sobre él y tuvo que admitir que el contacto con la silicona tibia fue más que agradable. Aunque aún era una sensación nueva. Puso sus manos a ambos lados del rostro y se perdió en los dos preciosos ojos verdes que tenía el muñeco. Incluso había detalles que ni él mismo había notado, como esa pequeña cicatriz por debajo del mentón. Besó la misma, sintiéndose un idiota, porque ¡vamos!, ese no era Eren… Pero olía igual… y su piel se sentía suave y tibia… besó de nuevo con más ganas y no pudo evitar emocionarse. Besó sobre los labios turgentes y cálidos, una sensación avasallante lo envolvió por completo, en un torbellino de pura pasión desmedida.

Dejó caer su peso por completo encima del muñeco, moviendo su cuerpo de arriba abajo y friccionándose contra él.

—Eren… Eren… aaah…

Estaba completamente compenetrado en disfrutar, en imaginarse que tenía al verdadero Eren, debajo suyo, mirándolo con deseo.

"—Vamos, Levi, no me hagas esperar más…

Sentía la erección del más alto empujar contra su muslo.

—¿Qué quieres, hermoso?

—Déjame hacerte el amor… quiero llenarte hasta lo más profundo…"

Levi se mordió los labios, su nuca rapada erizándose a medida que se enterraba más y más en su osada fantasía. Sus manos resbalaban en el pecho de "su" Eren, su cabeza refregándose en la curva entre su mentón y su clavícula, donde siempre quiso estar acurrucado.

Se irguió un poco, y observó detenidamente la engordada y dura verga, que estaba en medio de esas fabulosas y largas piernas morenas. Sus pómulos le ardieron, sentía como si estuviera haciendo algo malo, como si de alguna manera estuviera atacando… invadiendo la privacidad de su compañero. Cerró los ojos y respiró agitado, no, no era así, era simplemente una fantasía, y Eren, el verdadero y original, nunca jamás sabría de su pequeña, y extremadamente costosa, perversión.

Tomó el preservativo y un poco de lubricante, se deleitó tocando ese falo inhiesto y grueso, delineando con sus dedos todas las venas sobresalientes. Tenía la piel de la espalda empinada, porque en verdad parecía y se sentía como uno real. ¿No habría exagerado con el tamaño? No, estaba seguro que era un tamaño decente. Colocó el preservativo con cuidado y un poco más de lubricante. Finalmente el punto de no retorno estaba a punto de ser cruzado.

Ubicó sus caderas con suavidad, sintiendo el pulso por demás acelerado, nunca había estado tan excitado como en ese momento. Tomó el falo y presionó suavemente contra su entrada, cerró los ojos y relajó su esfínter para hacer que la intromisión fuera más adecuada. Pudo sentir perfectamente como los deliciosos centímetros eran succionados por su interior con asombrosa facilidad, la medida justa, perfecta, que lo llenaba apropiadamente. Se sentía caliente, ajustado. Apoyó sus palmas en el estómago bajo del muñeco, disfrutando el contacto con su piel tensa y maravillosa, ya estaba casi por completo adentro.

Comenzó a moverse cadenciosamente, hacia adelante y atrás, marcando el ritmo que quería. Podía imaginarse a Eren, con una expresión muy erótica, sonriéndole tentadoramente, casi que podía escuchar su errática respiración. Sus movimientos se aceleraron, sintió como friccionaba sobre su próstata provocándole pequeñas explosiones de satisfacción, una sonrisa floreció entre sus labios, mientras angustiosos gemidos se derramaban de sus labios entreabiertos, la respiración jadeante y ansiosa.

Arañó sutilmente esa piel gloriosa, y al fin pudo albergarlo por completo, se quedó quieto unos segundos, para disfrutar de la lasciva sensación de su anillada entrada pulsando hambrienta alrededor de esa preciosa hombría. Realmente Farlan tenía razón, se sentía increíble. Sus dedos temblorosos cogieron el control remoto, y decidió prender las vibraciones del muñeco. Apenas el botón de encendido fue tocado, lo invadió una electrizante sensación que lo hizo sacudirse en un espasmo de auténtico placer.

Acomodó sus piernas a los costados, para mover su cadera en círculos, llevando las vibraciones al siguiente nivel.

—¡Aaaaahhh, joder! —Se arqueó naturalmente, mientras se friccionaba con necesidad, sintiendo como salía, y de inmediato lo volvía a llenar, haciendo que esas oscilaciones lo llevaran a un éxtasis completamente desconocido hasta ese momento—. Eren… Eren… Oh, sí, Eren… taaaan buenooo…

Tragaba el aire frío de la habitación, y lo expulsaba caliente y húmedo, las ganas de lamer lo devoraban, por lo que bajó su torso para succionar con ganas los pezones redondos y algo oscuros en el pecho contrario. Podía sentir como su vientre bajo se tensaba más y más, anticipándose al clímax que se acercaba rápidamente. Normalmente le costaba bastante poder acabar, pero ahora las sensaciones eran tan intensas, que el final era completamente inevitable.

Echó su cabeza hacia atrás, gruñendo sonoramente, y apretando su pelvis en cortas embestidas para seguir deleitándose con esa confortable sensación de sentirse completamente colmado en sus entrañas. Se animó a subir un nivel más las vibraciones y finalmente, al cabo de cinco minutos, deliciosos y excitantes, apenas envolvió con sus blancos dedos su pene, se vino de una manera brutal. Con un grito ahogado, tiritando de satisfacción y gozo. Apenas pudo apretar el botón de apagado, para luego sentir como su orgasmo se prolongaba por algunos minutos más.

Por lejos la experiencia más jodidamente placentera de toda su aburrida vida. Y que lo partiera un rayo si es que su ex novio se lo había cogido mejor que ese muñeco. Se acostó sobre el mismo, esperando que su acelerado corazón se calmara un poco.

Si el muñeco pudiera abrazar, sería la perfección absoluta, fue lo que pensó, antes de liberar su interior y ponerse a limpiar de inmediato. No quería que su semen arruinara la valiosa silicona.

El muñeco pesaba cerca de 50 kilos, por lo que trasladarlo era una pesadilla. Decidió que dormiría con él esa noche, luego de acurrucarse a su costado, concilió un sueño espectacular y reparador. Incluso se levantó excepcionalmente contento.

Besó delicadamente los labios de su amante y lo miró con alegría.

—Buenos días, Eren. Gracias por tan maravillosa noche. Hoy tendremos mucha más diversión.

Luego fue a ducharse y cambiarse, para tener un desayuno abundante. Farlan tenía razón, fue una decisión completamente acertada. Apenas finalizó la semana, le informó que se quedaría con su maledoll.

Su humor cambió completamente, sus colegas en la empresa lo notaron de inmediato. Incluso Erwin se lo dijo en varias ocasiones, Levi simplemente lo justificó aduciendo a que estaba durmiendo más y yendo de nuevo al gimnasio, y no le dio mayor importancia. Aunque también admitía que la relación con Eren mejoraba notablemente, ya que al tener a su amante en casa, tratar con el joven se le hacía mucho más fácil y menos problemático.

El muchacho lo había tomado como una especie de "tutor", y eso lo tenía contento. Todos los días sumaba "material" para sus fantasías, que crecían en dimensiones desproporcionadas, de hecho, su interés por el Eren de carne y hueso, se aplacó completamente.

Se sentó en la falda del muñeco, mientras cortaba un pedazo de jugoso bistec y se lo llevaba a la boca. Sus aburridos piyamas de colores apagados, pasaron a pantalones cortos y ajustados, al igual que musculosas pegadas al cuerpo, porque era demasiado agradable sentir esa cálida, suave y blanda silicona en contacto directo con su cuerpo.

—Oh, sí, fue un buen día. Pude sacarme trabajo atrasado. Los vendedores están haciendo bien su trabajo —dijo conversando animadamente—. Ya, Eren, mantén quietas tus manos, yo también estoy ansioso, pero te dije que debes esperar que me bañe. Estaremos más cómodos en la cama.

Sonrió auténticamente. Farlan tenía razón, era la mejor inversión de su vida. Su Eren nunca lo engañaría, no rompería su corazón, e interactuar sexualmente con él lo dejaba satisfecho completamente. Claro que al principio le costó acostumbrarse a no tener caricias o abrazos auténticos, pero comparado con todo lo que podía evitarse en el futuro, valía la pena el sacrificio.

Hacía pocos días había estrenado la boca de su Eren, y había sido fantástico. La cavidad era prácticamente igual que una humana, excepto que la lengua vibraba suavecito, y aunque no tenía mucho movimiento, eso no le molestaba en absoluto. Ahora solía jugar un poco con ese orificio, y luego pasaba al otro asunto.

—Oh, Eren, estuviste fantástico —halagó agitado y algo sudado—. Espera aquí mientras me baño.

Durmió muy bien, como venía haciendo desde hace un tiempo y llego casi que sonriendo a la empresa esa mañana.

En su break, abrió un correo electrónico de Farlan, donde le enviaba las novedades para una "optimización" de las funciones de su maledoll, y donde además, le pedía que tuvieran una pequeña entrevista on line por Skype, para poder hacer una encuesta de calidad sobre la experiencia con su producto.

Levi acordó que lo hicieran a las 22 p.m. desde la comodidad y la privacidad de su casa. Mientras terminaba de redactar el e-mail, se sobresaltó cuando Eren le habló a sus espaldas.

—Levi… lo siento, no quise asustarte, como siempre te concentras y te olvidas de todo alrededor.

Sigilosamente el hombre minimizó la ventana, y giró en su silla ergonómica para mirarlo con aparente tranquilidad.

—¿Necesitabas algo?

—Bueno, si —el joven se sentó con confianza en una esquina de su escritorio—. Quería invitarte a una fiesta que vamos a celebrar en mi casa. Erwin también vendrá, y bueno… Habrá piscina, bebidas, una buena barbacoa y chicas hermosas, huy, si, muuuy hermosas.

Levi se rió internamente y carraspeando un poco, mientras fingía acomodar unos papeles le respondió.

—Lo siento, no soy del tipo "fiestero". Prefiero las reuniones más… tranquilas.

—Oh, ¡vamos! La vida no es solo trabajo, ¿o acaso tu novia no te deja salir a divertirte? —le dijo con tono burlón. Levi se carcajeó internamente.

—No tengo novia, y de verdad, te agradezco la invitación pero-

—Irá —sintió una voz detrás suyo y se giró levantando una ceja, Erwin—. Levi necesita relajarse, claro que irá. Yo me aseguraré de eso.

—No decidas por mí, ¿quieres? Eren, gracias, pero no. Será en otra ocasión. Y ahora si me disculpan, tengo varios reportes pendientes, circulen —habló no muy amablemente. Pero ambos sabían lidiar con su personalidad.

Se fueron juntos caminando por el pasillo.

—Oye, Erwin, ¿cuál es el tipo de mujer que le gusta a Levi?

El rubio se rió abiertamente y Eren lo miró desconcertado.

—A Levi no le van las mujeres —confesó, dedicándole una mirada con doble intención. Eren abrió la boca y se mostró sorprendido.

—Oh, no sabía que… tuviera esas… inclinaciones. A decir verdad me parece bastante varonil.

—Sí, lo es. Que tenga otros intereses no implica que deba tener modales afeminados.

—Vaya, nunca lo hubiera adivinado.

—¿Te molesta? Tal vez me fui de boca —admitió el rubio algo preocupado.

—No, no, por favor, no tengo problemas con esto. De hecho, uno de mis mejores amigos es gay y está casado, eso no me impide tener amistad con nadie, no tengo prejuicios al respecto.

Tanta explicación le dio mala espina al otro, pero decidió no decir nada.

—Y… eh… ¿entonces tiene novio?

—Bueno, ahora que lo mencionas, la verdad es que lo conozco hace cinco años y… nunca me ha presentado ninguna pareja. Por supuesto, sé por algunos comentarios muy escuetos que se ha frecuentado con algunas personas, pero en ese sentido Levi es… extremadamente reservado.

—Oh… Bueno, iré a sacar unas copias que me pidió mi supervisor, te veo Erwin.

—Adiós, Eren.

Ese día Levi pasó por el supermercado, se abasteció muy bien de varios implementos de limpieza, víveres, frutas y verduras frescas, algunos vinos finos y champagne. Volvió de muy buen humor a la casa. Su Eren estaba sentado en el sofá, con el televisor prendido. Dejó las bolsas en la cocina y se acercó al muñeco.

—Hola, Eren —dijo mientras se acercaba y le dejaba un sutil beso en los labios.

Luego de cenar una ensalada parisina, con dos copas de vino blanco dulce, se lavó los dientes y prendió su computadora para la entrevista con Farlan. Muy puntual se conectó a las 22 horas.

Pronto recibió el pedido de conexión de su amigo.

—Hola, Far.

—Levi… —el otro arrastró su nombre relamiéndose los labios—. Que placer verte de nuevo. Aunque es una lástima que no sea en vivo y en directo. Normalmente te contactaría uno de mis empleados, pero eres… "un caso especial", si no te molesta me ocuparé personalmente.

—Lo prefiero —respondió de manera tajante.

—Tu respuesta me alegra, bien. Vamos a seguir con el paso del test de calidad correspondiente —dijo moviendo el mouse para abrir el programa en su computador—. Bien, veamos, te pido que seas lo más honesto posible, porque del análisis de tus respuestas podremos desarrollar nuevos programas, aplicaciones y mejoras para implementar en el futuro.

—Cuenta con ello. Empieza con las preguntas, por favor.

—Bien. Las primeras preguntas son una evaluación en una tabla de medición del 1 al 10, donde 1 es insatisfecho y 10, completamente satisfecho. ¿Cómo considerarías la atención que recibiste del vendedor de "My Personal Pleasure"?

—10 —Farlan sonrió, pero no dijo nada más.

—Respecto a la confección del producto, ¿considera que la empresa cumplió con los requerimientos solicitados por usted en cuanto a: parecido, altura, color de piel, ojos y cabello?

—10. Fue realmente sorprendente.

—Bien, eso me pone muy feliz. Sigamos. ¿Cómo fue su experiencia en la recepción del producto, demora de entrega y presentación?

—10. Aunque me costó mucho abrir el empaque, pero entiendo que era necesario ese embalaje para que el producto no se estropeara.

—Excelente. Con respecto a las funciones mecánicas del maledoll, ¿cómo se siente respecto a la calidad de la silicona y la temperatura del mismo?

—10. ¿Está mal usarlo como calefactor en invierno?

—Ja, ja, ja, esa es buena, la pondré como recomendación en los próximos manuales. Sigamos, ¿puntuación respecto a las funciones electrónicas del producto? —Farlan levantó una ceja y miró a su amigo con una sonrisa suave.

—10.

—Esto es una consulta mía, ¿te sentiste incómodo en algún momento, las vibraciones estuvieron bien, dejó de funcionar, o notaste algún desperfecto que quisieras mencionar?

—No, en absoluto, se sintió fantástico.

—¿El tamaño fue el correcto? Esos aspectos se pueden corregir.

—No, no, estoy conforme, es un tamaño… adecuado.

—¿Mejor que el mío? —se arriesgó Farlan con sobrada confianza, Levi sonrió y cruzó sus brazos.

—Por favor, señor Church, limítese a terminar con el control de calidad.

—De acuerdo, ya faltan sólo tres. ¿Recomendaría nuestros productos en la página web? Por supuesto, te crearíamos un perfil privado, sólo que es bueno tener un testimonio real de un cliente que al parecer está extremadamente satisfecho.

—Cuenta con mi colaboración.

—Genial. Ahora, ¿qué aspectos fueron los que más apreciaste de la experiencia con mi empresa?

—Bueno, se nota que son profesionales, me agradó que la entrega fuera con un servicio privado, que se hayan esmerado para cumplir con todos los requisitos que solicité, y realmente… bueno, tenía un prejuicio con respecto a recurrir a estos… productos. Pero debo admitir que estaba equivocado, y que la experiencia ha sido completamente satisfactoria.

—Perfecto, y la última, ¿desea recibir correos con las novedades y los nuevos productos que mi empresa está desarrollando?

—Sí, me gusta estar informado.

—Muy bien, señor Ackerman, le agradezco su tiempo y su amabilidad. Con esto concluye el primer test de calidad de "My Personal Pleasure". ¿Desea agregar algún comentario o recomendación final?

—Que bajen los precios, eso nada más.

—Ja, ja, ¡lo sabía! Pero admite que te hice un descuento insuperable. Y hablando de eso —Farlan cerró la encuesta luego de guardarla y se dedicó a charlar un poco—, tengo ganas de verte, Levi.

—¿No me estás viendo, acaso?

—Sabes a lo que me refiero. Pasé la mejor noche de mi vida, no necesitas que te lo diga, es más que obvio que me gustas, siempre me gustaste. ¿Acaso fue una mala experiencia para ti?

—No, no lo fue. Se sintió bien.

—Entonces…

—Es que ahora me solucionaste el problema de mis necesidades sexuales insatisfechas, ya no te necesito, Far —Levi se rió.

—Eres perverso, petit. Tengo un viaje en dos semanas a tu ciudad, ¿aceptas una cena al menos? Vamos, haré que te diviertas, no te pediré nada más.

—Si me acuesto contigo, ¿me harás otro descuento?

—Eres ambicioso, petit. Lo pensaré.

—Sólo bromeaba, idiota. Está bien, cuando vengas iremos a cenar. Por cierto, deberías pensar en una función para que los maledolls te abracen y te hagan masajes de espalda, sería genial.

—Bueno, en realidad estamos trabajando sobre una nueva línea de productos con funciones cibernéticas. Estamos en una fase de prueba, pero paulatinamente lograremos que interactúen con sus dueños, la idea es que puedan mantener charlas interesantes. Ya te habrás dado cuenta que significan mucho más que un mero implemento para tener placer sexual.

—Bueno, tienes razón. De alguna manera… empiezan a formar parte de tu vida. Gracias por recomendármelos, en verdad estoy muy a gusto con mi adquisición.

—De verdad me alegra mucho escucharte decir eso. Bien, en unos días te mandaré un link para que tengas tu propio perfil en la página y puedas compartir tu experiencia con el resto de nuestros clientes. También podrás interactuar con ellos, en caso de que quieras, claro. Y por cierto, en dos días vas a recibir una valija con nuevos productos de limpieza y mantenimiento, viene con un manual también.

—Oh, ¿y eso que costo tiene?

—No te preocupes, es un regalo de mi parte.

—No me consientas tanto, Far, puedo acostumbrarme.

—Es la idea, petit. Bien, buenas noches, esperaré con ansias nuestra cena.

—Escríbeme antes así me preparo.

—Por supuesto, lo haré, que descanses.

—Adiós.

Levi cerró la cesión, arrastró a su Eren a la cama y decidió divertirse un rato antes de dormirse.

Cuando llegó a su trabajo al otro día, lo llamaron desde la gerencia de administración. Su jefe le pidió colaboración con una de las sucursales que estaba en la capital. Al parecer el administrativo era desorganizado y habían perdido unos cuantos legajos, entre otros problemas de cargas y seguimiento. La empresa cubriría los viáticos, pero necesitaba al menos una semana, ya que debería preparar al nuevo administrativo y dejar en orden esa oficina. Por supuesto, eso implicaba un jugoso bono de compensación, y lo que era mejor, una buena calificación, ya que dentro de poco el viejo Pixis, el supervisor de administración, se jubilaría, y eso dejaba la vacante libre. Levi necesitaba ese ascenso, para poder pagar las costosas cuotas de su Eren, y volver a su nivel de vida sin problemas. Por lo que aceptó el pedido de inmediato.

Claro que no se fiaba de dejar su casa sola durante tanto tiempo, sus obsesiones compulsivas se dispararon a niveles alarmantes. ¿Qué tal si le entraban a robar? De solo pensar que podían robarle a su Eren se ponía frenético.

—Hey, cejas de oro, ven un segundo a mi despacho, necesito hablar contigo —pidió por la línea interna de la empresa. Erwin dijo que terminaba con un cliente e iba.

Después de una hora, se apareció por el lugar.

—¿Todo bien, amigo? ¿Qué estás necesitando?

—Sí, todo bien. Mira, Zacklay me solicitó que viaje a la capital para preparar al nuevo administrativo, tengo que irme por una semana. Quisiera pedirte si serías tan amable de pasar por casa una vez al día, solo un momento, o si prefieres puedes quedarte y dormir, necesito que riegues mis plantas una vez, día de por medio, que te fijes que todo esté en orden, y te dejaré dinero por ello.

—No, no hace falta, Levi, te debo muchos favores, lo haré con gusto.

—Ok, cuento contigo grandote, en serio, no me falles, no quiero volver con una úlcera en el estómago por estar pendiente de que algo malo pueda sucederle a mi hogar.

—Tú viaja tranquilo, me encargaré de todo.

—Bien, gracias, en serio. Mañana antes de viajar pasaré y te dejaré la llave. Oye, no uses mi casa de hotel de amor, es lo único que te pido. Ya sabes la clave del sistema de seguridad.

—Sí, sí, tranquilo, todo estará bien.

—De acuerdo.

Esa noche, luego de tener dos intensos orgasmos con su Eren, limpió todo y se abrazó a él.

—Te extrañaré, Eren. Sé que te sentirás algo solo, pero será una sola semana. Prometo que te compensaré muy bien —Y dejándole un beso en la mejilla, se entregó al sueño reparador.

Como había anunciado, pasó temprano por la empresa y dejó el juego de llaves a Erwin, también una autorización para que recibiera la encomienda del correo (una fotocopia de su documento de identidad y su firma), y finalmente partió.

Erwin cumplió al pie de la letra. Todos los días en el descanso del mediodía, iba hasta la casa, cumpliendo los requerimientos de su amigo. Todo estaba en perfecto orden. Luego por la noche le hacía una pequeña llamada para que estuviera tranquilo.

Pero un suceso iba a cambiar drásticamente los planes del rubio. Nanaba le escribió el miércoles, para decirle que al otro día arribaba a la ciudad y que quería verlo. Nanaba, el amor de su vida. Jamás la había dejado de amar; vivía al otro lado del planeta ahora, pero cada vez que venía de visita a la ciudad solían encontrarse y reflotar los vestigios de ese amor. Era imposible decirle que no. Por lo que se pidió franco para ese mismo jueves y viernes. Con seguridad se irían a la playa, como ya era costumbre, para sumergirse dos días en completo éxtasis y gozo.

Llamó a Moblit, para pedirle que se hiciera cargo esos dos días de la casa de Levi, pero su amigo estaba de vacaciones en las islas Caimán. Tenía que encontrar la manera de solucionarlo, y tiempo no era lo que le sobraba precisamente. Justo en ese momento, Eren se acercó a su puesto para consultarle sobre unas operaciones que estaban pendientes, y unos pagos de sus clientes que faltaban.

—Oye, Erwin, te mandé un e-mail con los pagos pendientes de tus clientes, ¿los llamas un minuto para ver el porqué de los atrasos? Y necesito que veamos estas dos operaciones, porque los informes están incompletos.

—Sí, claro, ahora los vemos… Oye, Eren… ¿Quieres ganarte unos billetes fácilmente?

—¿A quién debo matar? —preguntó el chico con humor mientras tomaba asiento a su lado.

—Bueno, es bastante sencillo te diré. Mañana y pasado, tengo un viaje de urgencia que hacer, y no estaré en la ciudad. El problema es que Levi me dejó a cargo de vigilar su casa. Es muy simple, hay que ir, regar las plantas y recorrer el lugar, no te lleva más de 10 minutos el trámite. Es sólo una vez al día, luego me mandas una foto para confirmar que todo está bien. Te daré cien dólares.

—Sí, claro, no tengo problema —respondió el joven solícito.

—Solo te pido una cosa, que quede entre nosotros. Ya sabes que Levi es… "reservado", y yo me comprometí con esto, pero ahora me surgió un tema que no puedo posponer, ¿me entiendes?

Eren ladeó la cabeza y parpadeó un poco.

—Doscientos dólares, y me juras que nadie, NADIE, se va a enterar.

—Hecho —accedió el joven sonriendo triunfal.

Erwin le entregó la llave y la clave de seguridad.

Eren pasó ese día después del trabajo. Estaba algo cansado, pero lo cierto es que Levi vivía cerca de la oficina lo que no le insumiría demasiado tiempo.

Estacionó frente a la hermosa casa y ya desde la entrada quedó impresionado. Como buen administrador, Levi aprovechaba hasta el último dólar para mantener su propiedad en condiciones. Ingresó luego de colocar la clave y prendió las luces. El lugar parecía sacado de una revista de arquitectura, inmaculadamente limpio y ordenado. Eren soltó un silbido.

—Impresionante —dijo mirando alrededor—. Realmente aquí hay espacio suficiente para un fiestón —Siguió recorriendo la propiedad con auténtica curiosidad.

Luego de saciar su fisgoneo, decidió buscar una jarra y procedió a regar las plantitas, encendió el regado automático del césped y esperó los cinco minutos que requería. Mandó la foto a Erwin, y se tiró en el mullido sofá unos minutos, cuando menos acordó, quedó profundamente dormido.

Se despertó sobresaltado, ya era la una de la madrugada. Realmente que estaba agotado. Se puso de pie y se dirigió a la cocina para husmear en la heladera y la alacena. En el freezer encontró varios tuppers con comida congelada, tomó uno y lo colocó en el microondas. Mientras se dirigía a la habitación para tomar una ducha. Se topó sin querer con una puerta cerrada con llave. Le llamó la atención pero siguió hacia el dormitorio. Abrió el placard para buscar una toalla, y se encontró con una caja llena de lubricantes, preservativos y algunos implementos sexuales.

—Oh… Wow… demasiada información —expresó volviendo a cerrar la caja, tomó una toalla y se fue a bañar.

La ducha era gloriosa, con una enorme regadera, la presión del agua era fuerte, parecía masajear sus músculos doloridos. Salió, se secó, y en boxérs se dirigió a la cocina para comerse la vianda. Era una especie de estofado de carne con arroz y verduras, sabía delicioso, dejó el bols sucio y los cubiertos en el fregadero. Tomó un vaso de leche, y al fin se fue a acostar.

Ya no valía la pena volver a su departamento considerando la hora. Además la experiencia de dormir en casa ajena se le hacía fabulosa, sobre todo porque Levi tenía una cama de ensueño. Apenas se arropó se durmió completamente.

Al haber dormido demasiado desde el día anterior (considerando su "siesta" al volver de la oficina), se despertó excepcionalmente temprano. En verdad que dormir en esa cama era genial. Luego de asearse en el baño, procedió a ir a la cocina a prepararse un suculento desayuno. En eso estaba cuando recordó la puerta cerrada. Tomó el juego de llaves que Erwin le diera y se dirigió a la misma mientras el agua se calentaba para un café rápido con tostadas.

No le llevó mucho dar con una llave pequeña y delgada y pronto estuvo abriéndola. Eren no era de las personas que se lo pensaban demasiado a la hora de saciar su curiosidad. Se dio con un cuarto pequeño, como una especie de almacén, ya que tenía un estante al fondo con productos de limpieza, escobas, trapeadores, plumeros y entre otras cosas una caja de madera enorme que casi llegaba hasta el techo. Eren se acercó y la miró de arriba abajo. ¿Qué carajos tendría Levi allí?

Un escalofrío le lamió la columna, solo le pedía a todos los dioses que no fuera el cuerpo momificado de algún ex novio o algo por el estilo. Le llovieron imágenes de todo tipo de Levi como asesino psicópata o algo de eso. Sacudió la cabeza, demasiado Netflix, se dijo. Aunque escuchó el ruido de la tetera silbando en la cocina, decidió abrir la caja y acabar con sus dudas.

Tuvo que usar bastante fuerza, pero al fin la quitó, para encontrarse con una segunda tapa de color negro de plástico. Repitió el procedimiento. Pero cuando quitó la tapa…

—¡¿PERO QUÉ CARAJOS?! ¡Joder! —se llevó una mano a la boca, mientras sus ojos casi se salían de sus órbitas, y su pulso se aceleraba.

Una réplica exacta de él mismo lo observaba desde la caja. Vestía solo un bóxer negro con detalles en naranja y sobre el hueso de la cadera, tenía un tatuaje que decía claramente "Levi". Con manos temblorosas salió del lugar, le faltaba el aire. Cerró de un portazo y se fue a la cocina para apagar la hornalla. Estaba asustado, no asustado era poco. Tal vez, Levi sí era un psicópata después de todo. ¿Y qué tal si Erwin lo había mandado para que el loco asesino de Levi se encargara de él?

Cuchillo en mano, se paseó por la casa, revisó debajo de las camas, en los armarios, el desván, incluso el sótano. Pero no encontró nada sospechoso, ni cámaras, ni nada extraño. Por fin se sentó en el living y bebió la taza de café mientras terminaba de vestirse. Después que le pasó el susto inicial, volvió de nuevo con el muñeco.

Empezó a sentirse contrariado, luego comenzó a molestarse un poco, y ya tuvo que irse porque se le hacía tarde. Esa mañana no pudo concentrarse en absolutamente nada. Su cabeza volvía una y otra vez al suceso de esa mañana. ¿Por qué Levi tenía un muñeco exactamente igual a él? Eso era lo más extraño y horrible que le hubiera sucedido en mucho tiempo.

Sin dudas debía volver. Ese viernes salió media hora antes y manejó directo a la residencia. Ya mucho más repuesto, abrió la habitación y sacó la caja por completo. Apreció el muñeco con mayor luz. No cabía duda, era una réplica de él. Buscó por los costados hasta que encontró una referencia en uno de los bordes: "My Personal Pleasure". Tipeó en Google el nombre de la empresa y cuando terminó de leer las explicaciones, su ira sólo fue en aumento.

"Fábrica de muñecos sexuales hiperrealistas"… fábrica… muñecos… hiperrealistas… SEXUALES…

—¡Hijo de puta! —exclamó cabreadísimo. Se acercó resoplando y tiró del bóxer hacia abajo, completamente rojo, para terminar de entender su uso.

Cerró la caja y lo metió al cuarto. Luego dejó todo más o menos en orden, no regó ninguna planta y se fue. Llamó a Erwin esa misma noche.

—¡Oye! —le gritó apenas le atendió el teléfono—. ¿Tú sabías de esa afición que tiene tu amigo por los muñecos sexuales, eh? ¿Lo hiciste a propósito?

—¿Eren? ¿De qué hablas? ¿Qué afición? Supongo que no estuviste revisando la casa de otra persona, ¿cierto? Eso no era parte de nuestro trato.

—¡Dime la verdad! ¿Sabías que Levi tiene un muñeco sexual hiperrealista?

—¿Queeeé? Eren, tranquilízate, no sé de qué carajos me hablas. Escucha, mañana por la mañana estaré en la ciudad, necesito que me des la llave, Levi llega por la tarde. Si quieres nos juntamos y conversamos, pero de verdad, ni puta idea de lo que hablas.

—Júralo, jura que no tenías idea de esto.

—Te lo juro por mis cejas, Levi nunca mencionó algo como eso, y, oye, me quedé cientos de veces en su casa y jamás vi nada raro. ¿Pero cómo fue que descubriste eso? ¿Estuviste husmeando?

—Un poco.

—¡Eren! Te dije que solo regaras las plantas y ya, ¡joder! Si Levi se entera me aniquilará. Por favor, no le vayas a decir una sola palabra, por favor, mi cuello está en juego, no bromeo. Dijimos que iba a quedar entre nosotros.

—Mañana hablamos, te espero en el café "Casa Inglesa", frente al teatro, a las diez, adiós.

Se encontraron a la hora convenida. Eren se dio cuenta que Erwin en verdad no sabía nada en absoluto, era más que obvio cuando el rubio intentaba mentir, además bien le valía la fama de persona honesta y confiable, esto no sería la excepción. Por lo que luego de recibir cuatrocientos dólares, se llamó a silencio. Sin embargo su relación con Levi cambió drásticamente a partir de ese desafortunado descubrimiento...

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By Luna de Acero


Ahora sí, me pueden compartir en un hermoso review, ¿qué creen que va a suceder a continuación? Muchas gracias!