Hola lectores, les pido disculpas hace un par de dias fui victima del hackeo de mi correo electronico, de mi cuenta de Facebook y al parecer de mu cuenta de este foro tambien ya que me borraron el fic que estaba avanzado, pero por dicha ya recupere todas mis cuentas de nuevo, sin mas les vuelvo a subir el fic.

Después de dos largos años

Capítulo I: Un nuevo equipo para Naruto

Naruto se veía diferente, había crecido hasta casi igualar el tamaño de su padre, en su rostro se lograba divisar unos cuantos bellos y su ropa era la misma de siempre sin contar que ahora llevaba la capa que tenia puesta el día que derrotó a Pain. Se notaba que ya no era aquel adolecente que logro vencer a Kurama para controlar su chacra o el que peleo contra tantos enemigos en la guerra, su expresión era la de un adulto o por lo menos aparentaba serla.

En el momento que Naruto cruzó la puerta de la aldea, los dos guardias de turno se miraron entre ellos como sin creer que el gran héroe volviera después de dos años.

- Es mejor que informemos de esto al Hokage - le dijo uno de los guardias al otro - es la orden que hemos tenido estos últimos meses.

Naruto ni siquiera se dio cuenta de la charla de los guardias y sólo se digno a caminar raudo hacia su hogar, una pequeña casa que quedaba en el sector acomodado de la aldea, cortesía de la abuela Tsunade y el consejo de lo Kages. Si bien no había pasado mucho tiempo en ella, la encontraba acogedora. Ahí había conocido lo que era el amor de una mujer y también bebido por primera vez alcohol en una de las tantas fiestas que había organizado.

Un año muy loco le toco vivir a Naruto en la post-guerra, tener esa fama con tan sólo dieciséis años es una locura, las mujeres y los falsos amigos no pararon de acosarlo por un largo tiempo, tal vez se le subieron un tanto los humos a la cabeza y por eso dejaron de acercarse a él sus reales amigos. Naruto nunca se lamentó demasiado, ya que la mejor decisión que pudo haber tomado, en ese entonces, fue haberse ido de viaje por los territorios de la alianza, eso le había quitado la venda de los ojos.

Al llegar a su casa se dio cuenta de que había una nota pegada en la puerta "a las cuarto en punto en el campo de entrenamiento número tres… Konohamaru",

- ¿Cómo supo que llegué este enano? - se lamentó el rubio.

Había llegado hace menos de una hora a la aldea y al parecer todo mundo se había enterado, ya que si lo sabía el lento de Konohamaru, es que la noticia era de carácter nacional.

Al entrar a su casa, Naruto, se dirigió directo a su cuarto, estaba tan cansado que se aguantó las ganas de comer su comida favorita, lo dejaría para mañana, ahora sólo quería conciliar el sueño.

"Konoha al fin ha vuelto Naruto Uzumaki", se dijo pegando un gran y tranquilizador suspiro.

- NARUTO! - gritó un joven que venia corriendo en dirección al rubio – hace tiempo que no te veía.

- Konohamaru, enano, como haz crecido desde la última vez que te vi – respondió Naruto sonriente - espero que no me hayas hecho venir hasta acá para una de tus competencias de quien es el más pervertido con los jutsus.

- ¿Qué dices?... eso quedo demostrado en la última vez que nos enfrentamos, mi perversión llego a un nivel superior – dijo el joven de cabello negro respondiendo a su sonrisa- es en lo único que te he podido derrotar.

- Hablando de perversión, ¿Cómo estas con tu nueva novia Konohamaru?, aquella niña de tu equipo, ¿Cómo se llamaba? … ¿Moegi?- pregunta Naruto, al mismo tiempo que agacha la cabeza haciéndole notar a su amigo que él no tenía tanta suerte en el amor - esa es otra cosa en la que me haz derrotado, si bien he tenido novias, no creo que se comparen con las tuyas, Konohamaru.

-Pero Naruto, no deberías ser tan duro contigo mismo - le responde Konohamaru tratando de animarlo - tu eres el gran héroe de la guerra, sólo no haz encontrado a alguien especial. No es tu culpa que Sakura después de la muerte de Sasuke entrara en un estado igual al que entro Tsunade-sama y se haya ido de viaje… bueno, también esta lo de Hi….

- Basta, déjalo ya, ¿De que me querías hablar?- interrumpió Naruto con un cierto tono de molestia en su voz- esto tiene que ser rápido, ya que tengo que preparar un discurso para la ceremonia de coronamiento del nuevo hokage y me han pedido que sea yo, "el gran héroe" quien abra los fuegos del acto. Fue uno de los motivos principales del por que volví a Konoha.

- Okey, Okey… no me apresures, sólo quiero decirte lo que me mandaron – dice el pelinegro cambiando su expresión por una más seria - el nuevo hokage quiere que te quedes en la aldea y dejes eso de viajar por el mundo, tal vez tomar un equipo y….

- Pero, ¿Por qué me piden a mi?-interrumpe Naruto sin dejar que Konohamaru termine la frase- siendo que hay tantos ninjas espectaculares en la villa que se podrían hacer cargo de los nuevos ninjas.

- Pero Naruto… tú sabes que muchos de tus compañeros de generación ya tienen un equipo asignado o están trabajando en otro tipo de cosas. Por favor, anda a la torre del hokage en una hora más, ahí hablas con quien me mando para que le reclames a él – riendo el chico giro la cabeza y empezó a caminar en dirección a la aldea - si no quieres, bueno ahí le das al hokage tus razones.

Entonces en un instante Konohamaru desapareció de la vista del rubio dejando una estela blanca tras él.

Naruto quedo pensativo, como anonadado por lo que le habían pedido, pero en su interior no podía negar que la opción, en si, era tentadora. Volver a su hogar era algo que muchas veces en sus viajes deseó, ya que a veces la soledad le pasaba la cuenta. Regresar y visitar la tumba de su maestro, recorrer de nuevo esas polvorientas calles que lo vieron crecer, volver a ver a sus queridos amigos, también comer su comida favorita con el viejo de Ichiraku, eran cosas que a Naruto sus viajes le habían privado y casi no recordaba lo que era su vida antes de que la guerra comenzara.

Si bien Konoha era donde había estado la mayor parte de su vida, esta había cambiado mucho desde que fue destruida en su combate con Nagato, ahora la ciudad estaba construida en un gran agujero y en el centro había un gran torre que tenia el símbolo del fuego en la parte delantera, el nuevo edificio del hokage.

Como le gustaba la idea de tener esa reunión con el nuevo hokage corrió rápidamente sin apreciar en detalle los grandes cambio en las calles, pero lo que si notó fue que la gente de la villa estaba cambiada, sus miradas de despreció hacia él fuero cambiadas por miradas de admiración, toda la gente lo saludaba y muchos niños pequeños le pedían su autógrafo, lo cual lo llenó de un gran y profundo orgullo. Ser hokage, pensó, ya no era una cosa que le interesara, ya que sólo era importante que la gente lo respetara y lo aceptara, que no lo mirara por debajo del hombro como si fuera basura, en verdad no estaba hecho para ser un jefe si no más bien era un espíritu libre. Lo gracioso es que se fue a dar cuenta de eso cuando su sueño de toda la vida estaba en frente de él.

Recorrió raudo las calles de la villa para llegar a la alta y roja torre, donde lo esperaba el nuevo jefe de la aldea. El edificio estaba repleto de oficinas y ninjas corriendo de aquí para allá en todos los pisos, cientos de puertas con nombres escritos en ellas tubo que pasar Naruto para encontrar la que decía "Oficina del Hokage". Como era costumbre en él, abrió la puerta y entró, sin siquiera avisar que había llegado.

La pieza estaba remodelada, pero no era muy diferente a la que recordaba, sólo notó que le habían agregado cuadros con las imágenes de todos los hokages que la aldea ha tenido. En la cuarta posición, se encontraba la de su padre, Minato Namikaze.

Como le hubiera gustado a Naruto haber conocido mejor al rayo amarillo de Konoha y que lo viera convertido en lo que es ahora, el realizador de los sueños de él y su maestro, Jiraiya. En ese momento también recordó a su madre Kushina Uzumaki, que era otra de las personas que le hubiera gustado conocer mejor, pero a esta la recordaba más a menudo, ya que su personalidad, por desgracia, era idéntica a la de su amiga Sakura.

- Naruto, tan imprudente como siempre, ni siquiera tocaste la puerta… en fin, que bueno que hayas venido – dijo el hokage, que estaba sentado en su silla mirando hacía la ventana, interrumpiendo los pensamientos del rubio- espero que Konohamaru te haya dado todo el mensaje, no encontré a un mejor mensajero… Jejeje.

- ¿Cómo es eso de "todo el mensaje"?- replicó Naruto con cierto tono de duda en su voz- él me dijo que me querían dejar acá en la aldea para que me hiciera cargo de algún equipo o algo por el estilo, pero no estoy convencido del todo de esa idea, tengo tan sólo diecinueve años y me pondrán a cargo de niños.

- Hacerte cargo de genins no es lo que tenía en mente exactamente… pienso que tu gran talento servirá para otro tipo de cosas- dijo el hokage a la vez que la silla donde se encontraba se daba vuelta para que el pasivo rostro de Shikamaru Nara se dejara ver - ¿Quién lo diría Naruto?, que después de tantos años alardeando lo de que algún día serias Hokage, cuando Tsunade-sama te ofreció el cargo al último momento hayas rechazado la oferta, ¿Qué pasó?- Pregunto el pelinegro poniendo las manos cruzadas en su boca como era costumbre- me intriga saber tus motivos y también me gustaría saber el porqué de mi recomendación ante el consejo.

- No es nada, es sólo que después de viajar tanto con Ero-sennin, se me anduvieron pegando algunas de sus costumbres- replicó el rubio mirando a Shikamaru – al final me di cuenta que buscaba el reconocimiento de la gente y veía en el cargo de hokage la forma de conseguirlo, sólo era un sueño de niñez… bueno, en ese momento pensé que tu eras el más indicado para el puesto, al fin y al cabo eres el hombre más inteligente del país del fuego.

- Ya veo… pero dime Naruto, ¿Qué te gustaría hacer por Konoha?, ¿haz pensado en algo en tu camino hasta aquí?

- La verdad es que en nada, es por eso que no me quedaba en Konoha. No hay muchas misiones, debido a la paz que vive el mundo hoy en día, sólo hay misiones hasta clase B y para alguien como yo, no creo que representen un reto muy grande - respondió Naruto rápidamente, sin quitar la vista su amigo - ¿tienes alguna idea o sólo querías verme por que me extrañabas?

- Jaja – Shikamaru no logró contener la risa que esas palabras causaron en él - tan chistoso como siempre … no, no es eso, quería que te hicieras cargo de un grupo de elite que estoy formando, algo así como ANBU, pero dirigidos directamente por mi y con pocos integrantes, a lo más cuatro o cinco.

- O sea, ¿quieres que sea tu perrito faldero?, Una especie de matón a sueldo - responde Naruto sin ocultar su enfado - para eso los tienes a ellos, son las fuerzas especiales de la aldea y para eso están entrenados.

- ¿Aun no lo entiendes tonto?- responde Shikamaru más calmado que su amigo - muchos de ellos aun le guardan lealtad a Danzou y en ellos no puedo confiar como si lo hago contigo… tu eres uno de mis mejores amigos y conozco de primera fuente tus increíbles habilidades. Tú controlas a las bestias con colas, tienes al Kyuubi en tu interior, eres sin duda el ninja más capaz de la aldea y por eso quiero que tu seas el líder de este grupo, necesito gente de suma confianza para este trabajo.

Naruto quedó pensativo, la propuesta no le gustaba para nada, pero igual le tentaba la idea de un poco de acción, extrañaba las misiones y todo eso. Después de la cuarta guerra el mundo se había sumido en una gran armonía entre las cinco mayores potencias, pero igual así los países más pequeños rechazaron, en su gran mayoría, la alianza y siguieron haciendo de las suyas. Constantemente atacaban las fronteras de las naciones más grandes, Naruto creyó que esa era la excusa perfecta para ir ahí a tratar de conocer las diferentes realidades de esa gente.

- Tal vez… pero ¿quienes serian los que irían conmigo a las misiones? –Preguntó Naruto acercándose al gran escritorio de la oficina y poniendo sus manos sobre él - Konohamaru me dijo que casi todos mis amigos están en trabajos y grupos, yo también quiero un grupo que me de confianza, me niego a trabajar con cualquier tipo.

-Mira Naruto… Neji, Lee y Tenten ahora están a cargo de equipos al igual que Chouji, Ino junto a su padre y el mio son los encargados de la sección de inteligencia de Konoha, Hin…- Shikamaru no había terminado de hablar cuando Naruto desvió su mirada de pronto - Oye, idiota, no me digas que sigues así por lo de Hinata con Kiba, esa pobre chica se aburrió de espérate. No puedes ser así de injusto con ella, tú fuiste quien la decepcionó con esas actitudes que tuviste cuando fueron novios.

-Déjalo así, eso ya no importa- dijo Naruto apenado- Kiba puede ser un gran compañero y sus habilidades de rastreo son realmente útiles.

-Kiba esta en una misión junto a Chouji como Jounin que son y no volverán en un buen tiempo, así que él no es opción- replico Shikamaru cerrando los ojos - Esto de verdad es muy problemático para mi Naruto, pero creo que Sai puede ser un gran integrante de tu equipo. También puedo hacer que Kakashi vaya contigo si eso te sienta bien.

- No pienso molestar a Kakashi-sensei, no quiero interrumpir su lectura – explicó Naruto - cuando termino la guerra y por fin volví a la aldea le prometí todos los escritos de Ero-senin, algunos son historias totalmente inéditas y hoy, antes de ir con Konohamaru, se los pasé a dejar a su casa… creo que tiene como para un mes si es que lee todo el día como
es su costumbre.

- Naruto – dijo Shikamaru parándose de la silla – quiero que hoy en la noche vayas a Ichiraku para que conozcas al tercer integrante que tengo en mente y la misión que les tengo preparada, ve a eso de las ocho en punto y si llegas antes come lo que quieras…el hokage paga.

Los ojos del rubio se iluminaron como no lo habían hecho en mucho tiempo, en un segundo asintió con la cabeza y salió velozmente de la oficina. Naruto no podía creerlo, todo volvería a ser como era antes, vivir una vida normal haciendo lo que más le gustaba hacer, ser un ninja de Konoha.

Mientras caminaba por las calles de la aldea, no pudo ocultar la enorme alegría que sentía en ese momento, esto era tanto que le daba autógrafos a todos los niños que se le acercaban, se dejaba fotografiar con todos los que se lo pidieran y hasta se dejaba querer por algunas admiradoras. ¿Qué podía salir mal?, pensaba, si ya no quedaba ningún ninja en este mundo que representara algún reto mayor para él, ya los había derrotado a todos, incluso a su mejor amigo, Sasuke Uchiha. El sólo recuerdo de él en su mente hecho pro la borda toda la felicidad que sentía anteriormente, el recuerdo de su mayor fracaso como amigo lo hacía tiritar de furia consigo mismo.

Aquel nombre para Naruto era sinónimo de frustración, nunca pudo entender realmente al Uchiha, no se podía imaginar que sea lo que Tobi le dijo a su amigo para que la oscuridad le consumiera de esa manera el corazón. Asesinar al Hokage era algo que no se podía perdonar, pero matar al señor feudal del fuego fue algo que marcó todo su destino. No pudo evitar que lo hiciera, la imagen de Sasuke rebanándose el cuello después de matar a todos los altos mandos de la aldea era algo que lo atormentaba todos los días de su vida, la tibia sangre de su mejor amigo recorriendo sus manos y manchando su ropa. Sus últimas palabras, ¿Cómo podía olvidarlas?…

"Na-ruto, esta es la única forma de cortar los lazos, lo siento por todo… idiota".

El andar de Naruto se volvió lento mientras las miles de imágenes de ese momento se repetían una y otra en su mente… "cortar los lazos… maldito hijo de perra", pensó, ¿Cómo podía haber hecho eso?, es su culpa que Sakura haya abandonado todo y se fuera de la aldea, la muerte de su amado fue la gota que rebalsó el baso. Aunque no lo admitiera jamás, nunca tuvo una mínima oportunidad con ella, sólo lo veía como su mejor amigo o tal vez era sólo alguien en que se apoyaba mientras buscaba a Sasuke. Se sentía un tonto, ya que por esa ridícula obsesión que tenia hacía el equipo siete, hacia los que pensaba que eran sus amigos, nunca vio la gran cantidad de personas que lo estimaban de verdad, entre ellas… Hinata Hyuga.

La que siempre lo siguió, la que se aburrió de invitarlo a salir, de demostrarle que lo quería y siempre acompañarlo sin quejarse de nada. Tal vez eso lo encantó, el veía su perseverancia y sentía una profunda admiración hacía ella, una mujer que no se rendía sin importar cuantos obstáculos le pusiera. Un año duró su relación, se puede resumir en "poco amor y mucho sexo", Naruto todavía no olvidaba a su amada Sakura en ese entonces, pero tampoco quería sentirse sólo así que sólo utilizó a Hinata como un juguete, lo que desencadeno en que la Hyuga se terminara decepcionando de su querido Naruto.

Una pena, se dijo para si mismo, ahora ella fue quien lo rechazaba a él, los papeles se invirtieron... "Adiós Naruto-kun nunca te olvidaré"… fue lo último que le dijo, después de un beso en la frente.

"Kiba maldito desgraciado, cuídala bien, tal vez tu sepas apreciar lo que yo no pude", finalizó.

Naruto caminó sin rumbo alguno por un rato, con la mirada perdida y lento caminar, hasta que el ver a alguien le hizo cambiar un poco la expresión que tenia.

- Sai, amigo ¿Cómo estas? - preguntó Naruto un poco más animado – hace años que no te veo.

- Hola Naruto – respondió Sai - ahora voy camino a Ichiraku para juntarme con Shikamaru, pero antes tengo que pasar a casa de mi novia a dejar un dibujo que le hice, espero que le guste.

- ¿No-No-Novia? – Pregunto Naruto anonadado – no puedo creer que tengas novia Sai, ¿Quién es la afortunada?

- Emm… Ino - dijo Sai inexpresivo como era costumbre en él – después de la guerra nos empezamos a ver más seguido, por misiones y cosas así. En ese entonces estaba leyendo un libro sobre relaciones con mujeres… este decía que si una mujer muestra mucho interés en ti es por algo y deberías invitarla a salir.

- Pues, te felicito galán – grito el rubio, palmeándole la espalda a su blanco amigo – Pero cuéntame detalles, ¿Cómo es ella? ¿Qué hacen? ¿Cómo es en "tu ya sabes"?

- Ino me advirtió que me preguntarías esto Naruto, así que me pidió que no te contara nada, pero lo que si te puedo decir es que creo que me gusta – dijo Sai sonriéndole al rubio

– Según el libro que estaba leyendo, lo que siento cuando estoy con ella lo describen como amor, es algo muy parecido a lo que sentía por mi hermano.
Lo que Sai le estaba contando era increíble, cuando Naruto conoció al pelinegro era incapaz de sentir nada por nadie, no sabia comunicarse con los demás y no tenia ninguna capacidad alguna para hacer amigos, lo que sea que le haya pasado en el tiempo que él no estuvo fue grandioso.

-Naruto, también tengo algo que te quiero enseñar - dijo Sai, buscando algo en su pequeña mochila – es un dibujo de mis mejores amigos aquí en Konoha, lo empecé a hacer cuando tu y Sakura dejaron la aldea.

Entonces, de la mochila de Sai, sale un libro de dibujos totalmente nuevo, esta tenia el símbolo de Konoha en la portada y en el lomo decía "La Historia de Sai". El dibujante ojeó rápido el libro y buscó la hoja que decía "Mis mejores amigos" en una esquina, este agarro el librito, lo abrió de para en par y se lo mostro a Naruto. Eran Sakura, él, Sai y el capitán Yamato, los cuatro tomados de la mano y sonriendo.

-Sai, no lo puedo creer, esto es totalmente increíble, nunca nadie había hecho algo así por mi - dijo Naruto, mirando incrédulo el dibujo de su amigo – esto es, no sé que decirte…
El rubio sólo sintió los brazos de Sai rodeándole el cuerpo, eso lo dejo estupefacto, su amigo también podía dar abrazos, ya podía demostrar sus emociones.

- No digas nada - dijo el pelinegro en voz baja y cerca del oído de Naruto – en mi libro que hacía referencia a las amistades decía que la mejor forma de demostrar el afecto que uno tiene a sus amigos es con un fuerte abrazo y creo que ha resultado… algún día cuando Sakura regrese volveremos a estar los tres juntos de nuevo, como era en ese entonces, confío en que no sea tan obstinada como lo fue Sasuke.

- Bueno, Bueno – dijo Naruto, interrumpiendo a su amigo – Deberíamos ir camino a Ichiraku, también tengo que ir, puedes pasar a dejarle ese dibujo a Ino después de la reunión, total, ella tiene todo el tiempo del mundo para ti, Jeje.

- Tienes razón Naruto… es mejor que vayamos andando, pues se nos está haciendo tarde – finalizó Sai sin entender a lo que se refería el rubio.

Naruto y Sai caminaron juntos conversando de sus cosas mientras veían a la distancia el humo que salía por la chimenea del puesto de ramen. Cuando ya estaban cerca, ambos divisaron que habían dos personas sentadas en la barra del local, una era Shikamaru y la otra era Karin, la ninja pelirroja que conocieron cuando Sasuke asesino a Danzou.

"Esto se pondrá interesante", pensó Naruto, esa chica siempre la encontró extraña, pero algo en ella lo intrigaba, el hecho que haya vivido tres años en la aldea y nunca se comunicara con nadie que no fuera de su equipo y sólo en sus misiones.

- Hola Shikamaru, Karin – saludo Naruto alegremente – ¿hace cuanto están aquí?, espero que hayan ordenando algo para mi.

- No hace mucho – dijo Shikamaru mirando a Naruto y devolviendo el saludo – Así que ya te encontraste con Sai de camino hacía acá, creo que eso facilitara mucho la charla… No, no te hemos pedido nada.

- Ojala que esto sea rápida esta cháchara – dijo Karin arreglándose los anteojos – quede de verme con alguien después, así que Shikamaru intenta apresurarte.

- Okey Karin, no seas así – dijo el pelinegro a la vez que pensaba lo problemática que podría llegar a ser esta reunión – miren chicos, todavía les falta un cuarto miembro, pero para la primera misión que les quiero pedir no creo que sea necesario llevar mucha gente, así que con ustedes tres solamente estará más que bien. La misión es simple, encontrar toda la información necesaria del paradero de Sakura. Después de que Shizune se fuera junto a ella tras el asesinato de Tsunade-sama, no quedan los ninjas médicos de la calidad como que yo desearía en la aldea.

- ¿Esto es una broma? – Preguntó el rubio ya sentado junto a Karin– Esto lo podría hacer algún equipo de genins, yo esperaba algo más, ¿Cómo decirlo?, difícil.

- Es cierto Shikamaru – agrego Sai mirando al hokage con su habitual sonrisa – no es algo para lo que necesites un equipo de elite.

- Eso es muy cierto muchachos – responde Shikamaru – pero el problema es que yo pensé lo mismo y envié a un equipo de chunins… lo último que supe de ellos es que fueron encontrados en las cercanías de las fronteras del país del fuego… como cadáveres y dentro de bolsas de basura. Eso si duda no lo pudieron hacer ninjas ordinarios. Después de eso envíe a dos ninjas de mi más plena confianza, pertenecían a ANBU, que se supone, son lo mejor que hay en la aldea... el mismo resultado, muertos.

- ¿Qué? – Preguntó Naruto abriendo bien sus azules ojos – ¿Cómo es que alguien pudo eliminar así de fácil a nuestras fuerzas especiales?

- Bueno, eso es lo que quiero que averigüen, ¿Quién es el que ha hecho estos asesinatos?, Si lo pueden atrapar con vida sería ideal, si no… pues mátenlo, sea quien sea. Esto va para ti Naruto, ya que no quiero que dudes si es que llegara a ser Sakura, también quiero que no se arriesguen más de lo necesario, recolecten toda la información que puedan y que manden reportes cada dos días… espero que ese sea un reto que este a su altura- respondió Shikamaru.

- Dalo por hecho – dijo Sai – de los reportes me encargaré yo.
Después de escuchar la última palabra de Sai, Karin terminó su plato y sin despedirse se alejó del restaurant.

-¿Qué le pasa a esa chica? – Preguntó nuevamente Naruto mirando como la pelirroja se alejaba – debería intentar ser más cortes con sus compañeros de equipo.

- Eso no importa Naruto, quiero que se vayan mañana por la mañana, así que es mejor que vayas a tu casa a prepararte y si puedes trata de traer a Sakura de vuelta… la necesito para la siguiente misión que tengo en mente para ustedes. Este grupo lo creé con el fin de que se encarguen delas misiones que los demás grupos no puedan hacer, confío plenamente en ustedes dos… Naruto, Sai mañana los veo en las puertas a las diez en punto.

Ya en su casa, Naruto se preparó ramen instantáneo y meditó las cosas que le había pasado en el día. El rubio quería con toda su alma que Sakura volviera, pero esta vez no quería cometer el mismo error que con Sasuke, no dejaría que la obsesión lo atrape, al fin y al cabo cada uno es libre de elegir su propio destino y si su amiga quería quedarse para siempre lejos de la aldea, él no era nadie para tratar de forzarla a volver.

Cuando terminó su comida y se fue directo a su habitación, preparó su bolso con todo lo que creyó que necesitaría para la ocasión, después de dos largos años volvería a hacer una misión.

Naruto no podía dormir, eran muchas las cosas en su mente, no sabía cómo podía reaccionar si se tenía que enfrentar a Sakura, tal vez no lo podría saber si no la veía de nuevo. Tenía que mirarla directo a los ojos y preguntarle un par de cosas, quería ver si aun sentía cosas por ella.

"Sakura-chan, ¿por qué hiciste lo mismo que Sasuke?", pensó el rubio, "Tú sabías como me sentí todo el tiempo que buscamos a Sasuke y tú me haces la misma… Nunca lo podré comprender".

El sol pegó fuerte toda esa mañana, Naruto llegó casi una hora antes de lo acordado a la puerta de la aldea, Sai ya se encontraba ahí junto a Shikamaru, pero Karin no se veía por ningún lado. Los tres esperaron aproximadamente treintaicinco minutos a que apareciera, pero nada.

- Naruto, ve a buscar a Karin a su casa, ya es casi la hora y aun no da señales de vida – sugirió Shikamaru, poniéndose la mano en la cara – Ella vive cerca de donde vivías antes, creo que vive hasta en el mismo piso donde tenías tu cuarto, dos puertas después de la tuya.

- Entendido Shikamaru, volveré tan rápido como me sea posible – respondió Naruto visualizando su antigua pieza en uno de los barrios bajos de Konoha – ojala que este despierta si quiera, si no tendremos que retrasar la salida.

El rubio no dijo una palabra más, dejó su mochila en el suelo y partió en dirección a su ex barrio, eso si que seria nostálgico. Tan sólo diez minutos demoró Naruto en llegar a casa de Karin, saltó directo hasta la ventana del hogar de la pelirroja, esta estaba abierta y por ende entró. La casa era pequeña, pero más grande que la pieza que tenia Naruto, Karin al parecer se estaba dando una ducha en el momento que entró.

"Pero ¿Cómo puede ser tan irresponsable una persona?", pensó Naruto, ella debería estar en la puerta de la ciudad en quince minutos más. Su casa era un completo chiquero, los platos de se apilaban sobre la mesa del comedor, como si estuviera coleccionando restos de comida, la sala de estar estaba atestada de ropa en el suelo y de botellas de todo tipo de tragos regadas por todo el lugar. "Vaya vida que lleva esta mujer", se dijo el rubio para sí, "Creo que es una persona con un día a día muy intenso, mi madre no aceptaría a una mujer así. Pero bueno ¿Quién soy yo para juzgarla?, espero que nos llevemos bien".

La puerta del baño se abrió repentinamente y Karin salió del baño completamente desnuda, sólo con una toalla que le envolvía su rojiza cabellera. Al parece no se dio cuenta de la presencia de Naruto y simplemente se dirigió hacía su alcoba.

La cara del rubio estaba completamente roja y sólo pensaba en el buen cuerpo que tenia Karin, pero algo se le vino rápido a su mente, la chica tenía su cuerpo lleno de mordeduras. Eso mató totalmente la libido que esa imagen había despertado en él y hacía que el Uzumaki se preguntara el porqué de esas heridas, ahora sólo tenía que esperar que la pelirroja se pusiera ropa para que se fueran juntos a la puerta de la aldea.

El rubio esperó por al menos quince minutos a que Karin saliera de la pieza, la pelirroja llevaba puesta su ropa habitual, un short negro bastante corto, el uniforme común de subordinado de Orochimaru y sobre este una capa de viaje.

- Karin, Shikamaru me envió a buscarte – dijo Naruto en voz alta para que la chica notara su presencia – lo siento si es que te molestó que entrara así a tu casa.

- No importa, sólo espero que no hayas tocado nada – dijo Karin sin siquiera mirarlo – ¿Hace cuando estas esperando?

- Hace quince minutos, no te quise molestar cuando saliste de la ducha – dijo Naruto sobándose la parte trasera de la cabeza, sin darse cuenta que había cometido un gran error.
El puño de la pelirroja se clavo en la cara de Naruto haciendo que este se azotara contra la ventana que un momento antes había cerrado.

- Es verdad lo que la gente dice de ti, Naruto, eres un degenerado – le grita Karin furiosa – Por eso sigues soltero, por la concha de tu madre, cómo puedes ser así… idiota.

- Karin, Karin… lo siento, no se como disculparme – dice el rubio agarrándose la cara con las dos manos en señal de dolor – sólo te vi por un momento y te diré que no es nada que no haya visto antes.
Otra vez el puño de la pelirroja golpeo el cuerpo de Naruto, pero esta vez fue en la boca del estomago, dejándolo sin respiración.

- Mejor no hables más… cada vez que hablas me dan ganas de matarte – grita nuevamente Karin – ¡sale ahora de mismo de mi casa!

Naruto no dudo ni un segundo, se paró del sucio sillón y salió corriendo de la casa.

"Si seguía ahí me iba a matar", pensó, "pero que mujer más agresiva me a tocado de compañera de equipo. Parece que estuviera destinado a relacionarme con este tipo de mujeres… como dice Shikamaru, esto será realmente problemático".

Karin llegó a la puerta de la viña a las once de la mañana. Naruto ya les había explicado lo sucedido a sus amigos y les pido que no le digieran nada, ya que se podría poner agresiva de nuevo con él y eso no sería agradable. Cuando llegó, venia en un estado tal que ninguno de los tres hombres se atrevió a dirigirle la palabra si quiera, Naruto y Sai sólo atinaron a despedirse de Shikamaru.

- Cuídense los tres – dijo el nuevo hokage – Sai… recuerda los informes, Naruto… no seas tan apresurado y Karin… trata de llevarte bien con ellos por favor.

- Lo intentaré – respondió la pelirroja con una sonrisa malvada en su rostro y señalando al Uzumaki – no prometo nada este tipo no me cae para nada bien.

Shikamaru sólo vio a los tres ninjas perderse en la lejanía.

"Sólo espero que no les pase nada", pensó el pelinegro, "no quiero tener que enterrar a más amigos antes siquiera de coronarme hokage… Lo siento Shino, Yamato, yo los envié a su muerte y ahora estoy enviando a dos amigos más… ¿Qué clase de hokage seré?"