Bien, bien, aquí está el fic que he venido prometiendo desde hace siglos, jeje. La continuación de Destino.

Así que espero que les guste. Bueno, ya saben, me gusta el drama así que no pueden esperar nada diferente de este fic, ya verán porque.

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Perdiendo la Fe

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Prefacio

Se detuvo. Era un callejón sin salida, y escalar la pared de ladrillos era una locura toral, incluso con sus habilidades, así que no le quedó otra más que encararlo. Su quijada estaba tensa, al igual que resto de su cuerpo, le apuntaba con su arma, ella sabía perfectamente que si disparaba, estaría muerta. El eco de la lluvia le crispaba los nervios, pero nunca dejaría que él lo supiera.

-Bien, me atrapaste.- dijo con descaro.

Él seguía apuntándole, sin moverse, sin decir ni una sola palabra.

-¿Y bien? ¿Vas a dispararme?- preguntó sarcásticamente, como dudando de su capacidad para hacerlo. La cruda verdad era que le sobraban motivos para apretar el gatillo y terminar con su vida, quizás no sabía toda la verdad, pero eso no restaba importancia a sus actos pasados.

-No me tientes, Brennan.- le dijo con frialdad. Como si no le doliera, lo cual era todo lo contrario. Aún bajó la lluvia, podía ver esos ojos azules que antes le mostraban amor, amor que nunca llegó a sentir por él. Pero aún así, él la amaba, era lo único que le impedía apretar el gatillo y terminar con todo de una vez.

Brennan no podía soportar el odio que denotaban esos ojos marrones que solían verla con infinito amor.

-¡Vamos! ¡Dispara de una condenada vez!- gritó sin querer.

El sonido del seguro fue amortiguado por el eco de la lluvia. No le había quitado el seguro. Pensó con dolor.

-Hazlo.- dijo en un hilo de voz. –Tu hija no merece una madre como yo.

Una pequeña lágrima cayó por su mejilla, y aunque se confundió con la lluvia, en otros tiempos le hubiera importado el dolor que destilaba su mirada, pero el resentimiento es ciego, y le importaba un soberano pepinillo lo que sintiera o dejará de sentir. Pero aún así…

-Brennan, por favor, sólo… no entiendo.

-No que entender nada.

-¡No! Si voy a hacerlo, necesito una explicación. Necesito saber porque hiciste todo lo que has hecho. ¡Necesito saber si alguna vez me amaste!- exclamó con la respiración acelerada. La adrenalina empezaba a subir precipitadamente, sabía como iba a terminar aquello.

-Booth…- susurró, casi imperceptiblemente. –Me niego a responder eso.

Él sonrió con una mezcla de ironía y tristeza. –Tomaré eso como un no. – Los músculos de su mano se tensaron alrededor del objeto que sostenía, su arma. Hizo un intento en vano de mover su dedo índice, pero algo dentro de él le impedía cometer ese acto, a pesar de sus motivos, de todo lo que había hecho, no podía.

-Lo siento tanto.- susurraron al unísono.

Un disparo resonó por el callejón, nadie lo oyó, la lluvia incesante amortiguó cualquier ruido.

¿Cómo dos personas que se amaron tanto, llegaron a odiarse de esa manera? ¿Cómo terminaron así? Todo había empezado un año atrás…

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¿Qué les pareció?

¿Continuación?

Sé qué es corto, pero es el prefacio, los próximos serán más largos.