Cartas cruzadas

Espero les guste este fanfic, intento apegarme a los hechos y a las edades lo mejor posible, pero hay poca información, sobre las edades de los personajes, las guerras ninjas y los tiempos en que transcurren, pero espero les guste. El fanfic, trata de Minato es un Minato X Kushina, Minato X Tsunade espero que lo disfruten y sus comentarios

Hola Naruto:

- ¿Cómo conocí a tu padre?, que te puedo decir. Solo con verlo aquel día, supe que tendría un gran destino. Seguro debes estarte preguntando porque te digo todo esto ahora. La respuesta es fácil, tu padre te dejo 12 cartas que te contaran sobre él, así que quise asegurarme de que sepas por mí algunos pequeños detalles que nos unen. Por eso, 12 días antes de que seas nombrado Hokage. He decidido escribirte, he leído algunas de las cartas, lo siento, pero no podía vivir sabiendo que quizás, podía meter a tu padre en líos, pero al ver la honestidad en su carta, no pude escribirte ninguna mentira u omitir cosas.

Empezare con lo inevitable. La primera vez que vi a tu padre, él tenía 7 años era un pequeño rubio. De hecho, juraría que era exactamente igual a ti excepto por tus bigotes, eso y su carácter; y unos ojos azules preciosos.

Llamaron de la academia ninja, al hospital de Konoha, pidiendo que un médico fuera a revisar un niño con una posible fractura. Los médicos escaseaban en la aldea; habían tenido que ir a otra pequeña población a curar heridas, quemaduras e intoxicación por humo, ya que había ocurrido un incendió. En el hospital solo había 3 médicos de planta y no se podían dar el lujo de dejar el hospital; así que yo fui a la academia, pensando que podía ser mi hermano el niño con el brazo roto.

Al entrar a la enfermería, había muchas niñas amontonadas en la puerta, hablando de un Minato-kun, así que de inmediato supe que no era mi hermano. Encontré a tu padre sentado con la muñeca casi completamente destrozada. Él ni siquiera mostraba un signo de dolor, me acerque y empecé a limpiar la herida, después inmovilice la muñeca y utilice chacra para sanar el musculo; su maestro empezó a hablar y hablar, haciendo preguntas tontas: ¿qué, ¿quién era yo?, que me presentara y que ¿qué hacía con su alumno?, pero no le hice mucho caso. Tu padre me tenía sorprendida, ni un signo de malestar o dolor. Muchos de los ninjas hubieran gritado, y más un niño de esa edad.

- ¿Cómo te lastimaste?

-me pele con uno de mis compañeros-

-y, ¿quién gano?

-yo

-entonces valió la pena

El sensei, me tomo de los hombros y me hizo que lo volteara a ver

- ¡te pregunte, que quién eres!

-Tsunade Senju, soy un ninja medico de Konoha –de nuevo puse los ojos en tu padre- si te duele búscame en el hospital-el asintió y yo me fui.

Días después supe por mi hermano que un niño más grande había ido a pelear con Minato, porque tu padre rechazo a su hermana. Lo más gracioso fue saber, que tu padre, no se rompió la muñeca por pelear, sino que se rompió la rama de un árbol y el cayó al suelo. Pero que, aun así, golpeo a su rival, hasta que llegó su sensei. Creo que tu padre cuenta con más gracia el momento en que nos conocimos. En aquel entonces yo tenía 17 años, tenía mi equipo y me estaba especializándome en medicina.

Me volví a encontrar en tu padre en otras ocasiones, usualmente en la biblioteca, pero nunca pasaba de unos buenos días o buenas tardes. Hasta que un día lo chantaje por un pedazo de pastel.

Así fue como conocí a tu padre, bueno estas es mi primera carta de las 13 que decidí darte, tu padre te escribió 12 así que te sugiero leer una por día.

Con cariño tu abuela Tsunade

P.D.: como ves, ya me resigné al apodo

000000000000000000000000000-PRIMERA CARTA-

Hola hijo,

Sé que tal vez no tenga la oportunidad de verte crecer, pero sé que a tu lado tendrás a excelentes personas que te ayudaran y te enseñaran. También sé, que no hay nada como tener a tus padres a tu lado. Le pedí a Tsunade, que te diera estas cartas cuando ella lo creyera necesario, quizás te decepciones un poco o descubras que soy humano, que tengo debilidades, sueños, metas y miedos. Hijo nunca pensé, ser tan franco, pero ha llegado el momento de que sepas lo que debes saber de mí.

Empezare con mi primera pelea en la academia, sentí que debía escribirte como si aún tuviera esa edad y como si estuviera contándote una historia, como si aquellos días no hubieran pasado, porque tengo miedo, tengo miedo de que lo que sepas de mí solo sea la idea equivocada de los que me conocieron solo un poco. Así que empiezo con mi primera pelea.

Hoy paso algo un poco inusual, una niña de la academia me pregunto si me gustaba, a lo que muy cortésmente le dije que no; pero de qué sirve la cortesía, si su hermano mayor te va a ir a golpear en el receso.

- ¿tú eres Minato Namikaze verdad? -

-si soy yo que necesitas – y un golpe directo a mi estomago –que te sucede-

-tú le dijiste a mi hermana que no querías ser su novio, bueno esto les pasa a los niños como tú – y el muy teme, pensó que me podía volver a dar un golpe. Antes que pudiera verme lo esquive, pero bueno, él era más grande así que una persecución comenzó en el patio, todo iba bien hasta que…

-porque si eres tan rudo no me atrapas- y zazzz la rama se rompió

Me puse de pie y antes de que ese niño enormemente grande pudiera hacerme algo le solté un golpe directo a la nariz, gracias a eso tendré tarea extra dos semanas.

Llego el sensei y me regaño por la pelea que habíamos tenido, pero al ver que ese niño era mayor que yo, no siguió con el regaño y menos después de ver mi brazo roto. Llamo al hospital de Konoha, para ver si podían enviar a alguien ya que el médico se había ausentado una semana. El sensei no me dejo, seguir en el recreo con mis compañeros y tuve que esperar.

Una señorita rubia toco la puerta del salón entro con una bolsa con la insignia medica de Konoha. Su figura era delgada me pareció muy linda, se acerco a mí y empezó a revisar mi brazo. El sensei no dejaba de verla con desconfianza.

-no eres muy joven, para ser un ninja médico- ella ni siquiera lo volteo a ver y siguió curándome, el sensei estaba irritado, al verla.

-no me estás oyendo- ella me miraba de vez en cuando y después de un rato vendo mi muñeca, me sonrió y dijo –mañana estarás bien, si te duele, puedes buscarme en el hospital. Me llamo Tsunade.

Las peleas no son buenas a menos que defiendas, tus ideales, tus sueños o a las personas que amas. Nadie lo sabe, pero la primera mujer que llamo mi atención fue Tsunade. Incluso ahora es la única mujer aparte de tu madre que ha logrado perturbarme. Lamento que mi carta sea tan larga creo que estoy inspirado.

Exceptuando las aburridas que me daba, en clase mi infancia fue bastante fácil, en las clases, solía ser un buen chico y no me metía casi en problemas, pero supongo que, si eres como tu madre, bueno la historia seguramente será diferente. En la academia, no hice muchos amigos a pesar de que la mayoría de los niños querían ser cercanos a mí, yo me rehusaba a ello, me parecían demasiado aburridos, nunca fui grosero; de hecho, todo lo contrario, la persona que yo era para ellos era muy diferente a quien de verdad era. Un gran error que espero nunca cometas. Haz la mayor cantidad de amigos, se honesto contigo y los demás y sonríe. Yo me tarde mucho en aprender.

Mi única meta de niño era ser Hokage y que algún día pudiera volver a ver aquella rubia que había llamado tanto mi atención.

La volvía ver, ella regreso de una misión rango S con sus compañeros de equipo. Aquella rubia, que me curo la muñeca regresaba. El Hokage hablaba mucho de sus tres alumnos, siempre realzando la inteligencia y fuerza de la rubia. Un día que me encontró en la biblioteca me conto como aquella rubia solía, pasar horas leyendo sobre plantas medicinales, antídotos y bacterias. Lo comprobé un día que la encontré sentada en un pasillo con un libro de notas, sacando algunos apuntes.

-hola – saludé lo más indiferentemente que pude, supuse que a ella no le gustaba que la distrajeran y muy en el fondo me daba miedo su indiferencia. Miro unos minutos más su libro y sentí que me seguía con la mirada

- ¿Oye quieres ganarte un pedazo de pastel? – me dijo, la mire con curiosidad, no era como que un pedazo de pastel me moviera, pero ella, lograba que mi curiosidad llegara a su límite.

-si- respondí, ella camino hasta una de las mesas tomo 3 libros y me dio a mi otros tres, que eran mucho menos pesados. Eso me molesto - yo cargare esos – dije señalando los que ella llevaba cargando ella hizo una mueca.

-pesan el doble de los que tu traes. ¿Qué dirán si me ven abusando de un niño de esa manera? - no me moví hasta que ella me dio sus libros, caminamos juntos, y cuando llevábamos 10 cuadras sentía adoloridas mis manos

-dame los libros, se ve que estas cansado – dijo ella sonriendo, parecía que quería decir te lo dije no pero no le hice caso seguí caminando, pasaron 5 cuadras más y seguí caminando. Al llegar a la cuadra número 20, llegamos a una linda casa. Me quito los libros y me sonrió.

–eres mucho más fuerte de lo que pensaba, pasa. Lo prometido es deuda por cierto eres mejor que Nawaki cargando mis acompañe a la cocina-. Partió un pastel, que se veía bastante apetitoso, corto una rebanada grande y una pequeña; y me dio la grande a mí. Después puso agua a hervir, salimos a un lindo jardín por lo que pude observar tenían un pequeño huerto y un lindo estanque dentro de la casa. Ella puso los dos pasteles en la mesita y regreso a la cocina, volvió conmigo con un lindo juego de té.

El pastel estaba delicioso y ella hacia muchas preguntas

- ¿cómo te llamas?

-Minato Namikaze

- ¿qué edad tienes?

-8

Mi hermanito tiene 9, vas en la academia ninja

-si

- ¿Qué hacías en la biblioteca, mi hermano la odia?

-leía sobre los Hokages

-así que supongo que tú también quieres ser Hokage

-si usted también

-no me digas usted, estoy de acuerdo que te llevo algunos años, pero no es para tanto. Realmente no, pero Nawaki, sí. Veo que tú eres un excelente rival.

- ¿quién dices que es mi rival? –dijo su hermano entrando al jardín. Cuando lo vi, todo se aclaró ella era Tsunade, la nieta del primero; él era su hermano, uno de los estudiantes más traviesos de la academia, pero los sensei presumían que era muy inteligente.

-yo Minato Namikaze – aquel chico me volteo a ver y abrió mucho los ojos acercándose a mí.

-tú eres el que le rompiste la nariz a uno de mis compañeros, nunca creí conocerte, creo que si será un buen rival- dijo entre risas -pero dime qué haces coqueteando con mi hermana- saz un golpe en su cabeza.

- el me ayudo con mis libros y tú tienes tarea, ¿no es así?, puedes irte de una vez, pequeño mono- ella sonreía mientras le daba una palmada en el hombro.

- ¿cómo es que yo tengo apodo y no Minato? -

-porque mi Minato es todo un caballero – dijo ella sacando la lengua mientras su hermano se iba.

-muy bien joven Minato, es tiempo de que regrese a casa, no quiero que digan que lo secuestre.

Sabes posiblemente si no fuera porque la conocí, no sería la persona que conoces. La persona que me mantenía como ser humano era Tsunade. La única persona digna de mi admiración era el Hokage, y hasta que la conocí volví a sentir lo que era que alguien se preocupara por ti. Sabes nunca he sido tan honesto con nadie, pero aun cuando tenía el reconocimiento de todos, sentía una barrera tan grande. Nunca supe si se debía a mi o a que los demás me veían como algo lejano. Espero no decepcionarte.

- ¡Minato! -la escuche gritar mi nombre, venia corriendo, con esa sonrisa característica de ella.

-Tsunade que sucede-

- ¿quieres acompañarme? -

-si

-no te interesa saber a dónde vamos-

-no mucho-

-bien –

-carga esa maleta-

Caminamos, cerca de una hora, llegamos a una de las orillas de la aldea, yo no sabía que existiera un lugar así. Las casas eran muy pequeñas y mal construidas, con materiales de mala calidad. La gente que se veía en la calle no solo reflejaba pobreza, hambre, miedo sino un profundo resentimiento y nostalgia. Ella puso la mano sobre mi hombro.

-ven- dijo y se puso debajo de un árbol, saco medicinas y comida. Yo no sabía cómo ella había logrado meter tantas cosas en dos maletas, luego supe que fue gracias a un jutsu. Nadie se acercaba la miraban con desconfianza, fue hasta que una mujer de la misma edad que Tsunade se acercó a ella que la gente decidió ir a donde estábamos.

- ¡te crees que por ser la nieta del primero, merecemos tu lástima! - Tsunade no mostro ninguna expresión. Aquella chica estaba tan molesta que su voz se cortaba mientras hablaba y sus ojos solo reflejaban odio.

-yo no creo eso- aquella chica, golpeo la mejilla de Tsunade, pero ella no le respondió, n siquiera la agredió, la chica de cabello negro seguía golpeando a Tsunade con todos y cada una de sus fuerzas. Fue hasta que un anciano la detuvo que la chica paro y abrazo al hombre que sostenía un bastón de madera y que su capa era tan vieja que los colores brillantes ahora eran amarillos.

-perdónela, está muy resentida con la guerra-la cara de aquel hombre cargaba el peso de la guerra y del tiempo.

-no se preocupe yo lo entiendo, mi nombre es Tsunade, he venido a darles este alimento; y bueno soy un ninja médico, si tienen gente enferma, yo los puedo ayudar, sé que no soy mi abuelo y no pretendo tomar su lugar, pero si me lo permiten puedo ayudarlos.

-gracias señorita, llamare a los que vivimos aquí, somos pocos; y como sabe somos emigrantes; y bueno apenas estamos recuperando algunos bienes- dijo con miedo de que les quitaran eso que ellos atesoraban y con tristeza por pensar así.

-comprendo la situación-dijo ella y por primera vez mostro una sonrisa-

Las personas, se formaron. Fue allí donde comprendí lo que significaba una guerra. Tsunade, les dio a todos bolsas con: arroz, cereales y verduras. Yo fui el encargado de repartirlas mientras que ella curaba a los enfermos, a los que necesitaban mayor atención les daba un pase médico.

El día paso, ella en ningún momento curo sus heridas, ni paro hasta terminar de curar, revisar y atender a cada una de las personas que se formaron frente a ella. Después de eso acudió a algunas casas de los ancianos que ya no les era posible moverse. Cuando íbamos de regreso yo estaba sumido en mis pensamientos en la cara de cada uno de esos aldeanos y todo lo que habían vivido.

- ¿Qué sucede Minato, estas muy pensativo? - dijo ella con una sonrisa, mientras caminábamos de regreso a Konoha.

- ¿por qué dejaste que te golpeara?, no hacías nada malo

-sabes, las guerras entre las aldeas no son la solución a los problemas. Mi abuelo era Hokage cuando fue la a gran guerra que involucró a casi todas las naciones. Cuando el sistema shinobi recién se estaba estableciendo. Muchas de estas personas lo culpan de su desdicha y otros lo admiran por lo que los ayudo. Pero en general es resentimiento, por eso Nawaki, no quiso venir, la escena que viste no es la primera vez que sucede; y no los culpo la guerra nos quitó al primer y al segundo Hokage, a Nawaki y a mí, a un abuelo y a un tío. Pero a ellos les quito todo.

- ellos no merecen que los cuides

-te equivocas Minato, todos merecemos ser cuidados.

En aquel momento mi forma de ver la vida cambio, yo quería ser Hokage por que quería ser el mejor, pero después de eso quería ser Hokage porque quería proteger a las personas que lo necesitaran, ella me enseño eso. Cambie completamente, me hice una persona real, me preocupe por los demás comprendí lo que era el dolor entendí que eran los sentimientos.

Hijo, podría apostar que tienes el mismo sueño que tu madre y yo, ser Hokage. Sí estoy en lo correcto deseo que seas el mejor, que veas más que yo, que seas fuerte y que protejas a Konoha, nuestra aldea. Esta es mi primera carta espero que te haya ayudado.

Te amo hijo

Espero sus comentarios, díganme si les gusto, si no les gusto el tema si quieren que continúe, si tiene alguna idea.