Simple Venganza

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1- Terrenos peligrosos.

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By: Marionnetta

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Draco dobló su mueca en una torcida sonrisa mientras sus manos se empuñaban en un frenesí indescifrable de sentimientos que se avecinaban en una tormenta turbulenta y estrepitosa. Más no le importó, pues sabía que aquella emoción para él, no era nada; sólo era un extracto de algo que se le estaba prohibido sentir.

-Idiota.-bufó dandose la vuelta para emprender el camino devuelta hacia su sala común.

Le odiaba con el alma, lo mataría de ser posible. Pero no estaba dentro de sus planes dejarse caer bajo, hacer escenitas de celos ni perseguirle por donde ella anduviera con él. -como lo estaba haciendo ahora.-No iría a rogarle que volviera, a pedirle mendigas caricias rellenadas con el fingir de un amor irreal. A que le devolviera esas noches pasionales llenas de lujurias carnales en que uno o el otro siempre terminaba pidiendo ya más de lo entregado. No obstante, incluso a pesar de su gran deseo de volver a tenerla entre sus manos Draco sabía que aquello no era nada. Ninguna relación, sólo besos, gemidos de noches.

No se le metía en la cabeza que su chica, que su juguete hubiera terminado...¿enamorada? -que ba! Ella no se enamoraba, ella era sólo de usos, de su uso.-De el tonto amigo de Potter.

¿Qué pasaba? Si Pansy no era ni tan hermosa como para morirse por ella, no era lo tan inteligente que él esperaba de una chica.

Podría liarse a quien quisiera total todas aceptarían su petición. Nadie se negaría.

¡Es que ella era suya! Además como ha de ser posible que la muy perra esa se metiera con el pobretón de Weasley. No, no había explicación convincente que le respondiera.

Tenía que pensar, ¿qué hacer?

Sin embargo bastó menos de un misero segundo para que una asquerosa, pero buena idea llegara a su cabeza. La vio pasar fugaz por el pasillo, corriendo con las manos en la cara, tal vez hundida en sus pensamientos perfeccionistas.

-Granger.- le llamó Draco demasiado serio, cambiando el semblante de su mirada por el de uno seductor y maduro.

La chica empalideció. Dejó de caminar y volteó el rostro para enfrentar a la persona que le había llamado. "¿Malfoy?" Se preguntó incrédula. Y por más preguntas que se hacía maldiciendose..."Oh, bien Hermione. Te felicito. ¿No podrías haberte topado mejor con Peeves, tenía que ser justamente...Draco Malfoy?

-¿Qué quieres?.- preguntó Hermione a la defensiva, más hosca de lo que ella había presupuesto. -No estoy para tus insultos.

-Hoy no, Hermione.- responde Malfoy y avanza un paso, para casar al león.- hoy no hay insultos.

Y cae en cuenta sobre su nombre, recordando si esta mañana había lavado bien sus oídos; seguramente le había faltado refregarse alguna parte.

Draco avanzó otro paso elevando su mentón con los ojos puestos en la chica, observando como ella fruncía el ceño extrañada por sus acciones que muy a su pesar no tenían ninguna explicación. ¿Draco Malfoy no insultando a la inmunda sangre sucia, no gastandole broma alguna?

-¿Qué te pasa?.- vuelve a preguntar Hermione retrocediendo la distancia que él se acercaba.- ¿Te tomaste una poción desmemorisante que no te acuerdas quien soy yo, quien eres tú, quien es tu apellido para que estes así de cerca? ¿Te caiste de la escalera, te golpeó el sauce boxeador para que qudaras con contución cerebral?

-Por qué llorabas.-dijo indiferente a su sermón.- Dime porqué, tus ojos están rojos y tienes la cara pálida.- esa era una orden.

-Tú no tienes derecho a...- le mira un instante fundiendose en sus ojos grisaseos. Dudosa, ¿a Malfoy le interesaba lo que le pasaba...a ella a Hermione Granger?- ¿Por qué quieres saber eso?

-Es por él, cierto.-afirma Malfoy acortando los escasos metros hasta topar su pie con el zapato de la chica al frente suyo.- Es por él.

Se refería a eso. Bien, que iba a decir, que se derretía de rabia cuando veía a Ronald Weasley con la simplona de Pansy Parkinson, esa chica troll que no sabía cuanto era la suma de cuatro más cuatro. Que las cosas no iban del todo bien desde que el año escolar había comenzado, que tenía constantemente discusiones con Harry por la relación que ella estaba teniendo con Ron, osea ninguna.

Y ya era el colmo de los colmos, pasaba días tratando de no mirar a la parejita del año, intentando distraerse leyendo gruesos libros en la biblioteca hasta altas horas de la noche. Resultados: soñaba con la endemoniada de Pansy. Algo más, si. Por si fuera poco ya no soportaba al capullo que tenía enfrente, que como ya no tenía a su chica el imbécil se entretenía insultandola después de las clases que Slytherin y Griffindor compartían.

-Ya basta Malfoy.- le mandó Hermione, nerviosa y asustada ya por la actitud que tomaba el rubio y por el repentino acercamiento de este. ¿Se habría enfermado?

-No recibo ordenes.-se excusa Draco, mientras se acerca otro tanto de centímetros más.- Respondeme, es cierto que por él estas así...¿no es verdad?

Draco se encontraba sobrepasado por sus propias impresiones, de cerca Hermione Granger había perdido la redondez infantil de su cara, sus facciones eran finas, y si no fuera porque se vestía como vieja hasta se rebajaría a admitir - cosa que nunca jamás haría.- que era linda.- sólo linda, nada de guapa ni cosas que le queden grande.-

-De que hablas, Malfoy.- infiere ella, tratando de alejarse de él, empujandole.-Dejame ir, tengo clases.

-No me eludas, Hermione.- Y repara en su nombre, en el que de sus labios muy pocas veces le oía salir.

-Yo...- y por más que sus pensamientos divaguen en el aliento fresco de Malfoy exageradamente cerca de su nariz, no, no lo diría. Guardaría la compostura, seguiría defendiendo el orgullo Griffindor. De seguro el Slytherin le gastaría una broma.-Te refieres a eso.- contesta vencida por sus propias expectativas.

¿Por qué mierda se encontraba en esa situación tan embarazosa con al serpiente más repulsiva de Hogwarts?

-Oh.- suelta Malfoy y sonríe nuevamente, travieso.-Entonces, ya sabes de lo que hablo.- las palmas de sus manos se apoyan en la piedra de la pared, a cada lado de la cabeza de Hermione a quien había obligado a apegarse a esta, y reposa su cuerpo ahí.-No entiendo.

¡Es ella la que no entiende! Por Merlín a que hora del día se quedó dormida, de seguro en la biblioteca. Estaría con el libro tapando su cara y la baba caería de los lados de su boca, eran las pocas horas de sueño, era eso.

Y si no era así entoncesqué pasaba si Hermione Granger no era así, a estas altura ya le habría mandado una bofetada a Malfoy en las dos mejillas como aquella vez en tercer año.

-Qué cosa.-

-Cómo soportas siendo tú, que él te humille.

-De qué hablas.-

-Cómo puedes dejar que Weasel te haga sentir como te sientes.

-¿Qué?- pregunta Hermione desentendiéndose del tema. ¡No se lo diría!

-Que dejes que la Comadreja te pisotee sin importarle tus sentimientos.- ¿Tan notorio era lo que sentía por Ron?

-Hu.- suelta ella, como un suspiro.- Pues porqué me haces estas preguntas...por qué tú.

-No estas cansada de tener que verles la cara todo el día en un vago lenguaje que se reduce a estar pegados como lapa.-insiste la serpiente enterrando sus colmillos para envenenar la herida ya abierta.

-Yo...pero a él le gusta.- contesta para defender el poco de dignidad que queda.- Y ella, ella -

-¿Ella qué Granger?- De nuevo, sólo eran letras unidas, sonaba feo. Su apellido.- Sé que no te gusta ver como se hace la coqueta mientras él no está, sé que no soportas verla besar con otros, y sé por tu cara que te duele más esconderle la verdad para no hacerle sufrir. No te gustaría devolverle la mano, no te gustaría verla sufrir a ella, y ver como él se derrite de rabia al ver como estas con otro.

-Eso es de Slytherin, asimismo, esto lo haces por Pansy. No es cierto.

-Si.- respondió Draco.

-Yo no le hago daño a mis seres queridos.-decretó Hermione haciendose a un lado para apartarse del anfitrión.

-No has entendido Hermione.- dijo Draco sin moverse de su lugar, atrapando entre su mano la muñeca de la chica..- Sabes que está bien lo que acabas de decir, pero sabes que te duele, que darías todo por que él sintiera lo mismo que sientes tú.

-No.- respondió.- Yo...

-Quien sabe.-comentó el Slytherin alejandose de ella.-Cuantas veces se han revolcado en la cama.

Reparó en la última frase, y sintió un ardor en el estomago y cerca de su corazón. ¿Cuantas veces?

Sin embargo, no, no lo creía, Ron era un chico a conciencia que pensaba todo lo que hacía.

-Cuantas veces Pansy se lo llevó a la sala de menesteres.-continuó.- Y cuantas veces él, se dejó estar por ella.

Veneno, eso era, la estaba envenenado, y lo peor es que estaba funcionando.

-Ron no.- empezó ella.- Él nunca.

-Si, Hermione, si.- afirmó.- Solo hay que devolverle la mano..

-Malfoy, yo...yo no.-le miró a los ojos y se arrepintió. Pues se había visto envuelta en una capa destructiva, atractiva y vengativa.

-Les vamos a dar, de su propia medicina.-musitó ronco sonriendo de medio lado.

Y resonó en su mente con un tipo de eco bastante real. Vamos, vamos, vamos. Le resultaba increíble como trabajaba la mente de Malfoy y como rápidamente y gracias a sus artimañas, ella caía rendida, siendo que si una Hermione fuerte hubiera estado en esa situación habría rechazado bastante veloz su asquerosa e indigna oferta.

Ella no sabía lo que hacía, le habían vendado los ojos. Pero si sabía en su interior que se estaba metiendo en terrenos peligrosos. Muy peligrosos.

-Malfoy.-

-Hermione.-dijo él, acercandose como un gato apunto de comerse al ratón.- No quieres de alguna u otra forma demostrarle, que ya no sufres por alguien como él, que tú nunca le quisiste y que puede hacer con su vida lo que se le de la jodida gana.- susurró llegando nuevamente a Hermione, tomandola de su capa y aproximandola brusca hacia su cuerpo, sin pudor a que cuando sonara el timbre los cursos de Hufflepuff y Ravenclaw se encontraran a Draco Malfoy besando a una shokeada Hermione Granger.

Por muy asqueroso y humillante que fuera para él.

Pansy quería guerra, Guerra iba a tener.


Tenganme piedad... soy nueva en esto, me dicen si les ha gustado n_n

Marionnetta