Unos ojos castaños contemplaban con tristeza bien disimulada la portada de una de las revistas más populares de Japón, en la que salía un apuesto joven de veintidós años junto a una preciosa actriz y modelo de rubio cabello y verdes ojos, traía un corto vestido rojo que le llegaba hasta algo más arriba de la mitad de los muslos, era ceñido a la cintura lo que resaltaba sus curvas y hacía que se notaran las crueles dietas y horas de ejercicio, y que todo eso valiese la pena, aunque no fuese necesario. El apuesto joven la miraba gustoso, aún le sorprendía que llevara consigo la acostumbrada trenza entrado ya en el mundo de la fama, vestía elegante y aún a pesar de la tela de la camisa podían notarse con facilidad sus trabajos pectorales e increíble torso que lucía desprovisto de prenda en todos sus combates, dándole a sus miles de admiradoras mucho más de él que amar y muchos gritos, desmayos, frases insinuantes y una que otra mirada llena de coquetería. En la portada de la revista, decía: "¿Nuevo romance para el famoso artista marcial Ranma Saotome?"
-Después de tanto tiempo fuera creo que ya se ha más que acostumbrado a mi ausencia, ¡hasta la está disfrutando! Creo que… Fue mejor así, definitivamente la mejor decisión que he tomado- dijo para sí, con una triste sonrisa. No sabía por qué aquellas fotografías le seguían haciendo tanto daño, a pesar de que ya han transcurrido cuatro años desde que se marchó de Japón a Estados Unidos no había podido sacarse ese sentimiento del corazón.
Suspiró, y salió de la tienda retomando el rumbo a su casa.
-"Tengo demasiadas cosas en qué pensar como para distraerme con esas boberías"- pensó reprochándose a sí misma.
Llegó a su casa, dejó su mochila caer sobre el sofá, acto seguido tomó el mando del televisor y lo encendió. Lo primero que vio fue el último rostro que hubiera querido ver en ese momento, y frunció los labios con fastidio, sin embargo justo cuándo iba a cambiar de canal el entrevistador le hace al joven una pregunta que pareció interesarle, por alguna razón, a la joven.
-Señor Saotome, muchas revistas dicen que lo vieron anoche en compañía de la famosa modelo Kashmela Mc'Donald ¿Qué puede decirnos de ello?
Ranma sonrió al entrevistador antes de contestar.
-Bueno, hace una semana cuando tuve el honor de ser invitado a la premier de su película y tuve el placer de conocerla, nos hemos puesto a hablar y a darnos el tiempo de conocernos, y quedamos anoche en ese restaurante como dos buenos amigos que somos- amplió su sonrisa- Aunque, he de admitir que la encuentro una mujer realmente muy hermosa.
Akane no pudo evitar fruncir el ceño, mientras un sentimiento parecido a los celos, crecía dentro de ella.
-¿Y le gustaría que ocurriera algo entre ella y usted?- sonrió el entrevistador pensando en el dinero que ganaría si el joven Saotome seguía soltando así sus intimidades y confesiones
-Pues, a decir verdad, no quiero relaciones serias. Creo que siempre he sido del tipo de hombre que está más inclinado a pasarla bien con las mujeres a casarme con una, quedarme atada a ella de por vida y cerrando la puerta a conocer a otras relaciones, no soy ese tipo de hombre…
Akane frunció el ceño, y susurró mientras sentía sus ojos humedecerse inevitablemente.- Y tanto…
-… pero, una vez en la vida, sólo una vez en la vida, cuando era más joven quise comprometerme, me refiero a antes de ser reconocido en mi adolescencia, sin embargo ella me rechazó y no pude hacer nada- confesó sereno, intentando no dar signos de dolor.
En ese momento Akane, rompió a llorar sonoramente tapándose la boca
-¡Vaya! Nunca ha contado algo sobre una mujer en su vida antes de ser famoso- dijo el entrevistador sorprendido, pensando en que debía pedir un aumento- ¿Nos puede contar más sobre ella?
-No, no quiero hablar de eso. Forma parte de un pasado ya enterrado, de verdad lo siento- dijo levantándose de la silla- Bueno, señor lo siento otra vez, pero debo irme.
El entrevistador se levantó también, con una sonrisa incómoda y expresión decepcionada.
-Que tenga buena tarde- dijo estrechando su mano, con una falsa sonrisa en el rostro.
-Lo mismo digo- respondió con cinismo- Bueno, pero antes de que nos deje ¿no quiere decir unas palabras a Londres? Recuerde que en unos minutos más parte su avión con destino a allá para su próxima pelea con nuestro otro gran luchador por supuesto que famoso Richal Mactuel.
-Que estoy muy feliz. He viajado a muchos lugares, pero es la primera vez que viajo a Londres así que será toda una experiencia, y Richal Mactuel será vencido como mis tantos otros contrincantes- dijo confiado.
Akane apagó la televisión, y se dejó caer en el sofá, tenía la mirada perdida y las lágrimas se deslizaban libremente por sus mejillas.
Flash Back.
-¡¡Me aceptaron!! ¡¡Me aceptaron!!- repetía eufórica abrazando fuertemente a su padre, mientras sostenía el sobre blanco que había llegado esa mañana dirigido a ella.
-¡Akane estoy tan feliz por ti, hija!- exclamó el hombre correspondiendo con la misma emoción y una gruesa lágrima salía de su ojo izquierdo debido a la inmensa felicidad que lo inundaba.
-¡¡Felicidades hermanita!! ¡Me enorgulleces, tengo una hermanita universitaria!- exclamó Nabiki, sonriente.
Akane soltó a su padre, para abrazar a su hermana quién correspondió.
-¡Gracias!- exclamó llorando de la felicidad, no lo podía negar, entrar a la universidad era su sueño desde pequeña.
-¡Qué alegría, Akane!- exclamó Genma sonriéndole.
Akane se separó de su hermana, y lo miró sonriente antes de abrazarlo.
-¡Gracias tío Genma! ¡No se imagina lo feliz que estoy!- exclamó.
-Qué bien por ti, pequeña Akane, así podrás ir a la universidad con Ranma- sonrió Kasumi.
El nombrado estaba algo apartado de ellos contemplando la escena de alegría en la familia cuando notó que en ese momento la chica se tensó y se separó de Genma, para mirar a su hermana y luego a él con expresión preocupada.
-¿Qué?- musitó.
-Bueno, lo de Ranma no es tan sorprendente porque ya sabíamos que por sus calificaciones en educación física lo aceptarían sin problemas, y más si les mostraba sus habilidades ¿no, Ranma?- interfirió Kasumi.
-Sí, no compartiremos las mismas clases pero, sí podemos irnos juntos- sonrió el chico algo sonrojado, aunque estaba algo frustrado por la idea de no tener a la chica a la vista todo el tiempo como en la preparatoria, pero confiaba en que nada entre ellos cambiaría.
Debía reconocer que en el último tiempo después de lo ocurrido en Jusenkyo su relación con su prometida había mejorado increíblemente, aún no habían declarado sus sentimientos, pero sí se llevaban mucho mejor y las peleas habían disminuido su número. Aunque, tenía un mal presentimiento, el que la chica se tensara al oír lo dicho por Kasumi no era una buena señal.
Akane suspiró e iba a decir algo cuándo Nabiki la interrumpió.
-¿Ranma por qué no felicitas a mi hermanita?
El chico tragó duro mirando a su prometida quién se sonrojó notablemente.
-Yo sabía que la aceptarían, con las excelentes calificaciones que tiene- dijo intentando desviar el tema, mirando el techo.
En ese momento Akane se acercó al chico hasta quedar frente a él. Ranma que no se había dado cuenta de esto, bajó la mirada para ver el hermoso rostro de la chica sonriéndole con dulzura.
-Gracias por confiar en mí- dijo con sinceridad antes de abrazarlo con fuerza ante la atente mirada de todos.
El rostro del muchacho llegó al límite del sonrojo. Luego de unos segundos de sorpresa, respondió automáticamente el gesto. Soun y Genma se miraron ilusionados, la idea de un nuevo intento de boda estaba más a flote que nunca ahora que Ukyo y Ryoga eran novios y Kodachi fue llevada forzadamente a un manicomio después de haber intentado asesinar a su hermano por razones que nadie sabía, la única prometida que quedaba era Shampoo, pero ella desde hace un tiempo que no aparecía en la residencia Tendo por lo que la familia suponía que la china se había de vuelto a su tierra natal al ver que no tenía oportunidad alguna con el chico que decía amar.
-Estoy seguro que… todos pensábamos lo mismo, Akane- sonrió, al haber finalizado el abrazo.
La chica le sonrió de vuelta, sin decir nada, pero luego aquella sonrisa se desvaneció y Ranma lo notó.
-¿Ocurre algo?
La chica bajó la cabeza y luego miró al resto de la familia.
-Yo… tengo algo muy importante que decirles.
-Adelante, hija, no hay nada en el mundo que me desvanezca la felicidad que siento ahora- expresó su padre, sonriente.
Akane lo miró con tristeza sabiendo que posiblemente lo que comunicaría a continuación, si era capaz de arrebatarle la felicidad.
-Yo… hace unos días mi maestra envió mis calificaciones y unos papeles a una prestigiosa, muy prestigiosa y costosa de…- tragó duro, antes de continuar- Estados Unidos, de hecho… fue en esa universidad en la que me aceptaron, en la de Nerima también, pero no… No estoy dispuesta a ir a esa- vio los rostros de todos mirándola en una mezcla de tristeza, sorpresa y confusión, la joven no les había dicho nada sobre esta oportunidad- Se llama Wetmerk y es costosísima, y cuesta mucho tener una matrícula ahí. A mí por mis calificaciones me consiguieron una beca, no puedo… despreciar esta oportunidad, familia, espero que me entiendan- dijo triste. Acto seguido sale de la sala, no quería oír el comentario de ningún integrante de la familia y menos de él… Estaba a estudiar en ese prestigiosa universidad, no podía desperdiciar la valiosa oportunidad que se le ofrecía, pero no estaba segura si arriesgar su amor por Ranma.
Fin flash back.
Lloraba desconsoladamente sentada sobre el sofá mientras, los recuerdos de adolescencia llegaban a su memoria.
-"¿Cómo es que a pesar de los años esto me sigue afectando tanto?"- pensó con tristeza- "¿Cómo es que a pesar del tiempo aún no te he olvidado?"
Flash back.
Estuvo dos horas encerrada en su cuarto, aún no quería salir y encarar a su familia, sentía que no estaba preparada aún para lo que le dirían. No soportaría el que le negaran su apoyo, ya podía ver a su padre y al de su prometido llorando por la boda que por el momento no se realizaría, pero eso no significaba que estuviera dispuesta quizás más adelanta a efectuarla. Lo amaba y ya no podía negar que su mayor deseo era casarse con Ranma, pero no en ese momento.
Se levantó pesadamente de la cama luego de mucho pensarlo, después de todo algún día tendría que salir ¿no? Se miró al espejo y respiró hondo, debía estar preparado para llantos, felicitaciones o cualquier cosa viniendo de la familia que tenía. Sonrió ante este pensamiento, y sin más salió de su habitación.
Extrañada bajó las escaleras al descubrir el silencio que reinaba en la casa. Alzó los hombros al creer que no había nadie, así que decidió ir al dojo a entrenar un poco, eso siempre la tranquilizaba y distraía cuándo lo necesitaba.
Llegó, y abrió la puerta encontrando a su prometido entrenando en él, lanzado patadas a un oponente invisible desprovisto de camisa debido al calor que le provocaba el ejercicio. Pudo ver diversas gotas resbalando por su torso desnudo sensualmente, se sonrojó enormemente al verlo de aquella manera. Él parecía demasiado concentrado en lo que estaba haciendo como para notar su presencia o al menos eso creía. Justo cuando estaba a punto de irse, la voz de su prometido la detuvo.
-¿Venias a ocupar el dojo o a contemplarme mientras entreno?- preguntó serio, sin dejar de hace lo que estaba haciendo y sin mirarla.
Sonaba molesto, y Akane no entendía la razón.
-A entrenar, pero si lo estas ocupando tú mejor vengo en otro momento- dijo nerviosa, pero antes de irse nuevamente la voz del muchacho la detiene.
-¿Por qué?- preguntó dejando de moverse y quedándose estático en el centro del dojo en dónde estaba.
-Ranma, es una prestigiosa universidad Estados Unidos, no muchos tienen esta oportunidad- explicó sabiendo a qué se refería.
-Ven…-La llamó con la cabeza gacha.
-¿Q… pero..?
-Sólo quiero que vengas a aquí.
Akane entró en el dojo obedeciendo, caminó hasta el joven y le preguntó.- ¿Qué ocurre?
Ranma la abrazó en ese momento con fuerza para sorpresa de ella, pero no se parecía en nada al abrazo que la joven le dio justo antes de comunicar la noticia de su partida. Este era un abrazo lleno de sentimientos que el chico quería expresar, ella luego de recuperarse de la sorpresa sonrió y correspondió al abrazo.
-No quiero que te alejes de mi lado- susurró al oído.
La chica se estremeció ligeramente al sentir la calidez de su aliento chocar contra su oído.
-Ranma, yo…-suspiró.
-Descuida- dijo soltándose para apartarse un poco de ella- No te estoy diciendo que te quedes, entiendo que…- tragó duro antes de seguir- Es una oportunidad muy importante para ti y no te voy a pedir que te quedes aunque lo quisiera. Últimamente nos hemos llevado tan bien que parece mentira que tengas que irte- sonrió con tristeza.
-Lo sé- dijo sintiendo sus ojos humedecerse- Ranma, yo…
-No digas nada y por favor… no llores- dijo sonriendo forzadamente, acariciando la suave mejilla de ella mientras las lágrimas recorrían ya sus mejillas- Ya verás cómo no te darás cuenta cuando ya estés de regreso con tu título, llorando de la misma manera en que lo hiciste allá dentro en la sala, pero esta vez después de haber cumplido tu sueño- sonrió con dulzura secándole las lágrimas con delicadeza.
Akane le sonrió, no podía creer que se tratara del mismo chico que tantas veces la humilló e insultó.
-Gracias- sonrió, antes de besar la mejilla del chico.
El rostro de él comenzó a sonrojarse ante el gesto, al separarse ella lo notó y no pudo evitar sonreír.
-¿Cu… Cuando te vas?
Akane bajó la cabeza durante unos segundos, y luego la levantó encarando al muchacho.
-La próxima semana.
-¡¿La próxima semana?!- exclamó sorprendido, pero seguidamente la expresión de asombro se tornó triste- Ya veo… Hay… Hay una cosa que me veo… En la obligación de decirte antes de que te vayas... Al decirte esto… No quiero que dejes tus planes, ni nada, sólo me gustaría hacértelo saber.
-Adelante- sonrió con tristeza.
-Yo… Yo te… Te…
-¡Nihao, Ranma!- exclamó una eufórica chinita entrando de golpe al dojo, para seguidamente abrazarlo con fuerza ejerciendo tanta fuerza que provocó que ambos cayeran, ella sobre él- ¡Tanto tiempo sin verte!
Akane observaba la escena molesta.
-Sh… Sham… poo..- dijo entrecortado, intentando zafarse del efusivo abrazo de la chica.
En ese momento la joven lo soltó levantándose, para dirigirse a Akane con una extraña sonrisa.
-Buenos días, Akane- sonrió.
La chica la miró extrañada.
-Me enteré que te vas a Estados Unidos, ¡Te felicito! Al fin nos dejarás a mí y a Ranma solos, como siempre hemos querido.
-¡No es verdad!- exclamó el chico al haber recobrado el aliento- Pero, Shampoo, creímos que te habías ido a China, hace mucho tiempo que no te pasabas por aquí.
-Lo que ocurre, querido futuro esposo, es que he estado pendiente de otros asuntos- dijo otra vez utilizando su sonrisa extrañada.
-"Algo trama"- pensó Akane. No podía deberse a otra cosa su extraña desaparición.
Fin flash Back.
-Si tan sólo hubiera sabido lo que ocurriría luego…- susurró entre lágrimas.
Negó bruscamente con la cabeza y tomando su mochila se dirigió a su cuarto. Pensar en lo ocurrido hace cuatro años era muy doloroso para ella a pesar de los años.
…
Un apuesto joven de veintidós años estaba recostado sobre la enorme cama de una habitación de un prestigioso y caro hotel. La habitación era enorme, y en un lugar del cuarto se encontraba un cartel que decía: "Señor Saotome, bienvenido a Londres. Es para nosotros un enorme placer tener en nuestro país a un luchador de su categoría" En algunos obsequios de fans que insistieron en su entrega.
-Vaya día…- dijo para sí.
Se incorporó y miró la habitación que no se había dado el tiempo de mirar al llegar, estaba demasiado cansado por el tiempo de viaje. En tres días más tendría que pelear con un luchador nativo de ahí y debía estar preparado, no había perdido ningún combate y tampoco pensaba hacerlo.
Se levantó y se dirigió a su bolso, el cuál tomó y colocó sobre cama. Lo abrió y extrajo de ahí sus pertenencias, sacó desesperadamente su ropa como buscando algo en específico. Cuando lo encontró no pudo evitar sonreír sacando del bolso un libro, lo abrió encontrando una vieja fotografía que se quedó contemplando durante unos segundos, embelesado por la bella de su centro. Dejó caer el libro restándole importancia y se dejó caer sobre la cama, con la fotografía en las manos.
-Akane…-susurró acariciando con el dedo índice el rostro de la chica en la fotografía, efectivamente se trataba de Akane sonriendo tiernamente.
En ese momento tocar a la puerta, y Ranma ágilmente recoge el libro y guarda la fotografía dentro de él.
-Adelante.
La puerta se abrió y entró un hombre con cámara en mano, seguido de muchos.
-Paparazzi- gruñó con molestia- ¡¿Qué no tienen a nadie más a quién fastidiar?! Ya dije que estaba dispuesto a ofrecer otra entrevista lo que finalice el combate y eso es en tres días. No me lo tomen a mal, pero en estos necesito entrenar y no creo que unos hombres con cámaras sean lo más adecuado para mí en este momento- explicó con la mayor tranquilidad posible.
-Disculpe, señor Saotome, pero nos gustaría que nos dijera algo sobre la confusa entrevista que dio esta mañana en Inglaterra y que ya fue emitida en América del norte, he de decir que causó gran revuelo su declaración sobre una misteriosa mujer que lo rechazó en su adolescencia.
-Mire, no tengo absolutamente nada que decir al respecto, forma parte de mi vida personal- dijo mirando a la cámara que lo enfocaba- Ahora de verdad que me gustaría que me dejaran solo que en un momento más tengo que ir a entrenar.
-Ya veo, perdone las molestias, nos retiramos.
Y en menos de cinco segundos volvió a estar solo en la habitación.
Ranma se recostó nuevamente sobre la cama, y pensó- "Ya fue emitida en América del norte… Me preguntó si lo habrá visto".
…
-¡¿Lo viste?!- gritó Emily entrando a la habitación de Akane. Su amiga, compañera de universidad y de departamento.
-¡Claro que sí lo vi!- exclamó Akane que seguía recostada sobre su cama, ya no tenía los ojos irritados debido al llanto por lo que su amiga no se había dado cuenta de ello, lo que por supuesto agradecía.
-¡Ranma Saotome es bombón! Es tan guapo, fuerte ¡y sus ojos! Tiene unos ojos preciosos- expresó Emily recargándose en el marco de la puerta.
Akane cerró los ojos con pesadez, aún no le había comentado acerca de lo de ella con el hombre más famoso internacionalmente.
-"Si supiera que estuve comprometida con él, se muere"- pensó.
-No puedo creer que una chica lo rechazara, tenía que haber sido una chica muy boba para dejar ir a un hombre como él así como así- dijo pensativa.
Akane no respondió.
-¿Amiga, qué ocurre? ¿Andas con "aquella cosa de chicas", o qué?- dijo Emily al notarla desganada.
-No, no estoy con eso, es sólo que me siento cansada, eso es todo. Tuve un día muy pesado en la universidad.
-Entiendo- dijo asintiendo con la cabeza- Bueno, me iré a dar una ducha ¡Qué calor hace en Los Ángeles! ¿Por qué mejor no nací en el polo sur con los pingüinitos?- gruñó molesta, caminando en dirección al baño.
Akane miró a la ventana sin levantarse. Hacía bastante calor y quedaban apenas dos semanas para que todo termine, para que ella obtenga su título y tuviera que volver nuevamente a Nerima.
-Al menos sé que no va a estar él- dijo para sí, sin saber cuánto se equivocaba.
Continuará…
