Arrebato de valentía estúpida
Por Nochedeinvierno13
Disclaimer: Todo el universo de Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling.
Este fic participa del minireto de enero para "La Copa de las Casas 2014-15" del Foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".
Regulus Black no entiende lo arrebatos de valentía que pueden tener algunas personas. Él es la clase de chico que prefiere ser racional, analizar la situación y las medidas que pueden tomarse para no cometer una estupidez en el proceso. No comprende la razón por la cuál se arriesgan de ese modo hasta que se encuentra en una situación de esa categoría.
El hecho sucede en una tarde de primavera donde el canto de las aves interrumpe sus horas de lectura. Un libro de más de quinientas páginas se encuentra sobre sus piernas y Regulus lee atentamente cada una de las líneas. Al menos, lo hace hasta que el grito de Caradoc Dearborn le interrumpe con sus gritos.
—¿Y ahora qué te sucede, Dearborn? Tu voz me molesta constantemente y ahora también te propones hacerlo durante los fines de semana.
—No se trata de molestarte, Black —gruñe con el ceño fruncido—. Dorcas se encuentra en peligro y necesito la ayuda de algún profesor.
—¿Qué haces todavía hablándome? ¿Dónde se encuentra ella?
Caradoc le dice que le siga y solamente en esa oportunidad, Regulus le permite que le de ordenes. Al escuchar que Dorcas se encuentra en peligro, su corazón comienza a latir desbocadamente dentro de su pecho y no puede controlar su pulso.
—Hestia quiso jugarle una broma pero Dorcas no sabe nadar.
Entonces comprende que la chica se encuentra en el Lago Negro con los estúpidos que tiene por amigos, mirando sin hacer nada mientras que ella comienza a ahogarse al no saber nada.
Dorcas grita pidiendo ayuda cuando ellos llegan al lugar y Regulus no se lo piensa dos veces. Se arroja con todas sus fuerzas en dirección al agua y da unas brazadas buscando el cuerpo de la chica de Ravenclaw.
Rodea su cintura con su brazo y la sujeta de modo que ella no se hunda.
—Gracias, Reg.
—No me gusta que me llames así —Dorcas se sonroja—. Pero creo que puedo ignorarlo por encontrarte en una situación límite.
—No habías mencionado que sabías nadar.
Los dos comienzan a hundirse y Regulus alcanza a susurrar:
—No sé nadar.
Media hora después se encuentran en la enfermería mientras Madame Pomprey se asegura que no hayan sufrido ninguna lesión.
—¿Cómo se le ocurre lanzarse al lago sin saber nadar, señor Black?
—Un arrebato de valentía estúpida pero no me arrepiento.
Dorcas le sonríe.
