Resquicios de orgullo
Este es un fic nuevo que acabo de comenzar. Pensaba escribir un poco más antes de publicarlo, pero las ganas me pueden. Espero que os guste tanto como otros fics que he hecho. Como siempre, espero vuestras sugerencias y consejos, así como el apoyo que siempre me blindáis que me alegra enormemente.
Hermione pierde a sus padres y descubre una penosa situación económica. Piensa en pedir ayuda a sus amigos, pero tienen planes que requerirán de sus ahorros. Y le da pena hablar con los señores Weasley debido a lo ocurrido con Ron. Por lo que busca trabajo, pero Draco Malfoy la fuerza a trabajar en un bar donde algunas camareras se dedican a realizar favores sexuales a cambio de dinero. Hermione sin poder evitarlo, termina con Draco como su principal cliente.
Prólogo
X~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~X
La guerra acababa de terminar, Voldemort finalmente había caído y jamás volvería. Para conseguirlo, había muerto demasiada gente. Ya no había dos bandos, sino dolor y tristeza. Demasiada gente querida, tanto amigos como familiares. Debido a ello para muchos, no hubo victoria, ni ganadores. Solamente había vivos y muertos.
Desde ese día, la gente volvió a dormir sin miedo a regresar a casa y ver como los mortífagos habían matado y quemado a la gente que había dentro. Pero esto sería una calma temporal, algún volvería a haber otro mago o bruja con grandes ansias de poder. Pero por ahora, el mundo mágico y el mundo muggles estarían a salvo.
Muchos lo celebraron, aunque Harry, Hermione y Ron tenían mucho por lo que llorar. En la guerra nadie gana, era cierto. Ellos habían perdido a muchos seres queridos y amigos. Se alegraban por haber conseguido derrotar a Voldemort, pero antes de hacer una fiesta tenían muchos a los rendir tributo.
Se estaban juzgando a todos los implicados. El caso más seguido era el de los Malfoy. Después de que escapasen de la batalla, se habían refugiado en una de sus propiedades. El problema fue que una muchedumbre fue a por ellos. Por suerte los aurores, intervinieron a tiempo. Los llevaron a Azkaban, donde esperarían el día de su juicio.
Muchos eran los que se acumulaban en ese sitio, esperando el día de su juicio. La mayoría de ellos sabían la suerte que les esperaba. Pero todos pasarían por un juicio, tenían derecho a ello.
Habían pasado casi dos meses desde que la guerra había terminado, pero todavía quedaba cierta inquietud. Había personas como Hermione Granger que no se acaban de creer que todo terminara. Otros como Harry Potter, querían vivir al máximo como si fuese el último porque no sabía cuánto tiempo tendría de felicidad. Otros como Ron Weasley, todavía tienen manías como dormir con la radio puesta esperando no oír malas noticias. Otros como Draco Malfoy, todavía esperan recibir su castigo.
Capítulo 1: verano
X~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~X
Hermione se encontraba en la casa familiar pasando el verano con sus padres. La guerra había acabado y ahora estaba disfrutando de unos días en familia. Sus padres se encontraban en la clínica dental, mientras ella hacía la comida. Sus padres acababan de hacer reformas en la clínica ya que les iba muy bien. Hermione estaba encantada de regresar a su vida normal, sin tener que vigilar sus espaldas.
Quería disfrutar lo máximo de sus padres antes de ingresar en la academia Zorshon. Esta academia era el preámbulo para entrar en el departamento de leyes mágicas. Ahí les enseñarían todo lo necesario sobre derecho y las leyes vigentes y pasadas.
Hermione estaba muy ilusionada. Había sido seleccionada y sus padres le habían pagado los estudios. Si sacaba buenas notas, el trabajo de sus sueños sería suyo. Hermione estaba decidida a conseguirlo. Ya había pensado muchas veces en las reformas que le gustarían hacer. Sabía que no podía llegar de la noche a la mañana exigiendo cambios, pero le gustaba soñar con que su aportación favorecería a un mundo mejor.
Esa noche había quedado de ir a cenar a casa de los Weasley. Harry y Ginny tenían algo importante que comunicarnos a todos. Hermione ya se lo imaginaba, pero no quiso decir nada, ya que Ron con lo inocente que era aún no se había dado de cuenta. Se alegraba mucho por sus amigos, incluso su madre le había convencido de comprar un vestido. Era negro, de corte clásico, muy versátil. De tirantes, con un escote en forma de corazón que denotaba un pequeño escote, nada exagerado. El vestido era ajustado hasta la cintura, después cogía un poco de vuelo hasta la rodilla. En la cintura tenía un cinturón decorado con pedrería.
Sus padres llegaron pronto, raramente pasaba. Terminó de poner la mesa y salió a recibirlos. Sus padres, dejaron los maletines en la entrada y le dieron un beso a Hermione.
-La comida ya está.
-Nos lavamos las manos y vamos- le dijo su padre.
-Voy sirviendo la comida- les anunció Hermione.
Pronto aparecieron en la cocina. La señora Granger, estaba muy contenta.
-Cariño, tienes que venir a ver la consulta, por fin está acabada.
-Mañana, después de comer iré.
-Cierto, que esta noche tienes una fiesta.
-Jane, no agobies a la niña- la rescató el señor Weasley.
-No lo hago, mañana sí. Quedas avisada.
-De acuerdo, mama.
-Por cierto, aún tienes que explicarme ese viaje tan raro que hicimos a Australia.
-Otro día, mama.
-Bueno, pero a cambio me dejas ayudarte a ponerte guapa.
-Ya te he dicho que no. No quiero que Ron me vuelva a malinterpretar.
-Eso no tiene nada que ver.
Pronto acabaron de comer. Hermione recogió todo, durante los días que estuviera en su casa ayudaría a sus padres en todo lo que pudiera. Lavó los platos y limpio la cocina. Se fue a su habitación a leer un rato. Estaba tan sumergida en la lectura que no se enteró cuando llegó su madre hasta que abrió la puerta de su habitación de golpe.
-¡Mama! Me has dado un susto de muerte.
-¿Y qué esperabas? ¡Mira qué hora es y tú sin arreglarte!
Hermione miró el reloj.
-Aún quedan dos horas- comentó tranquila-¿dónde está papa?
-Sigue trabajando, yo he venido antes para ayudarte. Hoy pienso enseñarte por enésima vez a maquillarte, peinarte y combinar la ropa y accesorios.
-No me interesa.
-Si piensas trabajar en el Ministerio de Magia, no pienso dejar que vayas de cualquier manera. Nuestra vecina es abogada, deberías fijarte en como viste. Siempre va monísima.
-Déjalo ya- comentó mientras volvía a su lectura.
-De eso nada- le sacó el libro de las manos-métete en la ducha de una vez.
-Lo que ordene, sargento- se burló Hermione metiéndose en el baño antes de que su madre le diese con un cojín- ¡usa la mascarilla!
Después de media hora salió Hermione del baño. Su madre la sentó delante del tocador. Comenzó a peinarle el pelo y a secárselo. Le quedó sedoso, con grandes rizos en las puntas.
-Ahora hay que maquillarte.
-¿Tardarás mucho?
-La perfección lleva su tiempo.
-Por Merlín mama, es una cena pequeña.
-Eso da igual.
Sin poder evitarlo, su madre comenzó a enseñarle cuatro cosas básicas. Base, maquillaje, rímel, lápiz de ojos, colorete y pintalabios. El lápiz de ojos, tuvo que desecharlo debido a que no paraba de llorar. A pesar de ello, estaba muy guapa. Se puso el vestido y los tacones y se miró al espejo. No parecía ella misma, estaba muy guapa.
-Listo- comentó satisfecha.
-Gracias mama. Me voy.
-¡Pásalo bien!- le deseó antes de que Hermione desapareciera.
Se apareció delante de la casa de los Weasley. Vio una gran carpa en el jardín, ya habían llegado muchos de los invitados. No sabía cuántos eran los invitados. Aunque con Ginny de por medio seguro que pocos no iban a ser. Entre el tumulto la vio, estaba fantástica. A su lado estaban Harry y Ron, muy guapos.
-¡Hermione!- la saludó Ginny- estás muy guapa.
-Gracias.
-Las dos estáis preciosas.
-Es cierto, aunque Hermione está mucho más sorprendente.
-Gracias Ron.
-Ya hablaremos más tarde, tenemos que saludar a más invitados- le dijo Ginny mientras se alejaba acompañada con Harry.
Se produjo un incómodo silencio entre ambos. Los dos recordaron el beso que se dieron el día que lucharon contra Voldemort. Ninguno de los dos había vuelto a mencionar nada del asunto. Hermione lo prefería porque apreciaba mucho a su amigo, pero no como algo más. Ron en cambio se había dado de cuenta de que la quería después de su relación con Lavender.
Hermione nunca vio en los ojos de Ron una mirada que le demostrara que pensaba en ella como si fuese como una chica. Le gustó sentirse mujer tal como la hizo sentir Viktor Krum, aunque en el fondo de su corazón siempre esperó que Ron la hiciese sentir así. Lo peor de todo es que se metió por el medio Lavender. Por todo eso poco a poco fue viendo que su cariño era más parecido al de unos amigos que al de unos novios. Por eso, la pilló muy de improviso el hecho de que la besase.
-¿Ya te matriculaste en la academia de aurores?-le preguntó Hermione.
-Aún no. Tengo que pensar en ciertos asuntos. De eso quería hablar contigo- comenzó a hablar pero se vio interrumpido.
Ginny, estaba pidiendo silencio. La gente se calló, ante el anuncio que iba a dar.
-Hemos preparado esta cena, con todos nuestros amigos y familia para comunicaros que Harry y yo nos vamos a casar.
-Y por supuesto, todos estáis invitados- concluyó Harry.
Los invitados se rieron. Después comenzaron a vitorearles y a darles la enhorabuena. Ginny y Harry estaban cogidos del brazo de tal manera que parecía que nadie los podría separar.
Hermione y Ron fueron de los primeros en darles la enhorabuena. Se acercaron.
-¡Oh Harry! Me alegro muchísimo- dijo mientras abrazaba a Harry- Ginny, serás una novia guapísima- le dijo mientras la abrazaba.
-Ey, hermano. Cuida a mi hermana sino ya sabes que tendrás muchos cuñados ante los que responder.
-No dudes que la cuidaré como se merece, como una princesa- comentó Harry.
Ron, Hermione y Harry se separaron un poco de Ginny mientras ella conversaba con otros invitados.
-He encontrado una casa preciosa en Godric's Hollow, mañana la voy a comprar. El día de nuestra boda, se la enseñaré a Ginny.
-Seguro que le gusta-dijo Ron.
-¿Cómo es?-preguntó Hermione.
-Es una casa de dos pisos muy soleada, con un gran jardín. Es perfecta para que nos vengáis a ver siempre que queráis.
-Te tomo la palabra- dijo Ron.
-Nos encantará Harry. Aunque, necesitarás un tiempo a solas con Ginny- dijo Hermione.
-Hermione, no menciones esas cosas delante de mí. Es mi hermana.
-Ron, por favor. ¿No quieres un sobrinito?
-Sí, pero no quiero saber cómo lo hacen- puso una mueca de asco.
El resto de la noche pasó entre alegría y buen humor. A pesar del buen ambiente, hubo gente que se entristeció por las personas queridas por no poder compartir ese momento con ellos. Una de ellas era Molly Weasley, que todavía no superaba la muerte de su hijo.
Hermione la vio llorando en la cocina y entró.
-Señora Weasley, debe estar estresada. Me acuerdo como fue la boda de Fleur con Bill. Todo era un hervidero de gente.
-Sí, nada más hay que ver esta fiesta. Hace dos días Ginny aún andaba haciendo la lista de los invitados.
-Según les entendí, Ginny quiere una boda por todo lo alto.
-Ya me estoy imaginando.
-No se preocupe señora Weasley. Seguro que Ginny llevará todo perfectamente.
-Hermione, cariño. Ya es hora de que me llames Molly, sobre todo ahora que vas a ser…- Molly se calló.
-¿Qué voy a ser qué?
-Nada. Es mejor que vayas a hablar con Ronald. Ahora tengo que ir a hablar con… unos conocidos- se despidió rápidamente. Antes de que se diese cuenta, la señora Weasley ya se había escabullido.
Hermione suspiró, estaba segura de lo que Ron le iba a decir. Y por lo visto, lo daba por hecho. Algo que le molestó a Hermione.
-Hermione- escuchó a sus espaldas.
-Ron, que bien que te veo porque me voy a ir a casa.
-Espera un momento, por favor- le pidió Ron.
-Claro- comentó resignada. No quería hacer lo que iba a decirle.
-Desde hace tiempo, me he dado cuenta de que siento algo especial por ti. Algo más que un sentimiento de amigos. Lo he pensado durante tiempo- para desgracia de Hermione, vio como el chico se arrodillaba, poniendo una rodilla en el suelo- Hermione, ¿quieres ser mi novia?
-Ron, yo no…- Hermione intentaba decirle lo que sentía de la forma que menos le doliese.
-Si es por esto de agacharme… La verdad es que no lo entiendo, pero Harry me dijo que se solía hacer.
-Ese no es el problema. Además, normalmente esto se hace para pedir matrimonio. Ron yo- le iba a decir antes de que la interrumpiera.
-No, no. Hermione yo quiero ir un poco más despacio. No es que no te quiera lo suficiente sino…
-¡Ron! Perdona, pero antes de que digas nada más tengo que decirte algo. Lo siento mucho, pero yo solo te veo como un amigo. Hubo una temporada en que pensé que estaba enamorada de ti, pero estaba confundida. Yo no…
-No hace falta que digas nada más. Me doy por enterado, nunca más volveré a molestarte con este tema.
-Ron…-murmuró apenada. Le dolió mucho haberle roto el corazón a unos de sus mejores amigos.
El chico no le dejó acabar la frase, salió rápidamente a la carpa. Hermione vio como pedía silencio y salió a ver que sucedía.
-He tomado una decisión y quiero aprovechar este momento para compartirlo con mis amigos y mi familia- todos se callaron para escucharlo.- He decidido tomarme un año sabático. Aprovecharé para recorrer el mundo, conocer lugares extraordinarios. Así, no le sacaré ventaja a mi amigo Harry- esto último lo dijo de broma. Le guiñó el ojo a su amigo.
-Me alegra- le dijo Harry mientras lo abrazaba.
Hermione se dio de cuenta, de que varios pares de ojos se fijaban en ella. La miraron varios miembros de la familia Weasley, en especial Ginny y Molly. Hermione notaba pena en sus ojos.
Supo que era un buen momento para irse. Cuando se iba a ir, Harry salió de la carpa tras ella.
-Hermione, no es necesario que te vayas.
-Harry, es lo mejor- dijo Hermione.
-Siento pena porque Ron y tú no seáis novios. Pero esas cosas no se pueden forzar. Por supuesto, seguirás siendo mi mejor amiga, mejor dicho, como una hermana.
Ambos se dieron un fuerte abrazo.
-Si no te importa, despídeme de Ginny y los demás.
-Claro. Cuídate- le dijo antes de desaparecerse.
Hermione se apareció en su habitación. A pesar de la hora que era y de lo cansada que estaba por todo lo sucedido, no pudo dormirse fácilmente. Estuvo mucho rato dándole vueltas a todo lo sucedido con Ron.
Se sentía muy apenada, Ron era muy importante y muy querido para ella. Por ello, le dolía en el alma haberle hecho tanto daño. Lo había notado en sus ojos, notaba la decepción y el orgullo pisoteado.
No podía evitar sentirse culpable por el viaje que iba a realizar Ron. Ahora que su madre necesitaba más cariño, él y Ginny se alejaban. Ron se iba de viaje porque ella lo había rechazado. En cierta forma sentía que ella lo había empujado a hacer ese viaje.
Poco a poco el sueño le fue ganando la batalla y se quedó dormida.
X~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~X
Hermione supo exactamente cuando su madre se despertó porque notó como un huracán aparecía en su habitación. Un fuerte chillido la despertó.
-¿Cómo se te ocurre irte a dormir sin desmaquillarte?
-Mamá, déjame dormir.
-No, antes de irme a trabajar me tienes que contar todo lo que pasó- dijo mientras se sentaba en su cama inquieta.
-Todo fue muy bonito, la carpa, la…
-No me refiero a eso, si no a la petición de Ron- dijo emocionada.
-Mamá, si lo sabías ¿por qué no me avisaste?- le preguntó Hermione incorporándose.
-Porque no quería estropear la sorpresa. Ahora cuéntame.
-No pasó nada. No siento nada especial por él, solo lo veo como un amigo.
-Qué pena- comentó la señora Granger- estaba muy feliz cuando tu padre le dio su permiso. Parece ser que vio demasiadas películas.
-Mamá, deja ya el tema. Me haces sentir cada vez peor.
-No cariño, no era esa mi intención. Sabes que te apoyamos. Pero me extrañó, por su confianza supuse que ya estaba todo hecho.
-Pues se ve que no.
-Tranquila cariño, ya verás como todo pasa.
La señora Granger la envolvió en sus brazos, dándole un cariñoso abrazo. El problema es que se tuvo que ir al trabajo. Pero le prometió que volvería pronto, que regresaría para casa cuanto antes pudiese.
X~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~X
Hermione había preparado una deliciosa cena, para cuando sus padres llegasen. Quería devolverles de alguna manera el favor a sus padres, ya que le habían pagado los estudios superiores.
Sus padres estaban tardando. Aunque eso no le preocupaba mucho a Hermione, ya que otras veces llegaban tarde porque les llegaba a última hora algún paciente con alguna urgencia y ellos nunca se negaban.
Abrió la puerta de la casa y se sentó en el porche a esperarlos. Vio como la policía se paraba delante de su casa. Le dio muy mala sensación, notó como un gran nudo se formaba en su estómago. Se levantó y se apoyó en la barandilla del porche o se caería. Dos policías se acercaron, su cara estaba seria, pero Hermione notó un deje de tristeza.
-¿Eres Hermione Granger?- la chica agradeció que fuesen directos.
Hermione asintió.
-Lamentamos informarle que sus padres han fallecido debido a un accidente de tráfico.
Las piernas le fallaron, pero uno de los policías la agarró y le ayudó a sentarse.
-¿Necesitas atención médica?
-No, estoy bien- respondió Hermione con la mirada fija en el suelo, toda vía en shock- ¿qué ocurrió?
-Les reventó una rueda y cayeron por un barranco, siendo aplastados por su propio coche ya que quedaron boca abajo-comentó uno de ellos.
-Es mejor que descanse, cuando te encuentres mejor se te contarán todos los detalles- le dijo el policía que la había sujetado.
Hermione asintió.
-¿Quieres que llamemos a alguien? ¿Algún familiar o amigo?
-No. Yo lo haré.
-Lamentamos lo ocurrido, si necesita cualquier cosa llámenos.
-Adiós-se despidieron.
Solo pudo mover la cabeza como despedida, no podía articular palabra. Cerró la puerta y subió a su habitación. Cogió la varita y le mandó a Harry un patronus. A los pocos minutos se aparecieron Harry, Ron y Ginny. Escuchó como subían las escaleras. Harry fue el primero en abrazarla. Al sentir los brazos de sus amigos arropándola, sintió como su dolor comenzaba a salir en forma de lágrimas. No supo cuánto tiempo estuvo llorando, simplemente se dejó llevar por su dolor. Cuando sus fuerzas la abandonaron, se dejó ir quedándose dormida.
Se despertó con un fuerte dolor en la cabeza. Una gran tristeza la embargó al pensar en que sus padres. Los intentó proteger de todas las formas posibles de los mortífagos y Voldemort, pero se le olvidó que en las cosas más comunes hay accidentes.
Miró por la ventana y vio que ya había anochecido. Bajó a la cocina por un vaso de agua y algo para el dolor de cabeza. Al bajar las escaleras, escuchó unas voces que provenían de su salón.
-No podemos dejarla sola- decía Ginny.
-¿Y si la llevamos unos días a Grimmauld place?- comentó Harry.
-No creo que sea lo mejor, es bastante lúgubre. Eso es lo que menos necesita- comentó Ginny.
-¿Y si la llevamos a la Madriguera?- se le ocurrió a Ron.
-No hace falta. Sé cuidarme sola- comentó Hermione desde el marco de la puerta. No le gustó la idea de que estuvieran decidiendo sobre ella sin consultarla.
-Creemos que lo mejor para ti ahora mismo es que no estés sola-le dijo Harry.
-Amiga, ahora tienes que dejarte mimar un poco- comentó Ginny.
-Volveremos a pasar el verano juntos como antes, seguro que te hace bien- dijo Ron.
-Prefiero quedarme aquí. Quiero estar sola, necesito un tiempo para afrontar lo sucedido.
-Pero…
-Harry, estaré bien.
Hermione miró el reloj de la sala.
-Es tarde, seguro que estaréis cansados.
-Hermione, no es nada comparado con cómo te debes sentir- dijo Ginny.
-Has pasado por mucho para estar con Harry, os merecéis estar juntos. Iré a vuestra boda- comentó Hermione sacándole hierro al asunto para que se fuesen a dormir.
-¿Estás segura Hermione? De verdad que me gustaría mucho que estuvieras con nosotros.
-Ginny, iré a vuestra boda, no me pidas más.
Les dio un abrazo a cada uno, finiquitando la conversación. Vio como se desvanecían. Se dirigió a la cocina y vio como la mesa estaba puesta para tres personas y no pudo evitar notar como sus ojos se volvían a llenar de lágrimas. Pensar en que jamás los volvería a ver, le rompía el corazón. Subió a la habitación de sus padres, cogió una foto donde salían los tres sonriendo y se tumbó en la cama de matrimonio a llorar, hasta quedarse dormida.
Al día siguiente, el sonido del teléfono la despertó.
-¿Diga?
-Buenos días, le llamo del anatómico forense. Necesitamos que firme unos papeles.
-Ahora mismo voy.
No le importó como iba vestida ni su cara. Ni se miró al espejo. Llamó a un taxi, se sentó en los asientos de atrás. Se dedicó a mirar gran parte del tiempo por la ventanilla, ya que notaba la mirada inquieta del conductor. Suponía que su aspecto hacía desconfiar. Cuando llegaron al destino, le pagó y se bajó.
Entró y preguntó en recepción, donde la dirigieron a un despacho en la planta inferior. Bajó las escaleras y se aproximó a donde le habían indicado. Llamó a la puerta y entró.
-Soy Hermione Granger.
-Soy el doctor Macius Hangrer. Siéntese, por favor. Lo primero de todo, lamento su pérdida- hizo una pequeña pausa- la he llamado porque necesito su firma para que se pueda llevar los restos de sus padres.
-¿Dónde tengo que firmar?
-Aquí. Los de la funeraria, se los llevaran enseguida.
Hermione agradeció que ellos se hicieran cargo. Mañana enterraría a sus padres. Agradeció que los señores Weasley hubiesen llamado a una funeraria mágica. Así no tendría que avisar a sus amigos. Por desgracia no le quedaba vivo ningún pariente.
Llegó a casa y se tiró en cama. Comenzó a llorar nuevamente. Jamás había sentido un dolor tan grande, no se imaginaba perder a tus padres tan pronto. Sobre todo después de haber superado la guerra contra Voldemort.
A penas descansó, ya que no paraba de tener pesadillas con la muerte de sus padres. A penas acababa de comenzar a dormir cuando sintió que alguien la llamaba.
-Hermione.
-Ginny, ¿qué quieres?
-Dentro de poco es el entierro de tus padres. He venido a ayudarte con lo que necesites. Por lo pronto pasa a ducharte.
-Sí.
Cuando salió, se dejó guiar por Ginny como si fuera un inferi. No le quedaban fuerzas para nada más. Ginny, la peinó y le escondió como pudo las ojeras y los ojos hinchados. Sacó del armario unos zapatos con un poco de tacón negro y el vestido que había llevado a su fiesta. Le pareció que era el más apropiado.
-No quiero llevar ese- dijo con voz entrecortada.
-Hermione no tienes nada mejor que ponerte. Va a ir gente del Ministerio, si quieres trabajar ahí en un futuro es mejor que des buena impresión. Hazlo por tus padres.
Sin decir nada más, se dejó guiar por Ginny. Decidió ponerse un sombrero para poder ocultar parte de su cara, prefería ver a cuanta menos gente, mucho mejor.
Hermione apenas tuvo consciencia de lo ocurrido. Se dejó llevar hasta la iglesia. Antes de que comenzara la ceremonia, no pudo evitar acercarse a los ataúdes donde estaban sus padres. Debido al estado de sus cuerpos, estaban cerrados. Durante la ceremonia, recordó muchos de los recuerdos felices que había compartido con sus padres. Todavía se acordaba el día que recibió la carta de Hogwarts y como sus padres estaban verdaderamente orgullosos y felices por su hija.
Después de enterrar a sus padres, mucha gente se acercó a darle el pésame. Hermione sabía que muchos eran por interés y por morbosos. Pero no quiso ser descortés con nadie.
Cuando llegó a su casa, se encontró con un hombre.
-Primero de todo, le doy el pésame. Segundo de todo, mi nombre el Cupricionio Brown. Llevo trabajando muchos años para sus padres, fui el que les abrió sus cuentas de ahorros y sus préstamos.
-¿Préstamos?- preguntó.
-Sí, hace poco pidieron uno para reformar la clínica de sus padres.
Hubo un silencio incómodo. Hermione no entendía que pretendía decirle.
-Sus padres no tienen dinero suficiente en la cuenta como para afrontar el próximo pago.
-No me puedo creer lo que está haciendo. Acaba de perder a sus padres. Un poco de sensibilidad- le dijo Harry.
-Lo lamento mucho, pero mi trabajo es avisar. Supuse que lo querría saber cuanto antes. Aquí te dejo mi número de teléfono, llámame cuanto antes.
Ginny cogió la tarjeta y se la dejó en la entrada.
