Disclaimer: Los personajes conocidos de este fic no me pertenecen, ya que son de J.K Rowling, yo solo los utilizo por diversión.

"Unidos por separar "

Un Plan inesperado

Era un día lluvioso y tormentoso, una chica pelirroja caminaba ensimismada por uno de los innumerables pasillos de un enorme castillo medieval, Hogwarts, el colegio de magia y hechicería más conocido de Inglaterra.

La chica se sentía fatal, pues se había enterado del paradero irrevocable en el que había caído su "único amor", que para ella era su "amor platónico": Marck Anderson. El chico en cuestión había caído en las manos, o como textualmente ella diría "en las garras", de Mandy Terris, y ese día habían hecho público su romance.

Mandy Terris era la típica chica 16 añera, popular y atrayente. Ella era un año menor que la pelirroja, pero aunque fuera menor tenía mucho más experiencia que ella en el ámbito de los chicos.

Mandy sin lugar a dudas, era una de las chicas más lindas de toda la escuela, y por lo mismo, más de la mitad de la población masculina iba tras sus faldas y, como es obvio, Marck también había caído bajo sus encantos y por eso se sabía que tarde o temprano iban a acabar juntos. Nada más que a la pelirroja le hubiera gustado mas tarde que temprano. Pero no se podía ir en contra de la naturaleza, pues como todo el mundo comentaba, ellos se llamaban " por selección natural".

" Sin duda..." – pensó la pelirroja- "sus hijos serán guapos".

La muchacha siguió con su camino sin destino alguno, se encontró frente a frente con su reflejo, pues había chocado con un vidrio sin darse cuenta, y allí estaba ella: Lily Evans, "el monstruito de Hogwarts" como la conocía todo el mundo vulgarmente, o quizá " la loca enamorada de Anderson".

Suspiró.

Ella nunca le llegaría ni a las suelas de los zapatos a Mandy, que era siempre tan sofisticada, con su postura elegante y esbelta, y su belleza natural: rubia, ojos azules; tez perfecta, sin rasgos de grano alguno; dientes estupendamente alineados, y tan blancos que cuando sonreía llegaba a encandilar la vista. Mientras que Lily era todo lo contrario. No había nada de sofisticación, más bien era peculiar, sí, esa era la palabra, aunque algunos le llamaban "loca", ella sabía que no era para nada cierto, su personalidad era así, simplemente peculiar. Su postura no era para nada elegante, más bien un poquitín vulgar pues no andaba con aires de modelo, sino más bien desgarbada ya que su mochila pesaba como los mil demonios, por lo mismo se veía más pequeña de lo que en verdad era.

Por lo que se puede deducir, no tenía para nada la "belleza natural" de Mandy, más bien, lo que tenía era la "horribilidad artificial": pelirroja, cabello de color natural pero indignamente arreglado con simples coletas desgreñadas, de lejos se notaba que ese pelo veía un peine una vez a la semana, como mucho; ojos verdes, los más lindo que se puedan imaginar, pero desgraciadamente atacados con tantas enfermedades, como astigmatismo, miopía, etc, etc... ¿resultado¡Lentes de poto de botella! Que ocultaban todo el brillo de aquellos ojos gatunos; tez absolutamente poblada de malcriadas pecas y uno que otro barro, sobre todo debajo del flequillo ¡Cómo los odiaba!; sus dientes estaban en perfecto estado, pues había tenido que usar frenillos obligatorios por dos años, y le gustó tanto que aún no se los sacaba, por que según ella " le daban un toque especial".

Lily miró con tristeza su reflejo, aunque se quería como era, no podía dejar de pensar que si ella se hubiera preocupado un poco más por su aspecto, quizá tendría a Marck de novio, y no la súper popular Mandy Terris. Torció a la izquierda y continuó su camino con la mirada baja y semblante frustrado. Suspiró, algún día, quizá podría tener a Marck con ella...

La pelirroja iba tan absorta en sus pensamientos que no se dio cuenta de que, más allá un chico de su misma edad, con la mirada baja y semblante compungido, venía ensimismado en sus pensamientos, que eran muy parecidos a los de Lily. Se encontraba en el mismo estado de ella, por la misma razón: el noviazgo de Mandy y Anderson. ¡Cómo odiaba en esos momentos a ese cara de ratón! Ahora él compartiría todo con Mandy. La frustración se reflejó en su mirada y no se borró por el hecho de haber coalicionado con un cuerpo pequeño.

-¡Oh, perdón! – dijo la chica apenada, mientras se agachaba a recoger unos pergaminos que se habían caído por el choque, sin mirar a su acompañante.

-No, perdón tú. No miraba por donde iba.- dijo el chico de cabellera desordenada, que se encontraba ante la pelirroja, con un tono triste en su voz juvenil. Le tendió una mano a la chica, para ayudarla a ponerse de pie.

-Gracias...- dijo Lily tomándole la mano y levantando la vista.

Se encontró con una mirada tan triste, la misma mirada que tenía ella en ese momento.

Al juntar sus miradas se sorprendieron, una ráfaga de viento frío hizo que unos pergaminos volaran, pero ellos no desviaron la mirada del otro, la ráfaga los había unido en una comprensión mutua.

-Potter...- susurró la pelirroja, soltándose de la mano del chico con gesto apesumbrado que estaba delante de ella.- supongo que ya te enteraste.- añadió a sabiendas que el chico que tenía al frente estaba loco por Mandy Terris.

-Sí, Evans.- contestó él, afligido.

Los dos suspiraron a la vez, con gesto de derrota.

-Bueno, que pases un duelo en paz, Potter. – dijo Lily comenzando a andar.

-Tú igual, Evans.- aconsejó el chico.

El chico de cabellera desordenada, era James Potter, y a diferencia Lily, se quedó parado en el pasillo, mientras su cerebro comenzaba a maquinar rápidamente una idea, que hasta el momento parecía excelente para poder tener de una vez por todas a Mandy Terris, la chica por la cual haría cualquier cosa. Ésta idea tan espléndida, se le ocurrió al ver a Evans, o como todo el mundo le llamaba: "Monstruito", por sus gafas horrendas, sus horribles frenillos y por su feo pinado, si es que a esa mata de cabello pelirrojo enredado, se le podía llamar peinado...

James se volteó velozmente, y miró a Lily que estaba un poco más lejos y seguía caminando, la observó sin ningún pudor ni mala intención, la chica de espaldas no se veía tan mal, y con la ayuda de Flor (la novia de su mejor amigo), podría llevar acabo el plan recién formado en su cabeza, claro, siempre y cuando Evans aceptara...

-¡Hey! Evans.- la llamó antes de que la chica se perdiera de vista.

La pelirroja se dio la vuelta lentamente, mientras caminaba unas lágrimas insolentes habían resbalado por sus mejillas, por lo cual se había quitado las gafas, para secarse el rostro, que estaba surcado por pequeñas gotas cristalinas. Miró al chico que se acercaba, le veía borroso, pues estaba sin gafas.

-¿Qué quieres, Potter?- preguntó tranquila, mientras volvía a poner las gafas en su lugar.

James, por su parte, había mirado a Lily mientras caminaba, y había notado que sin esas gafas, no era tan horrible, y eso sumaba más puntos para su plan.

-Evans, tengo algo que proponerte.- dijo solemnemente.

-Como no sea matrimonio.- bromeó la pelirroja para sentirse mejor. No lo logró.

-JA,JA,JA.- rió James, sarcásticamente, pero pensando que la pelirroja era bastante ocurrente...- Eso solo para Mandy.- dijo en tono soñador.

A la pelirroja se le ensombreció el rostro. Odiaba a Mandy Terris, como nunca antes había odiado a nadie, y él va y se la nombra.

-lo siento...- dijo James notando su error.

-No importa... ¿Qué querías?- preguntó la chica percatándose, que se habían desviado del tema.

-¡Oh!... claro, claro. La propuesta - titubeó James.

Lily asintió, en su semblante estaba marcada la tristeza, quería marcharse pronto para estar sola, y vivir su duelo en paz, mal que mal había perdido a su único amor. Pero Potter venía a interrumpir sus meditaciones, con una "propuesta"¿qué le importaba a ella, lo que quería proponerle Potter?

-Se trata de Anderson- dijo James, que apenas pronunciar el apellido del chico hizo una mueca de disgusto.- Bueno... –hizo una pausa, en la cual se revolvió el cabello- todo el mundo sabe que a ti te gusta.

La muchacha volvió a asentir, tratando de animar al chico, para que continuase, aunque la verdad no tenía ni la menor idea de adonde se dirigía Potter, con esa extraña conversación.

-Al grano, Potter.- dijo con expresión aburrida.

-Bien...- el chico tomó aire con nerviosismo, lo que iba a decir no era muy cuerdo, además no estaba seguro de si Evans le ayudaría o no.- A ti te gusta Anderson ¿no?.- de nuevo la cara de disgusto, aún no entendía que le encontraban a ese cara de ratón.- Bueno y a mí, me gusta Mandy.- agregó, adoptando una expresión soñadora, que a Lily por un momento le provocó nauseas.

-¿Y eso qué?.- inquirió Lily, comenzando a hartarse de tanto rodeo.

-Eso, mi querida Evans, es lo esencial- respondió James, haciendo un atisbo de sonrisa por primera vez en toda la conversación.- ¿Qué pasaría si te dijera que tengo un plan para separarlos?

A Lily le brilló la mirada por un momento, si no había escuchado mal, Potter acababa de decir que tenía un plan para separar a Mandy y a Marck, y eso era muy bueno. Todo el mundo sabía que James Potter lograba todo lo que se proponía y si entre eso cabía la posibilidad de separar a Marck de Mandy, Potter, por supuesto, que lo lograría. Ahora, lo que no le calzaba para nada, era el hecho de que se lo contara a ella.

-Y en ese plan, entras tú y yo, por su puesto.- continúo el chico.- Tú los separarás, Evans. Con tus encantos.

Lily pensó que había escuchado mal, no le calzaba para nada que las palabras "Evans" y "Encantos" estuvieran juntas en una sola frase, eso era contra natura.

-Emm... Potter.- Dijo Lily calmadamente y mirando con tristeza al chico-. Yo sé que el noviazgo entre Mandy y Marck te ha afectado mucho, a mí también, pero de ahí a decir que Yo: "El monstruito de Hogwarts" como tú y tus amigos me han puesto tan cordialmente, vaya a separar a esos dos... No lo creo, quizás se te cruzaron los cables, o es una nueva broma o no sé. Por lo mismo voy a hacer como que no he escuchado nada. De verdad.

Al decir eso Lily, tan calmadamente como había hablado se giró y siguió su camino, pensado que de verdad Potter estaba mal.

-¡¿Qué?!- Dijo James alzando la voz. ¿Evans no le iba a ayudar¡No podía ser! Tenía que ayudarle.- ¡¿No piensas luchar?!

James estaba desconcertado¿No se suponía que Evans estaba enamorada de ese cara de ratón¿Y ahora no quería ayudarle? Esto también la beneficiaría a ella... No entendía, la verdad es que no entendía nada.

Lily escuchó las palabras de James.

James miró la reacción de Lily como una buena señal, así que optó por seguir hablando.

-Evans, ayúdame. Estoy seguro de que lo podemos lograr.- comenzó de nuevo James.- Pero si no quieres... Se lo puedo pedir a cualquier otra chica que le guste Marck.- terminó. Si no lo lograba tendría que, efectivamente, buscarse a otra chica.

Lily escuchó atentamente las palabras de James, y si no aceptaba el extraño trato, el chico se buscaría a otra socia y eso no le convenía para nada. ¿Qué tal si lograban separarlos? La otra chica se quedaría con Marck y ella seguiría sufriendo. Ya bastaba de ser una cobarde, debía luchar por lo que quería, y en ese momento quería a Marck. Haciendo acopio de valentía, la chica se volteó y miró al chico.

-Es- Esta bien.- tartamudeó, odiaba cuando se ponía neruviosa, pues siempre tartamudeaba.

James sonrió abiertamente, su plan estaba saliendo a la perfección, bueno al menos la primera parte, es decir, que Evans aceptara ayudarle. Ahora faltaba la segunda y más peligrosa, aunque para eso iba hacer falta un poco de tiempo.

-¡Muy bien, Evans!.- dijo pasando su brazo por los hombros de Lily, comenzando a caminar a la par de ella.- Escucha bien, por que lo que haremos es esto...

Lily escuchaba muy atentamente todo lo que decía James. Y por lo que oía el plan estaba muy bien ideado, solo le asaltaba una duda, y esa era justamente su parte. ¿Cómo se suponía que el "monstruito" debía seducir a Marck? Ella nunca había visto en sí misma algo llamado sensualidad, ni ese sex-apel que muchas chicas tenían.

-Mmm... ¿Potter?.- dijo tímidamente.

-¿Qué?.- se interrumpió James en su perorata.

-Bueno, me preguntaba... pues...- dijo empezando a tartamudear y a mirar a todos los sitios menos al chico.- ¿cómo se supone que debo "seducir" a Marck?- Preguntó al fin. Haciendo dos conejitos con las manos al decir la palabra seducir.

-¡Oh! A eso iba, Evans.- dijo James con una sonrisa de suficiencia.- Primero, habrá que hacer un cambio de imagen en tu persona, y...

-¡Cambio de imagen!- casi gritó ella, espantada.

James no se percató de la cara de miedo que había puesto Lily así que continuó con su idea, bueno quiso continuar con su idea...

-Sí, y luego...

-¡Pero estás loco¿Cómo voy a hacer eso? Yo no tengo lo que se dice... Mmm ¿Buen gusto para esas cosas¡Solo mírame!- dijo Lily desmoralizada, haciendo aspavientos con los brazos para que la mirara.- Estos son mis gustos, nunca he tenido cabeza de guarda ropa, para vestirme bien.- terminó desesperanzada, ya todo se había ido a la porra.

-¿Me dejas terminar de hablar?.- preguntó James harto ya de tantas interrupciones.

-Esta bien...- Concedió Lily, lago acobardada.

-Bien... Como iba a decir, de tu cambio de imagen se encargará Flor¿De a...- Comenzó James, pero para su desgracia se vio interrumpido de nuevo por la pelirroja.

-¡Flor!.- dijo Lily escandalizada.

Flor Barry, era una de las chicas más cotizadas de Hogwarts, por ser una de las más bellas y más bien vestidas, era la muchacha ideal para todos los chicos, ella era la competencia de Mandy Terris. Lo malo era, que Flor vestía muy atrevidamente, estilo con el cual Lily no simpatizaba para nada, además la chica, odiaba a Lily por su descuidado aspecto.

-No querrá.- Dijo Lily con seguridad.- No, no querrá. ¡Me odia!

James miró a la pelirroja extrañado. Que él supiera, Flor no odiaba a ninguna pelirroja con manía a lo descuidado, o quizá un poco, bueno quién sabe...

-Mira, no te preocupes. Flor aceptará. Como que me llamo James Potter ¿Ok?.- Dijo James tranquilizadoramente.- Además no por nada Flor es la novia de mi mejor amigo.- agregó con una sonrisa pilla.

Lily seguía igual de dudosa, pero pensó que lo mejor sería hacerle caso a Potter. Primero porque era la "mente maestra" del plan y segundo, porque si seguía así de pesimista no iban a lograr nada. Aunque la mente de la chica tenía muchos recovecos, y el pesimismo seguía dentro de algunos, aún seguía el sentimiento de que no lograría nada, pero según el dicho: "nada perdía con intentarlo".

La pelirroja asintió, no muy convencida.

-¿Evans?- llamó James.

-¿Qué?- contestó la chica.

-Mmm... ¿Cuándo te quitan los frenillos?- preguntó el chico un poco dudoso.

-¡Ah! Pues... Cuando quiera. ¿Por qué?.- contestó ella.

-¿Cómo que cuando quieras?-. inquirió James curioso.

Lily miró al chico extrañada¿No había entendido? Pero si ella lo había dicho lo más simple posible, ahora tendría que contarle toda la historia. ¡Y así decían que las mujeres eran las cotillas!.

-Lo que pasa, es que me deberían haber quitado los frenos, en... Mmm... ¡A sí! El verano pasado, pero opté por quedármelos.- resumió Lily, y como vio que el chico habría la boca para preguntar algo, que intuyó sería¿Por qué?. La chica continuó hablando.- Porque son como un adorno ¿sabes?. Además estos son libres. – La pelirroja agarró con su mano los frenos superiores y los retiró de sus dientes si mayores problemas.- ¿Ves?

James asintió alucinado. Era un poco asqueroso lo que acababa de ver, pero no importaba, porque la idea de cambio de imagen podría resultar perfectamente bien.

-vaya...- dijo, pensando que en realidad, Lily era un poco loca.- ¡Es genial! Eso está mucho mejor para el plan. Y ahora los lentes...

-¿Qué pasa con mis lentes?-preguntó Lily tomando sus gafas protectoramente.

-Tendrás que sacártelos.- dijo James.- No pensarás seducir a Anderson con eso¿verdad?.

Lily suspiró resignada. Además Potter tenía razón, sus gafas eran feas, y aunque las quisiera mucho tendría que deshacerse de ellas. ¡Todo era por Marck! Ojalá eso rindiera frutos.

-Está bien.- concedió en voz alta.- aunque tú también usas gafas.- agregó en un murmullo.

-Bien, esto comienza mañana por la mañana. Recuerda que esto lo tenemos que llevar a cabo, cuando tú, mi querida Evans, estés preparada.- dijo James sonriente.- Y espero que sea lo antes posible, no soportaré ver a esos dos juntos por mucho tiempo.-murmuró para sí.

-Ok, iré a disfrutar de mi apariencia por ultima vez, y a auto-compadecerme.- dijo Lily como despedida comenzando a caminar hacia el lado contrario que James.

El chico miró a Lily estupefacto, esa chica sí que era rara, pero le ayudaría y eso era lo importante. Ahora su problema era otro, y el mayor: tratar de convencer a Flor Barry, para que se encargara del cambio de imagen de Lily Evans. Tendría que pedirle ayuda a urgente a Sirius.

James caminó con paso rápido por los pasillos de Hogwarts, en busca de la novia de su mejor amigo, necesitaba encontrarla urgente, y si encontraba primero a Sirius, sería mucho mejor. ¡Pero para su mala suerte no encontraba a ninguno de los dos! Por lo que optó por ir a la sala común, así con un poco de suerte la encontraría, o quizá los encontraría.

Cuando por fin entró a la sala común, los vio a los dos sentados en unos sillones cerca de la chimenea. Ella, una chica alta, de cabellera castaña y muy arreglada estaba de la mano, con un chico muy conocido por James: Sirius Black, su mejor amigo.

James se adelantó hasta ponerse a la par de la pareja.

-Disculpen la interrupción, chicos.- dijo al llegar.

-No hay problema, prongs.- dijo Sirius.

-Flor, necesito pedirte un favor.- dijo James con cara de ser algo sumamente importante.

Flor lo miró extrañada, era la primera vez que James Potter le pedía un favor.

OOoOoOoOoOoOoOo

Dicen que no hay nada mejor para pasar una pena, que comer chocolate con tus amigas, y contarle tus problemas. Y eso era lo que hacía en ese momento Lily Evans, lo malo era que en vez de contarle sus penas a las amigas, le contaba las penas al chocolate, ya que su única amiga se auto-compadecía por sus propios problemas.

Elisa Thomson, una chica delgaducha, se moría solo con el saludo de su príncipe azul: Sirius Black, pero lo malo era que "su príncipe" ya tenía novia, y no era cualquiera, no, porque no se le puede llamar cualquiera a Flor Barry ¿no?, Y ¿Qué hacía ella frente a tamaño cuerpazo¡Nada!. Por lo que Lily debía pasar sus penas sola, si estuvieran las dos se cortarían las venas antes de tomarse el chocolate¿Y dónde estaría la terapia?.

Lily terminó de tomar su dulce chocolate, y se preparó para salir de las cocinas, y buscar a su amiga, que estaría peor que ella. Elisa era muy sentimental, aunque se hiciera la fuerte ante los demás.

Pero no fue necesario salir a buscarla, porque la mismísima Elisa entraba en ese momento a las cocinas, ahora sí que habría una larga terapia de por medio, ya que cuando Elisa despotricaba contra su flequillo era por que había estado llorando.

OOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo

James miraba alternadamente a Sirius y Flor, que lo miraba como si tuviera monos en la cara.

-¿Qué, yo le haga qué, a quién?- preguntó Flor, descolocada.

-Eso, que le hagas un cambio de imagen a Lily Evans.- repitió James.

-¿Pero estás loco?- afirmó más que preguntó Flor.- Mira James, Lily Evans me odia, y yo... bueno no es que la tenga en muy alta estima la verdad. ¿Has visto como va vestida?- preguntó como si la ropa de Lily fuera un ultraje a la naturaleza misma.

-Claro que la he visto. ¿No te gustaría hacer una buena causa y ayudar a una compañera de curso que necesita asesoría?- dijo James poniendo la cara de corderito degollado más buena de su repertorio.

-No- fue la corta y concisa respuesta de Flor.

-Vamos, Flor, a ti no te costara nada.- dijo Sirius entrando en la conversación.

-Sí, no seas mala Flor, sería tu buena acción del año.- dijo James.

Flor miró a los chicos sopesando sus posibilidades de negación, y llegó a la conclusión de que tendría que ceder, ya que tener a dos de los chicos más guapos de Hogwarts pidiéndote un favor con cara de cachorritos abandonados, no te dejaba muchas posibilidades para el no.

-Oh... Está bien. –dijo Flor dándose por vencida.

-¡Genial!- alabó James contento.

-Ahora... ¿cuándo empezamos?- preguntó la chica.

-Lo antes posible... ¿te apetece mañana?- dijo James.

-¡¿Mañana?!- dijo ella escandalizada.

James asintió con convicción.

Flor resopló cansinamente, odiaba ser tan débil de carácter frente a los hombres.

-Está bien... ahora tendré que ir a preparar las cosas. – refunfuñó.- Adiós, cariño.- le dijo a Sirius al pasar por su lado.

-Hasta mañana, preciosa.- dijo él, con una sonrisa.

Flor caminó apresurada a su habitación, tendría que cumplir este trabajo al pie de la letra, dejaría a Evans bellísima, irreconocible a los ojos de los demás, quedaría perfecta por eso tendría que hacerlo lo más rigurosamente posible. Este año nacería otra Lily Evans, y ella sería la creadora.

Apenas Flor se retiró de su vista, James se tiró literalmente en uno de los sillones mullidos de la sala común. Estaba pensando en su plan¿Serviría para separar a la pareja¿Evans lo lograría? Tenía que lograrlo, Evans era inteligente, lo lograría, debía lograrlo, o si no nunca podría tener a Mandy.

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holas, holas! espero que el fic les haya gustado, me costó bastante decidirme a subirlo, pero aquí está. Si les gustó o no, espero igual sus opiniones. Y bueno, Adiosin!! Se cuidan n.n.