Inframundo Actual oficina Lucifer

Oyendo el repicar del reloj de su oficina, Sirzechs Gremory se encontraba sentado en una silla elegante y vistosa de madera.

El hombre de cabellos de sangre miraba con aversión y odio las grandes torres de papeles estáticos que se erguían intimidantes. Encontrándose cansado de todo lo que aún hacía falta de revisar dio un leve suspiro; más que cansancio físico era mental.

Dejó en la mesa frente a él su bolígrafo y se recostó en su silla. Con sus manos sobó sus ojos tratando de quitar el escozor que allí yacía, abriéndolos lentamente mostrando su color azul profundo haciendo contraste con su pelo carmesí.

—¿Por qué estoy haciendo esto? —Se preguntó en voz alta—. Ah cierto, Artaith me mataría si no hago mi trabajo —Él se estremeció por el pensamiento.

Podría ser el Maou Lucifer y un Demonio poderoso, pero el miedo que lo inunda cuando su esposa le reprende es impresionante, incluso toda su nobleza le tiene muchísimo miedo y cuando se enoja se alejan del lugar a toda prisa.

Pero lo que lo tenía pensativo y curioso a puntos extremos era una puerta que estaba adjunta a su oficina. Era un lugar en el que ha pasado poco tiempo y que jamás ha visto por completo y siempre tuvo esa espina de curiosidad en él, ya que allí deben haber secretos que nadie más sabe o eso cree él.

Esto solo se encuentra en este castillo, pues cuando le preguntó a Ajuka Beelzebub hacía años atrás, él contestó que solo el castillo Lucifer tenía esa especie de cuarto-bóveda extraña.

Ahora mismo el peli-rojo se encuentra observando esa puerta con un hambre curiosa, era un rasgo que esperaba que su hermanita, su "Ria-tan" que aún no nacía, no lo tuviera presente en su persona.

—(suspiro) Sé que tengo que ir ahora mismo, no puedo con esta curiosidad —el Maou Carmesí se levantó de su silla con lentitud y ansiedad, dejando de lado su trabajo por unos momentos ahora que Artaith no se encontraba.

Se encaminó hacia la puerta de diseño lúgubre hasta quedar frente a la susodicha. Miró la perilla de la puerta con intensidad, tomándola suavemente la giró con lentitud.

CHIIII~

El chillido de la puerta resonó en la "biblioteca".

Cuando por fin estuvo dentro, cerró la puerta.

DAKUN

—(Jadeo) Eso fue intenso, no esperé que abrir una puerta fuera tan tortuoso —dijo el Maou—. Pero…, por fin desvelaré los secretos que guardas aquí —Sirzechs miró a las grandes estanterías llenas de libros, rollos y muchos objetos desconocidos.

Con sus energías de nuevo restauradas por la emoción, se encaminó a uno de los sitios a los que aún no ha tenido el tiempo de visitar.

Con su vista al frente pudo vislumbrar una gran cantidad de estanterías ordenadas por orden alfabético y con diversos símbolos representantes de los Clanes Demoníacos, algunas de esas estanterías estaban flotando.

Empezó a caminar, incluso con la gran cantidad de información que había tomado de este sitio había muchas cosas que no había visto.

Sin ver nada de interés siguió abriéndose paso a través del camino principal y observando la parte que él desconocía. Aquí yacían los registros antiguos de los Clanes Demoníacos que data muchísimo antes de la Guerra Civil de los Demonios.

Luego de haber caminado por un tiempo divisó algo que acaparó toda su atención, era lo que parecía ser el centro de la Biblioteca, un círculo grande en el medio de toda la información de los Demonios, allí se hallaba un gran pilar pentagonal y en cada una de las caras del mismo había pinturas de ciertas personas.

—Aquí dice Lucifer, aquí Leviatán, Asmodeus, Beelzebub…, curioso —dijo Sirzechs mientras observaba cada una de las pinturas. Él sabía que esas personas en las pinturas eran los Maou originales—. Entonces…, ¿Qué?, ¿Hezrai? —Un nombre que jamás había escuchado ni en rumores apareció frente a él.

Allí en la pintura, se mostraba a un hombre de porte elegante y refinado, sus facciones faciales se notaban fuertes y sus ojos verdes como una esmeralda estaban afiliados; le daban una gran toque imponente. Su cabello era de un tono Castaño, pero claramente es un Castaño muy oscuro, no se había visto ese tono, era anormal en las personas en lo sobrenatural, incluso los pertenecientes al Clan Bael tienen un color Castaño Cenizo, pero ese a comparación palidecía con el cabello de aquel hombre. Lo curioso de su cabello era que una parte de su fleco era rubio.

En su rostro se notaba una barba que tenía la forma de un candado bien cuidada.

Bajo pintura del hombre había un círculo mágico, aparentemente con el logo del Clan.

El círculo allí grabado era el cual, el ahora recién descubierto Clan Hezrai utilizaba. En lengua Demoníaca decía "Tempestad, Fuego, Hielo, Agua, Aire, Rayo, Luz y Oscuridad". En el centro, después de la primera inscripción, había otra que dice "Antes de la tormenta está la calma y después de la tormenta permanece la Tempestad Absoluta".

—¿Qué querrá decir todo esto?, Esto está ligado a algo eso es seguro, pero la pregunta es ¿A qué? —eran los pensamientos del hombre de cabellos de sangre—. Necesito respuestas —con eso dicho, tocó el panel de piedra debajo de la Pintura del hombre y aplicó un poco de su vasto Poder Demoníaco.

En sus pies apareció un círculo de color verde y él fue rodeado por un haz de luz del mismo color. La luz era tanta que tuvo que cerrar sus ojo, cuando la luz cesó abrió sus ojos nuevamente, pero con la diferencia de que ya no estaba frente al pilar sino que se encontraba en una especie de habitación oscura y que sólo podía verse una estantería llena de libros. Algunos objetos de aspecto antiguo y bastante caro, parecían no haber sido usados hacía mucho, la gruesa capa de polvo corroboraba ese pensamiento.

Salió del circuito grabado a sus pies, con curiosidad visualizó un pequeño escritorio y una silla de madera, había un pequeño cuaderno al lado de una pluma y un pequeño bote con tinta ya seca, arriba de esas cosas había una vela ya gastada.

—Parece que pasabas mucho tiempo aquí ¿Eh? —dijo esas palabras a la nada, miró el cuaderno—. No creo que pase nada si veo un poco, ¿No? —tomó el pequeño cuaderno en sus manos.

Pasó la primera página.

—Vida a través del tiempo…, ¿Será acaso un diario?, bueno, cuanto menos no puso directamente que es un diario, una movida inteligente —se rió un poco al ver lo allí escrito, parecía apreciar su propia hombría.

Ojeo un poco el cuaderno, habían registros de bestias y otros seres de diversas mitologías, así como anotaciones de su propia opinión acerca de otros Demonios y parte de la vida de esa persona.

Sin embargo, en la página de inicio había un nombre y una firma, Alex Hezrai. Si Sirzechs tuviera que traducir del hebreo sería Guardián de la Puerta…, algo muy extraño.

Sirzechs vio una gran hoja de papel doblado, pensó que era un mapa, lo tomó para llevarlo a su oficina. Parecía que había hecho un gran descubrimiento.

Tomó unos tomos que parecían escritos a mano.

—Bestias mitológicas y otros seres sobrenaturales Volúmen 1…, esto suena entretenido —vio el volúmen 2 e igualmente lo tomó—. En serio Hezrai, pasabas mucho tiempo solo —sintió un poco de pena por el hombre, principalmente porque los libros habían sido escritos a mano y por la letra supo que Hezrai los había escrito.

Este sujeto es de lo más interesante, tantos registros y pareces un fantasma… —Sirzechs empezó a pensar—. Supongo que tenías un motivo para irte, si era tan importante…, yo habría hecho lo mismo.

Miró el escritorio unos momentos antes de mirar nuevamente hacia el grabado de donde salió, había un rastro demoníaco, era muy, muy leve ya que apenas y se llegaba a percibir.

Debes seguir vivo…, no me sorprendería que hicieras algo muy llamativo para tu regreso —pensó para sí—. Los maou siempre han sido bastante excéntricos…, no, no puedo quejarme de ellos, después de todo yo igual soy excéntrico.

Sirzechs se rió levemente de la propia ironía que hizo con sus palabras.

De pronto, el pelirrojo empezó a tener escalofrío, el hechizo que había dejado en el área de su oficina lo alertó y eso solo significaba una cosa…

Artaith estaba cerca, en la frente de Sirzechs empezaron a aparecer gotas de sudor y su ritmo cardíaco empezó a subir estrepitosamente, parecía que fuese a salirse de su pecho.

—Tengo que ir rápido, A-Artaith podría golpearme muy fuerte si me salgo del trabajo —con su velocidad demoníaca salió disparado del sitio y con velocidad activó el círculo mágico por donde había llegado.

En sus manos sostenía los dos tomos que había encontrado en esa sala, sin perder tiempo corrió hacía su oficina. Su corazón no paraba y parecía estar aumentando sus latidos, tenía miedo, mucho miedo, Artaith era bella y amorosa, sin embargo era muy estricta al momento de hacer su trabajo, después de todo su clan era el consejero del Lucifer Original.

Siguió corriendo, abrió la puerta de donde había salido entró y la cerró con prisa, dejó los escritos en su escritorio y se sentó en el asiento de madera.

—Uf…, heh Artaith 0 Sirzechs 1, no se dió cuenta —dijo el peli-rojo—. Tengo una suerte, una maldita suerte, que todos me dirían eres grande Sirzechs.

El peli-rojo empezó a reírse suavemente.

—¿Ara? ¿Una maldita suerte, Sirzechs-sama? —una suave e increíblemente amable voz sonó tras de él—. ¿Qué le he dicho de salirse en horas de trabajo? —su mirada se oscureció siniestramente.

—¿Cree que soy ingenua? —el peli-rojo negó rápidamente con la cabeza— De esta no se escapa, Sirzechs-sama…

El aura demoníaca impregnó el lugar, Sirzechs se encogió de miedo en su asiento, debió haber sido más precavido.

Todos los sirvientes en el castillo Lucifer empezaron a temblar y aún así siguieron con lo suyo. Las Maids estaban preparando la sala de descanso y algunos vendajes, su Maou los iba a necesitar.

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Bien, este es el prólogo de esta reescritura. Si bien no es mucho, funciona como introducción para el padre de Issei, Alex Hezrai; que tomará el segundo punto de vista.Gracias por estar esperando :'v