Este fic ha sido creado para el "Amigo Invisible 2014" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black"

El regalo se enfoca en la petición de media dificultad que es básicamente un Harmione con mucho drama. No les cuento la petición completa para no hacer spoiler ;) Aunque mi AI si que sabe de qué va.

¡Espero te guste! ^^

...

No te preocupes por mi, saludaré a la muerte como una vieja amiga.

...

Primero de Septiembre.

Se despertó temprano en la mañana, en otra ocasión se hubiera levantado de un brinco para bajar a desayunar, pero no tenía nada de ganas, y no es que ella fuera una niña perezosa, simplemente quería cerrar sus ojos y retomar el bonito sueño que había tenido, sin conseguirlo.

Se quedó retozando en su cama por unos minutos, hasta que Minnie cayó sobre ella de un impresionante brinco, tan propio de cualquier gato que la dejo sentada y por supuesto, completamente despierta.

Había tenido un sueño muy interesante, en realidad lo que más le gustó de su sueño no tenía nada que ver con algo relacionado al hecho de haber sido capaz de hacer conjuros con una varita, la verdad es que lo que la hacía sonreír con alegría al recordar su sueño era que allí, en las profundidades de su subconsciente, conoció a dos chicos de su edad a los que podía llamar "amigos".

El aplastante peso de la realidad se hizo presente cuando recordó que ella no tenía a nadie a quien pudiera llamar "amigo" la verdad era que nunca, en todos sus años de escuela primara había podido construir un vinculo así con nadie, y mucho menos recordaba que fueran un niñito flacucho de lentes, ni un muchacho alto y pelirrojo. La forma como la mente funcionaba era sin duda un misterio.

Cuando era más pequeña a menudo se preguntaba por qué no conseguía amigos, e incluso formuló teorías al respecto, una de ellas, la que más la convencía, era que al tener padres dentistas no había forma que los niños la consideraran alguien de fiar, pues bien podía irles con el chisme a sus padres, y decirles que este o aquel niñito no se cepillaba los dientes tres veces al día; o tal vez hablaría de más sobre cuales niños comían dulces cuando no debían hacerlo.

Nadie querría estar cerca de la hija de los dentistas.

—Eres una sabelotodo insufrible —recordó que le había dicho una niña mientras la empujaba contra un muro de la escuela cerca a los baños de las niñas. Eso bastó para aclarar sus dudas, no la miraban feo por ser hija de quien era; la miraban raro por ser ella misma.

—Prefiero ser una sabelotodo insufrible a ser una niñita tonta —fue la respuesta que le dio en su momento a su agresora, presa por el dolor en parte causado por la revelación, y en otra parte por el dolor que le había producido el golpe contra el muro.

Y luego, de repente a la niña le comenzaron a salir pústulas por todo el rostro. Hermione se apartó asqueada y desde entonces la niña no se atrevía a acercársele, nadie se atrevía porque nadie quería que le salieran granos en la cara.

A menudo se preguntaba si valía la pena ser tan testaruda, si no sería mejor doblegar su espíritu y comportarse como alguien menos pesada. En otras palabras ser menos ella.

—¡Despierta de una vez si no quieres que lleguemos tarde! —Gritó su madre desde el primer piso.

No, no quería llegar tarde. Y mucho menos ahora que había conseguido, tras bastante esfuerzo, hacerse a una beca para poder estudiar en ese exclusivo internado. Tenía grandes expectativas sobre su nueva escuela, y tal vez, allí podría conseguir algunos amigos. No sería una escuela mágica como en el sueño que recién había tenido, pero aún así, para Hermione Granger valía totalmente la pena.

Una vez estuvo vestida junto a la maleta, la cual contenía todo cuanto necesitaría en su estancia en el internado. Lo tenía listo desde el día anterior y había revisado concienzudamente la lista que ella misma había elaborado con ayuda de su madre.

Millie la observaba con sus ojos amarillos recostada sobre el escritorio, la niña se acercó se acercó a la gata para despedirse ya que no la vería hasta navidad cuando regresara por las fiestas y sabía que la extrañaría. Después de todo había sido su mejor amiga todos estos años.

Pero estaba claro que a Millie no podía importarle menos despedirse de Hermione, cuando todavía las separaban unos tres pasos de distancia la gata se sobresalto, y se alejó de allí tan rápido que nadie hubiera pensado que hacía apenas unos segundos había estado durmiendo tranquilamente sobre la mesa.

Hermione se sintió un poco triste porque no sabía si la vería antes de salir de casa. Puede que fuera una simple gata, pero ella la veía como su mejor amiga, compañera y confidente, llegando incluso a olvidar que su gata no era una persona y que por supuesto, la perspectiva de un ratón era mucho más importante que despedirse de la niña con la que vive.

Se riñó mentalmente por esos pensamientos pesimistas, no es como si no volviera a verla, está bien ponerse nostálgico, pero estaba por empezar una nueva etapa escolar y ya estaba grandecita como para ponerse a llorar por niñerías.

Después de mirar el reloj decidió apresurarse a tomar sus cosas antes de que su madre fuera a por ella y la riñera por demorada, aunque era extraño que no hubiera lanzado ya uno de sus característicos gritos para llamarla. La verdad no es que Hermione se tardara, es que su madre siempre habia sido una obsesa de la puntualidad.

Bajo los últimos dos escalones y se acercó a la cocina tarareando una melodía, posiblemente inventada. El sol de la mañana se filtraba por los enormes ventanales de su casa rebotando en la pulida superficie de madera de los muebles, y haciendo que todo luciera tan acogedor, tranquilo y entrañable que la imagen proveniente del interior de la cocina le hizo preguntarse si no se había quedado dormida nuevamente y estaba en medio de un sueño extraño.

Solo fue capaz de quedarse congelada en su sitio mirando como ese mismo sol impasible iluminaba con la misma calidez los rostros pálidos de sus padres. No, eso no era un sueño, tenía toda la pinta de ser una pesadilla.

En la cocina estaban sus padres, si. Pero no había forma que esa imagen abandonara su mente pronto. Su padre estaba recostado en la silla, parecía dormir pero la sola visión de su madre tirada en el suelo con su rostro congelado en una mueca del más puro horror la hizo estremecerse.

—Asquerosos muggles —gruñó un hombre de cuya presencia Hermione no se había percatado, entonces descubrió que de hecho estaba en presencia de otras tres personas a parte de ella y sus padres: Dos hombres y una mujer joven que vestían enteramente de negro.

En otra ocasión se habría preguntado qué clase de material era aquel con el que estaban confeccionados los pantalones, ya que parecían estar hechos con la piel un animal escamado y Hermione siempre ha odiado que se use piel de animales en las prendas de vestir; pero no era momento para eso. Todo lo que recordaría más adelante era que iban enteramente vestidos en negro, salvo por el detalle en plateado de una serpiente a modo de broche que cerraba el chaleco.

—Muy bien, a empezar el ritual con esta sangre sucia. Tu turno, Black.

La única mujer del grupo se acerco Hermione que todavía estaba en estado de shock, la niña casi no sintió cuando le hicieron un pequeño corte en la muñeca.

Gotas de sangre cayeron en el suelo mientras los otros dos sujetos hacían variadas florituras con los palitos que sostenían mientras susurraban cosas, parecía como si cantaran una canción de cuna pero por alguna razón conseguía erizarle los vellos de todo el cuerpo.

Finalmente la mujer empezó también a realizar el mismo procedimiento, uniendo su canto al de los otros hombres, empezó a sentirse mareada, después débil, demasiado débil como si drenaran las fuerzas de su cuerpo, hasta que el grito de uno de los hombres interrumpió el canto.

El letargo en el que se había sumergido la mente de Hermione empezó a disiparse y poco a poco sentía como el terror la invadía.

Era conciente, horriblemente conciente de lo que había pasado.

Pero no tuvo tiempo para preocuparse por sus padres, ni por ella misma. Toda su atención estaba enfocada en Millie, quien se había aferradocon garras y dientes a la pierna de uno de los hombres, aquel que había gritado probablemente a causa del dolor y la sorpresa.

Millie estaba viva, y habia corrido en su rescate.

—¡Maldita bestia! —Bramo el sujeto sacudiendo su pierna, hasta que Millie finalmente salió despedida hacia el otro extremo de la habitación.

Estaba esponjada y gruñía con fiereza, Hermione desconocía por completo a la dulce gata que dormía con ella. En esos momentos era una bestia enfurecida, pero seguía siendo un simple gato pequeño y débil enfrentándose a tres sujetos con quien sabe qué mas poderes extraños.

Pudo ver un haz de luz dirigiéndose a Millie, la gata lo esquivó con una agilidad propia de los de su especie. Por supuesto el tiro falló golpeando en uno de los muebles de madera. La madera cedió y diminutas astillas volaron por todas partes.

Hermione corrio a una esquina en un intento por ocultarse, una parte de ella sabía que era inutil esconderse, pero otra parte le decía que era mejor permanecer lo más lejos posible de esas luces.

En un segundo el mueble parecía haber sido golpeado por muchas bolas de hierro invisibles. En tan mal estado se encontraba que costaba recordar como había sido anteriormente.

No era lo único que se desplomaba, poco a poco las paredes de la casa se iban llenando de abolladuras, las placas del suelo se agrietaban, la pintura en las paredes se desprendía viciando el aire de polvo y suciedad. Hermione pensó en su madre y en lo triste que estaría al ver su casa, que con tanto esmero cuidaba, caerse a pedazos.

—¿Te importaría ayudar? —dijo uno de los hombres a la única mujer del grupo, cuyo cabello de repente pasó del negro azabache al rubio.

—Es solo un gato. No necesitan echar la casa abajo.

—No es solo "Un gato", es ella —contradijo el otro hombre todavía apuntando a Millie y produciendo un caos en el proceso.

—¿Te refieres a...?

Ambos asintieron.

—Reconocería esa forma en cualquier parte — afirmó uno de ellos.

—¡Reducto! —Grito la joven con energía renovada, y el más puro odio en su mirada. El tono de su cabello nuevamente cambió y ahora era rojo sangre.

Millie tenía problemas para esquivar estos nuevos ataques. Cada uno más siniestro que el anterior. Hermione lo sabía, sentia con cada fibra de su ser que si un solo rayo de luz conseguia dar a Millie, estaría perdida.

Por el rabillo del ojo pudo ver un brillo rojizo, cuando enfoco la mirada se encontró con un rastro de sangre. no era mucho, pero fue suficiente para preocuparla.

Parpadeó intentando enfocar el ambiente estaba oscurecido por el polvo, pero pudo verla, debajo del sofá estaba oculta, tenía sus ojos amarillos fijos en los de Hermione. La niña casi podía escuchar a la gata gritandole para que huyera, pero para ella era imposible. Sencillamente le costaba moverse de su sitio, no digamos ya correr.

En un instante el polvo empezó a disiparse, como si una aspiradora se lo estuviera llevando y así poco a poco se podía ver claramente el desastre que había sucedido en la casa de los Granger.

La mujer barrió el lugar con la mirada hasta que se enfocó en Millie, automáticamente apuntó con el palo a la gata. Hermione no lo pensó dos veces y simplem ente se arrojó para agarrar el brazo y desviar el ataque.

En efecto tomó por sorpresa la mujer, y durande el forcejeo el palito salió volando de su mano rodando por el suelo y yendo a parar debajo de un montón de escombros.

—¡¿Cómo te atreves?! —Gritó la mujer mientras la agarraba de su cabello enmarañado y lleno de polvo, con fuerza.

—Primero mata a esa desgraciada —dijo uno de los hombres recorriendo el lugar con una mirada asesina—. Después me encargo de ti. Seguro que a mi señor no le importa un sirviente menos. Ya tiene bastantes.

—De todos modos, no importa si no le llevamos esta sangresucia. Cuando le llevemos el cadáver de ésta —mencionó otro de ellos señalando hacia la gata— estará más que satisfecho.

—Matar a esa mujer es más importante que cualquier asquerosa sangrasucia.

Cuando retomaron el ataque contra Millie varias cosas sucedieron a la vez: Lo primero fue el grito de Hermione que se fundió con el grito de los tres sujetos. Haces de luz salieron disparados contra su mascota, pero donde antes habí a visto a su gata agazapada, ahora estaba una mujer de mediana edad, blandiendo el palo que Hermione habia conseguido arrebatar a la mujer.

Quien quiera que fuera esa mujer conseguía repeler con relativa facilidad los ataques de los otros dos. La balanza estaba inclinada, y pese a que seguia siendo un duelo de uno contra dos, nadie podria decir que la mujer mayor estuviera en desventaja.


APARTADO DE LOS DESCUIDOS: Mi primer (y posiblemente último) Harmione ^^ ¡El título me hizo sufrir lo que no imaginan!

1. Pues sí, la unica forma en la que yo puedo ver un Harmione es si Ron de entrada no existe, por eso tuve que crear un What If con todas sus letras para poder desarrollar su relación y creérme esta pareja XD

2. No podían faltar los gatos, se está convirtiendo en mi sello personal ^^

3. Sí, esa loca es Tonks. Es una subtrama de la que hablaré más adelante, aunque no es muy importante para la trama principal.

4. Los mortifagos no llevan máscaras porque no necesitan ocultar su rostro, vamos que voldy está en posición de poder, y tampoco usan capa porque Edna Mode lo dice XD

5. Este primer capítulo es apenas el comienzo, por eso no se ve mucho la petición, pero ya se verá más adelante, paciencia, mi querido AI :)