Daria estaba consciente de que al acabar la preparatoria ya no sería lo mismo, odiaría admitirlo, pero extrañara pasar tiempo con Jane y burlarse de sus compañeros de clase. Pero lo que más extrañaría, es a Trent, ese hombre narcoleptico que nunca la vio como ella deseaba que la vea, o eso es lo que creía; a pesar de sus intentos de acercarse a él, nunca pudo hacerlo suficiente como para adivinar lo que estaba pensando.
Cuando se entero de que Jane ingreso a una universidad en la misma ciudad que ella, no solo estuvo feliz porque iba a poder ver más seguido a su mejor amiga, comer pizza los sábados como Jane le había dicho, también estaba feliz (aunque nunca lo admitiría) porque tendría la oportunidad de verlo cada vez que vaya a visitar a su querida hermana; sin mencionar que iban a costear un departamento juntas, eso definitivamente era una entrada a verlo cada vez que las visite, bueno…visite a Janey.
- Amaría ir a trabajar si mi jefa no fuese tan odiosa - Dijo Jane frustrada.
-Vamos, deberías estar feliz de tener un empleo y no vivir en la calle- Dijo tratando de animar Daria, ella no era una persona que daba buenos consejos, tampoco es que quisiera darlos, pero con el tiempo aprendió que eso es parte de una "buena relación" entre amigos.
-¡Ya lo sé! Pero no puedo evitar odiarla, sufre alguna cosa en su hogar, y viene a descargarse con nosotros- Daria sabia que esa conversación no tendría fin, por más que intente buscarle el lado bueno, Jane encontraría el lado malo- Como sea, solo quería avisarte que hoy tendré cosas que hacer, y llegare un poco tarde, así que no me esperes despierta.
-¿A dónde iras? ¿A buscar un nuevo novio, o novia? – Daria entendía que Jane odiaba que le recuerde lo que le paso en su campamento de arte, pero le gustaba molestarla.
-¡Daria! Sabes que fue un malentendido ¡No es mi culpa que una mujer piense que soy del otro lado!- Dijo Jane algo enojada, se había acostumbrado a el humor sarcástico de Daria, pero a veces le tomaba desprevenida y se molestaba.
-Está bien lo siento, no lo volveré a hacer- Dijo Daria poniendo ese sonrisa de Monalisa en el rostro.
-Como sea, ya me voy, no quemes la casa en mi ausencia- Grito Jane desde la puerta con un bolsón en manos y su abrigo puesto.
-¿Quién crees que soy?- Respondió falsamente ofendida.
Al estar sola en casa, se dispuso a terminar el libro que desde hace algunos meses estaba tratando de dar vida, su naturaleza estaba en escribir libros de horror y ciencia ficción, pero no podía concentrarse, desde que termino la preparatoria había dejado de ser tan responsable en todo. Ya no era lo mismo, siempre quiso inconscientemente que sus padres la feliciten por sus buenas notas, por eso se esforzaba tanto, aunque nunca lo diría, siempre fue así; recordó la vez cuando Quinn saco un 10 y su recompensa por su "esfuerzo" fueron 10 dólares, a ella nunca le pagaban por todos los 10 que sacaba, pensó que era injusto, pero no lo demostró. Ahora que lo piensa, ella nunca demuestra sus sentimientos, es como si hubiese creado una barrera entre ella y los demás, Jane ha sido la única que ha podido a través de esa barrera en escasas ocasiones.
Por eso ella es la única que sabía, la única que estaba consciente de sus sentimientos hacia esa persona, ese algo o más bien alguien. Ese alguien que había dejado de rondar tanto por su mente, pero en estos últimos días estaba ahí, cada vez que hacia algo, él volvía a sus pensamientos. La misma persona que no la dejaba escribir el maldito libro.
-¡Al diablo! No podre terminar si el está en mi mente, y esto no es bueno. Tranquila Daria, no es nada, no es que nunca te hayas olvidado de él, solo sientes curiosidad, para saber que paso con su vida, si…es eso, esos sentimientos de cuando tenía 16 años ya no están, ya lo olvide- A pesar de repetirse eso, muy dentro suyo sentía como si no estuviera siendo honesta consigo misma.
Dejo su laptop en la mesa y fue a prepararse para dormir, se puso su usual pijama y se fue a la cama.
