¿Qué me pasa? II

Esta es la versión original de ¿Qué me pasa? Así como esta aquí la escribí en un cuaderno ¡Espero que les guste!

Aclaración: Yo no soy dueña de Tokyo Mew Mew, sino a Masaya lo hubiera matado la rata quimera ji ji

Advertencia: Contiene Lemon, no me hago responsable por las consecuencias, solo lo pueden leer personas con mentalidad abierta.

_Ichigo, _ me llamó Ryo_ ya te puedes retirar. Yo termino de barrer.

_Esta bien_ dije encaminándome hacia los vestidores. Me cambie el uniforme del café. Todavía no había anochecido, la tarde soplaba una fría brisa. Hacía días que no sabía nada de Kish, se me hacia raro no saber nada sobre él ¡Un momento!1 ¿Lo acabo de llamar Kish? ¡Por favor, Ichigo! ¿Kish?

_ ¿Le he puesto un apodo?_ susurré confundida, como un acto reflejo toqué mis labios y recordé la primera vez que lo vi. Sus ojos dorados vinieron a mi mente, luego su sonrisa y el sonido de sus risas.

_ ¿te encuentras bien Koneko-chan?_ dijo una vos familiar. En un segundo él estaba flotando frente a mí.

_ ¡Deja de hacer eso! ¡Te pueden ver! ¿Y que estas haciendo aquí, Kisshu?_ para mi suerte mi cabeza no me falló.

_Quería ver a mi hermosa Hime_ dijo despreocupado. Su aliento me golpeaba con cada palabra, tenía un agradable olor dulzón que incitaba a probarlo. Inspiré una bocanada de aquel aroma, guardándolo en mi memoria_ Parece que mi gatita quiere jugar…_ dijo cerca de mi oído.

Eso soltó un enjambre de mariposas en mi estomago. Empecé a respirar irregularmente. Kish besó la esquina derecha de mis labios, quise responderle, pero cuando abrí los ojos él estaba a un par de metros, el aire a su alrededor se comenzó a agitar. Luego de un segundo escaso él ya no estaba, solté un bufido molesta y volví a caminar.

En unos diez minutos ya estaba frente a la puerta de mi casa, abrí la puerta y me quité los zapatos, el abrigo y aventé a algún lugar la mochila. Busqué en la heladera algo para comer, pero ya casi no quedaba nada de lo que cocinó mi madre antes de irse de viaje.

_Genial_ dije con sarcasmo. Encontré queso para pizzas y me preparé un sándwich de queso. Busqué en mi armario algo para dormir y luego fui a tomar una ducha.

El baño duró cerca de media hora, no quería salir porque hacía un poco de frío, haci que salí del baño ya cambiada. El sonido de mi celular me asustó, corrí a mi cuarto, mire la pantalla que decía que era Masaya el que me llamaba, presioné el botón de colgar y a los pocos segundos llegó un mensaje:

"Ichigo, por favor, tenemos que hablar. No fue lo que tu piensas, por favor Ichigo"

Hacía días que no hablaba con Masaya

***Flash back***

Otra vez llegaba tarde a la práctica de Kendo. Subí corriendo las escaleras, tropecé con mis propios pies, pero logré sujetarme de la barandilla de la escalera. Cuando subí, la practica había terminado, todas las chicas se estaban yendo. Yo me quedé esperando a Masaya para disculparme por no haber llegado a la práctica. Luego de diez minutos fui a buscarlo a los vestidores, pero cuando entré al pasillo lo vi besándose con Mariko.

_ ¡¿Cómo puedes?_ le grité enfadada, cuando se acercó a mi yo empecé a correr, lo oí gritar mi nombre muchas veces.

***Final del flash back***

Desde aquel día no le hablo. Sentí un peso a mi izquierda y que me quitaban las lágrimas del rostro.

_Ya no llores, Koneko_ dijo levando mi mentón con un dedo_ No me gusta verte triste ¿Qué es lo que va mal?_ preguntó preocupado.

_No pasa nada, Kish_ dije mirando mis manos. Kisshu corrió unos mechones de mi rostro y los acomodó detrás de mi oreja, volvió a limpiar mis lágrimas.

_Vamos, ya no llores, eres más bonita cuando sonríes_ dijo flotando frente mío. Una débil sonrisa cruzó mi rostro, hasta que mi celular volvió a sonar; de nuevo era Masaya. Iba a volver colgar cuando Kisshu me quitó el aparato.

_ ¡Kisshu! ¡Regrésame mi celular!_ grité mientras Kish presionaba una tecla y se ponía el teléfono al estilo L de The Death Note.

_ ¿Hola? ¿Quien habla?_ dijo divertido.

_Kish… devuélvemelo, por favor… _supliqué.

_No, en este momento no puede hablar_ dijo elevándose en el aire.

_ ¡Kisshu! _estaba saltando para alcanzarlo, pero estaba muy alto_ ¡Kisshu! ¡Dame el celular!_ dije enfadada, mi cola y orejas de gata hicieron acto de presencia.

_No. _silencio_ No, no quiere hablar contigo ¿Acaso no lo entiendes?_ silencio_ Como sea, adiós_ dijo enojado cerrando la tapita del móvil.

_ ¡Kisshu! ¿¡Por que hiciste eso!_ grite.

_Por que yo lo vi todo_ dijo sombrío_ el te hizo daño y porque me gusta hacerte enfadar ¡Mírate! ¡Eres tan bonita con ese conjunto de gatita!_ dijo con una gran sonrisa en su rostro.

_Buenas noches, Kisshu_ dije metiéndome entre las sabanas de mi cama.

_Buenas noches, mi Koneko-chan_ dijo besando mi coronilla_ Quiero que sepas que yo NUNCA te haría eso, preferiría volver a morir_ dijo antes de dejarme sola en mi casa. Unos pocos minutos después me quedé dormida.

Estaba en medio de una batalla, las Mews contra los tres Cyniclons. Taruto lanza un ataque con sus boleadoras *** (N/a: en mi país se le dicen así) ***, y comienza a reír a carcajadas y de la nada aparece Masaya con una Katana bañada en sangre. Mi vientre comenzó a doler indescriptiblemente, llevo una mano al lugar donde me duele y me mancho con un líquido escarlata con olor a hierro y a sal. La sangre de la Katana era mía y yo me estaba desangrando, Aoyama vuelve a atacarme, pero Kisshu llega a tiempo para salvarme. Me abraza llorando "Te vas a mejorar mi Hime" decía sollozando "Lo prometo" sus lagrimas caían en mi rostro "Te amo minina, no te mueras" Pero la obscuridad se iba apoderándose mi vista, pronto ya no oía ni veía nada.

Me desperté sobresaltada y agitada.

_Gatita ¿Te encuentras bien?_ me preguntó en mi oído soltando en enjambre de mariposas y golpeándose con su aliento embriagador.

_K-Kisshu n-no hagas eso_ dije entrecortadamente. Kish soltó una risilla y comenzó a besar el especio entre mi clavícula y el comienzo de mi cuello. Empezó a subir lentamente hasta mi oído, liberando descargas eléctricas por todas partes. Un pequeño ronroneo salió de mi garganta.

_ ¿Dejo de hacer esto?_ preguntó entre beso y beso.

_K-Kish…_ las palabras apenas salían de mi boca.

_ ¿Quieres que me detenga?_ volvió a preguntar.

_N-no_ rogué, dudé por un segundo, pero tomé su rostro y lo besé. El beso fue tímido, luego de unos segundos se fue tornando en algo más… Con Masaya nunca habíamos llegado tan lejos, alejé su nombre de mi cabeza, en verdad no quería pensar en él en este momento. Nos separamos por mi estúpida necesidad de oxigeno.

_Mi_ besó mi cuello_ Koneko-chan_ volvió a besar mi cuello. Empecé a acariciar su espalda, le levanté la camiseta, él levantó los brazos y la aventé a algún lugar. Kish me miró, sus ojos destilaban una mezcla de felicidad, amor y deseo. Desprendía cada botón con una desesperante lentitud, besaba cada tramo de piel que quedaba al descubierto hasta mi pantalón rosa, finalmente me quitó la camisa y la aventó. Mis senos quedaron al descubierto, porque no duermo con sostén; lamió uno de mis pechos, mientras masajeaba el otro. Un gemido salió de mis labios, Kish cambió de lugar, ahora estaba bajando mi pantalón y también se llevó con ellos mis bragas. Lo volví a besar con más intensidad que el anterior, él -sin romper nuestro beso- me sentó en su regazo, se me escapó un gritito cuando sentí un bulto entre Kish y yo, me puse roja como un tomate. Rodee su cadera con mis piernas, Kisshu soltó un gemido junto a mi oído. Besé y lamí su cuelo, los gemidos de Kish resonaban en mi oreja de gata -no tenía idea de cuando había aparecido-.

_Hime… _ dijo con voz ronce y entrecortada_ te tardaste mucho…

_Gomen, Kisshu-kun_ dije apoyando mi frente en la suya.

Me volvió a besar tomándome de la nuca, yo enredé mis dedos en sus cabellos verdes. Era como una lucha por ver quien se apoderaba de la boca del otro primero. Bajé besando su cuello y su pecho, hasta sus pantalones, los bajé despacio, hasta que llegue hasta sus boxers, con un rápido movimiento él se quitó los boxers, ahora ambos estábamos desnudos por completo. Tiré de Kish hacia mí y caí de espaldas con él sobre mí, sentí su hombría en mi entrada. Solté un gemido entre mezclado con una risilla, Kisshu sonrió divertido, me miró pidiendo permiso para entrar, una estúpida vocecilla me decía que esto estaba mal, que no debería estar haciendo esto, esa maldita voz la encerré bajo llave. Asentí segura.

_Te amo demasiado_ dijo con dulzura mientras entraba cuidadosamente en mí, se encontró con la barrera de mi inocencia, cuando la hizo a un lado no sentí nada, esperó unos segundos en los que me acostumbraba a él, mientras Kisshu besaba mi cuello. Rodee su cara con mis piernas, para que estuviera más cerca de mí. De ese modo empezó un lento vaivén, que poco a poco fue acelerando su ritmo.

Los gemidos de ambos se oían en toda la habitación. Ambos encajábamos perfectamente, era como si fuéramos dos piezas de un rompecabezas. Corrientes eléctricas recorrían mi cuerpo con cada estocada, sentía que iba a llegar al cielo en cualquier momento. Miré a Kish su cuerpo completo estaba perlado por el sudor, su flequillo de adhería a su frente de manera que unos de sus ojos quedaba parcialmente cubierto, sus ojos eran dos lagunas liquidas de oro. Me aferré de su espalda con mis uñas, por un momento creí que podría hacerlo sangrar, Kisshu comenzó a besar y succionar mi cuello.

_Kish…_ gemí varias veces.

Kisshu siguió succionando mi cuello asegurándose que dejaría varías marcas que tardarían en borrarse. Me besó con desesperación, yo le respondí de la misma manera. Sentí como me ajustaba a él, dio una lenta y profunda estocada, cuando ambos llegamos juntos al cielo. Era la mejor sensación que había sentido en mi vida, es como tocar el cielo con una mano y volver, pero saber que siempre que quieras puedes volver. Sentí como un líquido cálido se filtraba en mí.

Nos voltee de modo que yo quedara sobre él, nos caímos de la cama pero Kish levitó antes de que nos golpeáramos y nos volvió a poner sobre mi cama. Mordí su cuello varias veces, dejándole marquitas rojizas. Me acomodé sobre Kish una vez más, lo besé como si mi vida dependiera de ello. Kish me tomó de la cintura y me penetró con fuerza, haciéndome soltar un gritito de sorpresa. Mi cuerpo daba pequeños saltitos con cada embestida, entre el sonido de nuestro gemidos entre mezclados, se sumaba el de nuestros cuerpo chocando, esos sonidos de alguna retorcida manera me excitaba aún más, si eso era posible.

_Quiero que digas mi nombre_ dijo apenas audible.

_K-Ki-sh_ su nombre de mis labios enredado de gemidos_ Hmm…

Volví a sentir que podía llegar al cielo. Me ajusté alrededor de Kish y él aumentó el ritmo de las embestidas. Esta sensación es maravillosa, quería seguir así por siempre. Lentamente salió de mi, en ese momento me sentí vacía. Aún podía asentir la corriente pasando por mi columna hasta el resto de mi cuerpo.

Kish me alzó y abrió mi cama, mas de lo que ya estaba, me acostó y el se recostó junto a mí, nos tapó con las sabanas. Recosté mi cabeza en su pecho, él me rodeó con un brazo y comenzó a acariciar el cabello.

_Domo arigato_ susurró en mi oreja de gata.

Lo miré extrañada_ ¿Por qué? _pregunté confundida.

_Por perder tu virginidad conmigo_ dijo mirándome a los ojos. Solté una risilla. El me miró preocupado y con pánico.

_Yo no perdí nada_ le dije y el me miró confundido_ Yo te regalé mi virginidad_ dije con una sonrisa tímida, su cara volvió a cambiar, fue reemplazada por una sonrisa radiante. En menos de medio minuto cambió tres veces de humor. Volvió a besar la cima de mi cabeza y nos acomodó otra vez, de modo que quedáramos tapados casi por completo.

_Te amo demasiado_ volvió a decir.

_Yo también te amo_ dije de inmediato. Estaba segura de eso.

No me había dado cuenta de algo, tenía sueño otra vez, volví a quedarme dormida. Pero esta vez Kisshu estaba con migo y no se iría.