Pertenecía a un clan tan ilustre cuyo poder era equivalente al Senju o Uchiha, tan milenario como estos últimos y llenos de una rica historia sin igual, después de todo, habían tomado el nombre de uno de los seres más poderosos que jamás existió. Podría decirse que sus antepasados fueron sus discípulos mas acérrimos, quienes practicaron y predicaron tan noble arte del Ninshuu.

Habían sido los Hagoromo, un clan tan noble como su origen pero que cayó en declive debido a las fuerzas primigenias del mundo. El Caos, sus enseñanzas se pervirtieron y lo que ellos juraron defender ya no existía, solo quedaba una sombra de lo que fue alguna vez, solo eran un nombre.

Fueron temidos no solo por su comprensión de los elementos y el empleo de estos de manera sanguinaria, sino por su inusual característica genética, su longevidad que traspasaba todo límite natural. Habían sido incluso llamados, Clan de Inmortales. Pero no importaba cuanto duraran sus vidas a través del tiempo, su declive fue inminente y poco a poco su número quedo reducido a unos pocos, hasta que finalmente paso a la historia, siendo recordados como un Clan belicoso y despiadado.

Pero solo un puñado logro sobrevivir aunque su existencia fue meramente un mito o al menos eso querían ellos hacer creer. Los Hagoromo vivieron en las sombras siendo perseguidos por las aldeas, siendo cazados por sus secretos y código genético, solo quedando un remanente. Solo quedando uno de ellos y era él.

Era quien llevaría a cabo la voluntad, en el residían los antiguos secretos de un mundo perdido, las enseñanzas de lo que alguna vez fue el Ninshuu, el seria quien corregiría los errores de sus antepasados, y todo aquel compendio el cual dio origen a su Clan, sin importar el costo. Porque después de todo, el era el Ultimo de los Hagoromo.

El era Hagoromo Hikaru.