Es mi primer Fanfiction, ojalá que les guste.
Disclaimer -Los personajes obviamente no son míos pertenecen al mundo de Pandora, sin más que decir espero que la disfruten.
Decidí editarla para corregir viejos errores, tal vez lo haga con mis otras historias.
Todo comenzaba como otra misión del trío, Break les había encargado otra vez resolver unos asuntos, que por suerte eran en una pequeña villa, no muy lejos de la Mansión de Sharon, llegaron y esperaron a que la cadena apareciera atraída por la esencia de B-Rabbit y cumplir la meta de terminar con su existencia para así complacer a la Voluntad del Abismo, después de vencerla, la castaña obtuvo como recompensa un preciado recuerdo, la chica intentaba aferrarse a la alegría que le generaba cada vez que obtenía los fragmentos de su pasado, sin embargo, había algo que no la dejaba tranquila, algo que hacía que su corazón aumentara su velocidad a tal grado de que la presión que sentía parecía limitar su respiración.
Su mente divagaba en sus pensamientos, estaba tan concentrada que no se percataba de las muecas que cierto rubio le hacía para obtener su atención, ella solo lo miró, ni siquiera le demostraba que ya lo había visto, frunció el ceño y siguió caminando.
–Alice –la llamó algo desconcertado por su actuar – ¿por qué estás tan seria? Es algo raro en ti –preguntó Oz.
–Cállate, no estoy seria, solo tengo hambre –dijo la castaña con su típica voz, cruzó sus brazos y desvió su rostro para remarcar su superioridad ante su amigo.
–Es bastante claro que algo te pasa Estúpida Coneja –espetó algo fastidiado el mayor.
–Ya les dije que tengo hambre… Oz cómprame algo de carne para cenar –ordenó molesta por tener que repetir su comentario.
–Muy bien, Alice –suspiró el rubio –Vamos Gil –sujetó al mayor de su brazo para encaminarse hacia la zona de puestos –espéranos aquí por favor.
–No se tarden –sorprendidos al ver que no intentó acompañarlos, era bastante peculiar y más cuando recordaron que el estar sola era lo que menos le gustaba a la chica.
–Volveremos antes de que puedas decir carne asada –sonrió el rubio antes de irse casi corriendo a lado de su amigo.
La chica se quedó observando como las siluetas de su esclavo y el molesto Cabeza de Algas iba desapareciendo entre la multitud. Su ceño fruncido se relajó, pero fue rápidamente remplazado por una mirada perdida mientras recordaba lo que había sucedido anteriormente.
-Flashback-
El trío estaba preparado para el futuro combate, pues hace tan solo unos segundos la chica había percibido el olor característico de las cadenas, estaban por bajar su guardia cuando un zumbido ensordecedor alteró el silencio de lugar. Ante ellos apareció una criatura con cuatro patas, acomodadas de tal forma que le permitían moverse a cualquier dirección tan rápido que solo percibían el zumbido y un rastro de luces, unas espinas que cubrían su cuerpo, con una cara que te hacía recordar a una araña con ojos enormes, estaba por abalanzarse sobre ellos cuando Gilbert le disparó en su brazo, la criatura se incorporó y arrojó un gargajo de una sustancia corrosiva, que fue esquivada por ellos en el momento oportuno.
Aprovechando que la cadena parecía prepararse para arrojar otra vez ese ataque, Gilbert se retiró su guante para liberar el sello de la chica, quien sin pensarlo por un segundo se transformó.
La pelea estaba algo reñida ya que la cadena era demasiado rápida, causando que la chica no pudiera atacarlo, la criatura aprovechaba para arrojar la sustancia y herir a la chica, harta de la situación, liberó sus cadenas para mantenerlo distraído en lo que se recuperaba y preparaba el ataque. Todo parecía indicar que la pelea duraría más tiempo, pero una vez que Alice pudo atraparlo con ayuda de sus cadenas, la atravesó con su guadaña provocando que esta volviera al Abyss junto con su contratista.
Al ver que había logrado su cometido la chica regresó a su forma humana, una vez que recuperó el aliento apuntó hacia donde había estado la criatura minutos atrás y exclamó orgullosa
– ¡Lo logré! –brincó alegremente al saberse victoriosa – ¡En serio creías que una débil cadena como tú podría con el magnífico e imparable poder de B-Rabbit! –su sonrisa burlona se borró cuando sintió aquel cansancio, característico de cuando obtenía una memoria.
La chica miró a su alrededor solo para darse cuenta que había sido la única que fue arrastrada por su recuerdo. Caminó un poco cuando una silueta llamó su atención, atravesando con todas sus fuerzas el enorme jardín, observó a una versión más pequeña, se acercó rápidamente a ella, en el instante en que la tuvo de frente se percató de las lágrimas que mojaban las mejillas de la chiquilla.
Su primer instinto fue intentar calmarla, pero cambió de opinión al escuchar aquella voz.
– ¡Alice, detente por favor! ¡Alice! ¡Detente ahora! –gritaba Jack hasta que la menor se detuvo a unos cuantos pasos de distancia de él.
–Ya no quiero estar lejos de ti y menos tener que estar con ese niño –sollozaba al mismo tiempo que limpiaba sus ojos con ayuda de las mangas de su vestido.
–Lo sé pequeña, pero por primera vez debes entender tu papel aquí –dijo algo triste y con miedo mientras limpiaba las lágrimas de la chica –no seas egoísta.
-–¿Y qué si quiero serlo? –su voz sonaba claramente afectada por el llanto.
–Vas a tener que afrontar las consecuencias de tus actos –indicó seriamente el joven de ojos esmeraldas.
La joven cerró sus ojos ante la luz que cubrió todo el lugar, al abrirlos se percató de que ya había regresado todo a la normalidad, al aclarar su mente desvió su mirada hasta la ubicación del rubio para explicarle lo que había visto en aquel recuerdo, sin embargo, lo que vio le hizo olvidarse de todo, su sirviente se agarraba con fuerza el pecho, su rostro se retorcía en una mueca de puro sufrimiento mientras trataba de ahogar los gemidos provocados por el dolor del sello.
–Tranquilo Oz, todo va estar bien –le dijo su fiel sirviente y amigo Gilbert, tratando de calmarlo, el rubio encrespaba sus puños para mitigar el dolor.
–Solo… ne…necesito des… descansar –esbozó una sonrisa que indicaba que trataba de ocultar su dolor –estoy bi…en.
Alice se quedó viendo al joven rubio, el dolor que sentía el chico parecía repetirse ligeramente en ella, cuando logró calmarse se quedó pensando acerca de lo que habían vivido juntos, los tres eran unidos, sin duda, el tiempo había ayudado a fortalecer el vínculo que los unía, pero últimamente ella ya no necesitaba tanto la presencia de su sirviente para reconfortarla o hacerla sentir superior ante sus enemigos; la que requería era la del joven de ojos dorados, sin importar que tanto discutieran, ella se sentía mejor al tenerlo cerca, aunque este parecía no tener ningún interés en ella, tal vez se debiera a que su relación había mejorado un poco.
Los lamentos del rubio la sacaron de sus pensamientos, pero decidió quedarse un tiempo más en silencio mientras observaba la escena que se desarrollaba a su alrededor.
–No quiero volver al Abyss Gil –murmuró el chico asustado, quien tembló ligeramente al recordar el lugar.
–No dejaré que eso suceda. Ya verás, lograremos salvarte, aunque tenga que sacrificar cualquier cosa para evitarlo –prometió con la voz decidida, aunque su mirada delataba la tristeza y el enojo causado por no poder proteger a su amo, y más al ver como perdía el conocimiento –nadie te llevará de vuelta a ese lugar, ni siquiera ella.
Gilbert había dicho esa frase con la intención de que nadie le escuchara, pues contaba con que Oz estaba sumergido en el dolor y Alice siguiera burlándose de la cadena que había vencido, pero estaba equivocado, no había pasado desapercibida por la joven.
El dolor le llegó con la fuerza de una corriente eléctrica, al principio pensó que era por alguna herida de batalla, pero no, el dolor que sentía en su pecho era por el sufrimiento que le estaba causando a su sirviente, por sentimiento de soledad que la embargaba y otro que no supo identificar. Sentía que unas ligeras lágrimas se querían escapar de sus bellos ojos morados.
–Creo que estoy de más en esta situación –murmuró Alice, mientras escuchaba una voz muy familiar.
– "Si lo sabes porque sigues ahí, vuelve a donde perteneces… al Abyss. Nadie te necesita, nadie te ama. Tú debes estar sola, es más, no debiste haber nacido"
–Cállate Alyss –espetó tratando de sonar fuerte, pero por primera vez las palabras de su hermana la habían herido.
– "Sabes que tengo razón, ni tu sirviente te quiere, ya lo oíste él no quiere volver al Abyss y la razón es porque no quiere estar a tu lado para siempre".
–Yo… el me prometió que nunca me dejaría sola –trataba de aguantarse las lágrimas, pero su mente no paraba de repetir lo que había dicho Oz.
– "Entiende por primera vez tu lugar y no seas egoísta" –retumbó una voz, pero esta esta no era la de hace un momento, era la de Jack, otra vez aquella frase que él la había dicho en su recuerdo.
Estaba por dejarse llevar por sus emociones cuando alguien le dio unos ligeros golpes en su cabeza.
–Coneja volvamos a casa –le dijo el chico de ojos dorados mientras sostenía a su amo en la espalda.
–Sí – dijo al mismo tiempo que se limpiaba la única lágrima que había podido resbalarse, mojando su mejilla –Cabeza de algas.
–Dime
-Nada, olvídalo –y ambos siguieron su camino.
-Fin del flashback-
Justo cuando logró salir de sus recuerdos llegaron los jóvenes que cargaban varias bolsas de comida, al verlos llegar intento relajarse, sin embargo, la joven no dejaba de pensar en la frase de Jack. Sabía que era algo importante, no por algo Alyss la torturaba repitiéndola.
– ¿A qué demonios te refieres con eso? –gritó frustrada.
–Solo dije que no nos había alcanzado para un pastel – le contestó Gilbert confundido por la extraña reacción de la castaña.
– ¿Qué te pasa Alice? Desde que desperté después de que venciste a la cadena estás algo rara –comentó Oz, mirando a la chica con cierta curiosidad.
-Nada, es solo que…–dudó lo que les iba a decir, ya que no quería que supieran que había escuchado su conversación. –Es solo que vi un recuerdo algo confuso.
-Muy bien, otro recuerdo, aunque creo que será mejor si nos explicas en la casa –la interrumpió Oz –ya es algo tarde –ella simplemente asintió.
La chica empezó a caminar en silencio hacia el carruaje, pero mientras iba observando el paisaje no pudo evitar pensar en cada de sus problemas, los recuerdos, el conflicto con Alyss, el comentario de Oz, eran demasiado abrumadores para ella, aunque lo que no sabía es que no era la única que pensaba en sus problemas, cada uno de ellos pensaba en lo que les aguardaba su futuro.
