Dejo la tasa sobre la mesa, y en ningún momento dejaba de mirar por el ventanal de aquella cafetería con expresión de aburrimiento.
Viendo a los ciudadanos de Konoha ir y venir en sus cosas matutinas.
Por un momento pensó en que su hija siempre la acompañaba a tomar una merienda ahí, pero ella ya era toda una señorita y se la pasaba más con sus amigos o compañeros de equipo hoy en día, y si no estaba en alguna misión.
Entonces pensó en cuanto habían crecidos sus hijos en esos últimos años. Y cuanto había cambiado la personalidad y mentalidad de su querido hijo mayor.
— ¿Hinata?
Viro su cabeza y sonrió cuando se percato quien la había llamado. Saludo con su mano derecha.
—Sakura-san, ¿Cómo estás?
Ella tomo asiente frente a la ojiperla, y dejo igual una taza de té y bocadillos sobre la mesa. Su expresión era tranquila, al parecer gustada de un día solo para ella.
—Bien, ¿y tú?—sonrió. Hinata respondió igual que bien—. La verdad es que estoy tomando un respiro de mi trabajo—rasco su mejilla—. Pero me entere que debo salir de la aldea mañana, y pensaba encontrarme con Sasuke— hace un puchero, como niña pequeña y berrinchuda.
Aquello sorprendió a la ojiperla.
— ¿Una misión?
Tenía entendió que ya Sakura no aceptaba muchas misiones, porque estaba trabajando en un proyecto personal.
—Algo así—soltó un sonoro lamento—. Debo acompañar, junto a Sai y Shikamaru, a Naruto a la aldea ocultada de la niebla, tiene reunión de Kages. No sé de qué, pero creo que están planeando un examen nuevo, diferentes a los Chūnin. ¿Naruto no te conto?
Hinata abrió sus ojos de par en par, para luego bajar su cabeza lentamente. Gesto que fue notado por la mismísima señora Uchiha.
Sakura recostó parte de su cuerpo superior sobre la mesa y miro fijamente a la Uzumaki, analizándola.
—Bueno señorita, ¿no piensas decirme que te ocurre? — cuestiono señalándola acusadora, para luego cruzarse de brazos, esperando si o si una respuesta de su parte.
Aquello tomo a Hinata por sorpresa. Quien levanto su cabeza, sus mejillas tenían un ligero rosa, seguro por haberse visto descubierta por su actitud toda taciturna.
— Nada— titubeo.
— ¿Enserio? —Sakura alzo una ceja incrédula y en parte acusadora. Entonces al ver que su amiga bajaba otra vez un poco la cabeza, y el sonrojo de sus mejillas se identificaba. Suspiro—. Hinata, puedes confiar en mí, lo sabes. Sé que quizás no soy quien para meterme en tus asuntos personales, pero de vez en cuando es bueno hablar con un amigo—coloco una mano sobre su hombro, tratando de animarla a hablar—. ¿Somos amigas, no?
—Claro—respondió firme, eso no lo dudaba.
La ojiperla apretó sus ojos y manos sobre sus rodillas. ¿Sería bueno hablar de eso con Sakura?... No perdía nada.
—Yo…extraño a Naruto.
Soltó por fin, sonrojada más de la cuenta. Pero se sintió bien decirlo. Quizás fuera Sakura la que la comprendería más que nadie.
En tanto a Sakura, sonrió compresiva en cuento la escucho, con solo eso que le dijo comprendió todo.
Suspiro y miro hacia el ventanal, sus ojos brillaron y su mente vago en los recuerdos. Cierta persona que amaba apareció en todos ellos.
—Sé lo que se siente—volvió sus ojos a Hinata, quien igualmente la estaba mirando—. El amor mantiene unidos a la personas a pesar de todo la distancia que puedan tener—sonrió—. Pero, como mujeres, es vital tener ese cariño y ese amor siempre aun lado. No solo basta con saberlo también hace falta que te lo demuestren. ¿Cierto?
Hinata soltó un suspiro.
—La verdad es que me siento mal, por desear que el este mas conmigo, y no en su oficina siendo el Hokage, ayudando a la aldea. Creo que antes no lo veía o no sentía tanto por que tenia a mis hijos conmigo todo el tiempo, pero ahora que están algo grandes—volvió a suspirar—. Realmente me siento muy mal por tener estos pensamientos tan egoístas.
Sakura rio, y mordisqueo una galleta.
—No te apenas por sentir algo así, es normal. Ama y quieres a tu hombre junto a ti, y sobre todo para ti solista—le guiño un ojo picara. Hinata se sonrojo por la insinuación de su amiga.
Entonces algo fugas pasó rápidamente por la mente de Sakura, y queriendo ayudarla, pensó que era la única solución, y también para ella funcionaria de cierta manera—. Tengo una idea, ¿te unirías?
Hinata la miro confusa.
— ¿Qué idea?
…
Con el sol apenas surgiendo entre las montañas. Naruto salió de la torre del Hokage. Llevaba la capa y sombrero característico de un Kage, e iban bostezando todo el camino hasta que llego a la entrada principal de la aldea.
Maldijo mil veces. Tenía que haber tomado una pequeña siesta por lo menos antes de partir. No aguantaba más sus parpados.
Entonces pensó en su esposa. Se sonrojo. Quería tanto dormir entre sus cálidos brazos y… pechos. Rio por el último pensamiento. Pero era la verdad, extrañaba tanto a su Hinata.
—Al fin llegas, Hokage.
Levanto la vista y se encontró con sus acompañantes del viaje, bueno, aun faltaba uno. Shikamaru quien había hablado le extendió un papel.
— ¿Sakura-chan no ha llegado?
Se extraño, conociendo que su amiga era muy puntual. Tomo el papel que le extendía su amigo y consejero.
—Léelo, es de Sakura.
Extrañado miro el papel. Leyó y leyó.
— ¿Enferma? —cuestiona extrañado, pero si ayer estaba tan bien cuando le aviso de que lo acompañaría.
—Naruto-kun… Buenos días.
Volteo sorprendido al escuchar la dulce voz de su esposa. Estaba mirando a un lado, parecía avergonzada.
Su corazón dio un vuelco al verla, tenia tanto tiempo que no lo hacía. Quiso ir abrazarla y besarla… Pero había pasado tanto tiempo desde la última vez.
—Entonces antes que llegaras, solicite a Hinata para acompañarnos—término por decir Shikamaru.
Naruto sonrió internamente, agradecido. Estaba contento que Sakura se haya enfermado a último minuto. Ok, eso no sonaba bien. Pero ese viaje ahora era la gran oportunidad para pasar aunque sea un rato junto a la presencia de su linda esposa.
Y si hubieran ido sus hijos quedaría aun más perfecto.
— ¿No le vas a dar un beso a tu mujer?
Ambos se sonrojaran por la repentina pregunta de Sai, que hasta el momento había estado callado.
—Yo incluso le hice el…
Shikamaru carraspeo interrumpiéndolo.
—No queremos oír detalles, Sai.
…
Hinata miraba por la ventanilla del ferro. Y pensando que pasaría más tiempo con Naruto – rio irónica –. Pero este tenía tantas cosas que firmar antes de llegar a su destino.
Suspiro afligida. Quizás la idea de Sakura no había sido buena después de todo, pero agradecía sus buenas intenciones. Y esperaba ella si la estuviera pasando bien con el Uchiha.
Miro sobre el rabillo del ojo, y noto lo atareado que estaba su esposo, con los papales que le pasaba Shikamaru a cada segundo. Ambos sentados en los amplios asientes del ferro.
No pudo evitar sentir compasión por él.
—Oh, Hinata-san.
Volteo el cuerpo y se encontró con nada menos que el esposo de su compañera Ino.
—Sai-kun— sonrió amablemente.
El chico se sentó a un lado de ella, con un refresco y bolsa de palomitas en mano. Incluso le extendió de la bolsa para que tomara, pero Hinata se negó diciendo que en esos momentos no tenía hambre.
—Entonces acepto la venir para pasar más tiempo con Naruto.
Aquello la hizo sonrojar. ¿Cómo había adivinado?... Entonces volvió a mirar a Naruto discretamente, quien estaba pidiéndole aunque sea un respiro a Shikamaru.
Volvió a mirar a Sai y suspiro, cansada de negarlo.
—Supongo que sí, pero debí imaginarme que igual estaría de ocupado—forzó una media sonrisa, pero era tan falsa. Y Sai sabia de sonrisa falsas, y esa era la más grande que jamás le había visto a la Uzumaki.
Miro de reojo al rubio y noto que este estaba viendo a su dirección de vez en cuando. Vio que su cara pedía a gritos sentarse junto a su mujer.
El también sabía que Naruto extrañaba pasar tiempo con su esposa e hijos. Diciendo incluso que quizás no había sido bueno aceptar ser Hokage tan pronto, mas cuando tuvo el conflicto con un Boruto más pequeño y mimado.
Esa tarde el llegaba de una misión y se encontró al rubio tan triste mirando su retrato familiar, que no dudo en preguntarle y este queriendo desahogarse, se lo revelo.
Sai no era de meterse donde no le incumbe, pero Naruto era su amigo. Y a pesar de que él no era de demostrar muchos sentimientos, le tenía aprecio al rubio que tenía como Hokage y que una vez fue su compañero de equipo.
Miro de reojo esta vez a la chica ojiperla.
—Si quiere que pase más tiempo con usted, dígaselo directamente—aquello hizo que Hinata mirara curiosa a Sai quien siguió tomando de su bebida—. No sé si eso pueda solucionar las cosas, pero hablando directamente puede servir de mucho. Naruto es alguien compresivo, la entenderá, y quizás por fin habrá una solución.
Y después de eso el chico se levanto con la escusa que iría por otra bebida.
Hinata agradeció internamente por la opinión de Sai. Sakura también le había dicho algo parecido antes de partir con ellos.
…
Shikamaru al fin le había dado un respiro, pero curiosamente ya era de noche, y aun seguían en el ferro y llegarían era mañana algo temprano a su destino. Lo agradeció.
Sentía sus parpados verdaderamente cansados, y agradeció tener la suerte de tener una habitación con una cómoda cama esperando por él.
Entonces cuando abrió el camarote sus ojos se llenaron de ternura.
Acostada estaba su esposa realmente en los profundos seños de morfeo, al escucharla respirar pausadamente.
Entro con cuidado para no despertarla, dejo las sandalias a un lado, y se quito y dejo su capucha de séptimo en un perchero.
Tratando de hacer el menos peso posible sobre la cama, se acostó. Se movió un poco queriendo quedar viendo a la espalda de su mujer mientras aun no caí en los brazos de morfeo.
Entonces paso, se quedo completamente dormido, el cansancio de ayer mas el de hoy habían jugado contra él.
Hinata entonces abrió sus ojos y se volteo, sonrió al tenerlo después de algunas semanas por fin durmiendo junto a ella. Se acerco un poco más a su cuerpo, y lo escucho soltar un sonoro ronquido.
—Buenas noches, Naruto-kun.
Fue lo último que murmuro hasta volver a quedarse dormida. Ese no era el momento adecuado para hablar, sabia lo cansado que estaba y solo quería que soñara.
Así que solo dormiría, calentita juntos a él después de tanto tiempo.
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Nos vemos en el proximo capitulo!
XOXO
