Disclamer: Naruto no me pertenece, ni sus personajes, ni su universo fantástico.
Hace mil años hubo una niña que se autoproclamo Maten y abrió un perfil en FanFiction con las buenas intenciones de escribir muchos fics, pero, el destino es una dama caprichosa igual que esta autora, y por muchas razones no lo hizo.. hasta ahora.
¡Hola a todos! Realmente no puedo creer que ando de nuevo por aquí. Ya pasaron seis años, de verdad, desde la última vez que abrí esta página, y nunca creí que regresaría, sobre todo cuando entre a la universidad, (si soy universitaria, damn ya estoy viejosa, bueno no tanto). Pero heme aquí, publicando.
Y lo hago más que nada por la nostalgia que me produjo ver el final de Naruto, de verdad no lo supero, diez años de mi vida de lealtad a esa serie y la verdad estoy muy contenta por como terminaron las cosas (Gracias Kishimoto por hacer el sasusaku realidad y que no quedara en nuestras fantasías). Y también porque hoy es un día especial, pues no regreso sola, mis mejores amigas lo hacen conmigo.
Sí, así es, las tres hicimos el compromiso de regresar a la página, porque entre platica y platica debatiendo el final de Naruto nos dimos cuenta cuanto extrañabamos leer y escribir fics, lo increíble que es esta comunidad, y al final decidimos publicar algo nuevo, a raíz de que una de nosotras (si Martha te hablo a ti) lo quiso hacer, pero con la condición de que todas también lo hiciéramos, así que dejando de lado las mil un cosas que la vida cuasi adulta de un universitario tiene que hacer (y creanme a veces son demasiadas cosas, llore lagrimas de sangre para publicar esto), me puse a escribir, tan solo para que ella también publicará, y porque tenía ganas, también. ¿Pueden creerlo? Eso es compañerismo del bueno.
Así que, si pueden, dense una vuelta por sus fics: Freaks y The Try-Outs (el último en inglés) y sus perfiles por supuesto, erihiwatari5 y NenaUchiha22.
Y bueno, con esta pequeña introducción los dejo (ni tanto ¿verdad? prometo es la última vez que la hago tan larga), espero disfruten mucho este fic, esto apenas es el prólogo, creanme las cosas se ponen más locas. Les adelanto que tiendo a escribir mucho, y por lo tanto mis publicaciones son quincenales, pero eso sí, prometo cumplir con la fecha y el próximo capítulo estará el 14 de febrero (¿quién di aww? :3)
Gracias por entrar y espero que les agrade. Cualquier cosa haganmelo saber por review, y si no, pues no. :D
Friendzoned
por Maten
Dedicado a Liz y Martha, porque me hacen volver a mis raíces.
Prólogo.
¿Alguna vez se han enamorado? Es decir, realmente enamorado, porque seamos honestos muchas personas dicen haberse enamorado, cuando en realidad no tienen ni idea, piensan que enamorarse es tan solo que alguien te guste o que te atraiga, y... no, eso NO es enamorarse.
Al enamoramiento al que yo me refiero es a ese en el que cada que ves a esa persona especial tu corazón se acelera, tus manos tiemblan y tu respiración se vuelve pausada, que con tan solo pensar en esa persona especial tu rostro se sonroja y no puedes evitar sonreír.
Esa clase de enamoramiento que es tan real, tan puro, tan sincero que físicamente es palpable en todo tu cuerpo, pero que además invade toda tu cabeza, provocando que todo el tiempo pienses en esa persona, que cualquier cosa que se relacione a ella automáticamente también la relacionas contigo, que con tan solo escuchar su nombre no puedes evitar voltear, buscandolo.
Esa clase de enamoramiento que te hace soñar todas las noches con esa persona, imaginando mil y un escenarios donde ambos son felices y se aman mucho, y que al verlo en persona no puedes evitar recordar esos escenarios imaginarios y sonreír, pues crees que algún día puedan volverse realidad.
Ese enamoramiento que es tan irracional, que sin importar el hecho de que jamás has dirigido más que simples palabras con esa persona especial, tú aún sientes la esperanza de que terminaran juntos, de que algún día notará tus sentimientos y se dará cuenta que nadie podrá ofrecerle un corazón tan sincero como el tuyo.
Esa clase de enamoramiento que te hace feliz pero que duele a la vez, que te hace sonreír pero al mismo tiempo te oprime el pecho por sabes que esa persona no esta a tu lado, que te da esperanzas y te decepciona todo el tiempo, que da ilusiones y al mismo tiempo las rompe.
Así que, les vuelvo a preguntar, ¿Alguna vez se han enamorado?
Yo sí.
Durante seis años de mi vida estuve incondicional e irrevocablemente enamorada de Sasuke Uchiha.
Desde aquella vez en primer grado cuando Sasuke me defendido de unos niños por llamarme "frentona" me dije a mi misma que aquel niño de ojos oscuros y cabello negro era alguien "especial".
Y desde entonces comencé a observarlo, y así que poco a poco, lo que inició como una simple admiración se convirtió en mi más grande ilusión y mi más grande forma de pasar el tiempo, hasta que un día me di cuenta que estaba totalmente perdida por Sasuke.
De pronto todo mi mundo giraba alrededor del niño Uchiha, sabía absolutamente todo de él, y tal y como lo dije antes, mi corazón, cuerpo y mente se sacudían ante su sola presencia, ante la sola mención de su nombre.
Para mi suerte, siempre nos tocaban las mismas clases en el mismo salón, y por supuesto, siempre elegía mi pupitre cerca del suyo. Aunque claro estaba que casi nunca hablábamos, pues Sasuke no era muy conversador y yo estaba tan abrumada por mis sentimientos que nunca me llegaban las palabras correctas o el valor suficiente.
Ocasionalmente solíamos cruzar palabras amables al llegar al salón, o en algunas ocasiones cuando se me caía alguno de mis lápices dejaba que él lo recogiera tan solo para encontrar su mirada con la mía y por unos instantes rozar su mano con mis dedos.
Para mí aquellos detalles bastaban para que me sintiera cercana a él, y para aplacar esa llamarada que se encendía al verlo. Todos los días iba contenta a la escuela pensando en que vería a Sasuke y todos los días al regresar a casa pensaba en lo increíble que era.
Lo sé, estaba totalmente obsesionada, pero no podía evitarlo, a mis ojos Sasuke era perfecto, simplemente su mera existencia me hacía feliz e incluso, a mi corta edad, sabía que aquello que sentía era más que admiración.
Y es que Sasuke Uchiha era esa clase de niños que destacaba aún sin proponérselo. Era bueno en todas las materias porque tenía una memoria impresionante, tan solo le bastaba con leer o escuchar algo una vez para recordarlo siempre, además de que tenía una inteligencia muy aguda. Y por si eso no fuese poco, también era un excelente atleta, tenía un talento natural para cualquier deporte. Sin dejar de lado de que era uno de los niños más atractivos del colegio, digo, a pesar de nuestra corta edad, nos era evidente que Sasuke era más lindo que otros niños.
Y por último, y la cualidad por la que yo más lo quería, o al menos eso me gustaba creer, era que Sasuke era la clase de niños que siempre ayudaba a los demás, siempre dispuesto a tender la mano, a defender al más débil. Aquella cualidad lo había llevado a ser conocido como "El Vengador Uchiha", pues siempre vengaba al más débil ante cualquier bravucón, y en más de una ocasión se metió en disputas por eso.
Por supuesto que había otros niños más listos que él, o mejores atletas, o que estaban más dispuestos a ser los salvadores de otros niños o ayudar en otras cuestiones; sin embargo para mí no había nadie como Sasuke Uchiha, él lo tenía todo.
Sin embargo Sasuke no era completamente perfecto, pues a pesar de todas esas grandiosas cualidades, por alguna extraña razón siempre estaba solo, y no dejaba que nadie hiciera amistad con él, algunos decían que era por arrogante, otros decían que en el fondo era un extraterrestre y no quería que lo descubrieran, y otros decían que era porque simplemente le gustaba estar solo; sin embargo cual fuese su razón, yo jamás lo entendí.
Fueron varias las veces en que más de un niño intentó acercarse a él, y más de una niña le declaró su amor, pero todos fueron rechazados tajantemente, hasta que finalmente dejaron de prestarle atención, acostumbrándose a su increíble existencia, y dejaron de molestarle, volviéndose invisible para todos, menos para mí.
Además también estaba el misterio sobre su vida, pues nadie realmente sabía algo sobre la vida de Sasuke Uchiha; es decir, incluso yo que estaba totalmente enamorada de él, realmente no conocía nada sobre su vida personal, solo sabía aquello que mostraba en la escuela, como sus almuerzos favoritos, la clase de libros que le gustaban, cuales eran sus records en los deportes, y cosas tan tontas que solo alguien que lo observaba todo el tiempo sabría, pero aparte de eso, nada más.
No fue hasta que llegamos al último año de la primaria que mi vida dio un cambio por completo, y es que por primera vez sentí que había llegado mi gran oportunidad. Veran, aquel último año una de nuestras materias era ciencias naturales, y por ende nuestras clases debían ser tomadas en el laboratorio, donde por lo general se hacían equipos de tres alumnos para ocupar las mesas y realizar los experimentos y trabajos de investigación. Normalmente los equipos los hacían los propios alumnos, sin embargo ese año nuestro nuevo profesor Iruka Umino había decidido realizar los equipos el mismo.
-Ahora, el equipo 7: Naruto Uzumaki, Sakura Haruno y Sasuke Uchiha.
Recuerdo que al escuchar mi nombre junto al de Sasuke mi corazón se detuvo por una milésima de segundo, realmente no lo podía creer, incluso mi mejor amiga, Ino Yamanaka, se había sorprendido, pues jamás de los jamases el destino había sido tan acertado como en aquel momento. Yo y Sasuke, juntos, compartiendo mesa durante todo el año restante. En aquel instante supe que mi vida cambiaría, que aquella era la oportunidad que había estado esperando.
Durante todas los días durante esa clase aproveche al máximo para poder estar lo más cercana posible a Sasuke, cualquier excusa era buena, y durante todo ese tiempo realmente creí llegar a conocerlo. A diferencia de todos, para mí ir a la escuela era lo mejor del mundo, porque durante una hora podía estar codo a codo con Sasuke Uchiha, conversando sobre átomos y cadenas de hidrógenos, realizando chispas de colores con puntas de metal, y ocasionalmente teniendo conversaciones vagas sobre nuestros gustos y preferencias.
Pero lo mejor era cuando teníamos trabajos de investigación, pues nos quedabamos de ver junto con Naruto fuera del horario de clases, en la biblioteca o en casa del mismo Naruto, quien con él tiempo había logrado lo imposible, y se había convertido en un cuasi amigo de Sasuke, o al menos era la única persona con la que Sasuke cruzaba más que palabras amables, y realmente tenían conversaciones sobre algo más que la escuela.
Naruto era alguien fuera de lo común, un niño como ningún otro, siempre se metía en problemas, era realmente un tanto idiota y muchas veces lograba sacarme de mis casillas, sobre todo cuando tomaba decisiones estúpidas por impulsividad; sin embargo al mismo tiempo siempre lograba hacerme reír, y por lo tanto solía perdonarle casi todas las veces que por su culpa perdimos puntos. Ahora que lo pienso, Naruto era prácticamente lo opuesto que Sasuke, a excepción de que ambos odiaban las injusticias, y creo que por ello lograron complementarse bien. En lo personal, yo misma no tarde mucho en agarrarle cariño y comenzar a considerarlo mi amigo.
Y aunque en un principio nuestro equipo era uno de los peores gracias a las constantes fallas de Naruto, conforme pasaron las semanas y los tres nos fuimos adaptando a nuestra forma de trabajo, al final el equipo 7 se convirtió en el favorito del profesor Iruka, y cuando menos me dí cuenta, Naruto, Sasuke y yo éramos compañeros en todas las demás materias que requerían trabajos en equipo, porque acorde a la lógica perfecta de Sasuke, si ya estábamos trabajando juntos en horas extraescolares, que más daba aprovechar ese tiempo para lidiar con otros trabajos, era simplemente más práctico.
Fue así que poco a poco los tres comenzamos a conocernos mejor, a saber más sobre nuestras personas, nuestros gustos, y yo poco a poco comencé a quitarme el miedo y la timidez para entablar conversaciones con Sasuke, al que siempre había visto como una figura lejana, como una especie de obra la cuál solo podía admirar a la distancia.
Lentamente, sin previo aviso, Sasuke, Naruto y yo nos habíamos convertido en buenos amigos, y de la nada, pase de ser esa extraña enamorada de Sasuke Uchiha, a ser la amiga enamorada de Sasuke Uchiha, la niña a la que todas las otras niñas odiaban en el colegio por ser la única que de alguna forma había pasado los parámetros que el propio Sasuke había impuesto para todos los demás sobre no tener amigos.
Mi vida en aquel tiempo me parecía verdaderamente perfecta, con excepción de una cosa. Y es que, naturalmente, conforme fui pasando tiempo con Sasuke, cada vez me fue más difícil mantener a raya mis sentimientos. Porque una cosa era amarlo a la distancia, de forma solitaria, dejando que mis sentimientos fluyeran libremente sin lastimar a nadie, ilusionandome a mi misma con meras fantasías, y otra muy distinta era estar cerca de Sasuke, conocer y considerar realmente la posibilidad de estar con él.
Claro, que al estar cerca de él, también había cambiado muchas de las cosas que solía creer, había llegado a darme cuenta que la versión real de Sasuke era totalmente distinta de la versión que yo había creado en mi cabeza al observarlo de lejos. Sasuke no era tan perfecto como yo lo creía, y tampoco era la excelente persona que todos pensaban, dispuesto a proteger al débil contra el tirano, en realidad en muchas de esas ocasiones se había entrometido por el simple hecho de tener una pelea para practicar algunos de sus movimientos de karate en un combate real, no porque quisiera ayudar a alguien.
Incluso en aquella vez que me defendió había sido porque el niño que me estaba molestando le caía mal y solo quería llevarle la contraria, no porque se interesara por mí. Y por último había descubierto que la razón por la que Sasuke nunca había entablado amistad con nadie, era porque en el fondo no consideraba que necesitar amigos, pues creía que todos nosotros éramos simples tontos y él estaba más adelantado.
Sí, Sasuke resultaba no ser tan maravilloso, y también resultaba ser mucho más arrogante y poco amable de lo que pensaba. Incluso algunas veces podía ser grosero con quienes lo considerabamos nuestro "amigo", pero a pesar de ello, sin importar todas esas cosas que cualquier otra persona hubiese detestado, yo aún le quería, no, peor aún, lo amaba.
Para mí, Sasuke era la encarnación de todo lo que yo quería a mi lado, era esa persona especial que quería que me diera mi primer beso, que me hacía sonreír, a la que yo admiraba, esa persona por la que suspiraba todo el tiempo, y por la que estaba dispuesta a cualquier cosa tan solo para que me tuviera en cuenta. Realmente lo amaba.
Fue así, que dos días antes de salir de vacaciones de invierno, decidí que estaba harta de ocultar mis sentimientos, que ya no quería ser una cobarde, y que además, de entre todas las niñas que habían sido lastimadas por Sasuke, yo tal vez era la única que realmente tenía una oportunidad con él.
Durante meses habíamos pasado mucho tiempo juntos, había llegado al punto de saber realmente quien era Sasuke Uchiha, y creí que había logrado hacer que se fijara en mí, que realmente había logrado hacer la diferencia, y por un instante, realmente creí desde el fondo de mi corazón, que había logrado hacerme de un lugar en los sentimientos del muchacho.
Por ello, aquella mañana me arregle lo más linda que pude hacerlo, me puse el perfume de mi madre que mi padre siempre elogiaba, y me hice a la idea de que aquel día las cosas entre Sasuke y yo tal vez podrían cambiar. Realmente no sabía que esperar, pero sabía que tenía mucho a mi favor, y que muy posiblemente todo mejoraría.
Con una sonrisa en mi rostro, pase todo el día preparando el terreno, ese día fui aún más inteligente en clase, fui aún más intrépida y más ágil en deportes, fui mucho más atenta y amable, y por supuesto, mucho más femenina y coqueta de lo que nunca había sido. Todo para que Sasuke se "convenciera" de que yo era la mejor opción, y que pudiera sentir orgullo por tenerme a su lado.
Al finalizar las clases, recuerdo que le pedí a Sasuke que nos viéramos abajo de las gradas de la cancha de fútbol, para discutir sobre un asunto de historia y geografía, pero que no le comentara a Naruto porque era respecto a su parte del trabajo. Sasuke acepto, aunque viéndolo en retrospectiva, me parece que él siempre sospechó mis intenciones, y por alguna razón no fue capaz de aclarar las cosas en ese momento.
Sea cuales fueren sus motivos, ambos nos reunimos como habíamos quedado, yo por mi parte estaba totalmente entusiasmada porque él se hubiese aparecido, y por supuesto, en un principio hablamos sobre lo que debíamos hablar, sin embargo conforme nuestra plática sobre el mal trabajo de Naruto en la investigación se fue terminando, rápidamente comencé a cambiar de temas, todos y cada uno de ellos, dirigidos por mí para llevar hasta el punto clave que yo quería tocar, hasta que finalmente di con el clavo y me armé de valor.
No recuerdo ni siquiera como había abordado el tema, ni como es que había comenzado a hablar sobre nuestra amistad, sobre él, sobre mí, sobre mis sentimientos. Lo que más recuerdo era el temblor en mi voz, en mis manos, la forma en que me movía nerviosa de un lado a otro, en que no lograba mirarlo a los ojos, y solo lo observaba de reojo, parado, observandome, sin decir nada.
Recuerdo que sentía que el aire me faltaba, y que de pronto ya no era consciente de mis palabras, de mis acciones, la adrenalina pura corría por mis venas, y no podía hacer nada al respecto. Conforme deje que todos esos sentimientos que había encapsulado por seis años fluyeran, mi timidez y mi inhibición fueron desapareciendo, hasta que finalmente llegue al punto en que gritaba al aire todo lo que me había guardado celosamente.
-¡Sasuke yo te amo! ¡Por favor aceptame! ¡Permiteme estar a tu lado! ¡Te prometo que sere la mejor novia del mundo, buscare hacerte feliz todos los días! ¡Por favor solo di que sí!
Las palabras me habían salido a borbotones, ni siquiera me había detenido a respirar. Miraba al suelo con la respiración agitada y sentía que el corazón se me saldría del pecho. Sabía que mis mejillas estaban totalmente sonrojadas y mi cabeza me pulsaba al compaz de mi corazón. Pero simplemente no había sido capaz de detener las palabras. Habían surgido desde el fondo de mi ser, tan naturales como mis propios sentimientos.
-Por favor, te lo suplico, acepta mi propuesta, y déjame ser tu novia. Yo te amo, Sasuke.
Y realmente lo hacía, no me había dado cuenta hasta ese momento, pero yo lo amaba más que a cualquier otra cosa, y ahora que me le había declarado era capaz de afirmarlo.
Recuerdo que un silencio se colocó entre los dos, tan frío y seco, que sentí pequeños escalofríos en todo el cuerpo. Lentamente alcé la mirada para mirarlo, pero en respuesta sentí que mi corazón se congeló tanto como el silencio que nos rodeaba.
Sasuke me miraba con aquella mirada suya tan seria, su rostro no revelaba ninguna sensación, nada. ¿Por qué tenía que tener un rostro tan perfecto? ¿Por qué tenía que ser tan irresistible? ¿Por qué tenía que estar tan cerca, y a la vez tan lejos?
-Eres una molestia- me contesto con aquel tono monótono en su voz y sentí que el pánico me inundaba.
-Sa..Sasuke… yo...
-Sa-ku-ra… No me interesa. - me comentó, y en su tono pude entrever un poco de enojo.
En aquel momento sentí que todo mi cuerpo se paralizó, y físicamente se formó una enorme presión en mi pecho, nunca había imaginado que Sasuke sería tan cortante, que su rechazo sería tan aplastante. Quería llorar, pero al mismo tiempo estaba tan impactada por sus palabras, por la forma en que las había pronunciado, que simplemente las lagrimas no se formaron.
-¿Por… por qué? - le pregunté con un nudo en la garganta. - Al menos dame una razón Sasuke, quiero saber en que falle, ¿Por qué no puedes considerarme?
Sin embargo Sasuke no contestó, en cambio hizo un bufido y chasqueo la lengua. Aquello hizo que algo se removiera en mi ser, estrujando mis entrañas.
-Tsk.. que estupidez. - me contesto hastiado. Y entonces me dio la espalda y comenzó a caminar en dirección contraria, con las intenciones de dejarme sola. - No tengo tiempo para estas tonterías, por un instante creí que eras diferente, pero eres igual de idiota que las otras chicas. Realmente no planeo perder mi tiempo contigo.
Aquello fue un cubetazo de agua fría para mí. La forma en como me había hablado, como sin tocarse el corazón me había insultado, comparandome con las otras chicas, llamándome idiota, como había pisoteado mis sentimientos.
-¿Perder el tiempo?- le pregunté, pero ahora mi tristeza se mezclaba con algo de amargura. - Como es que declararme es hacerte perder el tiempo. Si tanto te molesta ¡¿Por qué no me detuviste?! Llevo 20 minutos diciendote que te amo y te quedaste ahí.
Sasuke se detuvo, y entonces se volteo para verme. Su mirada denotaba algo de sorpresa y de molestia. Torcía su boca hacia abajo. Estaba apunto de decir algo, pero no lo deje, no iba a permitir que se burlara de mí otra vez.
-Tu eres el idiota, pudiste haberme detenido, pero en cambio me dejaste hablar todo este tiempo. ¿Acaso realmente eres tan cruel? ¿Acaso no te importan mis sentimientos? - entonces en ese momento, sin saber bien porqué, una rabia surgió en mi interior. - ¡Tú eres el que me hizo perder el tiempo a mí! De haber sabido que serías tan malo conmigo, no hubiese intentado nada, pero fuiste tú quien decidió quedarse a escucharme.
Sasuke se quedó parado, mirándome, yo quería llorar con ganas, pero me mordía la lengua, no quería que me viera llorar por su culpa, ya había pasado por muchas humillaciones.
-Siempre te admire Sasuke, y realmente creí que eras mi amigo, que al menos serías más amable conmigo. - le comenté mirándolo directo a los ojos.
-Sí, yo también creí que éramos amigos. - me dijo con tono serio, y entonces se fue, dejandome sola.
En aquel momento, mientras lo vi alejándose, sentí que algo dentro de mí se rompió, algo cambió profundamente en mí, y supe que jamás sería la misma...
¿Alguna vez les han roto el corazón?
Y me refiero a realmente roto el corazón, no a una simple desilusión amorosa, que en tiempo se te olvida, sino a físicamente sentir dolor, a no poder respirar, a sentir un nudo en la garganta, y un enorme hueco que te oprime el pecho.
Me refiero a llorar desconsoladamente hasta ya no poder hacerlo, a querer gritar pero que no te salga la voz, a querer regresar el tiempo para evitarte ese momento, a darte cuenta que ya nada será como antes, y que tú mismo jamás serás el mismo.
A desear poder arrancarte el corazón para ya no tener que sentir, a querer dormir todo el tiempo para no tener que pasar ni un solo minuto en tu triste realidad. Creer que nunca jamás volverás a amar, porque jamás serás capaz de superar ese dolor.
Que te rompan el corazón duele, y en lo personal es la peor experiencia que he vivido, de un día a otro todas mis ilusiones, mis motivaciones, toda mi felicidad, me fueron arrebatadas, destrozadas, y de alguna forma, me sentí mutilada.
¿Cómo le había dado tanto poder a una persona para hacerme tanto daño? ¿En que momento deje que mis sentimientos me gobernaran?
Al día siguiente no fui a la escuela, había pasado toda la tarde y la noche llorando, sintiéndome estúpida, humillada, enojada, triste y avergonzada. Deseando que las palabras jamás hubiesen salido de mi boca, que las cosas fueran como antes, cuando mis sentimientos por Sasuke eran inofensivos, y sólo míos. Cuando podía verlo y sonreír, cuando su presencia era motivo de felicidad.
Pero en aquel instante me sentía totalmente perdida, sin sentido, con un enorme vacío, un hueco que sentía físicamente en mi pecho. Mi madre al verme supuso que estaba enferma, y para mi suerte, me dejo faltar el último día antes de salir de vacaciones.
Aquello me reconforto un poco, porque al menos ya no vería a Sasuke durante un mes; sin embargo tan solo de pensar que sería de mí al regresar, al tener que pasar tanto tiempo juntos por nuestros trabajos de equipo, de pensar que de ahora en adelante siempre me vería y pensaría "esa es la idiota que se me declaro". Aquello me hacía sentir muy mal.
Por un momento realmente creí que no había salida para mí, mi verguenza y mi dolor eran tan grandes que sentí que la única opción que tenía era salirme de esa escuela y desparecer, empezando de cero en otro lugar. Sin embargo, la vida a veces actua de forma singular, y sin saberlo, la vida me daría una gran sorpresa, algo que cambiaría el rumbo de mi historia para siempre.
Aquella tarde, inesperadamente Naruto toco a mi puerta, y su visita, forjó lo que ahora es mi vida. De no haber sido porque debía entregarme mi tarea, de no haber sido porque realmente era una persona que odiaba las injusticias, y no haber sido porque realmente es una persona de un gran corazón con tendencia a hacer cosas impulsivas, las cosas serían muy distintas y yo hoy no estaría contando esta historia.
Cuando Naruto me vio aquella tarde, no se bien cómo, pero por alguna razón supo el motivo de mi malestar. En un principio quiso abordar el tema con delicadeza, pero por supuesto yo no quería hablar del tema, lo único que quería era que me dejara la maldita tarea y se fuera para que yo pudiera seguir llorando y sintiendome mal conmigo misma.
Sin embargo Naruto no era así, y por supuesto que no se rindió fácilmente, hasta que finalmente, ni siquiera sé bien cómo o porqué, terminé descargandome con él, nuevamente dejando fluir todos esos amargos sentimientos, hasta que lloré enfrente de él, pero a diferencia de Sasuke, Naruto realmente se preocupo por mí, en todo momento me consolo e incluso dejé que me pasara un brazo por el hombro. Llegado el momento ya ni siquiera me importaba que me viera sonandome la nariz.
Aquel día Naruto se convirtió en mi mayor confidente, en un hermano para mí.
-Sakura, ya no estes tan triste - me dijo con ternura - Sasuke es un idiota cuando se trata de estas cosas, realmente es un inmaduro.
-Pues no me importa, realmente pisoteo mis sentimientos, me humillo y lo peor es que yo aún me sigo sintiendo mal, porque por algún motivo aún lo sigo queriendo.
-Entonces ¿lo que te duele es que todavía lo quieres? - me dijo sorprendido
-Sí, muchísimo, pero lo arruine y ya nunca seremos amigos. Además no creo poder dejar de amarlo de aquí a que regresemos. Y me duele pensar que él no siente lo mismo por mí.
Naruto entonces me miró de forma sospechosa, muy serio, cosa poco común en él.
-Sakura.. hay algo que creo que debes saber. Pero debes prometerme que jamás, NUNCA, se lo dirás a nadie.
-¿Qué cosa es?
-Primero debes prometerme, no, jurarme, que nunca dirás nada. De veras, esto jamás debe salir de aquí, incluso jamás debemos volver a hablar de ello.
Yo me sorprendí, jamás había visto a Naruto de esa forma. Por supuesto que mi curiosidad fue más grande, y por otra parte, Naruto me había visto llorar como niñita por Sasuke, estaba segura de que podía confiar en mí, como yo estaba confiando en esos momentos en él.
-Te lo juro.
-Sakura, tu sabes que Sasuke nunca ha tenido amigos niños ¿no? y que siempre ha rechazado a todas las niñas, ¿verdad?
-Sí, ¿pero eso qué tiene que ver?
-Bueno, hace rato dijiste que te duele pensar que Sasuke no siente lo mismo por tí, ¿cierto?
-Sí, Naruto ¿a dónde quieres ir con esto? Me estas confundiendo.
Naruto suspiro hondo y entonces me tomó de los hombros, mirándome fijamente con sus azules ojos. Aquello me asustó un poco.
-Sakura, la verdad es que Sasuke no siente nada por ti, ni por ninguna otra chica.
-¿Qué? Eso ya lo sabía.
-No, no me entiendes… Sasuke no siente NADA por las niñas.
Mire a Naruto confundida, duh, conocía bien a Sasuke y sabía perfecto que nunca le había gustado otra niña, ni siquiera yo; que no consideraba a ninguna suficientemente buena para él, porque posiblemente ninguna le atraía o le parecía lo suficientemente inteligente o bonita.
Naruto me miró impaciente al ver que yo no entendía lo que se supone era tan obvio.
-Sakura, para ser tan lista, eres lenta para las indirectas.
-Entonces, porque no me dices las cosas y ya, ¿que eso que quieres decirme que no puede salir de aquí?
Naruto entonces volvió a respirar con fuerza y apretó los labios, como si no quisiera dejar salir las palabras de su boca, me miró con preocupación, dudando.
-Te juro, que nunca, JAMÁS diré algo. Lo juro. - le dije levantando una mano de modo solemne.
-Sakura…. Sasuke… es… gay - me dijo con mucho cuidado.
-¿Qué? - sus palabras no terminaban de hacer cohesión en mi cerebro - ¿Qué?
-Es por eso que no tiene amigos varones, porque le da pena que lo vayan a descubrir y lo molesten y por eso también rechaza a todas las niñas, porque no realmente NO le gustan.
-¿Qué?
-Sakura, de verdad no vayas a decir esto NUNCA.
-¿A Sasuke le gustan los niños? - lo dije sin tono alguno, más para mí que para Naruto.
-Sí
-¡¿Qué?!
-Sakura cálmate.
-¡Es imposible!
-Claro que no, realmente no suena ilógico. ¿Porque crees que es tan reservado? ¿A ti no te daría pena si tuvieras que ocultar algo así?
-Pero…. es que… ¿estas seguro? Mi mamá que esas son etapas. - estaba totalmente en negación, simplemente no podía creerlo. -Además.. Sasuke es muy masculino.
-¿Y eso que?
-Es imposible.
-No lo es
-Y tú, ¿Cómo lo sabes?
Naruto se sonrojo mucho, demasiado.
-No te acuerdas del incidente en educación física, cuando nos caímos, y sin querer nos dimos un beso.
-PERO ESO FUE UN ACCIDENTE… ¿no?
-Para mí sí, pero Sasuke…. él… bueno… él intentó mover los labios.
Yo abrí los ojos, y me pare como resortera del suelo en donde estábamos. No lo podía creer. Negué con la cabeza, cerré los ojos intentando recordar ese día, todo parecía haber sido un inocente accidente, incluso ambos se habían retirado al momento asqueados. A ninguno parecía haberle gustado, los dos incluso se habían separado por una semana, evitándose.
-Sakura.. es en serio. Tiempo después lo confirme, él… me lo dijo.
-¿De verdad? - le pregunté súper sorprendida, buscando su mirada.
-Sí, de veras. Así que ya no te sientas mal, Sasuke posiblemente no quiso ser cruel, simplemente no supo cómo lidiar la situación, y tampoco quiso decirle la verdad.
-¿En serio?
-Sí, no es una mala persona, solo que esta pasando por mucho en estos momentos.
Vaya, ahora me sentía mal por Sasuke, ya no lo odiaba por ser un idiota, sentía lástima.
-Pero, por favor, no le vayas a decir que te dije, me mata.
-Te juro que esto no sale de aquí.
-Gracias.
-Gracias a ti, Naruto.
Entonces lo abracé. Un remolino de sentimientos pasaba ante mí por ese instante. Tenía que digerir esta noticia, y sabía que me iba a tomar un buen tiempo acostumbrarme a la idea. Pero Naruto tenía razón, era bastante lógico, incluso un tanto evidente. Qué idiota, tanto tiempo conviviendo juntos y nunca me había dado cuenta, mi obsesión y mis sentimientos me habían cegado ante una verdad que estaba tan próxima.
En aquel instante algo en mí hizo clic y todas las piezas de un rompecabezas se acomodaron, el misterio se había resuelto.
Sasuke Uchiha, era gay.
