Era un día normal en Royal Woods, si, al menos normal para la mayoría, pero no para unos chicos que pasaban los momentos más angustiosos en lo que llevan de vida, una situación en la que nunca imaginaron que estarían alguna vez.

Nunca… hasta hoy.

— ¡No puedo hacerlo Lincoln!.. ¡Esto es… demasiado para mí!— le decía Clyde angustiado tomando a Lincoln por el cuello.

— ¡Tenemos que hacerlo!, Clyde ¡tenemos que hacerlo, por ellas!, ellas nos han puesto el ejemplo, debemos ser fuertes y seguir lo que nos han demostrado de lo que son capaces de hacer—. Dice Lincoln con un gran aire de tristeza tomando a Clyde de sus hombros mientras lo sacude ligeramente para hacerlo recapacitar. Era su deber, después de todo la amistad que hay entre ellos sobrepasa más que cualquier situación, por injusta y cruel que ésta fuera.

— Pero es que es tan ¡difícil!; ¡Tan doloroso para mi!, tan…

— Lo sé y te comprendo; sabes que yo tendré que seguir tus pasos, ¡tu ejemplo a seguir, amigo mío!—. Le dice Lincoln tratando de convencerlo, su mirada suplicante lo dice todo—. ¡Debes hacerlo!, Esto tal vez tenía que suceder tarde o temprano; y… está sucediendo ahora.

— ¿Qué dirán mis padres cuando lo sepan?—. Dice Clyde mientras cierra sus ojos y mira hacia el cielo; se nota que Clyde realmente se está resignando mientras traga saliva con dificultad en tanto su rostro refleja su desesperación, aunque sea de forma involuntaria.

— ¡Estarán orgullosos sin duda de su único y adorado hijo!, solo espero que soporten la impotencia de vernos hacer lo que… haremos.

— Realmente es necesario hacerlo?, no habrá otra forma de…

— ¡NO LA HAY!, Clyde, ¡hemos hecho tanto para llegar hasta este momento!; ¡todo depende de nosotros! ¡Ellas dependen de ti y de mí!, lo están haciendo ahora mismo. ¡Eso es fortaleza! y no vamos a hacer que su esfuerzo se vaya a la basura por no seguir su ejemplo—. Le dice Lincoln con un rostro de desesperanza que logra convencer a Clyde. Lincoln se hace a un lado — ¡Míralas, Clyde!, Penélope, Ronnie Anne y Cookie lo están haciendo por que todo salga muy bien, es nuestro turno, debemos demostrarles de lo que somos capaz de hacer por ellas…dignamente.

— Pero ellas… ellas pareciera que lo están disfrutando… ¡Mira a Penélope!, ¡se ve tan… tan… sonriente y, tan bella….!

— Sabes que Penélope lo es; es bella… tan bella como se ven Ronnie Anne y Cookie desde aquí, y si ellas han logrado verse tan hermosas, es justo que intentemos hacer el mismo esfuerzo que ellas.

— ¡PERO NO ASÍ!— Acrecienta la voz Clyde al momento que se levanta y Lincoln lo observa con mallas, pantalones bombachos y chaqueta al estilo "Príncipe Azul" ahogando una risa de burla en la garganta…

— ¿De que te quejas?, yo… yo soy un… ¡un hada! ¡Esto sí que es humillante!— dice Lincoln mientras permite dejarse ver con mallones, leotardo, tutú y unas alitas, todo en color amarillo con naranja y uno que otro detalle color verde limón…

— ¿De qué te quejas? ¡Al menos vas a volar!, ¡pero Penélope me las va a Pagar algún día! Solo a ella se le ocurrió hacer una versión moderna de la cenicienta para el día de las madres. ¡La besaré delante de todos!— dice Clyde mientras escucha su llamado a escena.— después de todo, eso es lo que tengo que hacer según el guión que ellas escribieron.

— ¡Suerte Clyde!, ¡rómpete una pierna!, – le grita Lincoln mientras Clyde sale con su mejor sonrisa a escena…

— ¡Lo que romperé, será otra cosa! — Le dice entre dientes mientras Lincoln se reía y carcajeaba, pero cuando le tocó salir a escena, la sonrisa se le borró de su rostro; era su turno de hacer… lo que tenía que hacer.

Fin.


Dedicado a mis "caballeros de la mesa cuadrada" de "Esto es Loud House"