No me anda el word, así que sepan disculpar las faltas de ortografía.
Pareja: Draco/Harry.
Disclaimer: Harry Potter no me pertenece.
¿Cómo había podido terminar allí? En aquel baño del sexto piso, reflejando el paso que ambos habían decidido compartir pero que poco había durado, ya no había vuelta atrás para perdones, solo una despedida que ni ellos sabían como comenzar.
Y aún así, ninguno tenía la fuerza suficiente para dar el primer paso, pues en su mente se remolinaba el pasado vivido, y una mezcla de perdón con el no quiero que esto termine se mezcló en sus pensamientos al mismo tiempo.
Draco Malfoy siempre lo había amado, desde la primera vez que lo vió que se sintió atraído hacia su persona, como el rechazo que habia recibido. Y si no podía ser su amigo, sería su enemigo, porque por lo menos de aquella forma recibiría su atención.
Pero Harry Potter no quería saber nada con Draco Malfoy, lo odiaba, su personalidad era tan detestable que juraba que su vida sería un poco más serena si éste no existiera. Y nunca, jamás en su vida, se le ocurrió pensar que el rubio platinado poseedor de ojos grises pudiera querer algo más con él.
Harry Potter, ni nadie más, sabía que era Draco Malfoy quién conocía más a Harry que sus mejores amigos, o quizás un poco menos, pero lo suficiente para declararse la persona que lo maás amaba.
Él sabía que no le gustaban los caramelos de mente, y que en total soltaba 10 bufidos en clase de Historia de la magia, a veces, cuando estabaa muy cansado, el doble.
¿Y quién más que el podía saber eso y más? Nadie, ni siquiera Ginny Weasley, porque ella siempre interrumpía a Harry en los momentos más intensos, cuando hablaba con Granger y el otro Weasley sobre algo importante, y Draco sabía cuando eran importantes, porque se mantenían juntos y el ceño de Harry se arrugaba. Y aún así...
-Draco...
Sonrió cuando pronunció su nombre y lo miró, como tantas veces lo había hecho, este sería el principio del fin y no quería, por más que debiera, no quería terminar. Había ganado menos que lo perdido, y no era justo, no así.
-No debemos, no más...
Y su sonrisa desapareció tan rápido que fue como si nunca hubiera estado allí.
-Lo sé.
Oh, no, él no era tonto. Lo amaba y era lo suficientemente egoista para quererlo solo con él.
Pero aceptó, aceptaba porque había comprendido que el amor, más que basarse de egoismo, se basaba de... amor. La felicidad de ambos. Y si Harry Potter no era feliz con él, el tampoco lo sería.
-Lo siento.
-Está bien... vi como mirabas a Ginny Weasley los últimos días, está bien.
-Yo no... no la miré.
-Y también vi como ella te miraba.
-No es lo que crees.
-Lo se.
-No pasa nada entre nosotros.
-Está bien.
Sería un estúpido si le creyera, y él no era estúpido, ya lo había dicho. Porque él sabía cuando Harry Potter mentía, como lo estaba haciendo actualmente. Porque él observaba como los labios de su amado estaban rosados cuando lo iba a ver, una pizca de pintalabios rosado, una pizca de besos marcados invisiblemente, y aunque le dolía y se ponía furioso, aprendió a no decir nada. Porque sabía que Harry solo esperaba el momento para terminar.
Como ahora.
Y era tarde, porque en su mente solo rondaban recuerdos falsos de felicidad. Lo vivido no había sido más que una farsa
