Bleh bleh, personajes pertenecen a Steph Meyer. La historia es mía :)
30 días
Prefacio
La muerte, ser peligroso que viene cuando menos se le espera. A veces es repentina, a veces te da tiempo. A veces te da treinta días para reír, llorar, y amar al máximo antes de el trágico final.
A veces te da una oportunidad de cambio, de abrir tus ojos antes de cometer un error. A veces te dirá que es lo que quiere tu corazón. Si le vemos este lado, la muerte no puede ser tan mala.
Primer día: El día de la noticia
Billy sujetó la mano de Rachel fuertemente. Los chicos de la manda esperaban sentados con la cabeza agachada, y yo no hacía mas que ir y venir impaciente por la habitación.
Jacob se sacrificó por mi culpa, un neófito le mordió, le inyectó la venenosa ponzoña en su organismo, y quedó bastante grave. Carlisle lleva media hora intentando hacer algo por él, y no tiene con los nervios de punta.
Quejidos se escuchaban en la habitación. Una sensación recorrió mi estómago, y se me erizaron los bellos de los brazos.
—Si tan solo no se hubiera metido el muy idiota... —comenzó Leah la frase con frustración, pero Sam la interrumpió.
—Estarías en la misma situación, probablemente muy grave. Deberías agradecer que Jacob te salvó luego de dicha estupidez.
Leah guardó silencio arrepentida.
La puerta de la habitación de Jake se abrió con suavidad. Carlisle salió a paso lento, y su rostro no anunciaba muy buenas noticias. Rogué en mi interior para que solo fuera un distractor.
—La ponzoña ha invadido rapidamente su organismo. Aquel neófito le inyectó demasiada ponzoña, más de lo soportable en licántropos. Intenté con algunas medicina e inyecciones, pero el veneno las deshació rápidamente. Y esa no es la mala noticia...
Rogué con todas mis fuerzas que todo fuera una vil mentira. Sé que Carlisle jamás me engañaría, pero una vocecita incrédula en mi mente susurraba que no era verdad.
—Esto será duro. A Jacob solo le quedan treinta días de vida.
Sentí mis piernas desfallecer sobre alguien. Luego unos brazos me abrazaron con calidez, mientras mis lágrimas caían desesperadas. No tenía idea de en que hombro caían mis lágrimas, solo quería quedarme ahí.
—Lo siento mucho. Ahora debo irme —Carlisle se despidió con total seriedad y salió por la puerta.
Entre mis sollozos, escuché varios más en la habitacíon. Saqué mi cabeza del escondite de brazos, y ví a Rachel abrazar a Billy, ambos lloraban.
Quil y Jared se cubrieron el rostro, Seth sollozaba sobre los brazos de Leah, y Sam guardó un profundo silencio junto a Paul.
Me sentí totalmente devastada, no dejaba de sollozar, mientras Embry me acariciaba la espalda —sí, en él había caído— e intentaba resistir las lágrimas.
Quize entrar en el cuarto de Jake, pero de solo verlo se me rompería el corazón en mil pedazos.
Todos decidieron que lo mejor era que descansara, y se marcharon a sus respectivos hogares. Pero yo no me marché, debía estar junto a él aunque sea a veinte pasos.
Billy respetó mi decisión, luego telefoneó a Charlie para que supiera que me quedaría en casa y para contarle las fatales noticias.
Me armé de valor, entré a la habitación. Jacob yacía sobre su cama, su rostro estaba pálido y cansado, su respiración era lenta y forzada. Caminé hacia él con lentitud, y una sonrisa pequeña se extendió en su rostro.
—¿Se enfadó contigo? —apenas pudo mencionar palabra alguna.
—No, pero eso ya no importa Jake.
Me incliné junto a su cama y tomé una de sus manos. Su cálida piel ya no estaba tan cálida, cada segundo que pasaba se enfriaba cada vez más.
—Estaba tan preocupado por tí —murmuró.
—¿Por mí? No deberías. Carlisle ¿Te... lo dijo?
—Sí —respondió mirando hacia otro lugar— Supongo que a fin de cuentas es mejor así.
—¿Acaso te volviste loco? Yo no quiero que tu mueras, nadie lo quiere —Jake ya estaba perdiendo la razón. La idea de su muerte me golpeaba en el pecho con fuerza.
—Lo sé, pero de verte casada con ese chupasangre —hizo una pausa para descansar y aspirar— Hubiera sido peor que morir.
No había pensado en eso, y ya no quería hacerlo. Amaba a Edward mas que a nada, pero dejar a Jacob después de esto sería una crueldad. Me propuse pasar los veinte y nueve días junto a él, y espero que a Edward no le moleste.
—No vuelvas a pensar en eso. Pasaré cada día que queda junto a ti.
Esta vez su sonrisa se extendió mucho mas grande. Hizo un esfuerzo y acarició una de mis mejillas. No resistí más y otra lágrima cayó de mis ojos.
Jacob se entristeció y la secó con delicadeza.
—No llores Bella, no ahora. Por favor, prometeme que no volverás a llorar.
Asentí exageradamente, pero mis lágrimas no se detuvieron. Jacob sostuvo una de mis manos y me miró a los ojos. Bastó para que mis lágrimas se detuvieran indefinidamente.
Me quedé junto a él, hablando de cualquier otra cosa. Tenía que mantenerlo distraído, y distraerme yo también.
El telefono chilló molesto. Billy llegó con él en la mano, diciendo que Edward llamaba. Tomé el telefono y fuí a la cocina para hablar.
—Bella, solo quería saber como estabas —mencionó comprensivo.
—Estoy... —no me parecía necesario comentar lo más obvio— Bueno Edward, he tomado una decisión. Estos treinta días los pasaré con Jacob, y te pido que me apoyes, si es que quieres.
Hubo un pequeño silencio, pero retomó la conversación.
—Yo te apoyaré totalmente, amor. Pero ten cuidado. Te amo más que a nada, y te extrañaré infinitamente.
—Muchas gracias Edward —me sentí aliviada de que me apoyara y comprendiera— Yo también te amo. Adiós.
—Adiós mi amor.
Colgué el telefono y volví junto a Jacob. Se había quedado dormido, pero no me importó y descansé mi cabeza sobre su pecho, con el resto de mi cuerpo incómodamente acomodado junto a la cama. Mis ojos se comenzaron a cerrar. Las lágrimas me habían dejado fatigada. Sin resistirme, me dormí.
Ok, esto es lo mas megahipertriste que escrito en mi vida, y si, el mundo se acaba. En esta edición, a Jacob no le muelen los huesitos, si no que lo muerden hasta dejarlo moribundo T-T Esperaré algun reviewcito para continuarlo, aunque lo haré de todos modos. Se le agradece la idea a Chica Estrellita, chica generosa que aportó la y abrazos de lobo llorón /Carly :3/
