Disclaimer: ninguno de estos personajes me pertenece, son obra de Nintendo.
Cuando los rayos templados del sol le hicieron abrir los ojos, se encontró a sí mismo totalmente cegado por un cielo azul y despejado. Posó su brazo con delicadeza delante de su cara, el sol brillante de las horas fuertes le hacía daño en las retinas. Link estaba totalmente seguro de que hacía tiempo que no veía un paisaje como ese y con certeza lo echaba de menos. O quizás... ¿habría sido un simple sueño?
Un gemido de sorpresa y una señal de movimiento a su derecha hicieron girar la cabeza del pequeño héroe. A su lado reposaba Linebeck, que parecía tan aturdido y estupefacto como él. Definitivamente, ese viaje no había sido un sueño, y tal y como lo recordaba había tenido un final satisfactorio. Eso solo podía significar una cosa.
-¡Tetra! -grito aliviado el chico, saltando a los brazos de su amiga, que se acababa de levantar.
-¡Link! ¡Te he echado tanto de menos! Ha sido genial, ¡no se que haría sin ti! -correspondió la joven con alegría, oscilando un poco, mareada por la situación.
-¡Felicidades muchacho! Encontraste a tu novia -rió el capitán, que después de un rato había logrado recobrar la compostura.
-¡Ya te he dicho que no es mi novia! -murmuró Link cruzándose de brazos.
Linebeck iba a responderle cuando noto a su espalda una voz conocida, que le hizo estremecerse ligeramente.
-Linebeck... aun me debes una disculpa, ¿no crees?. -el aludido se dio la vuelta para encontrarse con la cara de una mujer que le miraba con una pequeña sonrisa.
-Jolene... -el hombre miró a Link y a Tetra como esperando su aprobación. Ambos jóvenes se miraron y asintieron. El capitán volvió a dirigir su vista a la mujer que tenía en frente. -Yo... todo lo que ocurrió aquella vez fue... -titubeó, no sabía como explicarse. -El caso es que... lo siento.
-Te eche de menos. -se sinceró la mujer algo ruborizada. Dudó un momento y se acercó al capitán con intención de darle un abrazo.
-¡Hey! ¿No os olvidáis de alguien? -se escuchó a una pequeña hadita entrometida.
Todos sonrieron mirando al cielo que se alzaba ante ellos. Al fin y al cabo, nada había salido mal.
