Capitulo 1

Kagome iba refunfuñando totalmente molesta mientras caminaba a paso firme por el bosque, como odiaba que Inuyasha siempre le criticase todo lo que hacía con buena intención; había regresado de su tiempo muy contenta con la comida que había preparado para sus amigos, se había levantado muy temprano para poder hacer grandes cantidades, pensando más que nada en Inuyasha, el cual comía por un ejército, pero como siempre, Inuyasha la ofendió, diciéndole que la comida estaba asquerosa y prefería mil veces el ramen…

~Flash Black~

-Chicos les he traído la comida que he preparado para que comamos- Kagome dijo muy feliz mientras les servía a todos.

-Kagome se ve deliciosa la comida- dijo Shippo.

-De hecho lo está- afirmo Sango mientras comía.

-Usted es una gran cocinera señorita Kagome- comento Miroku.

-Gracias muchachos- agradeció sonrojada por los alagos.

-Bromean?, esta asqueroso!, donde están los ramen Kagome?, son mejores esos- gruño Inuyasha mientras buscaba en la mochila de Kagome.

-Oh no… aquí vamos de nuevo…- comento Shippo mientras comía y miraba la escena.

-SIENTATE!, ERES UN IDIOTA!, ME LEVANTE MUY TEMPRANO PARA COCINAR Y TU DICES ESO!, SIENTATE!, SIENTATE!, SIENTATE!, SIENTATEEEE!- grito Kagome furiosa y abandono la cabaña.

~Fin Flash Black~

-Es un completo idiota…- susurro Kagome mientras iba pateando una pequeña piedra de hace rato.

Kagome de pronto se detuvo y se dio cuenta que se había alejado de la aldea, se maldijo por ser tan despistada pero más maldijo a Inuyasha porque por culpa de él, ella se perdió; Kagome soltó un gran suspiro y se recargo contra un árbol mientras miraba el cielo, que hizo para que Inuyasha la tratase así?, si ella siempre se ha preocupado por él y todo referente a él, simplemente no lo lograba comprender. De pronto Kagome se sobresalto al darse cuenta que una persona estaba delante de ella, agitando su mano frente a su rostro, ella lanzo un grito y lo empujo, cayéndose junto a él ya que no mantuvo el equilibrio. Kagome abrió sus ojos para mirar a la persona sobre la que había caído y volvió a gritar al darse cuenta que se trataba de Jakotsu, uno de los mercenarios de la banda de los siete guerreros.

-Solo deja de gritar mujer!, mis oídos van a sangrar- gruño Jakotsu tapándose los oídos.

Ella solo se quedo mirándolo asustada, la iba a matar, estaba segura de ello e Inuyasha ni ninguno de sus amigos la iban a venir a salvar. Jakotsu al darse cuenta de que la mujer no iba a gritar, se saco las manos de los oídos y la miro, en ese momento recordó en donde la había visto, ella viajaba con su adorado Inuyasha y sus compañeros la cazadora de demonios, el monje, un zorro y el gato demonio; él se lleno de satisfacción al ver el terror en sus ojos, ella sabía perfectamente con quien estaba tratando. Jakotsu miro a sus alrededores pero no había rastro de Inuyasha o compañeros de la miko, estaba sola?, perfecto, él se iba a divertir con ella matándola lentamente, así su amado Inuyasha vendría enseguida al oler el aroma a sangre de la miko; pero aquellos pensamientos se vieron interrumpidos al ver la posición en que estaban ambos, la moza estaba arriba de él y todavía no tenía la decencia de bajarse de su cuerpo, cuál era su problema?, él enseguida la tomo de un brazo y la tiro a un lado bruscamente mientras él tomaba el mango de su espada para acabar con su miserable existencia. Kagome hizo una mueca de dolor a causa de la brusquedad con que él la había tirado pero eso ahora no le importaba, solo tenía la vista fija en Jakotsu mientras él se acercaba a ella a medida que trataba de retroceder con sus manos por el suelo, Jakotsu la tomo del tobillo y halo hacia él, haciendo que ella cayera de espalda y se arrastrara por la tierra, en ese mismo movimiento, se le había subido la falda, haciéndola sonrojar ya que Jakotsu había dejado de mirarla solo para mirar la extraña prenda blanca que cubría sus partes bajas, él arqueo una ceja curioso, bueno, después de todo, esta moza era extraña en sí, comenzando por la ropa que usaba. Cuando Kagome vio que la mano con la que Jakotsu sostenía su espada, la soltó, suspiro aliviada pero volvió a tensarse al ver que dirigía su mano hacia sus bragas, ella instantáneamente grito y cerró sus piernas, bajando su falda rápidamente con sus manos, Jakotsu volvió a ponerse sus manos sobre sus oídos gruñendo enojado, odiaba a las mujeres, odiaba sus gritos chillones, las detestaba sin lugar a dudas!.

-Quieres dejar de gritar mujer!-

-Eres un pervertido!-

-Qué?!, de que hablas?!- exigió Jakotsu ofendido, sacándose las manos de los oídos.

-Donde querías llevar tus manos?!-

Jakotsu le iba a replicar pero entonces cayó en cuenta que ella tenía razón, él iba a llevar sus manos en una parte intima de ella pero no era su intención, solo quería tocar y ver de qué se trataba aquella tela blanca, él volvió a mirarla y vio que estaba sonrojada, se veía adorable… que?!, adorable?!, de qué demonios hablas Jakotsu?!, se ve horrible!, se reprendió a sí mismo. Kagome al ver que Jakotsu peleaba con su mente, se alejo suavemente hasta que se paro pero antes de que quisiese correr, una mano agarro su brazo como tenaza y volvió a tirarla al suelo, ella se sobo el trasero por el dolor y miro enojada a Jakotsu, el cual la miraba desde arriba con el ceño fruncido.

-Quieres dejar de hacer eso!- le recrimino Kagome desde el suelo.

-Cállate moza!, tu no me das ordenes!-

-Si vas a matarme, pues hazlo luego!, ya no te soporto!-

-Si?, pues el sentimiento es mutuo!, di tus últimas palabras- escupió Jakotsu mientras desvainaba su espada.

-Atrápame primero!- le grito Kagome mientras le tiraba un puñado de tierra a la cara.

Kagome no lo pensó dos veces y salió corriendo a todo lo que daban sus piernas, mientras que Jakotsu trataba de recuperar la visión de sus ojos, maldita moza!, esta me las va a pagar!, pensó Jakotsu mientras salía detrás de ella a toda velocidad.