Éste fic será trabajado en conjunto con SCRITTORE PASSIONE.
Espero que lo disfruten.
ACTO I: SERIS NIÑA
CAPITULO 1: LA EMPERATRIZ TITERE
CANTERLOT. AÑO 6 DEL REINADO DE NIGHTMARE MOON.
La ciudad que antaño había sido la capital del Reino de Equestria y una de las más ricas, y prosperas del continente, estaba ahora irreconocible. Antes había edificios hermosos y emblemáticos, ahora eran casas empobrecidas o destruidas; antes había mucho comercio, ahora apenas se veían unas pocas tiendas y de escasas mercancías; antaño había gente paseando y riendo en las calles, ahora había pobres y mendigos.
De pronto, se abrió un portal en el centro de la Plaza Mayor, o lo que quedaba de ella, nada más que ruinas. Aparecían una yegua antropomórfica de pelaje azul muy oscuro, tenía unos guantes metálicos con garras en sus cascos, un cuerno afilado en medio de la frente y unos dientes afilados; su melena y cola era de color morado oscuro con unos mechones negros, poseía unas alas de dragón y sus ojos eran amarillos intensos; vestía una blusa con mangas cortas y tenía un gran escote que se notaba mucho que tenía unos pechos muy grandes y un jean muy ajustado que resaltaba el gran trasero que tenía ella. Junto a la desconocida había un semental antropomórfico de pelaje verde muy oscuro, ojos esmeralda con una cicatriz en el ojo izquierdo, su melena era negra con rayas verdes y su cola era flameada de color verde con negro en el interior, vestía una chaqueta negra abierta con una remera azul y unos pantalones negros, se notaba los músculos que tenía en sus brazos, tenía un anillo plateado en el dedo anular de la mano izquierda y en la espalda, llevaba enfundada una espada.
— ¿Esto es Canterlot? ¿En serio Lunar? Incluso en las otras dimensiones…— habló el chico llamado Brodek observando el lugar.
—Sí, mi juguete. Esto es o lo fue. Esa tonta de Nightmare Moon derrocó a su hermana Celestia. La envió al sol y luego tomó el trono. Me lo ha explicado mi padre— decía la chica llamada Lunar.
Ambos se ponían a caminar hacía el castillo real.
— ¿Ella hizo todo esto?— preguntaba el semental curioso.
—Según mi padre, no exactamente. Si te fijas, es de noche, siempre lo es aquí dado que ella impuso la noche eterna. Como no hay sol, tampoco hay apenas cosechas y como los ponis de aquí son vegetarianos, entonces no tienen apenas alimentos que comer. Ellos no pueden tolerar la carne como nosotros o nuestra hija— explicaba la yegua con algo de seriedad.
— ¿Y los destrozos?
—Ni idea. Supongo que serán ciudadanos exaltados o descontentos. O puede que ella enviase a sus soldados a meter miedo a los ciudadanos.
—Entonces las órdenes del nuestro capitán…
—Ay, llámale papá. Es mi padre y tú mi esposo— decía la chica con una sonrisa.
—Solo faltaba tener que llamarle papá al capitán. ¿Te lo imaginas? "Buenos días, papá. ¿Qué misión nos toca hoy?— hablaba con un tono bromista y ambos se reían —Creepy podría ser el tío. "Tito, mi esposa y yo tenemos una misión ¿Te apuntas?"— se reían mucho.
—Pues, la misión es fácil. Ir a ver a la loca de Nightmare Moon, expulsarla del trono y retirar su noche eterna, lo último será difícil, mi juguete— explicaba un poco la misión Lunar sin dejar de sonreír.
— ¿Por qué? Convierte a esa tipeja en tu marioneta y que lo haga ella misma— decía extrañado.
—Que buena idea. ¿Ves como no eres solo un fiera en la cama? También piensas— decía algo burlona.
—Esto… me lo tomaré como un cumplido.
—Lo es.
Lunar soltó una risita al tiempo que su esposo la miraba feo.
—Menos mal que la niña está con el Capitán— decía algo molesto.
—Mi padre, que para algo es su abuelo— mencionaba con una sonrisa.
EN OTRA DIMENSIÓN.
Una pequeña niña jugaba al lego. Tenía el pelaje azul muy oscuro, su melena y cola eran negras, sus ojos esmeraldas, pero lo extraño de ella era que tenía garras en vez de uñas, un cuerno en la frente y unas alas de dragón.
—Mi nietecita…
—Tu nietecita está harta. Por tu culpa papá y mamá están de viaje en vez de estar conmigo. Siempre les mandas a misiones tontas— decía la niña molesta.
El adulto miró a la niña. Se trataba de un gato antropomórfico negro del tamaño de un niño, tenía unos ojos amarillos y estaba vestido con un uniforme militar de color morado.
—Tus padres son mis mejores agentes. Deben velar por la paz del universo. La FSI confía en ellos y yo como su capitán superior también. Ahora han ido a detener a una delincuente muy peligrosa, porque está loca— decía el felino para tranquilizarla.
—No están aquí conmigo— fue lo único que comentó la niña con tristeza.
EN EL CANTERLOT DE NIGHTMARE MOON
Lunar y Brodek habían llegado a la entrada del castillo real, en donde se encontraban con varios guardias; uno de ellos que tenía pinta de oficial se adelantó a los demás y se dirigió a los dos recién llegados.
— ¡Alto! ¡Identifíquense!
—…— no decía nada la yegua y su esposo rodaba los ojos.
—… Vale. Ella es Lunar y yo Brodek— se presentaba.
— ¿Cuál es el motivo de su visita?
—Volver a traeros el solecito para que os pongáis morenos— decía con burla.
—Eso está prohibido.
—No, que va. Nos envía la FSI.
— ¿Quién?— preguntaba el oficial confundido.
—La Federación de Seguridad Interestelar.
—No me suena.
—… Bueno, pues es igual. Dile a tu ama que queremos verla— mencionaba con algo de fastidio.
—… ¿Se refiere a la emperatriz?
— ¿Emperatriz? ¿Qué no era princesa?— preguntaba el semental extrañado.
—No, ya no. Fue princesa, luego reina y ahora es emperatriz.
—Jo, tío. Pues menuda carrera política tuvo tu ama— decía con un tono bromista.
Lunar soltó una risita, pero nadie más se rio.
—Esperen aquí. Iré a ver si quiere recibirles— decía el oficial y se marchó.
— ¿Esperamos?— preguntó Brodek a Lunar curioso.
—Claro, no hay prisa— decía sin preocupación.
Unos minutos después, regresó el guardia.
—Ha habido suerte. Su majestad les recibirá en el salón del trono. Síganme, por favor.
Los tres se ponían a caminar por el castillo hasta que entraban en la sala del trono. Brodek miró disgustado aquella instancia. Las paredes estaba pintadas de color azul oscuro y el techo de negro, los pocos vidríales que había mostraban imágenes de Celestia siendo derrotada o de la emperatriz trayendo la noche eterna. En el trono estaba sentada una yegua alicornio antropomórfica de color azulado, con un cuerno en la frente y alas negras en la espalda; llevaba puesto un vestido lila que resaltaba su figura y tenía un escote.
—Vaya, vaya. Son ustedes quienes quieren traer el sol. Sargento, en base al código 66 retírese— ordenaba Nightmare Moon con seriedad.
—Sí, su majestad— se marchó.
—Debo entender que no les gusta mi noche.
—Bueno… es que así es aburrida. Si al menos hubiese más karaokes— respondió el chico con burla.
—Eso y más restaurantes donde cenar—comentó Lunar con su típica sonrisa mientras palmaba un poco su estómago.
—Oh, lo siento. Tenemos encima una gran crisis de alimentos. Los esclavos de las granjas son unos inútiles, pero ya les pondré yo las pilas— decía la yegua con una sonrisa maliciosa. La chica con las alas de dragón, se ponía seria.
—… Ahora en serio. Somos de la FSI. Le ofrecemos rendirse sin oponer resistencia y entregarse a nosotros— se cruzaba de brazos subiendo levemente sus pechos.
— ¿Y por qué tendría que entregarme, niña?— preguntaba Nightmare Moon con una sonrisa burlona.
—Porque prefiero hacer esto por las buenas— respondió Lunar sin dejar lo seria.
En ese momento, las puertas se abrían de golpe y entraban más de una treintena de soldados.
—No estáis en posición de amenazar, niños. Ahora todo este castillo esta movilizado militarmente contra vosotros dos— comentaba la alicornio con malicia, pero la chica ni se mostraba preocupada.
— ¿Y?
—Lunar, recuerda las órdenes del capitán. La necesitamos viva y a ser posible…— cuchicheó Brodek.
—Sí, sí y sí. Lo sé. La Federación no quiere muertos, si puede evitarse— decía su esposa fastidiada de que le recuerde eso.
— ¡Soldados, a por ellos! ¡Los quiero muertos!— ordenaba Nightmare Moon.
—Jo, qué mal gusto tiene ésta pava— comentó el semental rodando sus ojos.
Los soldados se abalanzaban contra los visitantes, pero antes de que pudiesen hacer nada, Lunar hacía brillar su cuerno haciendo que todo el salón quedase cubierto de una luz plateada. De pronto, las tropas se detuvieron en seco con los ojos en blanco.
—Soldados, ahora están bajo mis órdenes— habló Lunar.
—Sí, ama— respondían todos los soldados con voz de zombis.
—Pero… ¿Qué demonios?— Nightmare Moon estaba impactada al ver eso. Sin saber lo que pasó.
—Abandonen ésta habitación al tiempo que bailan y cantan la macarena. Una vez fuera hagan guardia para que no entre nadie más— ordenaba la chica con una sonrisa burlona.
—Sí, ama— respondían a coro todos los militares —Dale a tu cuerpo alegría macarena, que tu cuerpo es para darle alegría y cosa buena…
Los soldados se ponían a cantar y bailar la macarena mientras se iban fuera de la instancia.
— ¡¿QUÉ ESTÁIS HACIENDO, IDIOTAS?! REGRESEN Y MATEN A ESTOS INTRUSOS. ¡ES UNA ORDEN!— exclamaba la emperatriz furiosa levantándose del trono haciendo que rebotaran sus pechos al pararse eufórica.
—Dale a tu cuerpo alegría macarena…— los soldados abandonaban la instancia mientras no paraba de bailar y cantar.
— ¡¿Qué les hiciste a mis tropas?!— gritaba Nightmare Moon mirando a la chica con odio.
—Un hechizo de sumisión. Puedo hacérselo a varias personas o ponis a la vez, aunque en ese caso no suele durar mucho. Mañana se les habrá pasado. Es que es más efectivo y duradero si se usa con una sola persona y mirándola a los ojos— explicaba Lunar con una sonrisa infantil.
— ¿Y por qué no la sometiste también a ella?— Brodek señaló a la emperatriz loca.
—Bueno… eso hubiese sido aburrido— su esposa se encogía de hombros.
— ¡Suficiente!— la alicornio comenzó a concentrar su magia —Vais a morir aquí y ahora— lo decía con sadismo.
—Sí te entregas, no te haremos daño— mencionó Lunar despreocupada.
— ¡Niña insolente!
—Atrás, mi juguete. Yo me encargo— decía sin dejar de sonreír mirándola con burla.
—No. Me toca a mí. Yo también quiero divertirme, amor. Además tengo ese regalito que me dio el capitán y quiero probarlo.
El semental sacó un escudo que al parecer estaba hecho de plata.
— ¡MUERAN!
Nightmare Moon disparó un rayo desde su cuerno, pero Brodek lo paró con el escudo.
— ¿Qué?— la emperatriz estaba impactada, aunque no se rendía haciendo que el ataque se intensificara, pero el escudo aguantaba. Al final, la alicornio nocturna se le agotó su poder encontrándose muy debilitada.
—Ah, ah, ah… Es imposible. Ningún metal y menos la plata es tan resistente. Ese ataque sería capaz de fundir un diamante y sin embargo…
—Esto no es plata. Es una aleación de muchos metales diferentes, algunos muy raros de encontrar. Bueno… lleva un poco de plata, pero solo por diseño y estética.
Brodek sacó una especie de pistola laser y disparó contra Nightmare, ella pensó que era su fin, pero en vez de morir, solamente notó que no podía mover su cuerpo.
—Mi cuerpo… no puedo moverlo— decía alterada al no poder mover su cuerpo, solo estaba inmóvil como si fuera una estatua.
—Tranquila, Locatis. Me voy a divertir contigo un poquito— decía Brodek con una sonrisa pícaro al ver detenidamente el cuerpo de la yegua nocturna.
—Atrás, no se te ocurra— la emperatriz temblaba de miedo ¿Acaso ese tipo pretendía forzarla? — ¡No te me acerques! ¡NO! ¡Ayuda!— pedía ayuda e intentaba de forma inútil de mover su cuerpo.
Brodek se seguía acercando caminando a pasos lentos hasta que se posicionó frente a ella.
— ¿Qué me harás?— temblaba de nerviosismo al tenerlo muy cerca de ella.
—Pues… Vamos a bailar— fue lo que dijo con la misma sonrisa.
El semental tomó de la cintura y la mano derecha de la emperatriz.
—Lunar, querida…
—Ay. Valeee— Lunar hacía aparecer un violín y empezó a tocar una música lenta.
Brodek comenzaba a mover el cuerpo de Nightmare al ritmo de la música, como si ella fuese una simple marioneta, y realmente lo era al no poder moverse, estaba al merced del semental. Los pechos de la alicornio estaban casi aplastados contra el terrestre haciéndola sonrojar. No podía evitar eso. La movía como una muñeca de trapos de un lado a otro hasta que Brodek con una sonrisa maliciosa, pasaba su mano lentamente por el trasero de la emperatriz.
— ¡Oye! ¡No se toca el trasero real!— exclamaba Nightmare Moon con un gran sonrojo e intentaba moverse, pero nada.
—Ay relájate. Solo estamos bailando muy lento como si fuera una música romántica— el semental apegaba más el cuerpo de la alicornio contra él aplastando mucho sus pechos y agarraba con firmeza el trasero de la emperatriz haciendo que tuviera la cara roja de vergüenza al ser abusada sin poder evitarlo.
— ¡Auxilio! ¡Que alguien aleje a éste loco de mí!— gritaba desesperada.
—Pero que dramática resultaste ser, chica— decía con burla y seguían bailando. Lunar rodaba sus ojos por eso, pero seguía tocando el violín sin importarle lo que le hacía a la yegua loca. Brodek bailaba muy apegado a ella hasta que al cabo de un tiempo, la chica paró de tocar acabando el sufrimiento de Nightmare Moon.
—Suficiente— Lunar con seriedad, desaparecía el violín y se acercaba a la pareja. Brodek algo fastidiado de que terminara muy pronto el baile, se separaba de la alicornio dejándola confundida, pero de pronto, la chica llegó con ella e inmovilizó a la emperatriz contra el suelo de espalda.
— ¡Suéltame! ¡Socorro! ¡Ayuda!— pedía ayuda, pero era inútil.
—Mírame a los ojos…— los ojos de Lunar brillaban con intensidad. La yegua nocturna no pudo evitar mirar sus ojos haciendo que se quedara quieta por un momento.
—Nivel potente.
Un aura rojo sangre rodeó a la emperatriz.
—Ahora eres mi servidora y lo serás para siempre o hasta que yo quiera— decía la chica con seriedad.
—Sí, ama— habló Nightmare con voz de zombi y no se movía para nada.
—Habla normal. Te dirigirás a mi compañero como amo— señaló a Brodek que la saludaba con una mano —Y a mí me llamarás ama.
—Sí, ama— decía esta vez con voz normal.
—Mmm. No me gustan esos ojos. Siempre me pasa lo mismo— comentó la yegua fastidiada.
El problema estético de aplicar un hechizo de sumisión de alto nivel era que los ojos se quedaban achicados. La pupila se reducía hasta no ser más que un simple puntito negro en medio de un gran espacio blanco. A Lunar no le gustaba el efecto físico, así que usó un hechizo para corregir los ojos, volviéndolos normales como si nunca estuvo hipnotizada.
La chica soltó a Nightmare Moon.
—Sirvienta, ahora vas a retirar la noche eterna y luego liberarás a Celestia— ordenaba con seriedad.
—Sí, ama, pero… no sé cómo liberarla— decía sin moverse del suelo.
— ¿Me tomas el pelo?— Lunar se fastidiaba.
—No, ama. Es que yo solo sé cómo enviar a la gente al sol o a la luna, pero no cómo hacer que regresen— explicaba mirando a su ama desde el piso.
—Ay. Eso va a ser un problema. Bueno… por partes. Primero levántate del suelo— ordenaba la yegua.
—Sí, ama— la emperatriz se levantaba del suelo y se ponía firme haciendo que sus pechos reboten levemente.
—Ahora, retira la noche eterna— ordenaba con autoridad.
—Sí, ama.
Nightmare Moon comenzó a concentrarse, pero de pronto, cayó desmayada al suelo de cara.
— ¡Ay!
— ¿Ahora qué le pasa a esa?— preguntaba Brodek confundido.
—Tranquilo, mi juguete. Su poder se ha agotado por la magia que usó contra el escudo. Se recuperará para mañana— decía Lunar sin dejar lo seria.
— ¿Para mañana? ¿Tendremos que esperar a mañana para largarnos de aquí?— preguntaba fastidiado.
—O más. No sabemos cómo hacer que Celestia regrese y descubrirlo quizás nos lleve tiempo— comentaba la chica también con fastidio.
— ¿Tiempo? ¿Cuánto tiempo?
—Días, semanas, meses o incluso años.
—Perdona. No has mencionado la palabra "años". ¿Verdad?— el semental se sorprendía al escuchar eso.
—Pues sí. Es posible, mi juguete.
—No, no lo es. Días es posible, semanas tal vez, meses ni hablar, años olvídalo— se mostraba molesto al saber que estarían ahí por un tiempo.
—Contacta con el capitán.
—Vale.
Brodek sacó una especie de reloj de pulsera, se lo colocó y activó. De pronto, una luz salió del reloj y se enfocó en la pared del fondo de la sala mostrando una especie de pantalla.
— ¡Capitán Dark Soul!
Al poco, el susodicho apareció en la pantalla en plan vídeo-conferencia. Brodek le hacía un saludo militar.
—Hola, muchacho. ¿Está por ahí mi hija?— preguntaba el gato con seriedad.
—Aquí, padre— Lunar se acercaba a la pantalla.
—Bien. Cuéntame. ¿Cómo va todo?— preguntaba curioso.
—Heridos ninguno, tampoco muertos y he sometido a la locatis— decía la yegua con seriedad y tenía los brazos cruzados bajo sus pechos.
—Buen trabajo, hija; bien hecho, ese.
— ¿Cómo que ese?— se quejó el semental mientras escuchaba una risita de su esposa.
—Papá, la locatis se ha desmayado y dudo que pueda usar su magia antes de mañana. Lo peor es que ella no sabe cómo liberar a Celestia— explicaba Lunar.
—También podríamos dejarla en el sol. Si lo mismo ella está tan a gusto poniéndose morenita— decía su esposo con un tono bromista.
—Brodek, no bromees. Mis órdenes proceden de Dimentio. Deben liberar a Celestia— decía el felino serio. De pronto, alguien empujó a Dark para aparecer en la pantalla la misma niña que estaba con él.
—Déjame, déjame, déjame. Hola, papá, hola, mamá. ¿Cuándo volvéis?— preguntaba algo impaciente.
Los aludidos se miraban entre ellos.
—Hola, cariño. Tenemos muchas ganas de volver contigo— decía la yegua con una sonrisa triste.
—Mamá tiene razón, pero aún nos quedan varios días aquí. Puede que incluso algunos meses— mencionó Brodek con algo de fastidio al tener que quedarse por más tiempo ahí.
— ¿Qué? No es justo— se quejaba la niña —Quiero mucho al abuelito, pero me aburro. No tengo a nadie con quien jugar— agregaba deprimida.
—La niña tiene parte de razón. En ésta base todos somos adultos, ni siquiera hay cadetes, porque ellos tienen su formación en otras bases. Aquí no hay nadie de su edad— habló Dark apareciendo al lado de su nieta.
—Entonces habrá que llevar a la niña a un ambiente distinto. Un lugar seguro donde pueda hacer amigos y estudiar.
— ¿Dónde es eso, mami?— preguntaba curiosa.
—Buena pregunta. Pues… a ver…
—En la ciudad Ponyville de la dimensión 10.04— respondió Brodek.
—Concuerdo— respondió Lunar con una sonrisa —Yo iré allí primero y "mediaré con sus habitantes". Después enviaremos a la niña.
—No quiero, no quiero y no quiero. Quiero estar con vosotros. ¿Y puesto a enviarme a ese sitio por qué no en la dimensión donde estáis vosotros?— preguntaba la pequeña fastidiada.
—Porque la Equestria de aquí es un desastre— respondió el semental.
—Cariño, aún no podemos volver. Tú tienes que tener amiguitos de tu edad— decía la madre con una voz maternal.
«Va a ser complicado someter a tanta gente. Si usase hechizos de sumisión de alto grado, no sería lo mejor para crear un ambiente cómodo para la niña, pero tampoco es aconsejable emplear hechizos demasiado flojos que apenas duren. Tiene que ser un grado intermedio, algo duradero, pero que no trastorne la vida de los habitantes del pueblo. Algo que haga que la gente mime a la niña, pero al mismo tiempo permita una buena interactuación y amistad con ella. Si fuese solamente un solo poni… pero estamos hablando de todo un pueblo. ¿Qué hacer? Mmm. Ya sé, no es necesario hipnotizar a todos los aldeanos sino solo a unos pocos; a la familia que viva con Seris, a las manes para que no den la lata, a la alcaldesa y a la maestra; de los potrillos prescindiré dado que su mente aún no está formada a esa edad, si acaso… si alguno vive con Seris, entonces a él o ella sí, pero a ninguno más. La Pinkie de la dimensión 10.04 no me conoce, me hará una fiesta al llegar y así tendré a mucha gente reunida en un mismo lugar para poder "mediar" con todos ellos» pensaba Lunar algo preocupada.
—Hija, no te preocupes. Te llevaremos a un sitio bonito donde harás nuevos amigos. Y en cuanto papá y yo terminemos aquí iremos a buscarte— decía con una sonrisa sincera.
— ¿Lo prometes, mami?— preguntaba la niña dudosa.
—Claro, cielo.
—… Vale— Seris no estaba muy convencida.
—Entonces decidido. Lunar, ve al Ponyville de la dimensión 10.04 y prepáralo para la niña. No se te olvide de que no debemos maltratar al pueblo, ni afectar las vidas de la gente— decía Dark con seriedad a su hija.
—Entendido. Iré mañana. Mi juguete, tú te quedarás cuidando de Canterlot y de la locatis.
—Sí, claro. ¿Cómo no? Tú te diviertes y yo me tengo que ocupar del trabajo aburrido— comentaba Brodek fastidiado.
—Oh vamos… no seas gruñoncete. Cuando vuelva, podemos hacer…— Lunar miraba a la niña que seguía en la comunicación —… Ese juego que te gusta tanto, amor.
— ¿Qué juego, mami? Yo también quiero jugar— decía Seris con una sonrisa emocionada.
Los padres se miraban entre ellos intentando saber que decir.
—… Es un crucigrama, varios crucigramas muy difíciles que jugamos mamá y yo. Gana quien resuelva todos los suyos antes que el otro— mentía el semental con una sonrisa algo nerviosa.
—Jo, qué rollo. Si es eso, no quiero jugar— se fastidiaba.
—Bueno… les dejamos. Nietecita, despídete de tus papás— decía Dark con una sonrisa mirando a la pequeña.
—Adioooosss. Os quiero mucho. Adioooss— se despedía con algo de ánimo y se cortaba la comunicación.
Al día siguiente, Nightmare Moon despertaba en su cama en estado de confusión. No tardó demasiado en fijarse en que cierta yegua estaba en la habitación.
—Ya te has despertado— decía Lunar con seriedad.
— ¿Qué pasó, ama?— preguntaba la emperatriz confundida.
—Te desmayaste. Bueno, ve a ducharte y vestirte. Tienes que ir a desayunar conmigo. Luego convocarás una rueda de prensa y harás unas declaraciones a los periódicos, y al pueblo. Les dirás que lamentas tu noche eterna y la retirarás, abolirás la esclavitud. Continuarás formalmente en el trono, pero a partir de ahora, Brodek y yo te asesoraremos e indicaremos que decisiones debes y llevar a cabo. Él y yo somos ahora los gobernantes de Equestria, tú solo eres una títere para quedar bien ante las masas. Al menos, hasta que traigamos de regreso a Celestia, después de su vuelta ya veremos cómo nos organizamos. ¿Entendido?— explicaba la yegua seria teniendo los brazos cruzados y subía levemente sus pechos mirando a la alicornio.
—Sí, ama— contestó Nightmare Moon levantándose de la cama y se inclinaba ante ella.
—Otra cosa. Mañana tengo que irme. Te quedarás a cargo de Brodek durante mi ausencia. Le obedecerás en todo hasta que yo regrese.
—Entendido, ama— respondió de forma sumisa la emperatriz.
—Muy bien. Ahora vete a duchar.
Nightmare Moon se metía en un aseo que había dentro de la propia habitación.
FIN DEL CAPÍTULO 1.
Espero que les haya gustado éste primer capítulo.
Como se dijo arriba, éste fic lo haré en conjunto con SCRITTORE PASSIONE. En este capítulo, él se encargó de la trama y los diálogos, y yo lo demás.
SCRITTORE tiene algo que decir.
"Hola a todos/as
Este es un fanfic que Comet Galaxy y yo hace tiempo que queríamos escribir juntos y publicarlo.
Seris es una niña adorable y se merecía tener su propia historia ¿No lo creen?
Tras añalizar el futuro contenido de la historia pensamos que lo mejor era que Comet se ocupase de la comedia, sexo si lo hubiera, y de la camorra, así como de la descripciones de varias situaciones y lugares. Por mi parte me he centrado más en los dialogos y en ciertos detalles de la trama general, también en el contenido político y social.
La idea de meter a Dark como capitan del FSI fue para darle un nuevo enfoque, dado que algunos lectores se quejaban de que era un gatito muy malvado en otros fics anteriores. Pero este fanfic no trata sobre la FSI, trata sobre Seris.
En principio Comet y yo hemos pensado que el fanfic se dividirá en tres partes. La primera siendo Seris una niña, la segunda siendo una adolescente y la tercera siendo una adulta. Aunque en la práctica habrá que ver cómo evoluciona el fanfic.
Eso es todo por ahora.
Un saludo.
Nos leemos."
Bueno, eso es todo.
Nos leemos.
