Hermione cayó de rodillas al suelo llorando amargamente, las peleas eran cada vez más frecuentes, las lágrimas eran cada vez más frecuentes, la amargura y la desdicha eran cada vez más frecuentes. ¿Valía la pena? ¿Valía la pena continuar con esa relación que se estaba volviendo autodestructiva? Le hacía daño estar a su lado, pero pensar siquiera en estar sin él le dolía aún más.
—¿Vale la pena? —preguntó su madre con suavidad, no se dió cuenta en qué momento la abrazó.
—No lo sé... —susurró Hermione con voz ahogada—. Ron es mi vida entera, lo amo demasiado... Pero siempre nos sacamos de quicio, siempre peleamos por alguna tontería, siempre termino llorando y él yéndose por unas horas, para luego volver, disculparnos y hacer como si nada... No sé si puedo seguir así...
—¿No has considerado hacer terapia? —inquirió su madre preocupada por su hija.
—¿Terapia? —repitió Hermione comenzando a molestarse—, ¿Y que todos crean que no soy capaz de salir adelante por mí misma? Yo soy perfectamente capaz de hacer las cosas por mí misma.
—Hija, yo no dije eso... No es malo buscar ayuda.
—Pues lo es para mí —replicó Hermione soltandose de los brazos de su madre.
La puerta de la casa se abrió dando paso a un pelirrojo que miraba todo con seriedad, al toparse con la mirada de Hermione bajó la vista avergonzado. Ella de nuevo lloraba por su culpa y él no quería que ella llorara nunca más.
—¿Podemos hablar? —dijo Ron en un tono de voz muy bajo.
—Mamá, ¿Puedes dejarnos solos? —dijo Hermione como respuesta.
—¿Quieres que me vaya o espero en el auto? —inquirió su madre.
—Espera en el auto...
Jean se fue sin decir nada más, la relación de Ron y Hermione era sumamente extraña, se amaban mucho, todos a su alrededor lo sabían, pero siempre peleaban por cualquier tontería. Siempre era igual: una diferencia de ideas, una pelea, gritos, lágrimas, Ron la dejaba sola y luego volvía y arreglaban todo como si nada. ¿Esa era la vida que Hermione quería? ¿Esa era la vida que Ron quería? ¿Qué pasaría si tenían hijos? ¿Qué ejemplo le darían? Jean no podía desear que ellos dos siguieran juntos, no bajo esas circunstancias. Necesitaban ayuda, pero eran tan tercos que no la aceptarían y serían muy desdichados de seguir así.
—Hermione, yo... —comenzó Ron.
—No digas nada, Ronald —interrumpió Hermione levantándose del suelo, se limpió las lágrimas con las palmas de sus manos y continuó—. Solo escúchame... Yo te amo, Ron y mucho.
—Yo también te amo, Hermione —dijo Ron sonriendo aliviado, él no podía vivir sin ella, era su vida entera y ella debía saberlo—. Te amo demasiado, Hermione. Más que a nada en éste mundo...
—Sin embargo —continuó Hermione, Ron frunció el ceño confundido, esa conversación no iba por el camino que él pensaba que iría—. No podemos seguir así... Yo no puedo seguir así... No lo soporto más, Ron —Hermione derramaba amargas lágrimas mientras el miedo invadía a Ron, ¿Ella iba a decir lo que él estaba pensando?—. Lo mejor es que nosotros...
—¡No! ¡No lo digas, Hermione! Por favor... —suplicó Ron desesperado, se lanzó hacia ella y la abrazó con fuerza—. Sabes que te amo, que no puedo vivir sin ti... Sé que me amas, por favor no hagas esto...
—A veces amar no es suficiente, Ronald —dijo Hermione llorando con más fuerza—. Es mejor que terminemos con nuestra relación.
Ron se separó unos centímetros de Hermione, lo suficiente para verla a los ojos. Era una broma de mal gusto, era su manera de castigarlo por ser un idiota, él entendía que lo merecía. Pero dolían demasiado esas palabras aunque fueran solo un juego.
—Sé que estás molesta, amor. Pero no juegues así conmigo —dijo Ron llorando también. Hermione lo miraba sin dudar, no era un juego y su mirada lo de mostraba—. No puedes estar hablando en serio, Hermione. Sé que soy un idiota, sé que soy celoso y posesivo, sé miles de malditas cosas... Pero también sé que sin ti no soy nada, que eres ni vida entera, que moriría si no te tengo a mi lado.
Ron la observó con desesperación, ella no podía dejarlo, pero la mirada que ella le dirigía le decía todo, ella ya había tomado su decisión y no daría marcha atrás. Ron la abrazó con fuerza y la besó, la besó con amor, con pasión, con desesperación. Ella cambiaría de opinión, estaba seguro, tenía que cambiar de opinión y quedarse a su lado. Sin embargo una vez que cortaron el beso Hermione se apartó de él y caminó hacia la puerta.
—Me voy a casa de mis padres, mañana vendré a buscar mis cosas. Adios, Ron... Espero que seas feliz...
Hermione se fue sin voltear atrás, lo había dejado solo, había terminado su relación sin importarle nada. Él no lo podía permitir, seguramente ella estaría más calmada al día siguiente y todo volvería a la normalidad. Es cierto que peleaban mucho, pero así eran ellos desde siempre, desde el primer momento en que se vieron pelearon; pero eso no lo era todo, también eran felices, también se acurrucaban en el sillón a ver una película, también se miraban a los ojos al despertar diciéndose lo mucho que se amaban, también pasaban los días de frio abrazados frente a la chimenea, también hacían desastres en la cocina cuando se atrevían a cocinar (que terminaban en ellos dos cubiertos de harina besándose con pasión para luego pedir comida por teléfono), también hacían el amor con pasión y también se sorprendían mutuamente con pequeñas cosas. Ella no lo dejaría, no si él podía evitarlo.
Tres años después Ron entraba en su pequeño departamento en Nueva York. Hermione nunca quiso volver con él y Ron prefirió mudarse a otro pais para intentar olvidarla, y ese era precisamente el problema: intentar. Cada día lo intentaba y cada día fracasaba enormemente, ella nunca se alejaba de sus pensamientos, y su corazón aún lloraba su ausencia. Las mujeres que lograban llevarlo a la cama nunca pasaban de una noche, ninguna tenían su inteligencia, ninguna tenía esa manera de replicar por todo, a ninguna se le fruncia la nariz de esa manera tan linda cuando él hacía algo que no le gustaba, ninguna tenía esa pasión desbordante a la hora de entregarse a él...
Una lechuza parda desconocida se encontraba esperándolo en la sala, Ron la miró con curiosidad, ¿Quién le habría escrito? Se acercó a la lechuza quien se quedó quieta esperando que él tomara la carta para irse. Ron tomó la carta rápidamente y la lechuza partió. Abrió el sobre y lo que encontró allí lo dedestrozó. Una invitación a una boda... Su boda, la boda de Hermione... Hermione se casaría con Harry... Eso él no lo iba a permitir, Hermione era suya, solo suya...
...
Como siempre mi inspiración me hace escribir sin terminar las demás historias que tengo publicadas, pero bueno... soy incorregible! Ese será un mini fic de pocos capítulos, no sera un Harmione, así que si eso buscas te recomiendo que no leas la historia, yo estoy en contra de Harmione y totalmente a favor del Romione, así que ya sabes que esperar! Espero disfruten la historia!
