Disclaimer: Todo los personajes pertenecen a la maravillosa J.K, cosa que todos ya saben. Esta historia comenzó cuando vi St. Trinian's, por cierto habrá similitudes, pero la trama no será igual. La mayoría de los capítulos comienzan con canciones, la mayoría son bastante conocidas, por tanto no me pertenecen a mí, así que gracias a sus autores.

[...]

I. Welcome to the jungle

You know where you are. (¿Sabes dónde estás?)
You're in the jungle baby.
(Estás en la jungla nena)
You're gonna die.
(Te vas a morir)
In the jungle.
(En la jungla)

Welcome to the jungle. (Bienvenida a la jungla)

(Welcome to the jungle, Guns N' Roses)

[]

Abrió los ojos con delicadeza, intentando no parecer asustada ni demasiado desesperada, pero no entendía muy bien porque debía sentirse desesperada. A sí, por salir de allí. En verdad esperaba que todo hubiese sido un sueño, un terrible sueño, anhelaba su cómoda cama en el colegio para señoritas de Beauxbatons, dónde había estado estudiando desde que tenía ocho años, dónde había sido feliz. Bueno en realidad eso no era del todo cierto, es más dudaba que alguien se hubiese dado cuenta de su ausencia en la escuela, pero eso daba igual, no era lo importante. Tampoco es que tu hubieses querido sobresalir, pensaba.

Alzó un poco la cabeza, intentando que nadie se diese cuenta de que observaba. Suspiró aliviada cuando vio que todas dormían, o al menos eso parecía. Ahora solo tenía que levantarse de la cama haciendo el menor ruido posible, no tenía que despertar a nadie, no quería tener que aguantar a ninguna de esas locas, sí, todas las alumnas de ese dichoso colegio estaban locas. Empezando por la directora.

Ella siempre había luchado por ser la chica modelo, es decir, no se preocupaba por el físico ni la imagen, lo único que le importaba eran los estudios. Sacar las máximas calificaciones, quería aspirar a lo más alto, a ser la mejor neurocirujana, la mejor juez, la primer ministro de Inglaterra. Y eso, este colegio no podía dárselo. Podrías pedir una beca y largarte de aquí, se regaño mentalmente.

Había conseguido salir del cuarto donde dormía sin hacer ruido, o más bien, sin despertar a ninguna de las compañeras de su curso. Sí, compartía habitación con un grupo de estudiante de su misa edad. Al contrario que en su antiguo colegio, donde tenía una habitación para ella sola. Nadie quería compartir habitación con la comelibros, la traicionó su mente. Empezó a sentirse libre, ahora solo tenía que coger su móvil y llamar a su padre, simplemente para que reconsiderase la opción de recogerla, y llevarla a su antigua escuela.

— Por fin— suspiró aliviada mientras comenzaba a andar sin rumbo fijo.

[]

Una morena sonreía desde su cama, la noche prometía desde que la nueva había llegado, y eso solo metía algo de acción en sus vidas. Nunca llegaba una chica nueva, bueno, no que fuese de su edad. Sí que entraban niñas de primero, pero tampoco es que fuesen un gran número de niñas, no es que el colegio tuviese una reputación intachable, más bien todo lo contrario. Agarró el walkie talkie que escondía en su almohada.

— Serpiente morena a Comadreja pelirroja, la Ratita castaña salió del agujero— recitó de memoria— Repito, la Ratita castaña salió del agujero.

Recibido— salió una voz del walkie talkie.

Ahora solo quedaba despertar a sus compañeras de dormitorio, y que las enanas se encargasen del resto, simplemente la noche prometía, solo había que ser pacientes y ver como la nueva cavaba su propia tumba.

— Brown, Patil, Greengras, Abott, Chang, Walter, Edgcombe, Bell— nombro a las chicas— Levántense, es la hora.

Solo una de las gemelas Patil se quejó de tener que levantarse de la cama, pues argumentó que esta aventura nocturna le costaría caro, pues a la mañana siguiente tendría unas ojeras terrible. Una chica con cierto tono pelirrojo en su cabello le dio la razón, pero añadió que merecería la pena.

— Chang el portátil, métete en Youtube, en el canal de la escuela- ordenó la morena.

En seguida observaron a la chica nueva en la pantalla. Todas sonrieron, sin duda las chicas de primer y segundo curso sabían lo que hacían, siempre que se tratase de tecnología.

— ¿Cómo decías que se llamaba?— preguntó Lavender Brown levantando la vista del ordenador.

— Granger, Hermione Granger.

[...]

La castaña tenía una extraña sensación, creía sentirse observada, lo cual podría resultar muy estúpido, puesto que el resto de las alumnas estaban en sus respectivos dormitorios, solo ella deambulaba por los pasillos de la escuela. Eso le hacía recordar que probablemente estuviese rompiendo más de una norma, ahora mismo estaba manchando su brillante expediente, aunque si eso hacía que la expulsasen de aquel lugar, valdría la pena.

Toda la escuela estaba manchada, cientos de rollos de papel colgaban por el techo y en estatuas, ¡no había ni un solo cuadro que no tuviese pintado un bigote sobre el dibujo original!, el suelo lleno de miles de cosas: ya fuesen muñecos, maquillaje. La mujer cada vez tenía más claro que necesitaba salir de allí.

Se asustó, pero eso no fue todo, ya que algo se interpuso en su camino y acabo cayendo. Bufó, pero en cierto modo la culpa había sido suya, miró a su alrededor, solo quería ver con que había tropezado, delante suya se encontraba un coche teledirigido. Debería hablar con la directora lo más pronto posible, pensó, aunque sus pensamientos se vieron frustrados cuando un líquido viscoso rojo, precedente del cochecito aterrizada en su cara. Solo pudo gritar y salir corriendo del lugar, pues estaba totalmente pegajosa y roja.

Corrió, solo quería salir de allí y quitarse todo lo que llevaba encima, tenía que ducharse, aunque debía recordar donde se encontraban las duchas. ¡Si es que había duchas!, porque ya lo dudaba. Después de diez minutos corriendo por la escuela buscando donde asearse, chocando con todo tipo de cosas, y haciéndose daño en más de una ocasión, consiguió llegar a las duchas. Sonrió, solo debía coger una toalla y volvería a estar tranquila. Para su suerte quedaba una toalla en el toallero, volvió a sonreír, por fin algo de suerte le acompañaba.

Encendió la ducha, y noto como el agua templada comenzaba a salir.

— Algo de tranquilidad en este mundo de locas— comentó en voz alta.

Durante unos minutos estuvo tranquila, notando como el agua se llevado todo rastro de ese gel viscoso y rojo. Suspiró aliviada, solo quería que esa pesadilla acabase lo más pronto posible, solo pedía y rogaba que la sacasen de allí cuando antes. Estiró la mano para agarrar su toalla, pero no la alcanzaba, entonces noto que su color de piel no era el adecuado, ¡ahora estaba azul! Volvió a abrir el grifo, y notó que el agua salia azul, ¡cómo no se había dado cuenta! Quería coger su toalla, volver a su dormitorio y no salir de allí hasta que su padre fuese a recogerla.

Su toalla no estaba, así que la única opción que tenía era volver desnuda a su habitación. Con un brazo consiguió taparse los senos, y con la mano contraria escondió sus partes más íntimas, para su pesar no pudo esconder su trasero. Sus ganas de llorar aumentaban cada vez mas, solo corría hasta su habitación.

Cuando llegó vio que todas sus compañeras dormían, excepto una que se encontraba delante de un ordenador riéndose. La morena se giró para contemplar a la chica desnuda y avergonzada.

— Disfruta de tu fama—dijo mientras señalaba el ordenador con la cabeza—. Ah, por cierto. Bienvenida a la jungla, Ratita.

Hermione sintió una ganas de asesinarla terribles, cosa que nunca antes le había pasado, pues siempre se había considerado una persona muy pacífica. Pansy se dirigió a su cama, mientras Hermione la miraba con lágrimas en los ojos. Se acercó al ordenador mientras oía como el resto de sus compañeras se reía, por lo que dedujo que las demás también habrían visto el vídeo.

Se acostó en su cama, pensando la cantidad de gente que habría visto el vídeo, y lo peor, las que lo verían mañana cuando despertasen. Lloró, en silencio, pues no quería hacer un ridículo mayor aún.

Mañana sería otro día, y por certeza la castaña sabía que no podía ser peor que este. Era imposible que hubiese un día peor.

[...]

N.A:¡Buenas gente! Esta es mi segunda historia, aunque el principio de esta historia lleva escrito muuuucho tiempo he decidido que podría merecer la pena subirla. Es más divertida, más informal, por lo cual es menos presión al escribirla. Espero que os guste, y que la disfrutéis. También sé que los capítulos son son muy largos, intentaré estrujar más mi cerebro, lo prometo.