Los personajes de Naruto no me pertenecen.

Espera iré por ti.


Su rostro, ese pequeño rostro en el cual siempre hubo una sonrisa tímida ahora solo mostraba una mueca con rastro de dolor. Triste.

Elevó sus ojos perlados hacia las personas que venían hacia ella, parpadeo para ocultar su dolor. Asintió cuando él le sonrió y le guió hasta el Ichiraku, sus dos compañeros siguieron a pasos lentos. Hinata miro con aire ausente a la chica de pelo rosa.

¿Por qué? ¿Porque ella tenía que tener una familia feliz y ella no?

¿Qué hizo para merecer el calvario de nacer en ese clan y con ese padre? ¿Se había portado mal en su anterior vida? ¿Existió antes?

Con las preguntas punzando en su cabeza Hinata prefirió rodar los ojos hacia otra dirección. Si no veía la felicidad de Sakura tal vez se olvidaría que alguien era más feliz que ella.

Naruto empezó a relatar como venció a Pein, pero ocultó su declaración. La declaración que ella profeso hacia él.

Triste.

Hasta Naruto esquivaba sus sentimientos. Asintió a cada palabras que decía él y empezó comiendo con lentitud el ramen de su plato hondo. Sorbió el fideo con delicadeza y a pequeñas porciones, el rubio le siguió con otras mas grandes y los otros dos con mas calma.

Miro de nuevo a Sakura y casi se atrevió a preguntarle porque razón ella podía ser feliz menos ella, pero calló y miro a Sai. El ANBU de Raíz. Sus ojos se encontraron y Hinata vio el mismo desolador sentimiento de la soledad. El chico le miro con una sonrisa en los labios, una vacía. Aparto la mirada dolida.

Se paro de la silla alta del pequeño y malogrado restaurante, intento sonreír al equipo siete pero fallo estrepitosamente. Mordiendo su labio con fuerza sacudió la cabeza y forzó una sonrisa.

—M-Me tengo que ir—tartamudeo, Naruto le miro con sorpresa.

—¡Pero Hinata-chan, acabamos de llegar!—suplico el rubio. Hinata le miro a los ojos.

¿Por que no me haces caso a mi Naruto? ¿Yo no soy suficiente? ¿Porque no puede ser feliz? Responde.

Saco de su bolsillo algunas monedas y pago su tazón.

—Lo siento— murmuro sin tartamudear. Se disculpo por todo, por haber confesado sus sentimientos, por no ser la hija que su padre quería, por ser una mala ninja, por no superarse, por no luchar, y al final se disculpo por llegar a existir.

Con todos esos remolinos de sentimientos en sus ojos se alejo del Ichiraku.

¿Cuando había sido la última vez que río de verdad? ¿Cuando? ¿Semanas, meses?

Solo reía cuando estaba con sus compañeros de equipo, siempre le sacaban una sonrisa tímida y hermosa. Le hacían sonrojar, soltaba una breve y entusiasta carcajada. Pero ahora eso ya no llenaba el hueco de su pecho. Ahora nada llenaba el agujero que se agrandaba a pasos gigantesco, comiendo cada poco de su vida. Su personalidad, su vitalidad, todo era devorado.

Cerro los ojos y se apoyo en un poste de luz de las calles de Konoha. Volvió a abrirlos y miro el cielo. Aquel cielo que antes le calmaba, aquel cielo que era como Naruto, pero él ya no le protegía. Se fue para proteger a otra.

Sakura.

Puso sus manos en su rostro y cayó de cuclillas. Lloraría, lo sabía y por esa razón se odiaba aún más. Era tan predecible. Tan lastimosamente predecible.

Se forzó a no llorar pero no pudo, sollozo en medio de la pequeña luz del poste de luz. Oculto su rostro en sus piernas y se movió adelante y atrás golpeando su espalda con el poste.

Igual que aquella vez, y la otra, la otra y las muchas más otras. Igual que las otras veces volvía a llorar. El mismo método, queriendo hacerse daño pero no poder hacerlo, porque era cobarde hasta para eso.

Sus lágrimas mojaron su pantalón, entre pequeños sollozos e hipos y con la vista nublada por las gotas de lágrimas vio a Naruto. Frente suyo. Con la cara dolida, la vista entrecerrada pensando en el dolor que tenía. Hinata no paro de llorar. Ya nada importaba. Nada. Ni Naruto.

Se levanto con tranquilidad y se apoyo con más fuerza en el respaldo del poste. Naruto se acerco con pasos suaves, tranquilos. Le acaricio la mejilla y limpio rastro de lágrimas.

Hinata huyo del contacto. No queriendo recibir más esas miradas. Pena, lástima. No más.

—V-Vete.—pidió entrecortadamente. Naruto negó y abrazo su cintura con sus manos, se sentó en el suelo y ella por el peso de su cuerpo a su lado. —V-Vete.—volvió a pedir. Él negó.

—Lo siento tanto Hinata-chan. Me entere por medio de la abuela. —susurro apoyando su rostro en la cabeza de la chica.

—T-Todos los saben. M-Mañana seré otro pájaro enjaulado.

Recordó los sucesos, su padre gritando contra ella por salir lastimada en la lucha contra Akatsuki, aquel muchacho que tenia que cuidarla redacto todo su comportamiento. Como no obedeció el mandato de mantenerse a salvo y dejar luchar solo a Naruto. Su padre no perdonó que ella hiciera el ridículo luchando contra alguien superior, y la gota que colmo el vaso fue lo inútil que fue hasta para protegerse.

Lloró amargamente contra los brazos de Naruto. Intento alejarse pero él se lo impidió.

—Por favor vete.

Alzó los ojos al cielo y veo como se volvía más oscuro. Era igual que Naruto. Se alejaba de ella, ya no le protegía.

Se aparto del cuerpo masculino y camino lejos de él.

—Siento no poder ayudarte Hinata-chan...

—Ya nada importa. —corto hundiendo sus manos temblorosas en los bolsillos de su chaqueta. —Adiós Naruto-kun.

Se alejo con suavidad en la oscuridad, se convirtió en una sombra mas. Se fundió con el color negro y nunca más volvió la vista.

Naruto jadeo y negó con la cabeza, intentando borrar el recuerdo de la soledad en persona que era Hinata.

Soledad.

Naruto miró a Hinata que ocultaba la marca de su frente con la banda de Konoha. Su rostro era mas pálido de lo habitual, y sus ojos blancos denotaban más las negras ojeras en sus ojos. Su pequeña boca no se movía para nada a las conversaciones que querían dar Shino y Kiba. Intentó ir a su lado pero la mano de Sakura en el hombro lo detuvo.

—Si no has podido hacer nada por ella antes, ¿Que te hace pensar que ahora sí Naruto? No la lastimes más.

Naruto apretó la mandíbula y asintió. Poso su mano encima la de Sakura y la apretó. Tenia que proteger a Sakura. Él lo prometió.

Igual que prometiste proteger a Hinata, ¿Neh? Se burlo una voz interior. Él negó cegado por el dolor. Camino junto a Sakura y prefirió olvidarse de Hinata. Era lo mejor, así no sentiría el profundo pesar por haber roto su promesa.

Con sus ojos azules miro por última vez a Hinata y sus ojos vacíos.

Lo sentía tanto...

Hinata miro a Shino que le miraba a través de sus gafas oscuras, escondiendo sus ojos de ella. Poso una mano en la callosa de su amigo y se echo en el suelo.

Shino no pronunció palabras, se sentó en su lado, mirando el cielo azul lleno de hermosas nubes blancas. Kiba les miro con resignación, y para no sentirse rechazado de sus amigos decidió acercarse y posarse a lado de su compañera, mando a Akamaru una mirada para que él fuera donde la chica. El perro obedeció y le lamió las mejillas de la joven. Hinata le miro con sus grandes ojos blancos vacíos y le acarició detrás de las orejas, el perro gimió con alegría, más ella le siguió mirando con suma tristeza.

Tsunade formó una mueca cuando entro Shizune con mas papeles para ser revisados. Con frustración volvió a esconder su sake en el cajón de su escritorio.

—Tsunade-sama.—llamo, la rubia alzó los ojos y centro su mirada en las de su secretaria/amiga.

—Hm.—bostezo reprimiendo llevarse las manos tras la nuca. Shizune suspiro.

—Ha llegado una nueva petición para una misión. Al parecer unos ladrones robaron algo valioso en una aldea cercana.

Tsunade gruño y asintió, revolviendo los papeles que tenía en su escritorio encontró lo que necesitaba.

—Manda a Naruto, Sakura y...—centro su vista buscando a alguien más cuando vio la fotografía de la ex-heredera de la familia mas poderosa de Konoha-Hinata.

Shizune alzó una ceja de forma confusa.

—Tsunade-sama...no creo que sea lo mejor, Hinata-chan no esta en momentos para recibir misiones...en su estado...

—¡Shizune!—reclamó molesta entrecerrando la mirada. —Es momento para que ella salga adelante. Nadie tiene que compadecerse de ella, es una ninja saldrá adelante.—puntualizo con un dedo en la fotografía de la joven. Shizune asintió meditando. —Es hora de que Hinata salga adelante, que mire a otro lado y se olvide de todo por un tiempo, y esta misión le hará olvidarse de todo.

La morena volvió a cabecear la cabeza antes de salir por la puerta.

—Creo...-comenzó Sakura poniendo un dedo en su barbilla.—que eres idiota.—terminó frunciendo el ceño. Naruto gimió frustrado.

—¡Pero Sakura-chan!

—Naruto, no puedes hacer nada por Hinata, no creo que puedas quitarle esa horrible marca de su frente. No la martirices dándole falsas esperanzas. Alejate de ella.

El rubio mostró asombro en el rostro antes de negar.

—¡No puedo! He intentando olvidarme del caso de Hinata-chan pero no puedo.

—¡No eres un héroe para todo Naruto! Puede que hayas salvado la villa, pero no puedes ni tienes que salvar a todos.

—¡Voy a salvar a Sasuke! ¿Porque no puedo salvar a Hinata-chan de su familia?

Sakura mordió su labio con indecisión y apretando los puños lo golpeo con fuerza.

—¡Porque no quiero que lo hagas!

Naruto se acarició la parte dolida de la mejilla antes de clavar sus ojos impactados en los de su compañera.

—¿Porque no? ¿Qué hizo Hinata-chan para que no merezca nuestra ayudar? ¿Tú ayuda?

Haruno Sakura se alejo unos pasos de Naruto, centró su verde mirada en las del rubio y lo miro con resentimiento.

—Si vas con ella Naruto te querrá para siempre. —murmuro con terquedad. Naruto cruzo los brazos esperando más.— ¡No quiero perder a otro compañero!

Uzumaki resoplo y se llevo la mano en su cabellera rubia, alborotando sus mechones de pelos. Nunca imagino que su compañera fuera en ciertas partes egoísta. Siempre creyó que Sakura era esa clase de personas que ayudaba sin preguntar la razón o los hechos, como esas manos invisibles dando sin pedir nada a cambio, pero ahora la idealización con la que la había puesto se rompía en grietas.

—Eso es egoísta, Sakura. —señalo con seriedad, dejando su tono amistoso. Su compañera cerro los puños de nuevo para golpearle pero él lo esquivo con un sutil movimiento. Freno su puño después poniendo sus dedos en su muñeca. Le miro a los ojos y luego negó. —Eres un ninja medico, debes saber la ética de los ninjas médicos. Ayudar al que mas lo necesite. Oba-chan lo sabe, tu también deberías saberlo.

Soltó su muñeca antes e alejarse de ella.

Sakura miro con asombro a su compañero y apretó los párpados para no derramar lágrimas.

Se sentía excluida, el similar sentimiento que sintió cuando Sasuke le rechazaba. Oprimiendo su corazón. Relamió sus labios y dirigió su vista a otras personas. Ayudándose poco a poco después de la guerra contra Akatsuki. Restableciendo sus hogares con resignación y alegría por estar vivos. Los daños eran enormes, pero ya habían pasado meses y todo se estaba restableciendo como antes.

Naruto empezó gruñendo por el camino, luego soltando maldiciones y al final con tristeza. Triste por ver como otros no querían ayudar a Hinata, como la dejaban de lado y parecían estar bien de esa forma, y dolido por ver y escuchar que Sakura no haría nada por ayudar a su compañera de la escuela.

Se sentía miserable y al mismo tiempo un traidor por no ayudar como quería, por haberse alejado de Hinata, por haber cambiado de rumbo cuando se encontraba con ella, y por haber mirado a otro lado cuando ella miraba a su lado.

Era un traidor.

Un amigo traidor y eso le dolía. Pero le dolía más saber que su amiga, la persona que amaba no quería tender una mano a otra amiga. Rechazaba contacto con Hinata y se oponía a ayudar.

Pensó que Sakura entendería, que diría sí para ayudar. Pero no fue así. Apretó la mandíbula y entro en el Ichiraku. Pidió un tazón y miró su comida con frustración. Ni el ramen podía ocultar el reflejo de sus ojos abnegados en traición hacia Hinata.

Oprimió los puños en los palillos y los rompió. Decidió que tenía que hacer algo, era ahora o nunca, o luego que arrepentiría por no haber echo nada. Como se arrepintió de no haber detenido a Sasuke en el Valle del fin.

Salió del Ichiraku sin comer el ramen y corrió con fuerza, buscando rastro de Hinata. Escuchar ese suave murmullo que hacia cuando respondía a su llamado. Relajo las facciones de su cara cuando recordó las respuesta que le daba cuando le llamaba. Naruto-kun. N-Naruto-kun...

Siempre el mismo tono, suave, reconciliador y tímido. Siempre con una pequeña sonrisa en su cara delicada, siempre con un sonrojo que le hacía ver adorable, como una pequeña muñeca.

Busco con la mirada los ojos blancos o el cuerpo pequeño de Hinata entre las personas que habían en la calle. Cuando no la encontró decidió buscar de nuevo, empezó a jadear cuando corría por otras calles de Konoha.

—¡Hinata-chan! -gritó con fuerza, abriendo los brazos y agitando el rostro.

La multitud calló y lo miró, más no apareció Hinata entre ellos. Gruño de nuevo y se alejo de ahí, sintiéndose mas dolido y frustrado.

N/A. Será una pequeña historia, constara de tres capítulos. =) falta dos y terminará.