Hola a todos! ¡SOY YO OTRA VEZ! Muajajajaja!

Este es mi segundo fic, no esperen mucho, soy pésima escritora :'D

Los personajes no me pertenece, a excepción de Lula The Hedgehog.


El simplemente miraba al sol ocultarse por el horizonte, en toda la sima de una colina, observaba en silencio el cielo teñido de naranja y rojo, para dar paso a la noche. Solo se escuchaba el sonido del viento y uno que otro insecto, un suspiro se escapo de su boca y cerro los ojos por un momento.

Entonces la recordó.

Sus ojos azules que lo miraban con ternura, su sonrisa inocente y alegre, la extrañaba mas de lo que imaginaba. Pero su cara no mostraba ningún sentimiento.

Entonces algo llamo su atención

Un grito lo saco de sus pensamientos y casi por impulso, fue corriendo… o mejor dicho patinando al lugar de donde provenía el grito, que al parecer, era de una chica.

Al llegar al lugar, se encontró con una criatura oscura. Por la oscuridad de la noche, no se podía distinguir que era. Había una silueta femenina en el suelo, parecía estar temblando de miedo, ya que al parecer la criatura estaba por atacarla. Pero el, fue mas rápido y de una patada en lo que parecía ser la cabeza de la bestia, lo hizo separarse bruscamente, enviándolo a un árbol para que este se golpeara con el.

Aterrizo frente a la chica, cuya cara aun no había podido ver, pues estaba de espaldas a ella, esperando que aquella bestia contraatacara, por lo que estaba en guardia. Solo podía oír los gemidos de miedo de esta y su irregular respiración, pues el silencio reino por unos momentos. La criatura huyo de miedo, al parecer, el golpe fue lo suficientemente brusco para asustarlo y lastimarlo.

El erizo se volteo a verla. Estaba sentada en el suelo, apoyada con las manos. Su cuerpo tembloroso estaba cubierto por una braga azul marino, en su cuello llevaba una pañoleta blanca y la camisa que estaba debajo de su braga era azabache. Sus zapatos eran azul con negro. Sus orejas estaban bajas y su piel era azul claro, parecía ser una pequeña eriza. Pero lo que mas le llamo la atención, era esos ojos azules que le recordaban tanto a ella. Esa mirada tierna e inocente, que ahora mismo reflejaba lo asustada que la chica estaba.

-¿Estas bien?- Pregunto con una voz seria y profunda, para extender su mano. Ella no dijo nada y asintió con la cabeza, aun parecía estar asustada por lo reciente, por lo que con duda, tomo su mano y se levando. El erizo noto lo caliente que estaba, pero no le dio importancia-¿Qué haces por aquí sola y a estas horas?- prosiguió.

-Estaba…-se le veía dudar sobre si proseguir con lo que iba a decir-Yo… me perdí- Dijo la pequeña cabizbaja

-Ya- Susurro el erizo, restándole importancia –Ven conmigo, te sacare de aquí y te llevare a tu casa- Se sorprendió de sus palabras, pero en ningún momento cambio su expresión seria.

-Yo… no tengo casa- alzo la mirada para verle a los ojos y luego sonreírle tiernamente –Iba a buscar un tronco hueco donde pasar la noche-

-¿un tronco hueco?-Pregunto confuso.

-¡Sip! Son muy cómodos, y son buenos para refugiarse de la lluvia, lo único malo es que el frió de la noche entra con facilidad- dijo como si fuera lo mas normal del mundo.

-¿No tienes casa?- pregunto nuevamente el erizo.

-Pues… No- susurro la chica desviando la mirada – Pero vivir en el bosque es genial, es muy tranqui…- No pudo terminar, pues perdió el equilibrio y empezó a ver borroso. El erizo por suerte la tomo antes de que cayera al suelo.

La miro detenidamente. Su respiración era bastante irregular y sus mejillas estaban bastante rojas "puede ser que…" pensó el erizo y le toco la frente

-¡Pero si estas ardiendo!- Dijo el erizo casi en un grito. Ella solo sonrió tímidamente.

-L-lo siento…- Dijo tratando de apartarse de el, pero sus fuerza estaban agotadas –Anoche hacia mucho frío… mas la lluvia, creo que me he resfriado hehe- una torpe sonrisa se dibujo en su rostro.

-¿Te parece gracioso?- Le regaño el erizo. Era muy raro vérsele preocupado por alguien,y aunque por mas frió que fuera,tampoco es que era un ser vil como para dejarla tirada en el bosque en ese estado y sin saber si andaría algún pervertido que le desgraciara la vida.

-Lo siento- Se disculpo nuevamente y el se extraño por eso.

El erizo suspiro con pesadez y la tomo en brazos. No iba a dejarla allí, así que después de pensarlo unos segundos, decidió llevarla a su casa y cuidarla… Cosa que era realmente extraño. Cualquiera que le viese se quedaría perplejo. Pero el también tiene un corazón ¿saben? Aunque tal vez la razón mas fuerte por la cual ayudaba a esa pequeña eriza, era por el hecho de que le recordaba a aquella humana. Espero que sepan de quien he hablado durante el rato, pues ¿que erizo aparenta ser un emo antisocial y gruñón? Pues claro que solo hay uno.

-Calla- Ordeno el mientras empezaba a caminar- Te llevare a mi casa, y descansaras hasta que te sientas mejor-

-Lo siento-se disculpo nuevamente. El erizo estuvo apunto de regañarle por eso, pero ella le interrumpió – Y… gracias- finalizo la chica para cerrar sus ojos, acurrucando su cabeza en el peludo pecho del erizo.

-Hmp…- miro al frente sin prestarle atención a lo que ella hacía. La chica deliraba por la fiebre que tenía, así que se limito a seguir su camino y nada mas.

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Llego a los minutos y entro a su casa. Era un pequeño apartamento alquilado. Decidió vivir solo, pues estar en la casa de Rouge the bat ya se había vuelto una molestia por tener que soportar las escenas de enamorados que ella y el equidna rojo tenían. Según el, le daban ganas de vomitar, así que prefirió irse antes de vomitar arco iris.

Por suerte, el apartamento era de dos habitaciones, así que la recostó en la habitación desocupada y le acobijo bien para que no le diera frió. Lleno un embase con agua y remojo un pedazo de tela que encontró en su habitación para luego ponérsela en la frente.

Al sentir el frío, la chica abrió los ojos y se encontró que la mirada rubí del erizo. Ella sonrió levemente y balbuceaba algo que el apenas entendía.

-en mi bolsillo…-susurro ella, hizo una pausa significativa para luego proceder nuevamente- saca… lo que hay en mi bolsillo…- entonces callo, para recuperar aire.

El erizo hizo como ella pedía y metió su mano en el bolsillo bajo de la braga de la chica. Se sentía un poco atrevido de su parte tocar el cuerpo tembloroso e indefenso de la chica, pero ella se lo había pedido.

Al sacar su mano, miro con detenimiento aquel artefacto. Era una caja de madera bastante pequeña y semi redonda. Tenia grabadas unas letras en un idioma que el no entendía. La miro para comprobar si era eso lo que ella quería, ella asintió y le dijo que la abriera y la pusiera en la mesita a su lado. Al abrirla, una hermosa melodía salio de esta. Era una cajita musical.

Ella, fue cerrando sus ojos en señal de paz y poco a poco se fue quedando dormida. El erizo se quedo escuchando la canción hasta que termino. Esa hermosa tonada le hizo sentir algo calido en su pecho, algo que en años no había sentido, paz.

Suspiro y se quedo mirando el rostro durmiente de la pequeña eriza azulada, con esa mirada seria e inexpresiva. Cerro sus ojos como si pensase algo y se levanto para ir a su habitación, ya que a la eriza le había bajado la fiebre, y pensó que lo único que necesitaba era descansar para reponer fuerzas.

Se sentó en la cama quitándose sus patines y sus guantes, pensó en quitarle la ropa a la chica para que no la mojara de sudor, pero ya era tarde y además, se dio cuenta de que no era una buena idea…

Miro el cielo despejado, la luna menguante alumbraba la noche. El la observo por unos minutos, sin pensar en nada, solo contemplando el paisaje.

Entonces, recordó la melodía de la caja musical "¿Dónde he escuchado esa melodía antes? ¿Por qué me parece tan familiar?" Se preguntaba en su mente el erizo.

Decidió dejar de pensar en eso y se recostó en su cama para seguidamente, quedarse dormido.

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Un delicioso aroma inundo el apartamento. Eran tan suculento que desperto a aquel erizo, preguntándose de donde venia. Decidió ir a investigar que era. Miro su reloj y eran las 7:30 am, no era la hora a la que acostumbraba a levantarse, pero para el, tampoco era tan tarde. Se ducho antes de salir de su habitación y se puso sus parinas y guantes.

Al salir, se percato de que el aroma venia de la cocina, así que se dirigió allí y la vio.

Aquella eriza azul, que había ayudado la noche anterior, estaba cocinando.

-¿Ya te siente bien para cocinar?- Dijo el erizo recostado de la pared, mirándola. Ella se sobresalto y se giro.

El pudo ver su rostro con más detalle, pues la luz del día le sentaba bien a esa eriza. Sus mejillas al parecer tenían un sonrojo leve natural, y sus enormes ojos azules le daban un aspecto infantil y adorable a la vez. Ella sonrió tímidamente.

-B…buenos días- Se noto que ella se sentía extraña al decir esas palabras a aquel erizo, pero también en sus ojos se podía ver felicidad –Q-quería agradecerte por cuidarme… ya me siento mucho mejor – Le dedico una hermosa sonrisa, que incluso al mismo erizo sorprendió –Así que pensé en hacerte el desayuno… pero la verdad no creo que sea suficiente – Le dio la espalda y apago el fuego de la hornilla.

-No tenias porque – Dijo serio y con los ojos cerrados – Te ayude porque quería… pero –Le miro con una sonrisa prácticamente invisible, ella le miro curiosa – Ya que huele delicioso… creo que tomare tu "agradecimiento" – Se dirigió a la mesa y se sentó, esperando su desayuno.

A la pequeña eriza se le ilumino la cara. Su sonrisa se amplifico y se notaba que estaba sumamente feliz por el comentario del erizo. Ella sirvió rápidamente la comida. Consistía en huevos, tocino y pan tostado con jugo de naranja.

El erizo se sorprendió, no sabía que tenía esas cosas allí. De seguro Rouge se las había traído cuando lo visito unos días atrás, porque ella sabía que el casi nunca comía y apeas se alimentaba de frutas que había en el bosque.

Le sirvió la comida recién hecha y se quedo parada del otro lado de la mesa, observando felizmente como el probaba el primer bocado.

-Vaya, esta bueno- Le halago el erizo -¿Y tu no vas a desayunar?-

-¿Eh?- Se sobresalto un poco la pequeña eriza – oh no, no sería educado de mi parte comer su comida…- Dijo ella encogiéndose de hombros.

-… - El erizo suspiro y la sentó en la silla. Ella se sorprendió un poco y le siguió con la mirada. El reviso si había quedado de lo que ella había preparado. Quedaban dos tocinos que ella le había preparado por si quería más y cocino el huevo, para luego poner a tostar más pan. Le servio una vez listo todo y el se sentó a comer pacíficamente, con los ojos cerrados.

Ya habían pasado unos pocos minutos, ella simplemente miraba perpleja al erizo. No sabía que hacer, ya que nunca habían sido amable con ella. Además, era muy raro, pues el no era amable con todo el mundo, pero aquellos hermosos ojos azules le recordaban tanto a ella que no podía evitarlo.

El la miro y no noto que solo lo miraba a el. No había tocado su desayudo. Apoyo su mejilla en su mano izquierda y la miro a los ojos -¿No piensas comer? – Dijo el erizo, con el mismo rostro serio.

-…Es que…-se encogió de hombros y bajo la mirada –Siento que me estoy aprovechando…- Desvió la mirada –No solo me cuidaste estando enferma, ahora me das de comer… no se como podré pagártelo –

-No tienes que hacerlo –Suspiro – Además estuviste resfriada, comer algo te hará bien. Así que come de una vez –

Ella asintió y empezó a comer. Al principio con lentitud, pero luego un poco mas rápido hasta acabárselo.

Pero entonces empezó a llorar.

El erizo se alarmo por aquella acción inesperada, busco la forma de decir algo, pero se quedo en blanco. Ella solo lloraba e intentaba parar sus lágrimas, secándolas constantemente. Sus sollozos llenaron aquella silenciosa habitación, hasta que ella por fin logro decir algo, entre sus lagrimas

-L-lo siento – Se le dificultaba hablar un poco – Es que… no había comido desde hace una semana – El erizo se quedo atónito. Trago saliva, intentando calmarse, pero solo lloraba más – y nadie había sido amable conmigo… muchas gracias, de verdad –

Las palabras de la chica hicieron que el erizo sintiera una presión en el pecho. ¿Era lastima? ¿Se sentía mal por lo que ella le había pasado? ¿Enserio? Involuntariamente se levanto y corrió hasta la chica para abrazarla y pegarla contra su pecho. Por alguna razón no quería verla llorar, y no era como si estuviera enamorado, tal vez era un instinto paternal de querer protegerla, ya que era tan solo una niña a sus ojos, indefensa e inocente.

Luego de unos minutos ella se calmo y el la separo con suavidad para mirarla a los ojos

-¿Estas mejor? – pregunto el erizo. La chica asintió y le dedico una tierna y dulce sonrisa

-Si, muchas gracias- la pequeña eriza se seco los restos de sus lagrimas y suspiro mas aliviada. Llevaba mucho tiempo sin llorar.

-Hay algo que quiero preguntarte- Le tomo la muñeca y la llevo a la sala para sentarla en el sofá y el sentarse en el otro, quedando frente a ella

-¿Si?- Pregunto curiosa

-¿Qué hacia una niña como tu en el bosque y sola? ¿Dónde esta tus padres?-

-Bueno…Primero, no soy una niña- Inflo ella mejillas de forma infantil "Si claro" pensó sarcásticamente el erizo – Tengo dieciséis años cumplido hace un par de meses – Se encogió de hombros

¿Hablaba enserio? El erizo pensaba que ella bromeaba, porque mirara por donde mirara, ella parecía una niña de unos 11 o 12 años. Claro aunque si el miraba su pecho, podía ver claramente sus muy bien desarrollados… Negó con la cabeza para quitarse ese pensamiento de la cabeza ya que para el ¡Ella era solo una niña! Además de que o se consideraba un pedofilo.

-Segundo- Prosiguió ella – Mi padres murieron hace seis años- Dijo un poco triste

-Oh… Lo siento, no lo sabía – Se disculpo el. Empezó a pensar que una de las razones de porque era bueno con ella, era el hecho de que para el, ella era tan solo una niña indefensa. Le recordaba mucho a una pequeña conejita de nombre cream

-Oh, No- ella negó con la cabeza –Esta bien, no lo sabías y eso paso hace mucho tiempo pero… aun los extraño –

-Se lo que se siente perder a alguien – Se sentía la nostalgia en la voz del erizo -¿Cuál es tu nombre?-

-Mi nombre es Lula The Hegdehog – Dijo ya un poco mas animada -¿Cuál es el tuyo?-

-Shadow – hizo una pequeña pausa – Shadow The Hegdehog-

-Muchas gracias por todo Señor The Hegdehog- Sonrió con tanta calidez, que incluso el mismo erizo negro, de nombre Shadow, sintió un calor en su interior.

-Solo Shadow, me haces sentir viejo con lo de señor y háblame de tu- Dijo serio

-¡Oh! ¡Claro! ¡S-shadow!- Tartamudeo un poco al decir su nombre. –Gracias por todo, de verdad – Sonrió con ternura para luego hacer una pequeña reverencia para luego dirigirse a la puerta. Mas cuando se iba, el erizo negro puso una mano sobre la puerta, impidiéndole salir.

La pequeña eriza, sintió la calida respiración del erizo mayor en su oreja. Se estremeció y se sonrojo, ella estaba de espaldas a el y prácticamente la tenia acorralada. La chica entro en pánico por un momento, pensó que el le iba a hacer algo indebido. Estuvo a punto de decir algo pero el le interrumpió antes de que ella pudiera hablar.

-No te vayas… - Susurro el erizo en el odio de la chica. Ella se quedo perpleja, se puso nerviosa y se sonrojo mucho – No tienes a donde ir ¿cierto? ¿Para que te marchas? – Aparto su mano y la volteo - ¿Qué te parece si te quedas aquí un tiempo hasta que consigas un lugar propio? -

El erizo se sorprendía mientras hablaba. En su vida había ayudado a alguien hasta el extremo de hospedarlo en su casa, pero su instinto de protegerla era realmente grande, pero no era atracción… tal vez.

-¿eh?- balbuceo ella sorprendida por la propuesta del erizo – Oh no puedo aceptarlo… eso ya seria demasiado y no quiero…- bajo la mirada y sus ojos se sumieron en la tristeza –no quiero causarte problemas…- susurro.

-No lo haces – se cruzo de brazos –Quiero ayudarte, solo eso. Deberías aprovechar, nunca soy así con los demás – Miro a otro lado, intentando ocultar que estaba preocupado por la niña.

-… Shadow- Susurro ella. Sonrió y asintió con la cabeza – Esta bien… Muchas gracias – Dibujo una enorme sonrisa mientras unas pequeñas lagrimas salían de sus ojos.

El erizo se alarmo nuevamente –¡Ah! Eh… e-espera pero no llores… ¿Por qué lloras?-

-Son de alegría… Muchas gracias por ser tan amable conmigo a pesar de que soy tan solo una desconocida… gracias –

-Hpm… olvídate de eso, ahora vives aquí. –Se fue y se sentó en el sofá a ver la televisión – Puedes pasear libremente aquí, pero no entres a mi habitación ¿vale?- ella asintió – Y… si no es mucha molestia… - Susurro, por alguna razón dudaba por lo que iba a decir pero igual lo hizo - ¿Seguirías cocinando para ambos? – se aclaro la garganta

-Shadow…- Ella sonrió - ¡Por supuesto! – Dijo animada

El erizo sonrió ante aquello.

Pero lo que el no sabía, eran los problemas y confusiones que se avecinaban, solo por quererla proteger…


Horrible, lo se. ¡AMO A SHADOW! EWE! es mi amor platonico que nunca se cumplira uvu

Ya luego subire el otro capi! si les gusto, ya saben que hacer, espero criticas constructivas... por favor no ofendan uwu