Nota de autor: Me volvió a pasar lo mismo, tenía pensada esta historia como one shot y terminó siendo fraccionada en capítulos. No voy a cambiar nunca n.n
¿Por qué un nuevo fic? Porque estoy de vacaciones y tengo que aprovechar este momento a full.
Los personajes de este fic no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.
-x-
Prólogo.
Hablar conmigo misma a veces me resulta algo extraño, sin embargo, lo veo muy necesario ya que me ayuda a pesar. Justamente hoy era uno de esos días, un día de pensar mucho ¿Y por qué? Porque había un tema rondando en mi cabeza desde hacía bastante y era hora de afrontarlo…
El embarazo… ¿Qué tan difícil puede ser?
Primero te casas, luego te vas de luna de miel con tu marido y haces "cositas" con él, un mes después te das cuenta de que no te vino el periodo y entonces te haces un test de embarazo y… ¡Tarán! ¡Dio positivo! Esperas a que tu esposo vuelva del trabajo y le das la bella noticia, obviamente él se pone sumamente contento y te abraza. Unas semanas después comienzas a sentirte pésima y un día, luego de esperar 9 meses, nace de ti una hermosa personita.
Parece fácil, es decir, todos estos pasos están descriptos detalladamente como para que ninguna mujer se equivoque. Quizás debería intentarlo…
-x-
Paso Nº1: Casarse con el amor de tu vida.
El primer paso ya estaba hecho, me había casado con Shikamaru hacía poco. Trabajamos mucho tiempo juntos como supervisores de los exámenes chunin, también compartimos misiones e incluso sobrevivimos una guerra juntos, pero eso no era lo más importante. Lo que nos llevó a dar el gran paso era ese sentimiento de extrema confianza que teníamos el uno por el otro, particularmente yo que nunca había sentido eso con nadie. Sabía que Shikamaru nunca me dejaría caer y claro, yo haría lo mismo por él.
Diez meses había durado la planificación de la boda y todo ese proceso fue muy estresante. De haber sido por nosotros simplemente hubiéramos firmado un papel y listo, sin ceremonia. Lo sé, somos muy sencillos. Pero esta no era una boda común, claro que no, era la primera boda que se realizaba entre dos personas de aldeas diferentes, mejor dicho ¡De países diferentes! Y nada podía ser tomado a la ligera.
Cuando el consejo de ancianos de Sunagakure se enteró de mi compromiso con Shikamaru Nara de Konoha pensé que se aproximaría la Quinta Guerra Mundial Shinobi. Inmediatamente me llamaron para una junta y comenzaron a bombardearme de preguntas. "¿Eres consciente del peligro que implica está relación? ¿Cómo crees que sentiría tu padre si estuviese vivo? ¿Ya tuviste sexo con él, verdad?" Todo fue muy incómodo y por momentos creí haber tomado una muy mala decisión al comprometerme con alguien de Konoha.
Por suerte mis hermanos me acompañaron en todo ese proceso y apoyaron mucho mi decisión, bueno… debo admitir que al principio a Kankuro no le agradó mucho la noticia pero con el tiempo fue cediendo e incluso llego a convertirse en algo así como mi "dama de honor" o mejor dicho un "damo de honor". Gaara en cambio era más callado y serio y no solía hablar de los preparativos de la ceremonia en sí, pero me ayudó mucho a la hora de enfrentarme con esos ancianos ya que siempre estaba en las reuniones junto a mí. Puedo decir con seguridad que ellos nunca dejaron que me rindiera.
Yo no quería dejar mis labores, no era mi estilo. Siempre fui una chica muy activa y además me encantaba lo que hacía, sobre todo ser supervisora de los exámenes chunin. Por otro lado necesitaba el dinero, que no era mucho, pero era necesario para pagar muchas cosas de la boda.
Trabajo, reuniones, novio, más reuniones ¡No sabía cómo repartir mi tiempo! Todo era una locura, tanto que había llegado a bajar 7 kilos en dos meses. Los nervios y el largo viaje de Suna a Konoha y viceversa me estaban montando.
Recuerdo que en una ocasión tuve que ir a Konoha con el único motivo de elegir las flores para usar en decoración de la boda. Sí ¡Seis putos días de viaje sólo para escoger flores! Ni siquiera me interesaba, me daba igual que flores usarían porque yo no sabía nada de éstas. La idea original era que Ino se encargará de los arreglos florales porque yo confiaba mucho en su gusto y todo lo que ella escogiera para mi iba estar perfecto. Pero no, el consejo de Suna quería que yo esté presente en cada una de las decisiones de la boda. ¡Que fastidio! Viajaba y viajaba, siempre sola obviamente porque Shikamaru y mis hermanos estaban ocupados como para acompañarme y eso me hacía sentir triste.
Los días en los que volvía a Sunagakure con la cara larga, mi hermano Kankuro hacía lo imposible para sacarme una sonrisa. En una ocasión él me regalo un día de spa. Al principio me pareció algo tonto, pensaba ¿Yo en un spa? pero finalmente me gustó. Mi pelo quedó brilloso, mi piel suave, mis uñas bien arregladas. Como ya me sentía mejor ese mismo día fuimos a la prueba de maquillaje, la especialidad de uno de mis hermanos. Éste se deleitaba tanto cuando miraba todo ese mundo de colores, y yo… bueno, yo no entendía nada ya que nunca me había maquillado en la vida. Probé muchos estilos y no sabía si el maquillaje me quedaba realmente bien, pero no importaba mucho, lo cierto era que había pasado una gran tarde con mi hermano Kankuro.
Esa misma semana tuve que ir a escoger mi vestido de novia. Debo admitir que escoger un vestido me emocionaba un poco, no tanto como a las chicas normales pero me emocionaba en fin. También fui con Kankuro aquel día. "¡Muy corto! ¡Muy escotado! ¡Tápate un poco más! ¡No te tapes tanto! ¡Ese color es feo! ¡Sin tanta pedrería! ¡No tan simple!" Decía mi hermano todo el tiempo. La cita terminó durando tres horas, sí, había perdido tres horas de mi valiosa vida probándome vestidos, tiempo que podría haber usado en alguna misión para ganar dinero. Comenzaba a desespérame ya que debía elegir uno lo suficientemente fino pero lindo también. Busqué por dos hora más y terminé eligiendo uno muy hermoso con mangas para darle elegancia y ajustado para darle algo de sensualidad. Además, el encaje le daba un toque romántico y tenía apenitas un toque de brillo para hacerlo divertido. Costó, pero lo había logrado ¡Ya tenía mi vestido! Y cuando comenzaba a ponerme contenta, mi hermano me recordó que la semana entrante tenía una cita con la peluquería ¡No podía creerlo! Esa semana quería viajar a Konoha para estar con Shikamaru, hacia un mes que no lo veía y ya comenzaba olvidar el rostro del hombre con el que me casaría. Tuve que llamarlo para darle la mala noticia de que no nos veríamos en mucho tiempo. Él estaba algo triste pero entendía mi situación.
Fui a la peluquería para hacerme la prueba de peinado y fácilmente me decidí por un peinado recogido con un tocado dorado. Compré los zapatos que eran muy altos para mi gusto pero lindos. Fui a la cita para elegir el pastel de boda y opté por uno de chocolate y fresa. También fui a la reunión para escoger mantelería del salón, lo acompañé a mi hermano a comprar su traje, escogí los suvenires y un millón de cosas más. Fueron dos meses de compras y elecciones y obviamente mi billetera quedó hecha añicos. Tristemente para esa altura ya había dejado mi puesto como guardia del Kazekage, no era más supervisora de los exámenes chunin y ya no participaba de la comisión legislativa de la aldea por lo que el resto de los preparativos fueron pagados por mis hermanos, otro motivo por el cual sentirme terriblemente mal. No tenía más trabajo ni sueldo, le estaba quitando dinero a mis seres queridos y encima hacía dos meses que no veía a mi futuro esposo y todavía quedaban doscientas cosas por preparar. Todas las noches lloraba en mi alcoba, dejé de comer y casi ni dormía. Pensaba que a ese ritmo llegaría al altar arruinada y quizás al verme Shikamaru no me querría más, porque hasta mi humor había cambiado. Estaba irritada, malhumorada, muy gritona, bueno… siempre fui así pero ahora mis sentimientos estaban potenciados.
Faltando un mes para la boda ya había solucionado la mayoría de los preparativos en cuento a la ceremonia, sólo faltaba la parte legal, "el papeleo". Los ancianos de consejo mi hicieron firmar un millón de documentos donde debía aclarar que abandonaba la aldea por voluntad propia, que no le iba a contar ningún secreto de estado a Konoha, que prestaría mi fuerza de trabajo si algún día ellos lo requirieran, eso entre muchas cosas más. En resumen, mi vida les pertenecía por completo y podían hacer conmigo lo que quisieran. Los odiaba con todas mi fuerzas, en cada una de las reuniones me trataban como una desertora, una traidora a la patria, la peor de las basuras, no lo decían con esos términos pero era lo que yo sentía. ¿Después de tantos años de servicio a mi nación, así me pagaban? No les decía nada porque contestarles sólo le hubiera traído problemas a mi hermano Gaara y él no se lo merecía, no merecía sufrir por culpa de las estúpidas decisiones de su hermana mayor.
"Falta una semana, aguanta un poco más",me decía Gaara y yo resistía como podía, hasta que finalmente el gran día llegó.
Antes de la parte linda de ceremonia primero tuvimos una charla con Mifune, el líder del País de Hierro y fue él quien nos casó ya que éste pertenecía a un país neutral y era el más óptimo para unir dos naciones diferentes. En la charla nos explicó que boda era sumamente importante para reafirmar la alianza shinobi y que debíamos comprender la enorme responsabilidad que eso significaba puesto que si en un futuro los dos decidíamos separarnos entonces eso podía llevar a una guerra entre naciones. Obviamente aceptamos estos términos ya que éramos muy optimistas y no pensábamos en que alguna vez podríamos separarnos. Dicho esto se dio por terminado la parte legal y aburrida y proseguimos con la fiesta.
¿Qué fue lo más lindo de la ceremonia? Estar junto a Shikamaru después de tres meses separados, se veía tan guapo en su traje y muy maduro por sobre todas las cosas.
Toda nuestra familia, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo nos abrazaban y felicitaban. Algunas personas faltaban y eso nos dolía un poco, en especial la ausencia del padre Shikamaru. En cuento a mi familia… bueno, yo no creo que mi padre hubiera estado muy de acuerdo con esta boda y muy probablemente me hubiera matado antes de casarme, pero a mi madre si la extrañaba mucho y hubiera deseado con todas mis fuerzas que estuviera ahí, viéndome en aquel día tan importante para mí.
Bebimos, comimos, cantamos y bailamos por muchas horas. Todos la pasamos de maravilla y podía afirmar que todo el esfuerzo hecho había valido la pena.
Finalizó la fiesta y nos sentíamos muy cansados pero la noche aún no terminaba, no, todavía faltaba la tan esperada y aclamada luna de miel.
¡Paso Nº 1 concretado! Bien hecho Temari...
-x-
Ya está en proceso el capítulo Nº2 y que quédense tranquilos que es un poco más emocionante que el primero. Nos vemos en la próxima.
Comenten mucho! :)
