Antes que nada buenos días/tardes/noches a quienes estén leyendo por aquellas casualidades estas líneas. Un gusto :)

Aquí presento lo que sería mi segundo fanfic después de tanto tiempo. Estuve un poco alejada a los fanfics pero finalmente decidí escribir algo, no sé que saldrá de esto pero el impulso fue más grande de lo que hubiera imaginado.

Quiero aclarar que la historia se centra más en Rin, por el momento. A su vez, le quise dar un rol más participativo a Kaede ya que es ella quien toma la responsabilidad de cuidar a la pequeña una vez dejada en la aldea. También cuando era más joven pensaba en la posibilidad de una relación Rin y Sesshoumaru.

Bueno espero que aquellos que lo lean, les guste.

Acepto todo tipo de sugerencia, comentario, crítica constructiva.

Y aunque no hace falta aclarar, como todos saben, los personajes pertenecen a Takahashi Rumiko.

I

-Kaede-san! Ya estoy en casa- se esuchó la risueña y firme voz de una joven que ingresaba a la cabaña cargando cestos que contenían diferentes tipos de hierbas y frutos medicinales. Inmediatamente el salvaje y fresco aroma de las mismas invadió por completo la habitación, relajando a todo aquel que lo respirase. A continuación la joven colocó su carga, de manera ordenada, cerca de la puerta de entrada.

-Oh Rin! Me estaba preguntando que habría pasado contigo...- la anciana Kaede respondió con alivio en su voz.

-Oh Kaede-san! Lo siento tanto- decía Rin mientras levantaba su vista hacia su cuidadora, una fina capa de sudor cubría su níveo rostro mas, sus mejillas ardían fuertemente y una dulce sonrisa entonaba sus labios- no me di cuenta del tiempo pero al lugar que solemos ir a recoger hierbas por alguna extraña razón se encuentra seco y sin mucha vida, realmente me desanimó un poco - suspiró - nop entendía cómo es que pasó algo como aquello, menos en esta época! Claramente no ha llovido como otros años pero encontrarlo en tal estado- la joven negó con su cabeza, cerrando los ojos, como tratando de borrar aquella triste y devastadora revelación y, de pronto, agregó levantando su rotro que reflejaba una determinada mirada que la caracterizaba- no iba a volver con las manos vacías aún sabiendo que necesitamos más reservas para este año ya que muchas aldeanas están a pocos meses de dar a luz, así que me adentré un poco más en la espesura de la arboleada que rodea el valle y encontré un magnífico escenario - sus almendrados ojos volvían a prenderse con tal furia que reflejaban una inmesa alegría- Oh Kaede-san! Si hubieras estado conmigo seguro te hubieses deleitado tanto como yo lo hice con tal vista! - se acercó a su receptora tomándole las manos entre las suyas- Había llegado hasta el medio del bosque sin darme cuenta al seguir el verde vívido que rodea un camino que nunca había visto con anterioridad, el cual me guío hasta el pie de las montañas que limita con nuestra villa. Estupefacta por tanta naturaleza rebozante, mi curiosidad fue en aumento con cada paso que iba dando y fue allí cuando lo vi, un pequeño claro en medio de las montañas donde la hierba crece con vigor hasta entre las rocas. Oh Kaede -san! Cuando entré a aquel refugio natural quedé aun más maravillada. Pude observar que casi todo lo que allí crece es para uso medicinal hasta hay ketsumei-shi, gentiana y akebia! Exploré e identifiqué cada arbusto, fruto, hierba !Hasta el agua parece de lo más pura!- terminó diciendo con su vista perdida mirando el techo tratando de evocar el hermoso pasaje.

Kaede suspiró nuevamente y sonrío cálidamente, ya estaba acostumbrada demasiado a Rin y a sus excursiones inesperadas pero no podía evitar, con el paso del tiempo, de sentirse un poco angustiada cuando tradaba en su regreso. Desde que la dejaron bajo su tutela la que una vez fue niña había pasado a ser como una nieta, una excelente aprendiz, una hermosa compañía mas ya no era una pequeña como antes, claramente no. Ante los ojos de la anciana la niña ya era toda una adulta mas, su corazón era tan puro, sin malicia alguna, que era como la de un retoño recién nacido. A su vez, era alguien que llamaba la atención fácilmente por su manera de hablar, su pureza, sus ojos tan llenos de vida, su sonrisa. Rin era el perfecto ejemplo de "tu interior se exterioriza y demarca cómo eres". Y aunque la joven no estaba interesada en lo más mínimo en las apariencias, no se percaptaba tampoco en lo bonita que para la vista de algunos era.

Y es por aquella razón, o una de las tantas, que Kaede se inquietaba por ella aunque, debía admitir, que los tiempos habían cambiado desde que la Shikon no Tama había desaparecido gracias al accionar de Inuyasha y compañía. Algunos youkais merodeaban la zona pero, ésto sucedía muy rara vez y por lo general no eran gran problema desviarlos o, en todo caso, aniquilarlos. Mas, había algo que profundizaba la preocupación de la anciana, denotó que Rin estaba más blanca de lo normal o eso le parecía en algunas ocasiones; aveces se sentía engañada por sus ojos ya que la joven seguía tan llena de energía que le costaba creer lo que veía. Hasta que un cierto día no solo la vió más pálida sino que, gracias a sus poderes espirituales, presintió algo que no estaba bien, un aura que no era propia de su "nieta". Rin se encontraba sentada en el suelo preparando unguentos cerca de la caldera, Kaede se aproximó a ella por atrás extendiendo su brazo izquierdo para tomarla por el hombro pero cuando su mano estuvo a escasos centímetros de su objetivo sientió un "choque", una fuerza repeló ésta con tal brusquedad que cayó de espalda al suelo. Inmediatamente Rin se percaptó del ruido que el impacto había producido dóndose media vuelta para encontrar a su cuidadora tirada, tomándose fuertemente la mano izquierda con la derecha. Los ojos de Rin se agrandaron sin entendimiento y terror, dejando lo que estaba realizando fue rápidamente al lado de Kaede y la ayudó a sentarse.

-Rin, no es nada- dijo al ver la expresión de extrema preocupación de la joven con una sonrisa que trataba de esconder el dolor que sentía.

-Kaede-san! Pero ese impacto, el ruido... - Rin hablaba sin encontrar palabras mientras miraba a su alrededor para saber lo que había sucedido hasta que su vista se posó en las manos de Kaede - Tu mano! - exclamó con temor y acto seguido Rin se levantó dirigiendose hacia uno de los estantes en la pared donde había diferentes frascos de cerámica y madera que contenían variedad de medicinas. No tardó en encontrar el que quería: tomó bendajes de una de las cestas, los embulló dentro de la caldera donde el agua burbujeaba indicando que estaba en su máxima temperatura para esterilizarlos, y luego de unos segundos los sacó, los escurrió, los dejó en un pote. Se aproximó a Kaede.

Kaede observaba todo lo que Rin hacía, cada movimiento. "No hay duda de que sabe lo que hace" pensó dentro suyo hasta que un agudo dolor sacudió su brazo izquierdo y fue allí cuando se percaptó del daño que había recibido. Tenía una gran quemadura en toda su palma, no era demasiado grave. Se aproximó la misma hasta su nariz, olfateó "no hay olor a carne quemada" pero le dolía tremendamente. Cuando se quiso dar cuenta Rin ya estaba a su lado abriendo el contenedor que albergaba una olorosa medicina herbal. Le tomó su palma, la examinó cuidadosamente y afirmó para ella misma, tomó uno de los bendajes y con extremo cuidado limpió el área, seguido aplicó una pequeña cantidad del unguento y lo esparció por toda la superficie.

El fuego de la caldera seguía latiendo con furia, la oscura noche caía sobre ellas, la cabaña se encontraba sumido en absoluto silencio, solo el crispar de las maderas y el carbón consumiéndose uqe alimentaba las vívidas llamas era todo lo que se escuchaba. Ni el canto de los grillos, ni el ulalar de las aves, ni la voz de algún aldeano o niño se hacía oir. Kaede no hablaba. Rin tampoco. Cuando terminó su curación, las dos observaban la mano bendada hasta que al fin Rin suspiró y levantó su vista diciendo:

-Kaede-san, Qué fue eso?-inquirió con ojos severos.

-... - Kaede no respondió, observaba a Rin. Sabía que quería una repuesta, la verdad. Suspiró. Dudó. Acotó - Son cosas que suceden cuando uno se pone más viejo, uno se descuida- sonrío tristemente mirando el caldero. Había mentido, lo sabía y le dolía pero estaba decidida en no decirle nada hasta no confirmar sus propias deducciones.

Rin no fue convencida del todo pero, al ver la tristeza reflejada en el agotado rostro de Kaede desistió en seguir preguntando e indagando. Acto seguido se levantó, se estiró y cuando estaba por salir de la cabaña Kaede exclamó con una suave sonrisa:

-Rin, gracias- y levantó su mano izquierda. Las palabras no le salían.

-Mmm- emitió Rin dándose vuelta, moviendo la cabeza con los ojos cerrados - Si no fuera por tí no sería capaz de atender a los que lo necesitan. Gracias Kaede - y sonrío con tanta gratitud que una fuerte punzanda inundó el pecho de Kaede -Voy a ir por agua - fue lo único que agregó y salió de la cabaña sumiendose en la oscuridad que albergaba la espesa noche.

Kaede al verla salir cerró lo ojos. Minutos más tarde de haber recapacitado en lo que debería hacer se dijo así misma "Está decidido". Su vista se posó en el techo "Debo comunicarle".

El fuego seguía ardiendo y las sombras de los objetos se proyectaban nítidamente dentro de la cabaña. Una suave brisa se coló por la puerta y la ventana que daba hacia la espesura de una colina donde se podían destinguir otras viviendas. La vida de la pequeña aldea se había apagado junto a la salida de la destellante luna que acaparaba la atención de todos los que la veían, como la joven que la observaba quietamente, anhelante. Aquella que alguna vez había experimentado riegos y aventuras junto aquel que le había salvado la vida pero eso ya hacía tanto tiempo que Rin sentía que ya no había motivos para revivir algo como ello. Su vida pacífica en la aldea junto a Kaede, su aprendizaje y el ayudar a otros era todo lo que quería.

O eso imaginaba al no saber lo que el engañoso futuro le depararía.

Pequeño glosario

Solo nombro tres tipos de hierbas que decidí incorporar, no es que sean de suma importancia, solo fueron utilizados a manera de ejemplos para utilizar un poquitito del japonés.

Ketsume -shi: las hojas, semillas y raíces de la planta se utilizan en medicina popular, principalmente en Asia. Se cree que poseen un efecto laxante, así como que puede ser beneficioso para los ojos. Como un remedio popular, las semillas se tuestan a menudo, y se hierve para producir un té.

Akebia quinata : conocida popularmente como "chocolate vine", es un arbusto nativo de Japón, China y Corea. En la farmacopea china que se cree que tiene propiedades terapéutica como diurético, galactogoga, antiflogístico, y analgésico. El uso principal de la hierba en China es como un remedio tradicional para la lactancia insuficiente en las madres lactantes. La parte medicinal de esta planta es el tallo leñoso, que se corta en secciones transversales y es preparado como una decocción

Gentiana:es una especie de planta herbácea perteneciente a la familia (Gentianaceae), se encuentra en Estados Unidos y Japón. Florece en julio y agosto con flores de color azul o azul oscuro. Se utiliza como un tónico amargo en la Medicina tradicional china donde favorece las secreciones digestivas y trata una serie de enfermedades asociadas con el hígado.

Fuente: wikipedia

Gracias por leer!

Saludos y que tengan buen día/buena noche/buen descanso.