Declaimer: Como ya saben, los personajes de esta historia no me pertenecen. Y este fic fue hecho solo para fines recreativos.
¡Hola a todos! Este fic es para cumplir el primer reto del 2015. ¡Y vaya que fue un reto! Aunque debo admitir que me divertí haciéndolo. Para mi gusto creo que le falto, pero mis musas no dieron más. Aun así espero que sea de su agrado.
Género: Comedia /Aventura
Summary: El primer amor es el que se recuerda, pero enamorarse de un hombre mayor es mucho más memorable. Enamorarme de él fue sencillo, odiaba a mi madre.
Pareja: Chibiusa /Yaten K.
Serena tonta.
—Y eso es todo lo que ha pasado desde que volviste al futuro—Termino Mina el relato al que puse nula atención. ¿Y como quieren que me concentre si la tonta de Serena está comiendo- devorando-tragando una caja entera de galletas justo a mi lado?
— ¿Y tú que puedes contarnos? ¿Por qué volviste al pasado?— Sus miradas curiosas se posaron sobre mi— Es solo que las extrañaba un poco, en el futuro han estado muy ocupadas. Recordé haber disfrutado mucho mi visita al pasado así que suplique a mis padres que me permitieran volver. — Respondí sonriente ante semejante mentira, porque la verdad era todo lo contrario. Prácticamente suplique de rodillas abrazada a la pierna de mi padre para que no me enviaran al pasado, pero el dijo y cito "Debes de alguna forma hacer las paces con Serena, si le das una oportunidad aprenderás a verla como las chicas y yo lo hacíamos, y eso te ayudara a mejorar la relación con tu madre"
Era verdad que quizás, y solo quizás, yo estaba un poco inclinada a no verla plenamente como lo que era, o mejor dicho, como lo que seria, mi madre, la reina de aquella utopía que sería mi hogar. Y es que desde mi primer viaje en el tiempo no podía sacar de mi mente la imagen de la Serena atolondrada, irresponsable, floja, comelona, llorona e irritante. No quería admitirlo, pero era más que obvio que el conocer a mi madre en su juventud había cambiado la imagen que antes tenía de ella.
Definitivamente el viajar en el tiempo cambio mi vida. Anteriormente mi madre lo era todo para mí, la imagen de la perfección, la bondad, la belleza. Pero ahora me era imposible ver a "la tonta de Serena" y a mi mama como una sola persona.
¡Oh pobre de mí!, a veces quisiera que alguien tuviera la facultad de borrar de mi memoria aquellos recuerdos. Aun sueño que aquella Serena tonta me persigue con ojos de lunática por haberme comido la ultima rebanada de pastel de chocolate. Y en ocasiones cuando me lanzo a los brazos de mi padre, aun espió sobre su hombro para ver si esa misma chica enloquecida por los celos se lanzara contra nosotros para querer separarnos. Obvio que mi mama no hace eso, y allí es donde está el problema, mi mama y aquella Serena de mis recuerdos no son exactamente iguales.
Era por eso que mi padre me envió de nuevo al pasado con la esperanza de que de alguna manera yo lograra hacer las paces con la Serena de esa época y así mejorar mi concepto de ella y recuperar la buena relación que tenia con mi madre antes de aquel primer viaje.
—Bueno, entonces buscaremos la forma de que te la pases genial para que vuelvas al futuro con buenos recuerdos. —La sugerencia de Amy fue muy bien recibida por el resto de las chicas, quienes de inmediato comenzaron a hacer planes para esas vacaciones. Por supuesto no era una coincidencia que mi padre me enviara justo cuando ellas terminaban un ciclo escolar. Más tiempo con la tonta de Serena, ¡la emoción me mata!, o mejor dicho… quisiera estar muerta.
Unos pasos se escucharon cercanos a nosotras en el patio del templo. —Deben ser los chicos— Comento Rey lanzando una de esas miradas que me piden que me comporte, y no olvide la conversación donde ya me habían explicado la existencia de las tres estrellas fugases, apodo que me pareció de lo más ridículo, en especial tratándose de hombres. Yo tan solo suspire y asentí en silencio dándole a saber que estaba consciente de que ellos no conocen nada con respecto al futuro, y que yo nuevamente pasaría ante todos como la prima de Serena.
Los tres chicos llegaron y las presentaciones pertinentes fueron hechas, y de esa forma, yo finalmente había podido ponerles un rostro a aquellos chicos, a los que en el futuro se les conocía simplemente como los hermanos Kou. Porque si, era obvio que yo había oído relatos sobre ellos, pero preferí no comentarlo por temor a que Mina me asaltara con preguntas sobre su futuro con Yaten. Un futuro que en mi época ellos no compartían. Pero en fin, era casi ridículo que hubiera tenido que viajar al pasado para poder ponerle rostro a ese trio. ¿Acaso no existen ya las cámaras fotográficas, o era solo que en el futuro a nadie se le ocurrió sacar el álbum?
—Vaya, es impresionante el parecido que tienes con tu prima— comento Seiya. Él no me agradaba. Quizás era su mirada de cachorro moribundo. Quizás su obvia y patética desesperación de que Serena le prestara atención, o tal vez el hecho de que parecía celebrar y estar de acuerdo con cualquier cosa que "mi futura madre" decía, lo cual no logro comprender tomando en cuenta que la mayoría de las cosas que profieren de su boca se relacionan con chocolate. ¿Soy la única que lo nota?
—Sí, eso era justo lo que le faltaba al grupo, una Serena en miniatura— Quizás debí sentirme ofendida, pero no pude, el obvio desinterés mezclado con la palpable antipatía hacia mi futura madre que mostro Yaten me pareció encantador. El no la soportaba, lo confirme cuando rodo los ojos tras otro comentario de la tonta de Serena. Y así, de la nada, tuve mi primera fantasía romántica en la que pude verlo rodeado con un halo de luz, montado en un hermoso unicornio, sonriéndome y extendiendo su mano para invitarme a galopar abrazada de su cintura. Si, esa era mi definición del amor.
En realidad ignoraba el por qué Yaten parecía no ser capaz de tolerar a Serena, no es que no lo comprendiera, ella la mayoría de las veces era realmente insoportable, pero por alguna extraña razón todo parecía indicar que solo él y yo lo notábamos. Eso me gustaba, teníamos algo en común, y bueno, debía reconocer que aun a mi corta edad era plenamente capaz de aceptar que el chico es, como dice Mina, una mezcla de adonis-semidiós- ángel desterrado de paraíso, lo cual me parece una descripción acertada. Lo de su destierro se debería seguramente a su carácter, otra cosa que nos hacia mas similares.
— ¿Tienes hambre bombón?—Si mis miradas fueran puñales, ese trio se convertiría rápidamente en dueto. — ¿Tú crees?— Le pregunte dejando notar mi sarcasmo (algo bastante desarrollado para mi corta edad) — No, seguramente el rugido de su estomago fue solo por la emoción de tenerte cerca.
Seiya enrojeció un poco ante el sínico comentario que hice a su estúpida pregunta. El resto, a excepción de Yaten, se mostro sorprendido ante mi actitud. ¿Que esperaban, que yo abriera la boca y brotaran margaritas? ¡No! Ese chico no me simpatizaba, yo ya conocía su historia con Serena y no iba a permitir que su regreso a la tierra afectara mi nacimiento. ¡Claro que no!
—Rini eso fue muy grosero de tu parte— Me reprendió la versión actual de mi madre—Comentario que ignoré gracias a la sinfonía que resulto para mí la risa de Yaten— y tu no deberías estarte riendo— le reprendió esta vez a él.
—Esta niña me agrada—Aseguro él haciéndome sentir especial— Es más, ¿qué dices si te invito un helado? Es lo menos que puedo hacer después de haberme alegrado el día.
Yo me puse de pie como si mi trasero fuera de resorte. — ¡Claro!— Acepte acercándome a él y colgándome de su brazo. Lo cual note que no le agrado del todo a Mina. Lo siento, pero este semidiós tiene nueva dueña.
— ¿Tu hermano siempre es tan...?— Deje la pregunta suspendida esperando que él la interpretara, mientras seguíamos caminando a la heladería con el resto algunos metros detrás de nosotros. ¿Quién los había invitado?
—En ocasiones es peor—Aseguro— Se intensifica cuando esta cerca de Serena. A veces quisiera que ella no tuviera novio para que pudiera corresponderle y así yo dejaría de escucharlo lloriquear por "su bombón" en todos los rincones existentes. Pero después recuerdo que eso la convertiría en mi cuñada, y es entonces cuando agradezco a todos los dioses el que no sea posible que seamos parientes. Una boda entre esos dos seguramente me llevaría al suicidio.
—Te aseguro que eso jamás pasara. Yo adoro a Darién y digamos que soy capaz de tolerar a Serena, casi siempre, pero si de algo estoy segura, es que ellos dos deben estar juntos.
—Pues yo prácticamente no conozco a Darién, pero compadezco al pobre chico. —Yo sonreí ante su comentario. — Si, la mayoría de las veces yo también lo compadezco. En el futuro la situación es diferente, pero estamos hablando de este presente, y si, en este presente, con esta Serena, yo también lo compadecía.
Al llegar a la heladería Yaten y yo nos sentamos apartados del resto del grupo que se había auto invitado, y pronto la chica que atendía se acerco a tomar pedido con una tonta sonrisa nerviosa y una ridícula mirada coqueta. — ¿Te pasa algo, o tu cara es así?—Pregunte fingiendo inocencia. Ella me fulmino con la mirada mientras que Yaten soltó una carcajada mal disimulada, logrando que el rostro de la chica adquiriera un color tan rojo que cualquier tomate la envidiaría.
Su mano temblorosa anoto nuestra orden y ella se retiro—Apuesto a que si le guiñas un ojo su cabeza explotara—Le comente a mi acompañante cuando la chica se aparto lo suficiente. El sonrió con malicia. — ¿Quieres comprobarlo?—.
Fingí meditarlo por un segundo—Quizás solo se derrita. Es más, apuesto a que si le lanzas una sonrisa seductora se desmayara. — Sugerí divertida.
Su sonrisa maliciosa se amplió, y justo cuando la chica se acercaba con nuestras copas de helado, Yaten agito su cabello y sonrió de tal manera que por un momento me dejo sin aliento. Obvio que la reacción de la chica fue más evidente, ya que de la nada se congelo, quedando como estatura embelesada ante la mirada seductora de Yaten.
— Disculpa, creo que algo está escurriendo de tu boca—Le "murmure" sacándola de su atontamiento al mismo tiempo que mi acompañante recuperaba su habitual postura arrogante. Ella se acercó poniendo todo su empeño en que sus piernas no se volvieran de gelatina, pero justamente eso parecían tomando en cuenta la forma en que temblaban. Yo estaba haciendo cálculos mentales imaginando en momento en que caería al suelo. Pero no fue así, ella logro volver al mostrador, ganándose con ese pequeño triunfo, un poco de mí respeto. Mina no lo hubiera logrado.
Y creo que al pensar en ella, la invoque, ya que la vi ponerse de pie y comenzar a caminar hacia nosotros— Mina viene— Advertí en un canturreo burlesco para después devolver mi atención a la copa de helado de chocolate que tenía enfrente—Serena también—Me devolvió la burla, y ambos rodamos los ojos.
Me sentía adulta junto a él, y el hecho de que Yaten no me tratara como a una niña ayudaba mucho. Era obvia la diferencia de edad, pero tampoco era para tanto. A lo mucho pasaría como mi hermano mayor. Quizás en un par de años, si él se mantenía joven y yo me desarrollará prematuramente….
Un golpe seco a nuestra derecha nos sobresaltó. Había sido Serena quien descendió a besar el suelo. Su lloriqueo se dejó escuchar de inmediato, y obvio que todos corrieron a socorrerla. Bueno, casi todos, Yaten y yo estábamos muy, pero muy ocupados, ósea, estaba haciendo calor, y el helado era el primero en resentirlo. En fin, la tonta se había caído en el camino de su mesa a la nuestra ¿Acaso poner un pie delante del otro le parecía tan difícil? Tranquila, ella será mi madre, debo aprender a tolerarla. —Me repetí mentalmente mi nuevo mantra. ¡Pero Serena me lo ponía tan difícil!
—Serena tonta— Murmuramos al unisonó con un tono de hastió. Y en ese momento lo supe ¡Era yo la que se derretía por ese hombre! ¡Me encantaba! Su sentido del humor semiamargo. Su obvia antipatía ante las cursilerías de Serena. Su sonrisa cínica. Su aspecto arrogante y varonil que a la vez resultaba irresistible. ¡Dios! Sin duda Yaten sería el protagonista de mis sueños de adolescente. Quisiera secuestrarlo y después liberarlo en el futuro cuando mi edad fuera la suficiente para no generar un escándalo.
Me habían dicho que el primer amor es el que se recuerda, pero enamorarse de un hombre mayor es mucho más memorable. Enamorarme de él fue sencillo, odiaba a mi madre, o mejor dicho, odiaba a la chica tonta que en algunos años llegaría a ser mi madre.
Resumen del día: ¡Estoy enamorada! Y con respecto al propósito de mi viaje debo aceptar que las cosas no están resultando como mi padre esperaba. ¡Aun no la soporto! La tonta Serena sigue sacándome de mis casillas. Es que es tan... tan... ella misma.
Pero bueno, mañana será otro día, quizás mañana las cosas cambien. Quizás Serena despierte derrochando la sensatez y seguridad que posee mi madre, o quizás mis neuronas mueran súbitamente y ella de la nada llegue a parecerme la persona más genial del universo. No lo sé, supongo que todo es posible...
