¡Hola a todos!
Espero que se la estén pasando bien en su fin de semana. Bueno, antes que nada les agradezco a todos aquellos han dejado comentarios en la historia de "Llámame Alone", lo que significa que me dan más motivaciones para seguir escribiendo más fanfics de KagahoxAlone/AlonexKagaho. Por otro lado, pido disculpas a los lectores de este sitio que dejaron sus comentarios en ese fanfic y que por desgracia fueron eliminados junto con él.
Esta historia pertenece a una serie dedicada a esta pareja, que se titula "Sombras de un romance"; la cual no es nada menos que un pequeño rincón en el que añadiré historias cortas y largas que tengan como protagonistas a KagahoxAlone de mi autoría y que estoy publicando en otro sitio.
Por otro lado, aquí les traigo las notas de este one shot , el cual tiene el siguiente contenido:
*El género de la historia es un shônen-ai, aunque en algunos momentos de la historia se mencionen algunos asuntos de temática sexual, pues no hay descripción explícita de éstos.
*El subgénero de esta historia es mpreg (macho preñado como lo suele llamar una de mis hermanas xD). Así que, a los que no les gusta el género, favor de no leer la historia.
*OOC por parte de Alone y de Kagaho. Gran parte del OOC es del primer personaje, por cuestiones del desarrollo de la historia.
*Lamento que haya sido más corta la historia que la anterior, pero aún así espero que la disfruten.
Vínculo de vida
Ese era día como cualquiera. Sin embargo, no era así para la deidad del Hades, pues ese día en particular no estaba pintando como de costumbre. Caminaba de un lado a otro como león enjaulado: parecía estar ansioso, o más bien nervioso por la forma en que se movía.
—S…. Señor Hades ¿qué ocurre? —Preguntó cierta pelinegra de origen germano al entrar al taller y descubrirlo actuar de esa forma.
Hades por su parte no le hizo caso; estaba completamente sumido en sus pensamientos y no paraba de dar vueltas sobre un mismo eje, lo que preocupó a la chica, ya que además del mutismo de su señor: su rostro daba muestras de preocupación y ansiedad, lo que turbó el corazón de Pandora.
—S… Señor Hades… ¿pasa algo malo? —Volvió a cuestionarle ahora con aires de preocupación.
—P… Pandora… —Dijo con un tono de voz que denotaba nerviosismo.
—¿S… sí…?
—Quiero que me abraces… —Pidió, a la vez que se le acercaba para que lo envolviera entre sus brazos.
Este hecho hizo que Pandora dudara unos momentos, pues creyó que se trataba de aquel molesto humano llamado Alone. No obstante, lejos del deber, sus sentimientos por el soberano del Hades empezaban a agolparse tanto en su corazón, como en su mente; incitándola a hacer lo que aquel adolescente le estaba pidiendo.
—Gracias… Pandora…
—Señor Hades ¿de verdad se siente bien?
—Sólo estoy cansado… —Respondió tras haberse separado de la mujer, quien le respondió:
—Entonces… lo dejo descansar…
—Pandora…
—¿Sí?
—Dile a Kagaho que quiero verlo en una hora en este lugar, para que me de el reporte de cómo van los ataques hacia el Santuario.
—Como usted diga, señor Hades. —Dijo la mujer con un halo de tristeza en su rostro, ya que era inútil discutir con él las decisiones que tomaba de repente.
Una vez que Pandora abandonó el recinto, Hades abrió una puerta que conectaba a su aposento, al cual entró para recostarse sobre su amplia cama, en la que se tapó de pies a cabeza como si de un niño se tratara. Una, dos, tres, cuatro y muchas lágrimas comenzaron a brotar de sus diáfanos ojos, seguidas de unos sollozos que intentó ahogar con su almohada.
"¿Cómo pudo pasar esto?"—Pensaba al mismo tiempo que sollozaba con más intensidad. —Tarde o temprano lo sabrá…. —Susurró en medio de la angustia que sentía.
De repente, un entuerto lo hizo encorvarse al punto de levantarlo súbitamente, lo que provocó que se llevara sus manos sobre su vientre y de inmediato comenzó a vomitar. Aquello no era algo normal, inclusive si se trataba de un dios, pues aquellos síntomas no pertenecían al comportamiento de los dioses y los humanos masculinos. Sin embargo, no tenía el suficiente valor para decirle a Pandora lo que le estaba sucediendo en esos momentos, ya que lo más probable era que aquel asunto, le haría tomar medidas más drásticas que las de un simple encierro en su taller, pero sobre todo, le tenía miedo a lo que le fuera a decir aquella persona. Y pensando lo peor, volvió a llorar amargamente, debido a que no estaba seguro de si lo volvería a ver, pero….
—¿Señor Hades? —Cuestionó cortésmente una voz masculina y tosca, pero al mismo tiempo gentil; que se escuchaba al otro lado de la puerta de la segunda sección del gran cuarto.
Alone quedó estático cuando reconoció aquel tono de voz tan varonil y amable que sólo él tenía el gran privilegio de escuchar las veces que quisiera, pero por otro lado no estaba seguro de las posibilidades de percibir de nuevo aquella gentileza de parte de ese hombre que tanto amaba, después de darle la noticia perturbaba su corazón. No obstante, tenía que enfrentarlo tarde o temprano; la cual pronto iba a ser imposible de seguir ocultando por más tiempo, por lo que se armó de valor y se dirigió hacia la sección de su taller, para así abrir la puerta poco a poco, como si algo malo fuera a entrar a aquel lugar.
—Adelante… Kagaho…. —Respondió con un halo de inseguridad en su voz, mientras le cedía el paso a uno de sus más fieles espectros.
Por su parte, Kagaho pudo percibir de inmediato que había algo distinto en su señor y en toda la atmósfera que le rodeaba en esos momentos. No estaba seguro, pero tenía un mal presentimiento que lo inquietaba, sobre todo cuando vio de reojo que había cuadros sin terminar, así como el desastre que había en aquel taller: pintura regada en el suelo, pinceles rotos a la mitad, hojas y lápices de dibujo rotos, en resumen: la habitación era un desastre.
—¿Qué pasó aquí? —Preguntó sin poder resistirse a la curiosidad al ver semejante desorden en el taller de su amo.
—N… no es nada…. es sólo bloqueo artístico… enseguida arreglo este desorden.
—¿Se siente bien?
—Sí… es normal en los artistas ensuciar todo…
—Miente, algo le está pasando; lo sé por la palidez de su rostro y por la forma en que me responde.
—Ya te dije que estoy bien.
—¡No, hay algo que no quiere decirme y que lo está angustiando, de lo contrario no me esquivaría la mirada! —Expresó al mismo tiempo que tomaba por los hombros al joven de túnica oscura.
Kagaho tenía razón, lo había mandado a llamar y decirle lo que sentía en esos momentos y ahora estaba actuando como un tonto enfrente de uno de sus vasallos. No, no era uno de sus vasallos, era algo más que eso: él era diferente a todos y cada uno de sus esbirros. Bennu era amable y atento con él y no sólo por el protocolo de respeto entre amo y sirviente, sino porque él era así, aún con toda y su ímpetu violenta y crueldad en el campo de batalla, por lo que no era justo evadirlo sin darle una buena razón.
—Kagaho… yo… —Tartamudeó a la vez que lo abrazaba con mucho titubeo. — L… lo lamento… yo… no quería….
—Tranquilícese…—Dijo con mucha ternura, al escuchar los sollozos de aquel hermoso ser. —Dígame… ¿qué es lo que sucede? ¿por qué llora?
—Kagaho… de verdad perdóname… yo… yo no quería imponerte esta carga…yo… —Se disculpó en medio de lágrimas.
—A ver, a ver…. ¿a qué se refiere con eso? —Preguntó el joven de ojos violetas completamente confundido. —Además ¿por qué he de perdonarlo siendo usted el rey del Hades? y sobre todo, no recuerdo algo de su parte que me haya perjudicado.
—En realidad… si hay algo… —Dijo tras una eternidad de silencio para el Bennu, quien seguía confundido por la actitud y las palabras de su señor.
—¿Tan grave es señor Hades? — Cuestionó con aires de preocupación y tristeza de ver a su dios en ese estado tan lamentable, que le estrujaba el corazón.
Ante esta pregunta, Alone se separó de Kagaho, quien tomó entre sus manos aquel rostro angelical enrojecido y lleno de lágrimas. Definitivamente, odiaba verlo de esa manera, pues aquella faceta de tristeza le hacía despertar viejos recuerdos, los cuales era parte de sus motivos por haberse unido al ejército de Hades. Sin embargo, desde que empezó a conocer al joven y a entablar conversaciones privadas con él, pudo descubrir la melancolía que ese ser guardaba en su corazón y gran parte de su maravillosa personalidad, lo que le hizo convertirse en su mayor prioridad.
—Kagaho… ¿recuerdas aquella ocasión en la que te confesé mi amor? —Preguntó un tanto sonrojado y con extrema timidez e inocencia, como si se tratara de una niñita, al mismo tiempo que le daba la espalda, pues le era imposible encararlo.
—Claro que lo recuerdo, siempre tengo presente en mi mente y en mi corazón ese sentimiento de parte suya. —Afirmó con toda la seguridad del mundo, lo que hizo estremecer al menor, a quien se acercó para envolverlo en un tierno y protector abrazo por detrás.
—Kagaho… ¿tú me amas?
—Más que a mi propia vida. —Respondió sin titubeos, pero por otro lado sentía que había algo que Alone no quería decirle, o quizás no sabía a qué punto quería llegar con aquel asunto. Por lo que, optó en tomar la iniciativa.
—Señor Alone ¿a qué punto quiere llegar? … es decir… ¿a qué tanto le está dando vueltas? ¿por qué me está preguntando estas cosas?
—Kagaho… ¿recuerdas aquella noche en la que tú y yo… hicimos el amor?
—Claro que lo recuerdo; los pocos momentos que he podido pasar a su lado a solas, han sido los mejores de mi vida.
—Entonces… ¿si me amas?
—¡Claro que lo amo!—Exclamó ya exasperado del extraño comportamiento del joven, a quien tomó por los hombros para que lo viera frente a frente. — ¿O es que acaso duda de mí? —Preguntó con un dejo de temor al formularle dicha cuestión.
—No… —Contestó con voz quebradiza.
—Entonces dígame ¿qué es lo que tiene? …. créame que me preocupa que esté actuando de esta forma y preguntándome todas estas cosas, como si dudara de mis sentimientos hacia usted.
Alone quedó atónito por la forma en la que aquel espectro estaba actuando. Nunca había visto tal comportamiento en él, puesto que siempre se mostraba distante, serio, frío, solitario, violento e impulsivo ante los demás, en incluso frente a él; que sólo pudo confirmar algo: realmente lo amaba. Y eso lo hacía sentir mal, pues aquel tema era un serio problema, ya que lo frustraba por sus dudas sobre si Kagaho iba o no a seguir con él, pero para averiguarlo, tenía que enfrentarlo, diciéndole la verdad sin rodeos y sin titubeos.
—No dudo de tus sentimientos hacia mí, Kagaho…
—Entonces ¿qué pasa?
—El problema soy yo…. —Contestó el pelinegro tomando la mano de Kagaho, para así posarla a la altura de su vientre.
—Por un momento, Kagaho se sonrojó ante este hecho que, lo dejó un tanto extrañado junto con un montón de incógnitas. No obstante, cuando movió un poco su palma; sintió un extraño movimiento que provenía del vientre de Alone.
—¿Q… qué fue eso?
—Presta atención, Kagaho… —Pidió nuevamente con un nudo en la garganta.
Bennu hizo lo que su señor le demandaba: nuevamente puso la mano sobre aquella zona y de nuevo sintió aquel peculiar movimiento, pero esta vez había algo distinto, pues aquella sensación estaba acompañada de un leve cosmos que se dividía en dos mitades y lo que era aún más; aquella pequeña energía partida en tres pertenecía a su señor y a él, como si se hubieran fusionado entre sí. Pero lo que dejó más sorprendido al espectro era que aquellas oscilaciones eran parecidas a….
—Esto… señor Alone…. esto es….
—S…. sí…. Kagaho…. estoy en cinta… —Dijo rompiendo en llanto, al mismo tiempo que se dejaba vencer por su propio peso, hasta quedar de rodillas en el suelo quebrantado.
—P… pero… ¿cómo es posible que usted…?
—No lo sé… —Respondió sollozando. —Aunque sea un dios, existen muchas cosas que desconozco.
—Entonces… ¿esa criatura es de usted… y…?
—Sí… aquellos cosmos que sentiste, son de nuestros tres hijos… —Expresó sin dejar de llorar. —Kagaho, de verdad, perdóname… —Dijo finalmente sollozando con más fuerza. —¡Por mi culpa! ¡por mis descuidos! ¡me he convertido en una carga para ti!
"Ya no quiero ser una carga para ti… hermano…"
De pronto, se escuchó un golpe seco y certero. Kagaho, le había dado una bofetada a su amado Alone, cuya expresión era de asombro y tristeza entremezcladas, que no pudo evitar derramar más lágrimas. Sin embargo, cuando pensó en lo peor; Bennu lo abrazó a modo de aferrarlo a su cuerpo, como si en cualquier momento lo fuera a perder, mientras que oji celeste no cabía de sorpresa por aquella acción del plei cobalto.
—Nunca… nunca vuelva a decir que es una carga para mí. —Dijo con un tono de voz quebradizo. —Usted no es ninguna carga para mí, al contrario; usted es lo único que me da fuerzas para seguir viviendo, es lo único que tengo en esta vida.
—Kagaho… —Susurró Alone sin salir de su asombro, al mismo tiempo que levantaba su rostro, para encontrarse con la mirada de un hombre varonil y apuesto de cabello añil y ojos violáceos, que lo veía con una seriedad y al mismo tiempo una expresión amable, comprensiva y ¿alegre?, sí, alegre por la sonrisa que le estaba regalando en esos momentos.
—¿Por qué estás sonriendo? ¿acaso no entiendes la gravedad del asunto? ¿qué no entien…?
No pudo terminar su frase, debido a que la estrella de la violencia lo estaba besando de manera tierna y afectuosa.
—Claro que entiendo la importancia de todo este asunto… —Respondió el moreno tras despegar sus labios de su dios. —Así como le prometí cargar con sus pecados; de la misma manera me haré responsable de sus hijos…. de nuestros hijos…
Ante la respuesta del espectro, Alone viró su rostro hacia el lado contrario del de Bennu, a quien luego miró con más lágrimas, mientras posaba sus manitas en la pechera del Sapuris de éste con desesperación.
—¡Perdóname! ¡perdóname Kagaho! ¡tuve mucho miedo de que por este incidente dejaras de amarme! … porque…. Porque tú me buscaste para encontrar la salvación para tu hermano y…. ¡me atemorizó la idea de que me abandonaras con estos bebés que vienen en camino!
—Que poco me conoce… señor Alone… porque yo jamás lo abandonaría, aún si mi vida dependiera de ello. —Dijo un poco dolido por la falta de confianza hacia él. — ¿Acaso no se da cuenta de que me está dando más motivos para seguir a su lado, con este vínculo que hemos formado? —Concluyó Bennu acariciando el vientre de su amado, mientras lo besaba.
—Kagaho… yo… de verdad… per….
—No hay nada que perdonar, señor Alone… —Irrumpió al aferrarse al cuerpecito del quinceañero, quien no paraba de derramar lágrimas, pero esta vez de alivio, pues ahora tenía la certeza de que la Estrella Celeste de la Violencia estaría a su lado; sin importar lo que les viniera en el futuro.
Señor Alone… nunca vuelva a dudar de mi devoción y mis sentimientos hacia usted… prométamelo….
—T… Te lo prometo…. — Respondió ya un poco más calmado y con un leve sonrojo en sus mejillas.
Y de esta manera, Alone se vio en la necesidad de tomarse varios momentos de descanso durante los siguientes seis meses; lo que provocó que Pandora pegara el grito en el cielo cuando se enteró de la inesperada razón por la que su señor había puesto un intervalo en la Guerra Santa contra los caballeros de Atenea. Al mismo tiempo que mantenía en secreto el nombre de la persona que tanto amaba y que, sin duda alguna ya era parte de su vida y de la pequeña familia que estaba a punto de formar de forma súbita.
Pero sobre todas las cosas, lo que regocijaba a Alone, era que aquella familia improvisada se había convertido en su esperanza, pues siendo él el dios del Inframundo y la muerte, él estaba a punto de hacer lo que jamás la deidad del averno pensó siquiera que fuera a suceder en su milenaria existencia:
Tener un vínculo de vida….
FIN
Bueno, es "fin" si ustedes así lo desean….
Como se habrán dado cuenta, en esta historia los papeles de KagahoxAlone se inviertieron, en el aspecto de que en la historia anterior Alone llevó la iniciativa, mientras que aquí fue Kagaho el que tomó las riendas. Aún no estoy segura si les agrada la idea de hacerle una segunda parte a esta historia, en sí, la última palabra la tienen ustedes.
Cualquier duda, recomendación, sugerencia o punto de vista, es bienvenido en sus comentarios. Los espero en la siguiente historia de KagahoxAlone/AlonexKagaho.
Atte: ChiKaon
