REVISADO Y CORREGIDO EL 30 DE MAYO DEL 2018


Título: Thunderstorm Lightning

Autor: Yara Riddle Black

Clasificación: T (Próximamente M)

Pareja principal: Harry Potter/Tom Riddle (Voldemort)

Disclaimer: Todos sabemos que el magnifico mundo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling, sólo la idea y el desarrollo de esta historia es completa y absolutamente mía.

Resumen: Harry, un discreto y prudente auror que es experto en infiltrarse entre las peores bandas criminales del mundo mágico, es convocado por su jefe. Su próxima misión: descubrir quién es el eslabón más alto de la organización criminal más letal del mundo mágico, "Death Eaters". Nunca pensó que se iba a enamorarse del jefe y asesino mortal: Voldemort. Pero no todo es lo que parece, con él descubre cosas que nunca imaginó que pasarían, y resulta que los que él creía que eran los buenos, resultaron siendo los peores.

Notas: Slash, Lemon y algo de BDSM. Crimen y escenas explícitas de asesinatos y/o violaciones; en un futuro se verá algo de incesto y demás. Universo alternativo; dentro del mundo mágico de los años dos mil.

Diálogos: -Ejemplo número uno.

Pensamientos: "Ejemplo número dos".

Cartas, periódicos, etc.: Ejemplo número tres.

Pársel: -Ejemplo número cuatro.


THUNDERSTORM LIGHTNING


CAPÍTULO 1

« Misión imposible »

El trabajo del Ministerio no era propiamente pesado. Cada departamento se encargaba de sus trapos sucios y a veces cooperaban entre ellos, pero nada quedaba sin resolver. El vandalismo y los robos eran algo que estaba a la orden del día en toda Inglaterra; por más asaltantes y ladrones que iban a Azkaban -y que además pasaban desde tres meses hasta cinco años allí- no escarmentaban, siempre volvían a delinquir.

Menos mal que el Wizengamot estaba por aprobar una nueva ley que solucionaba aquel problema.

Pero para otros más graves no tenían solución; una ola de homicidios hacía cundir el pánico en la alta sociedad. El grupo de criminales, Death Eaters, habían asesinado a varios altos cargos del Wizengamot y de la política mágica, personas muy influyentes en la comunidad y famosos varios, todos hacían un total de veintisiete personas; si bien no era una cifra exageradamente alta, era muy preocupante, ya que la razón de ello no estaba determinada.

Algunos de los asesinados estaban relacionados entre sí, pero otros apenas si se conocían. El Jefe de Aurores pensaba que estaban detrás de algo, pero no lograba saber el qué. La banda era impecable y no dejaba ni una sola pista; lo peor es que de ellos no tenían absolutamente nada, ni nombres, ni rostros… nada.

Pero eso cambió cuando el segundo al mando del Jefe de Aurores, Kingsley Shacklebolt, dio con un informante. Era un eslabón débil de la banda criminal; al parecer, el moreno lo atrapó en unos asuntos ilícitos y el delincuente accedió a infiltrar a alguien con tal de librarse de prisión y ser fuertemente protegido si lograban dar con el cabecilla.

El auror se puso en contacto inmediatamente con su jefe, John Dawlish. Éste, sabiendo el empujón que podía dar su carrera si atrapaba y destapaba la peor banda criminal del mundo mágico, no se lo pensó dos veces y convocó, en una secreta reunión, a sus cuatro mejores y más fieles hombres:

Williamson, Robards, Savage y por supuesto, Shacklebolt.

-Opino que deberíamos enviar a Tonks. -Savage bufó sonoramente, interrumpiendo a Williamson.

-Por favor… ¿Cuántos metamorfomagos conoces en el mundo mágico? Son muy pocos, pondríamos en peligro a una de las mejores aurores del departamento. -Indicó el hombre rubio de ojos azules turquesa.

-Por favor, Savage -bufó el hombre- hablas como…

-Hablo como una persona con la suficiente inteligencia como para no arriesgar la vida de terceras personas. No hablo como su pareja. -Zanjó el hombre-. En estos temas soy más que profesional al respecto -el auror se cruzó de brazos en su asiento y miró con enfado a Williamson.

El otro negó con la cabeza mirando a Savage.

- ¿Y un auror novato? -Preguntó Robards a su jefe.

Dawlish negó con la cabeza pacientemente.

-Además de poner todo en peligro, es una oportunidad única ésta que tenemos…, ni siquiera el Ministro sabe nada -comentó el hombre pasando las hojas de los archivos de aurores vigentes.

-El mejor de mi escuadrón es Weasley. -Savage levantó las dos palmas, agitándolas en un balanceo continuo cuando todos se le quedaron mirando-. Sí, se que todo el mundo conoce a los Weasley…, pero es lo mejor que tengo, jefe.

-Hasta con la multijugos reconocerían a un Weasley… ¿Williamson? -Preguntó Dawlish al hombre de cabellos castaños y nariz aguileña.

-Tengo a Longbottom y McLaggen. -Contestó.

-El idiota de McLaggen cometerá una imprudencia a los cinco minutos, es demasiado ambicioso y…, Longbottom, aunque es bueno en su trabajo…, no sé, no me cuadra, pero no lo descarto. ¿Robards?

-Si me disculpa, jefe, no creo que necesitemos a un auror capacitado, si no a uno que sepa qué hacer y cómo moverse. -Interrumpió Shacklebolt.

-Explícate -dijo el hombre, apartando la mirada de los papeles que leía por encima.

-Sólo hay tres aurores que puedan hacer esto y salir vivos para contarlo: Longbottom, por supuesto, Goldstein y Potter.

- ¿Goldstein no está en una misión en el extranjero? -Preguntó el jefe en dirección a Robards, este asintió.

-Sí, lo está.

-Descartado, no podemos perder más tiempo.

- ¿Qué le parece Potter? Es el candidato perfecto para esta misión; se defiende bien y es muy inteligente, con él, nada correrá riesgos. -Informó Shacklebolt, dándole la información.

El jefe de aurores miró la ficha que le extendió su segundo al mando por varios segundos.

-Sí, es perfecto -asintió el Jefe de Aurores.

Shacklebolt sonrió orgulloso.

-No lo defraudará, jefe, ya sabe que Potter es el mejor de mi escuadrón.

[…]

Ya era la cuarta vez que lo intentaba, pero el pelo de Potter era el más rebelde del jodido planeta. Llevaban más de una hora, ¡una!, intentando hacer que su pelo pase desapercibido, pero era misión imposible. Era como si ese pelo tuviera vida propia.

- ¡Se acabó, me rindo, Harry! -Exclamó Angelina, dejando a un lado las pociones con las que intentaba domar el cabello del chico.

-Angelina, te dije que no podías, nadie puede -comentó el chico con una sonrisa divertida.

-Entonces… ¿cómo lo haces en tus misiones encubierto? -Preguntó entre divertida e intrigada.

-No suelo pensar en ello…, antes de cada misión el cabello se ajusta a mis necesidades él solo -rió el chico.

-Pufff…, de verdad, Potter, solo a ti te pasan esas cosas. -La chica de cabellos castaños oscuros le dio una última sonrisa y salió del mini despacho en el que los dos se encontraban.

El chico suspiró, negó con la cabeza y convocó un espejo de cuerpo completo.

El objeto le devolvió una imagen distinta a la suya: el color de su piel, antes ligeramente tostada, ahora era blanca, su cuerpo estaba más alargado, siete u ocho centímetros, tal vez; la musculatura que había ganado en su trabajo de auror, cedió un poco, dejándolo con músculos marcados pero sin sobresalir. Se encontraba notoriamente más flaco, además que su piel le daba un aspecto pálido y debilucho.

Su rostro dio un cambio drástico, pero porque el característico color verde esmeralda de sus ojos desapareció para ser de un azul inexpresivo y sin gracia. Su nariz era un poco más alargada pero su rostro seguía siendo delgado. Los labios los tenía más finos de lo normal y sus gafas redondas eran un tanto insípidas.

El color y el largo del pelo fue lo único que no había cambiado. Éste seguía siendo negro azabache, corto y rebelde hasta más no poder, pero confiaba en que se portara bien para la misión.

Viéndose de nuevo en el espejo, ahora ya vestido como su nuevo personaje, se encontró físicamente muy distinto a su 'yo normal', muy cambiado y diferente.

Salió y se encaminó al despacho del Jefe de Aurores; cada vez que le tocaba una misión, recorría los pasillos del departamento para ver las distintas reacciones de sus compañeros y, como en otras ocasiones, algunos los paraban y le preguntaban si necesitaba ayuda, sin darse cuenta que estaban en frente a un auror de su propio escuadrón.

Harry llamó a la puerta del jefe y esperó.

-Adelante.

Dawlish vio al auror entrar a su despacho atajado con ropas raramente combinadas: un pantalón de pana marrón sin cinturón, botas negras, un jersey morado y una túnica negra un poco deshilachada a los lados. La imagen en sí daba cierta pena ajena: era la combinación más mediocre que podría llevar, pero cumplía perfectamente con la misión de desviar toda la atención posible a algo que no fuera su rostro, aunque sólo sea por el momento.

-Johnson hizo un gran trabajo con tu apariencia física, muchacho, pero, ¿no debió cambiar tu pelo también? -Preguntó el jefe.

-Ese pelo de Potter está maldito, ninguna poción ni hechizo puede con él. -Rió Shacklebolt, que estaba detrás de Dawlish-. Harry, si no supiera que ibas a entrar, no te habría reconocido, buen trabajo.

El chico asintió seriamente hacia su jefe de escuadrón, tomando asiento frente a los dos hombres.

-Bien, ya sabes de sobra cuáles son los pasos a seguir en las misiones de encubierto, no hace falta que entremos en detalles con eso en este momento -terminó el hombre, cediéndole la palabra a su jefe.

-Tu contacto se llama Ilhan Malone, también conocido como Skrit; veintidós años, mestizo. Su madre bruja murió cuando él tenía doce y sólo año después, fue abandonado por su padre, nunca fue a la escuela, vivió en la calle hasta los dieciocho, sobrevivía robando a cuanto muggle y mago veía y bla bla bla; su hazaña más reciente fue hacerse miembro de los Death Eaters. -Informó Dawlish a Harry mientras Shacklebolt le pasaba la ficha con toda la información del sujeto.

Él miró por encima alguna información de interés y después le prestó atención al Jefe de Aurores.

-A partir de ahora, tu nombre es Hardwin Anderson, un huérfano mestizo de origen americano, pero nacido y criado en Londres. No tienes más familia conocida en el país. Recientemente terminaste de trabajar en un local del callejón Knockturn y necesitas dinero rápido, por eso delinquirás junto a Skrit, de hecho, así fue 'como os conocisteis en un principio'. ¿Alguna pregunta? -Dawlish miró con el rabillo del ojo al muchacho.

Este negó con la cabeza, aceptando todo en silencio.

-Vives en un tugurio en el bloque de apartamentos solitarios del callejón Knockturn, allí permanecerás hasta que el idiota de Malone se ponga en contacto contigo…

-Puedes aprovechar para practicar tu personaje, Harry. -Interrumpió el moreno a su jefe, éste siguió hablando como si nada.

-Tu misión es escalar hasta llegar a lo más alto y descubrir la identidad del cabecilla, tu única preocupación es su identidad, nada más; también quiero un informe detallado cada cuatro días. Bien, Potter, a partir de ahora quedas eximido de toda falta contra la autoridad que puedas cometer cumpliendo tu misión, excepto asesinato, traición al Ministerio, cambio de bando…, ya sabes los términos. Espero que no falles al Cuerpo de Aurores y hagas bien tu trabajo.

-Así será, señor. -Contestó él, metiendo los documentos en un bolsillo interior de su túnica y poniéndose de pie.

Dawlish hizo un gesto con la mano para despachar al muchacho y Shacklebolt lo acompañó hasta la puerta.

-Harry, mucha suerte y ten cuidado.

El moreno le extendió su mano derecha y él la aceptó con una sonrisa.

-Sabes que siempre tengo cuidado, Kingsley. -Rió él-. Gracias, te mantendré informado.

El moreno asintió y volvió a adentrarse en el despacho, dejando al chico en el pasillo.

"Bueno…, primera parada: hacerme con una varita sin registrar", pensó el chico, dándose la vuelta y encaminándose hacia la salida.

[...]


N/A:

No me gusta empezar una nueva historia sin terminar otra, pero llevo días con esto en la cabeza y hasta que no lo escribí no pude estar en paz... Ya saben: si les gustó dejen review, pónganlo en favoritos o síganla para más.

Yara Riddle Black.