Buenas a Todos!
Me llamo Agnes y les presento mi... primera historia en el fanfiction. Espero que el estilo se entienda y que a ustedes les guste.
Loud House es de Chris Savino y Nickelodeon.
Cap. 1
Reencuentro
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La habitación estaba oscura y silenciosa, la única luz era aquella filtrada por las persianas que cubrían la enorme ventana, recostada a la cual se podía ver una baja figura en pie, como si esperase algo.
-Deberías dormir. - comento otra figura, mucho más alta, colocándose a su lado. -Mañana llegaremos a nuestro destino.
-Prometió llamar para ultimar detalles. -aseguro la primera mientras se acomodaba para hablar con más calma. - Hoy en la noche y mañana en la mañana.
-Lo sé, Taicho, pero llevas todo el día en guardia.
-No me digan Taicho. - se quejó su acompañante con fastidio, cruzándose de brazos. – ¿A quién rayos se le ocurrió esa idea?
-Dejaste ese anime al aire en una parte interesante. - replico con diversión. - Todos lo miraron y no puedes negar que…
-Si, me parezco a él. - acepto con un gesto de la mano, haciendo reír abiertamente a su acompañante. - Tengo nombre, ¿saben?
-Lo sé, pero es divertido verte molesto. - bromeo la figura alta justo cuando un sonido ligero se escuchó entre ellos dos, callándolos. -Es Ella.
-Así es. -acepto "Taicho" antes de llevarse una mano a la cabeza. - ¿Todo seguro? - la figura alta se agacho a la altura para escuchar también.
"Todo seguro" afirmo una voz infantil al otro lado, con un ligero arrastrar de palabras. "¿Cuál es su posición?"
-Estamos a unas 7 horas en carretera, pero descansaremos esta noche. - confirmo su hablante mirando a su acompañante por confirmación. La figura asintió. - Llegaremos mañana alrededor de las mil ochocientas.
"Recibido" hubo un ligero silencio en la línea "Y… como están todos?"
-Nerviosos- comento el "Taicho" mirando el resto de la habitación un segundo antes de reanudar su habla. - Algunas siguen tratando de dormir. - quejidos de fastidio se escucharon en el área, mientras otras personas en la habitación parecían reacomodarse para hacer justo lo dicho, dormir. - ¿Que tal todo en tu lado?
"Igual. Papá esta en la sala mirando unas fotos y Mamá está con Lily en la cocina. Ni siquiera ella puede dormir con tanta emoción en el aire." Contesto la persona con un tono cansino. "Las cosas han estado silenciosas por aquí."
-No creo que eso cambie por un tiempo. -señalo su interlocutor mirando a su acompañante, que seguía encorvada escuchando la conversación. La persona hizo un gesto con la mano, refiriéndose al tiempo. - Volviendo al tema, ¿Ya decidiste donde es el punto de reunión?
"Dada su situación se ha concordado un punto no muy conocido, pero con la suficiente cobertura tanto para ocultarse como para un contacto sin amenazas; teniendo como punto extra que se supone es un entorno familiar" confirmo la niña con un sonido de teclado de fondo. "He enviado las coordenadas a tu dirección."
-Recibido. - acepto la figura con un suspiro. La línea siguió en silencio un rato. - Lisa…
"¿Sí?"
-Sabes que no será fácil, ¿verdad? - su respuesta fue silencio.
"Lo sé… pero haremos todo lo que se pueda. Y aunque no sirva, no importa. Si algo aprendí de este suplicio periodo de tiempo es el valor de la familia, sin importar sus diferencias." Contesto Lisa al otro lado de la línea. "Sea como sea, los querré por igual e incluso más de lo que hacía en el pasado. Todos lo haremos" sentencio con la voz algo quebrada. "Solo… quiero que ya estén aquí" El Taicho miro a su acompañante, que se había puesto nuevamente de pie y miraba al resto de la habitación, donde varios pares de ojos los miraban con diferentes grados de emoción. La figura le miro y asintió, arrancándole una ligera sonrisa apenas visible por la luz.
-No te preocupes. Estamos en camino. - asintió el chico mirando a los demás, la mayoría asintiendo en la oscuridad. - Deberíamos descansar. - señalo tanto para sus acompañantes como para la niña en la línea. - Mañana será un día cansino en más de una forma. - Hubo otro asentimiento en la habitación.
"Ciertamente" acepto Lisa al habla. "Bueno, entonces reposemos nuestra consciencia… y Lincoln"
"¿Si, Lisa?" la niña miro el teléfono en la pantalla con ojos vidriosos.
-Buenas noches a todos. Los quiero. - finalizo la niña acariciando la pantalla, como si así pudiese llegar al otro lado. Hubo un segundo de silencio antes de que un ligero bufido se escuchase.
"Igual. Buenas Noches. Lincoln, Fuera" y se cortó la llamada. Lisa siguió mirando la pantalla un rato antes de mirar a un lado, donde una foto familiar estaba a plena vista. La habían tomado hará un año, antes de lo sucedido. Las sonrientes caras de los trece integrantes de la familia parecían darle esperanza en esta situación como lo habían hecho desde su mismo inicio. La niña bajo de su escritorio y la tomo, llevándosela consigo a la cama, donde se quedó observándola.
-Si tan solo los hubiera acompañado…-sollozo dejando caer una lagrima sobre el rostro de su hermano, recordando…
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11 meses atrás
El bullicio en la cocina era más que ensordecedor cuando Lisa entro en la habitación, mirando a sus hermanos desayunar con su padre mientras su madre trataba de calmar a una inquieta Lily, quien estaba cubierta de pies a cabeza de pequeñas marcas rojas, al igual que la genio con gafas. Lincoln fue el primero en notarla.
-Buenos días Lisa. -saludo con una sonrisa que mostraba su diente astillado. La niña le dirigió una mirada inexpresiva.
-Saludos, figura consanguínea masculina. - saludo mientras se rascaba un brazo, otra vez. Una de sus hermanas, Luna, lo noto.
-No hagas eso, sis. - señalo terminado de tragar sus panqueques. - Te dejara una marca.
-Comprendo los resultados de esta fricción cutánea, ¡pero es que esta irritación me tiene loca!- soltó Lisa perdiendo la compostura para intentar rascarse la espalda, sin obvios resultados. Los demás miembros de la familia la miraron con pena… menos una.
- ¿Segura que no es contagioso? - se quejó Lola alzando la ceja y alejándose un poco. - Tengo un concurso la semana que viene y no hay manera que gane con eso.
-Yo opino que sería genial. - contradijo Lana. - ¡Puedo estar en casa todo el día, rascarme como me dé la gana y rodar en el suelo! ¡También escuche que el lodo ayuda a la comezón así que podría pasar todo el día así y no habría problema!
-Lo dudo. - refuto su gemela sin mirarla. Lana frunció el ceño.
-Lo siento Lana, pero no se podrá. - rio su padre mientras ayudaba a rascar ligeramente a Lisa, quien acepto el gesto con una cara de alivio muy sincera. - La varicela solo se tiene una vez y ustedes ya la pescaron.
- ¿En serio? - dijeron las niñas a la vez, extrañadas.
-Fue esa vez que Lynn literalmente se la pego a toda la familia. -comento Lori señalando a la deportista con el tenedor.
-No es mi culpa que hubiera una epidemia en la escuela. - se defendió Lynn sin darle mucha importancia. - Lo que si me molesto fue que no me dejasen jugar por un poco de comezón.
-A mí no me gustaron esos puntos rojos, ósea, no combinaban bien con nada de lo que tenía. - Leni miro su ropa con tristeza mientras el resto de la mesa lo hacía con obviedad.
-Eso no explica porque la tuvimos y Lisa no. -señalo Lola con una cuchara.
-Aún no había nacido. - apunto Lucy saliendo de la nada y asustando a todos.
-Es cierto. - confirmo su madre dejando a Lily en la silla alta tras recuperarse del susto. - Ustedes dos apenas tenían siete meses de nacidas y nadie en la casa, excepto tu padre, había padecido de varicela. Caímos como moscas, pero al final todo salió bien. - tras decir eso rio nostálgica. - Recuerdo que Lincoln persiguió a Luan por toda la casa porque estaba usando su conejito para rascarse.
-Estaba para conejar del gusto. - bromeo la mencionada recibiendo una mirada de las demás. Lisa miro a su hermana como considerando sus palabras, cosa que noto Lincoln.
-Ni lo pienses Lisa. - amenazo con su cuchara el peliblanco. La niña iba a refutar, pero prefirió centrarse en su recién entregado desayuno por su madre, quien le dio un beso de mañana. La niña le sonrio antes de saltar a comer, ignorando a Lincoln. El niño suspiro antes de mirar el reloj.
-Chicas, ya son las nueve. - Ocho pares de ojos se fijaron en el aparato y un revuelo enorme se formó mientras apuraban la comida y se levantaban.
-Rayos, podías haber avisado antes...
-Aun no termino de arreglarme
-Deje mi tiara arriba.
-El día está muy temporamental para mi gusto. Hahaha. ¿Entienden?
-No ahora, sis.
- ¡Abran paso! Necesito el baño.
-Preferiría quedarme en la oscuridad.
- ¿Puedo llevarme a Izzy?
-No. -dijeron todos los presentes en colectivo. Lana se cruzó de brazos enfurruñada. Su padre le revolvió el cabello desde su silla.
-No te enojes cariño, es solo que no queremos otra suspensión en Dairy Land, ¿o sí? - la niña lo miro horrorizada antes de negar con la cabeza. - Bien, ¿porque no vas a lavarte los dientes? - Lana asintió y se fue. El padre suspiro y miro a su hijo varón, que miraba a las menores con pesar. -¿Sucede algo Lincoln?
-Es que me cae algo mal dejar a Lisa y Lily, sé que les gusta ir… Aunque una se la pasa experimentando en el vómito y la otra no hace nada excepto ser tierna. - señalo con obviedad dándole una caricia a la bebé, que rio por ello.
-Incky! - sonrió dándole un abrazo.
-Aw, yo también te quiero Lily. - le devolvió el gesto antes de mirar a sus padres. - ¿Seguros no pueden venir?
-No, aún es muy pronto. - señaló su madre con una sonrisa y un abrazo para el chico. - Que lindo que pienses en tus hermanitas, Lincoln.
-Siempre lo hago. - bromeo el chico dejándose dar cariño.
-No te preocupes por mi ausencia, Lincoln. - señalo Lisa acomodándose las gafas antes de reanudar su rascadera. - Estoy en proceso de desarrollar una cura más efectiva en contra de esta molesta sensación en vista que la actual tarda eones en surtir efecto y nanosegundos en dejar de funcionar. - Los padres y el chico intercambiaron miradas con una idea muy clara: Habría que alejar a Lily de Lisa hasta que todo estuviera de vuelta a la normalidad, aparentemente.
- ¡Lincoln! Apresúrate. -llamo Lori asomándose desde la puerta de la cocina. - Esos tiquetes gratis funcionan desde las diez y literalmente no pienso perder un segundo de ese tiempo. - tras decirlo miro a sus padres con una sonrisa. - Nos vemos luego chicos.
- ¡Hasta Luego! - se despidió Licoln saliendo tras ella. El resto de las chicas se asomó a dar una despedida rápida antes de escucharse el sonido de la puerta cerrarse, seguido de la estampida hacia Vanzilla y el arrancar del motor que pronto desapareció. Los padres se miraron divertidos, mientras Lisa solo siguió desayunando. Poco sabían que esa era la última vez que verían al resto de la familia en un largo tiempo…
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Presente.
-Lisa, Lisa. -la niña de ahora cinco abrió los ojos y se los restregó un momento antes de notar que la van se había detenido. No era Vanzilla, pero era un buen vehículo. Quien llamaba a la niña era su madre. Rita Loud tenía notables ojeras y un cansancio aparente, pero había una luz de esperanza y amor en su mirada que le mantenía mirando a su hija con cariño. -Ya llegamos al lugar Lisa.
- ¿Ya? - la niña miro su reloj de pulsera, notando que este marcaba las 5:45pm. - Pronto será la hora.
- ¿Lincky? -pregunto Lily desde su asiento al lado. El cabello le había crecido y tenía un peinado ladeado pero despeinado. Vestía un vestidito Lila y zapatos chocolates, abrazando su osito con un gesto de desconcierto.
-Si cariño, pronto veremos a Lincky. -acepto su padre con cansancio desde el asiento del conductor. El hombre también se notaba cansado y parecía haber envejecido un poco más. La van estuvo en silencio unos segundos, los cuatro integrantes dentro inseguros de que hacer. - Deberíamos salir, esperar afuera.
-Sera. -acepto Lisa soltando su cinturón. Sus padres bajaron del auto y pronto fueron a ayudarlas a ella y a Lily a bajar. Lisa se alejó un poco mirando alrededor mientras la pequeña caminaba del brazo de su madre, aun abrazando su osito.
El lugar de reunión era El campamento Rasca traseros, que en esa época del año estaba desierto. Lisa sabía que era un poco arriesgado, pero lo amplio del terreno daba tanto una buena cubierta como una posible área de escape por si las cosas se tornaban malas. Realmente esperaba que no sirviera para ello.
Lisa miro a sus padres, que siguieron sus indicaciones de mantenerse cerca de la Van, antes de avanzar a un tronco caído cerca del lago y sentarse mirando su reflejo. No había cambiado tanto en esos meses. Tenía el cabello algo más largo, pero igual que descuidada. El mismo suéter verde y mismos pantalones rosa. Estaba algo más alta, pero aún más pequeña que lo que recordaba eran las gemelas la última vez que las vio. Lisa trato de sonreír a su reflejo, sabiendo que era una tontería científica, pero no lo logro.
-Estúpida reflexión de la luz. - murmuro sentándose derecha para mirar el horizonte.
-Sigue siendo tu reflejo. - Lisa dio un brinco, pero no se movió. Conocía esa voz, pero hace casi un año no la escuchaba en persona. Con una lentitud no valorada, más por los nervios que otra cosa, movió la cabeza hacia un árbol cercano, pero oculto en sombras. Recostado a el había una persona conocida, vistiendo una camisa de mangas largas y cuello alto naranja, así como pantalones grises y zapatillas blancas. El chico la miro con bolsas en sus ojos, los cuales la miraban calculadores.- Igual sigue sorprendiéndome que no me sorprenda que una niña de cinco años ya tenga en su haber un premio Nobel.
-Lincoln… -murmuro Lisa casi llorando, apenas manteniendo la compostura mientras se levantaba para caminar hacia él.
-No tan rápido, niña. - señalo otra voz cerca del peliblanco. De las sombras salió una chica de larga y oscura cabellera castaña, pecas en las mejillas y una notable cara de pocos amigos. Vestía un abrigo rojo arriba de una camisa blanca con rojo, pantalones largos amarillo oscuro y zapatillas negra. Pero lo que llamo la atención de la genio fue la escopeta que estaba apuntando directamente contra ella.
-Lynn. -murmuro Lisa antes de detenerse y alzar los brazos. Ya lo había calculado, pero eso no evito que se asustara. Lincoln pareció notarlo, porque bajo la escopeta de la chica con la mano.
-Te dije que esperaras. - regaño con fastidio.
-Lo siento, Taicho, pero no me fio. - se defendió la castaña recuperando su arma y mirando a Lisa de arriba abajo. - ¿Realmente es ella? No es una impostora o…
- ¡Lincky! - Lynn alzo la escopeta de nuevo, pero se detuvo al ver que la "amenaza" era una niña de dos y medio, corriendo rápidamente hasta estrellarse en las piernas del peliblanco, dándole un abrazo. Lincoln la miro curioso antes de abrir los ojos.
- ¿Lily?- la niña lo miro con una sonrisa de oreja a oreja.- ¿Eres tú?
- ¡Lincky! - respondió la pequeña alzando los brazos, queriendo que la cargara.
-Te recuerda. - bromeo Lynn bajando el arma por completo, llamando la atención de la menor, que volvió a sonreír y echo a correr contra ella.
- ¡Lynn! - rio Lily repitiendo lo anterior. Lynn sonrió y tras un segundo de duda se agacho para cargarla, mirándola con un cariño incomodo mientras esta la abrazaba lo más fuerte que una pequeña de dos podía. La castaña se colgó la escopeta al hombro antes de mirar a Lisa, que seguía de piedra.
-Lo siento, pero sabes la historia. - se disculpó pasando una de sus manos por la cabeza. Lisa asintió antes de mirar alrededor. - Tranquila, no saldrá nadie más… creo.
-Ha, Ha. -rio la genio con voz que trato de sonar indiferente, con muy escasos resultados. -Pero me alegro verlos… E-En serio. - comento con voz quebrada. Lincoln la miro un rato hasta que suspiro y se agacho con los brazos abiertos, cosa que la niña no desaprovecho para correr y abrazarle, mandando al carámbano cualquier otro pensamiento. Los dos hermanos se dieron un cálido abrazo, una llorando sin quererlo y el otro dándole caricias con los ojos cerrados, bajo la atenta y sorprendida mirada de las otras dos. -Lo-Los extrañe tanto… Ten-Tenía miedo d-de no… no volver a ver-verlos…. Yo-Yo…
-Shh. Cálmate. - le pido Lincoln antes de abrir los ojos y mirar a Lynn, quien dejo de juguetear con Lily para mirarlo. El chico hizo un gesto con la cabeza al que la chica asintió y retomo su escopeta, bajando a la niña para salir al claro y apuntar el arma a los padres, que se habían acercado y solo la miraban con emoción contenida. La chica no dejo de hacerlo en lo que se acercaba a la Van a inspeccionar, seguida de una feliz Lily. Mientras, Lincoln terminaba de calmar a Lisa.
-Lo siento. Perdí el control un segundo. - se disculpó la niña limpiándose la cara con la manga. El niño asintio antes de ponerse en pie. - ¿Tuvieron un viaje seguro?
-Afirmativo. - acepto Lincoln casi inexpresivo, un tono que Lisa llego a conocer muy bien en los últimos dos meses. El chico estaba aliviado, pero no bajaba la guardia. - No les siguieron al parecer o Lynn ya habría volado el auto. Tiene mal temperamento.
-Y que lo digas. - acepto Lisa antes de mirar alrededor. - Y las demás…
-En espera. Antes me gustaría hablar con nuestros padres. -señalo Lincoln con calma. La niña tenía que admitir que verlo en persona era tan extraño como hablar por teléfono. Su inexpresión rivalizaba con la de ella a simple vista, pero no estaba para mirar el colmillo al caballo regalado. - ¿Vamos?
-Si. - acepto Lisa adelantándose. Se acercaron a Rita y Lynn Sr. quienes miraban con una mezcla de diversión y preocupación como Lynn había terminado su trabajo comiéndose junto a Lily unas papitas que encontró en la guantera, su arma recostada al lado. La madre fue la primera en darse cuenta de los recién llegados y sonrió, aguantando de nuevo las ganas de correr a estrujar a otro de sus hijos entre sus brazos.
-Hola. -saludo Lincoln algo nervioso, perdiendo por un segundo su toque antes de respirar y calmarse, mirando a los adultos de arriba abajo antes de asentir. - Me imagino que ya están al tanto de nuestra situación. - Ambos padres asintieron.
-Entonces es cierto. - hablo el señor primero, abrazando a su esposa para tener fuerza. Lincoln le miro serio, pidiendo más detalles. – ¿No… recuerdan nada?
-No todos. Algunas bastante, otros casi nada. - acepto el niño sobándose el brazo antes de suspirar y mirarlos con algo de esperanza, pero mayormente escrutinio. - ¿Aun así nos aceptarían? Lisa ya nos confirmó su apoyo, pero quisiera escucharlo personalmente. - ante eso Lynn dejo de comer y se acercó a la zona, el arma al hombro. Los padres no apartaron la mirada de su hijo antes de asentir mirando a Lynn para confirmarlo. Ella miro a Lincoln y este le sonrió.
-Eso facilita las cosas. - sonrió la castaña antes de llevarse una mano a los labios y silbar. No era un silbido suave, de hecho, varios pájaros salieron volando y los presentes se taparon los oídos por ello, aunque Lynn no pareció interesarse en eso, mirando a los adultos con el ceño fruncido. - Si el Taicho lo aprueba, confiare en ustedes por ahora. Pero aun los tengo en la mira. - amenazo.
-Oh, Lynn…- casi sollozo su madre con la actitud, pero no podía culparla.
-Discúlpela. - se adelantó Lincoln regalándole una mirada de pocos amigos a la chica.- No tiene modales.
-Ni que fueras mejor. - refuto la castaña cruzándose de brazos.
-No te precupes Lincoln. Comprendemos… un poco su actitud. - señalo la mujer mirándolo con ternura. - Puedes acercarte más, quiero observarte mejor hijo. - El niño asintió y se paró a un rango cercano, pero aun fuera de alcance inmediato. La madre lo miro fijamente, deteniendo su mirada en los ojos de su hijo antes de dejar caer unas lágrimas de los suyos. - Has crecido.
-Solo es cuestión de altura. - bromeo el señor sin saber que decir. Lynn y Lisa gruñeron antes de mirarse.
- ¿El también? - pregunto la mayor sin sorpresa.
-Ciertamente. - confirmo Lisa con cansancio. Lincoln sonrió un poco a ello antes de que Lily volviera a llamar su atención para que la cargase, cosa que no consiguió. La niña casi llora de nuevo, pero su padre fue rápido en levantarla y tratar de calmarla, mirando a Lincoln interrogante. El niño le miro antes de desviar la mirada al bosque, justo cuando unos arbustos se movían y varias personas salían de entre ellos.
La primera fue una rubia alta, de corto cabello. Vestía una camisa celeste de mangas largas y una larga falda verde que le llegaba a las rodillas. En sus pies tenía unas balerinas celestes y en sus orejas unos aretes blancos triangulares. La chica lucia algo preocupada, pero de cierta forma tranquila.
La segunda era una chica de pelo castaño claro y largo, con ojos molestos y una sonrisa burlona que mostraba sus dientes delanteros con frenos. Vestía una camisa amarilla con las mangas y base negra, así como una falda amarilla y lisa. Llevaba unas botas altas negras que claramente no estaban solo de adorno.
Detrás de ella salió otra castaña, pero más oscura y más alta. Vestía una camisa de morada de mangas largas con el cuello roto, una clavera con las palabras "Death or Life" justo en el medio. También llevaba una falda a cuadros morada y botas de semejante color con cordones, así como una gargantilla negra y aretes de clip como accesorios. La chica miraba de forma neutral alrededor, y al igual que Lynn estaba armada, pero con un rifle de asalto que le puso los pelos de punta al hombre Loud.
Le siguieron a ella tres rubias. La más alta tenía el cabello algo más claro y vestía una camisa aguamarina de mangas largas que dejaba a la vista su ombligo y una falda corta a juego. Llevaba sandalias y, para sorpresa de los adultos, tres aretes en cada oreja: dos pequeños y uno grande circular. Era la única que sonreía abiertamente.
Agarradas a las manos de esta había dos niñas, claramente gemelas. La de la derecha llevaba un vestido simple rosa con un abrigo a juego, su rubio y largo cabello atado en una coleta alta mientras miraba al frente con el ceño fruncido en desconfianza. La de la izquierda se veía algo cohibida, agarrando la mano de la mayor con casi miedo. Esta llevaba un vestido parecido a la otra niña, solo que azul, y pantalones verde agua debajo. Ambas niñas tenían zapatos negros sin medias.
-Debo admitir que eres tierna. - los no llegados dieron un brinco al aire cuando otra niña hablo cerca de los padres, los únicos inmunes al susto siendo Lincoln y Lily, el primero algo divertido y la segunda aplaudiendo con alegría.
- ¡Lucy! - canto la beba tratando de acercarse a la pelinegra. La niña llevaba su largo cabello negro en un moño alto, dos mechones frente a sus orejas y otros en su rostro tapaban sus ojos a la vista. Llevaba un vestido de mangas cortas negras y una falda abultada, parecido a uno de los trajes de princesa de Lola pero al estilo gótico. Para complementar ese aire llevaba guantes a rayas negras y una sombrilla negra con borde de encaje.
-Un gusto volver a verte, pequeña y dulce Lily. - saludo Lucy con una sonrisa, tomando la mano de la niña, que sonrió de vuelta y asintió. El señor Loud solo la miraba con una cara algo pasmada, como si estuviese realmente viendo un fantasma. Por suerte un repentino abrazo lo saco de sus cavilaciones, en especial cuando noto que alguien del grupo los abrazaba a él ya su esposa con fuerza.
-Luna… - murmuro la señora Loud antes de devolver el abrazo con la misma intensidad. La joven asintió y se dejó abrazar, llorando en silencio en el hombro de su madre. Las demás se terminaron de acercar, con la otra castaña recogiendo el rifle que Luna había dejado caer.
-Esa es una cascada de emoción. - bromeo ya armada, ganándose miradas de incredulidad que ignoro para sonreír con menos entusiasmo a los mayores. -Hola.
-Luan…- llamo su padre casi rompiendo en llanto.
- ¡Si! Y ella es Lori, y Lynn, y Lincky, y Lola, y Lana y Leni. - termino la rubia señalándose a si misma a la vez que sacaba un gruñido de fastidio de varios presentes. La chica transformo su sonrisa en una nostálgica, algo triste. - Pero ustedes ya lo saben, ¿no? Mamá, Papá, Lisa…Lily.
- ¿De verdad son ellos?- se quejó Lola mirándolos con escrutinio y arruinando el momento.
-No seas tonta. Si no lo fueran Taicho no nos hubiese llamado. - recrimino Lana con cierto fastidio. Las dos gemelas se miraron con aires de guerra, dejando a la pobre Leni en medio.
-No es momento de pelear. - callo Lori dando una palmada y llamando la atención a ella. La mayor miro con algo de disculpa a sus padres. - Me alegro de verlos, de verdad, pero considero que podemos aplazar los saludos hasta que discutamos este asunto, ahora con todos presentes.
-Concuerdo con Lori. - acepto Lincoln mirando a las demás con seriedad. Lola y Lana se miraron de nuevo con disculpa mientras Luna se separaba un poco del abrazo, sin salir del rango de sus padres.
- ¿Dónde prefieren tener dicha discusión? - pregunto entonces Lisa, con voz algo rasposa. La niña se limpió por enésima vez las lágrimas antes de mirar al chico para esperar su respuesta.
-Este lugar sigue siendo apropiado. -contesto Lincoln con normalidad antes de poner un rostro serio. - Pero debo aclarar que hay cosas que aún no podemos contarles y las que si podemos no pueden abandonar este claro. - Los padres se miraron y asintieron nuevamente, así como una decidida Lisa y una tierna Lily. El silencio reino en ese silencioso acuerdo hasta que un gruñido cercano hizo que todos los presentes miraran a Lynn.
-Que? Tengo hambre.
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Sinceramente no se de donde salio la idea, pero no pude evitar escribirla. Este capitulo era mas largo, pero decidí dividirlo en dos... dejándolo aún mas largo. Solo advierto que no soy una muy constante escritora, ya sea por inspiración o falta de tiempo, pero daré mi mejor esfuerzo.
Nos vemos y hasta luego!
