Sakura estaba consciente de que participar en un combate y planificar tácticas para destruir a los otros definitivamente no contaban como su punto fuerte, sin embargo, eso no le daba derecho alguno al segundo príncipe de Nohr para hablarle de una manera tan poco amable.

Estaba enfadada. Y confundida, pero enfadada más que nada.

(...)

La pequeña vestal caminaba por el plano astral cuando se encontró con uno de los miembros de la Familia Real Nohria, Leo. Enseguida pensó que ésta podía ser una buena oportunidad para intentar conversar con él, además de que habría sido muy descortés pasarlo por alto después de haber notado su presencia.

Reuniendo mucha fuerza de voluntad, Sakura avanzó unos cuantos pasos y le habló:

- Oh, ho-hola, Leo – saludó tímidamente, a lo que el joven correspondió casi de inmediato esbozando una sonrisa. La princesa sintió cómo sus mejillas comenzaban a arder, así que se apresuró a continuar hablando – ¿Te diriges a la reunión del consejo de guerra de hoy?

- Sí, por supuesto – el muchacho pronunció un poco más su gesto. Tal vez acababa de conocerlo, pero Sakura estaba segura de que no se veía como una amenaza, justo como Takumi le había descrito en una de sus charlas anoche – ¿Vas a acompañarnos?

- No, yo... – ella negó con un movimiento de cabeza, mientras luchaba para que su sonrojo se desvaneciese – No sería de ninguna ayuda. No me gusta discutir cómo la gente es d-derrotada...

No pudo evitar sentir una ligera intriga cuando la sonrisa de supuesta felicidad de Leo cayó completamente para, en una fracción de segundo, mostrar un semblante frío. Parecía como si su respuesta le hubiese afectado. ¿Por qué?

- Ya veo. Así que estamos todos reunidos para hablar sobre algo que odias.

- L-lo siento...no quise decir eso.

- Es cierto, sin embargo – suspiró – Las reuniones de guerra son para la creación de estrategias y decidir la mejor manera de masacrar a nuestros enemigos – Sakura formó una mueca de disgusto en su rostro en cuanto escuchó esas palabras y, por supuesto, para alguien tan sagaz como el príncipe frente a ella, no pasó por alto – Puedo ver que sería preocupante para alguien que detesta la violencia, como tú lo haces. Por desgracia, si no discutimos esos puntos, entonces nuestros propios soldados terminarían heridos.

Todo lo que Leo había comentado era, en parte, cierto. La guerra era cruel, demasiado. No cuestionaba que muchas veces sólo existían dos opciones: matar o morir. Los nohrios lo hacían ver tan fácil, sin embargo, casi como si no les importara el sufrimiento ajeno. Eso era lo que más le repugnaba.

- S-sí, entiendo...pero—

- Princesa Sakura, simplemente no estás hecha para participar en el campo de batalla. Es muy claro – declaró, sin pensárselo por mucho tiempo – Debes mantenerte fuera de peligro y rezar para que la guerra termine pronto. Una persona amable como tú no está hecha para esta vida.

Sin darle oportunidad de refutar eso, Leo abandonó la conversación y, por ende, también a la pequeña hoshidana, quien sólo pudo permanecer ahí, molesta y desconcertada por lo que acababa de suceder.

(...)

Lo admitía: Takumi tenía buenos motivos para señalarle hasta el cansancio la desagradable actitud del príncipe menor de Nohr. Pero Sakura quería hacer algo para demostarle a Leo que se equivocaba al juzgar de esa manera su pensamiento pacifista.

Porque, a fin de cuentas, él no podía tener la razón en todo.


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