Hey, hey, ya estoy aquí. Bueno, este es el primero capítulo de Lost Bullets: Life On The Road así que… a ver cómo sale jejejeje. Nos vemos abajo.
Y, como siempre, iCarly no me pertenece.
Nuestro primer día de gira, es increíble que por fin lo hayamos conseguido… Es increíble que la señora Benson cambiara de opinión, jamás creí que fuera posible que lo hiciera pero… ahora veo que me equivocaba. Lo primero que hicimos al subir a la caravana fue darle a Freddie su guitarra que seguía colgada del techo.
-Este es su sitio – Había dicho Brad al cedérsela.
Lost Bullets volvía a estar unido y la gente no sabía lo que les esperaba cuando nos vieran actuar.
-Bueno nenes – Dijo Benito mirándonos por el retrovisor intentando quitar la vista de la carretera lo menos posible – ahora empieza todo el quilombo. Ahora no pueden dormirse ni dejar que esto se les suba a la cabeza; ahora es el momento de centrarse en su música y de trabajar más de lo jamás han trabajado. No todo el mundo les va a querer, habrá algunos que querrán sacarles los ojos con tenedores…
-¿Podrías ser más gráfico? – Dije con ironía – El vómito no le va muy bien a esta tapicería yo solo aviso.
-Y yo les advierto que este mundo en el que se han metido no es un camino de rositas, de fiestas y de minitas dispuestas a darles las noches más placenteras de sus vidas. Es difícil, mucho más de lo que creen.
-¿Entonces tenemos que pasarnos la gira sufriendo?
-Yo no dije eso.
-¿Ah, no? Pues si no es así, o tú te explicas muy mal o nosotros no te entendemos.
-Deben disfrutar, disfrutar mucho de esta experiencia, pero no deben olvidar que también deben laburar como locos – Hizo una pausa – Su primer show será en una semana.
-¿Estaremos en el hotel? – Preguntó Brison.
-¿Qué? ¿Se te fundió un cambio? En seis días llegaremos al hotel. ¿Qué se creían? La vida de las giras es noventa por ciento de caravana, cinco por ciento de hoteles y cinco por ciento de escenarios. Aunque puede ser también ochenta y cinco por ciento de caravana, cinco por ciento de hotel, cinco por ciento escenario y cinco por ciento actos sorpresa que vayan surgiendo.
-¿Nos estas diciendo que vamos a tener que pasar el noventa por ciento del tiempo en esta caravana, conviviendo las veinticuatro horas del día, haciendo lo que nos de la gana y componiendo? – Pregunté.
-Eso mismo Sammy.
Di un salto y me dejé caer en la cama que había al fondo de la caravana, apoyé una pierna en el respaldo y puse los brazos debajo de mi cabeza.
-¡Esto va a ser genial!
Empezamos a organizar la caravana para poder dormir todos bien. Decidimos hacer turnos para conducir ambos coches, así sería menos probable que uno se durmiera al volante y nos matáramos todos; yo monté mi hamaca en la caravana atándola a uno de los barrotes de las literas y a la estantería. Era una igual que la que tenía Homer Simpson en su jardín y la cosa más cómoda del mundo. Poco después, los gemelos y Cameron se fueron a dormir y Freddie y yo nos quedamos intentando componer.
Al rato, sonó mi móvil.
-Dime Carly.
-¡ME ESTOY MEANDO VIVA! – Gritó tan alto que tuve que apartarme el auricular de la oreja.
-Tranquila, en media hora llegaremos a una gasolinera y podrás ir al baño. Tenemos que reponer las provisiones.
-¿Pero no había comprado comida Benito?
-Adivina quién se la ha comida.
-Nena, soy un tipo grande, no tengo la culpa de que mi estómago me pida que lo alimente. Además no fui el único que comió.
-Sam… - Me regañó Carly alargando la "a".
-¿¡Qué?! Tenía patatas sabor bacon y regaliz roja – Me excusé.
-Como sea, pero daros prisa o explotaré, y la sangre no combina con mi tapicería.
En cuanto llegamos a la gasolinera Carly salió disparada de su coche en dirección al baño. Ese baño de gasolinera hogar de ratas muertas, arañas, cucarachas y porquería; pero cuando Carly se estaba meando, nada se interponía entre ella y la taza del váter. Por otro lado, Benito y Sam se metieron en la tienda de la gasolinera para comprar provisiones y yo, que era el único que no estaba ocupado durmiendo, me dediqué a llenar el depósito de la caravana.
Aun no podía creerme que esa iba a ser mi casa rodante durante los meses siguientes. Ahora, más que nunca, le debía mucho a Sam; al fin y al cabo, había sido ella la que me había ido a buscar y la que había convencido a mi madre. Mientras trataba de razonar con ella, recordé aquella noche en el coche en la que me prometió que me ayudaría a darme cuenta de que estaba en este mundo para algo más que para desaparecer en el olvido, y, aunque ella no fuera consciente todavía, ya lo había hecho. Lo había hecho al decirle a mi madre que mi sitio estaba en esa banda, no como músico, sino como amigo.
-¡Aquí empieza en video diario oficial de la gira de Lost Bullets! – Cameron bajó de la caravana, despeinado y hablándole a una cámara de video.
-Cam, ¿qué haces?
-Mira por donde, aquí tenemos a uno de nuestros miembros poniendo gasolina tan sexy como siempre es él. Freddie Benson, dile algo a la cámara.
-Algo.
-Joder, algo más largo.
-Algo más largo. Perdón, es que me lo pones demasiado fácil – Dije entre risas.
-Este gracioso de turno – Se puso a mi lado sin dejar de grabar – es nuestro guitarra solista. Y si no hubiera sido por cierta rubia de ojos azules, ahora estaría camino de Italia con la loca de su madre.
-¡Sí, soy una súper heroína! – Gritó Sam saltando sobre mi espalda – Le he salvado la vida, que lo sepáis. Por cierto, ¿de dónde ha salido esa cámara?
-Voy a hacer un video diario de nuestra gira y, cuando termine, lo venderé y nos haremos ricos. Esto valdrá millones en un par de años lo veo. Venga Sammy, dile unas palabritas a la cámara.
-Unas palabritas – Soltó ella con una sonrisilla de nena buena, gesto ante el que yo empecé a reirme.
-Enserio parejita, vais sincronizados.
-¡No somos pareja! – Gritamos a la vez poniéndonos serios.
-Creo que en el próximo tramo me iré con Carly en el coche, así conduzco y ella descansa un poco.
-Bueno nenes, es hora de irnos – Gritó Benito por la ventana. Ante su llamada todos, menos Sam, subimos a la caravana otra vez para seguir con el viaje.
-Dame las llaves Carlangas que conduzco yo.
Ella me tiró las llaves, arranqué y empecé a seguir a Benito por esa carretera medio desierta.
-Sam, ya hace tiempo que no tenemos una charla de chicas.
-¿Por qué crees que he venido contigo en el coche? Hay cosas que los chicos no pueden saber.
-¿Cómo te va con Freddie? – Preguntó irguiéndose en su asiento y acercándose un poco a mí.
-Vas a lo que vas por lo que veo. Pues… voy tirando pero… aun no me veo preparada para empezar una relación con él, ni con nadie. No sé por qué la verdad, pero no creo que sea el momento adecuado.
-¿Y por qué no os hacéis amigos con derecho a roce? – Levantó las cejas de forma seductora.
-Si el hecho de que la otra noche, con todo el tema de que se iba, me besó de la forma más increíble que puede besar una persona se considera ser amigos con derecho a roce… entonces ya lo somos.
-¡Que perra eres! Esas cosas se cuentan. Sam, admítelo, te gusta Freddie.
-¿Qué? ¡No! – La miré de reojo tratando de ocultar el rubor que empezó a teñir mis mejillas – Me encanta, que no es lo mismo.
-¡Oh, mi Sam se ha enamorado!
-No te equivoques – En esa ocasión, me puse seria de verdad – No estoy enamorada, ni estoy cerca de estarlo. Freddie me gusta, pero lo que es amor, amor, no es. Falta mucho para que me enamore de él si es que lo hago alguna vez. Sin embargo… creo que tú no puedes decir lo mismo de Brad.
-Te equivocas, no estoy enamorada de él, solo me gusta.
-Pero tardarás menos que yo en enamorarte, somos muy diferentes para esas cosas Morena. ¿Cuándo piensas saltar de nuevo a sus brazos? Tienes al pobre en vilo desde diciembre.
-Si te soy muy sincera no lo sé pero… cada día que pasa estoy más segura de que será pronto. Apenas pienso en Gibby y me veo más siendo la novia de Brad. Así como antes me sentía culpable al pensarlo, ahora me siento… ansiosa.
-Tienes ganas de hincarle el diente al mozo rubio.
-Y tú al castaño.
-Yo se lo hinqué la otra noche, la que tiene necesidad eres tú.
-Calla, ¿eso que suena es Wide Awake? – Dijo subiéndole el volumen a la radio.
-No soy fan de Katy, pero esta canción me gusta. ¡SÚBELE MORENA! – Dije accionando la palanca que abría la capota del coche. El aire nos empezó a dar en la cara justo cuando empezaba el estribillo.
Falling from cloud 9
Crashing from the high
I'm letting go tonight
(Yeah I'm) Falling from cloud 9
Mientras tanto en la caravana, nosotros hablábamos de posibles temas para nuestro primer concierto.
-Yo creo que deberíamos seguir nuestra tradición y empezar con The Few That Remain.
-Pero si empezamos siempre igual la gente se acabará cansado – Dijo Cameron.
-Por ahora empezaremos con esa y más adelante la cambiaremos – Trató de apaciguarnos Brad.
-¿Habéis pensado en alguna idea para nuevas canciones? – Preguntó Brison que todavía estaba tirado en la cama, medio dormido.
-Yo tengo un par de ideas. La verdad es que fue Lilly quien escribió esta letra.
-¿De qué trata?
-No lo sabe ni ella, simplemente le salió y lo escribió. Supongo que hablará de alguien concreto, pero no sé de quién.
-De Brison – Dijo Brad.
-No, Lilly y yo lo dejamos hace un tiempo. Lo nuestro no funcionó.
-¿Te dejó ella?
-Fue más bien de mutuo acuerdo. Ella se iba, yo me iba… lo típico.
-¿Podemos centrarnos en lo que toca? – Me quejé.
-¿Están hablando de minitas? – Dijo, de pronto, Benito - ¿Quieren escuchar una historia?
-No nos vamos a concentrar ¿verdad? – Les pregunté a los chicos que ya miraban a Benito con ojos brillantes – Cuenta.
-Verán, cuando aquello pasó yo tendría su edad, unos dieciocho años más o menos. Conocía a una nena, ah, no saben lo que era aquello. Morocha, de piel blanca y un par de…
-Tetas – Dijimos todos a la vez.
-Ojos. Aunque no es que tuviera el pecho pequeño la verdad – Reímos todos como tontos ante aquello – Bueno, les cuento. Todos mis amigos decían que aquella nena estaba enamoradísima de uno de nosotros, y su nombre empezaba por B. Enseguida pensé en mi amigo Bertín, siempre estaban juntos así que era obvio.
-Espera que voy a grabar esto – Dijo Cameron encendiendo la cámara – Este es nuestro mánager Benito. Sigue contando lo de tu chica de grandes ojos.
-Una noche, nos fuimos todos los amigotes a ver una película a la casa de Berni y ella estaba allí. Se sentó a mi lado, apagaron las luces y empezó la película. Poco a poco, ella se fue acercando a mí, hasta que puso su cara frente a la mía. Estaba así de cerca – Puso su mano a unos tres centímetros de su cara para enfatizar.
-¿Y qué hiciste? La besaste.
-Seguro que lo hizo, a la pobre solo le faltaba un cartel con luces de neón de la frente pidiéndoselo – Dije yo.
-No, no la besé. Le dije: Betsy, ¿te podes quitar que no veo la pantalla? Y aquella fue la última vez que me habló.
Sin poder evitarlo, empezamos a reírnos a carcajada limpia, abrazándonos la barriga. Pronto, nos salían lágrimas de los ojos y nos costaba respirar. Aquello era demasiado sub realista para ser cierto, nadie es tan tonto como para decirle a una chica que se aparte si se le pone a un centímetro de la cara.
-¿Lo has grabado? – Preguntó Brad entre risas.
-¿¡Que si lo he grabado?! ¡Esto es oro! ¡ORO HE DICHO!
Benito dio un volantazo y nos fuimos todos rodando al final de la caravana.
-Se está haciendo tarde, pasaremos la noche en esta área de servicio. Y de lo de la minita, a las chicas, ni una palabra.
Benito dio un volantazo y a mí apenas me dio tiempo a reaccionar. Derrapé y me colé dentro del área de servicio.
-¡Mujer tenías que ser! – Gritó un motorista que iba detrás de mí.
-¡Súbete aquí a ver si tienes una mejor vista, capullo! – Grité enseñándole mi precioso dedo corazón.
-¡Sam! Eso ha estado muy mal – Me regañó Carly – Tendrías que haberle tirado tu calcetín de mantequilla. Estás perdiendo facultades.
-Ese no merece que malgaste mi precioso calcetín con él.
-Atención, tenemos una exclusiva, nuestra Rubia tiene un arma de destrucción masiva: ¡UN CALCETÍN DE MANTEQUILLA! Cuéntales a nuestros fans más sobre esta destructiva creación.
-Con mucho gusto – Dije poniéndome encima del capó del coche – Estaba yo un día en casa de Carly dispuesta a gastarle una broma a Spencer, su hermano. Iba a mete mantequilla en sus calcetines para después fundirla, pero vi… una cucaracha en la encimera de la cocina. Por… circunstancias de la vida – Seguí moviendo las manos como si fuera el tipo más inteligente de la tierra hablando de la teoría de las súper cuerdas – les tengo terror a las cucarachas, por lo que haciendo uso de lo que más a mano tenía, esta hermosura de calcetín, ¡LE PROPINÉ TREMENDO GOLPE A MANO CAMBIADA DEJANDO LA ENCIMERA BONITA DE VER! – Agité con fuerza el calcetín – Me di cuenta de que en mis manos tenía una poderosa arma, fácil de transportar, discreta y letal. Así, queridos niños, es como nació el calcetín de mantequilla.
-¿¡Por qué no me dijiste que era una cucaracha muerta?! ¡Limpié eso con la mano!
-Mirad, esta es nuestra diseñadora de camisetas y futura señora de Brad, ¡Carly Shay!
-No soy/es mi/su futura señora – Gritaron ella y Brad al mismo tiempo.
-Si estáis hechos el uno para el otro. Hasta habláis a la vez – Dijimos Freddie y yo al mismo tiempo - ¡Oye!
-Vaya… ¿Qué tienes que decir a eso Sam? – Preguntó Cameron volviendo a enfocar la cámara hacia mí.
-Esto – Cogí mi Calcetín – Es… ¡ESPARTA! – Grité corriendo hacia él calcetín en mano, totalmente dispuesta a partirle la crisma si hacia falta.
Y allí estaba, en un área de servicio, persiguiendo a Cameron cual espartana sedienta de sangre en medio de una batalla, mientras él hacia uso de sus dotes de cámara para hacer un documental sobre una nueva especie animal, la calcetinus de matequillus salvaje.
-Oye, ¿por qué no hacemos una presentación del documental? – Propuso Brison – Al fin y al cabo, debe de tener un nombre y qué mejor nombre que el que elijamos nosotros.
-¿Sabes? No es mala idea hermanito.
-¿Qué tal – Hizo una pequeña pausa - Lost Bullets: Life On The Road? – Propuso Freddie.
-Me gusta. Mucho.
-Dame la cámara – Dijo Carly – Poneos delante de la caravana. No Brad, ponte al lado de Brison; Sam tu en medio que eres la más bajita. Así, perfecto. Bien, os enfocaré empezando por Sam, Freddie, Cameron, Brad y Brison; Sam tú tienes que empezar saludando como quieras. Decís vuestro nombre y si queréis lo que hacéis en la banda. En cinco, cuatro, tres, dos… - Me señaló y empecé.
-¡Hey, ¿qué tal?! Yo soy Sam, cantante.
-Freddie, guitarra solista y vocalista.
-Yo soy Cameron, batería – Dijo rodando las baquetas – y vocalista.
-¿Qué hay? Soy Brad, el segundo guitarra.
-Y yo soy Brison, bajista de la banda.
-Y esto es… - Dije señalando a la cámara.
-¡LOST BULLETS: LIFE ON THE ROAD! – Gritamos todos a la vez.
Hasta aquí. Siento la espera, pero he estado muy liada. Sé también que este capítulo no tiene mucha acción, pero más que nada era introductorio, en breves empezará lo bueno. Tengo muchas ideas en mente así que… ya veréis.
Como siempre, dejad vuestro reviews con lo que queráis, estamos en un mundo libre.
Nos vemos en el siguiente capítulo.
Besos ^^
