N.T. Aquí comienzo la traducción de este fic original de Unwritten.25
El original en inglés en fanfiction lo podéis encontrar aquí: s / 9446695 / 1 / give-your-heart-a-break (ya sabéis como va -elimináis los espacios y sustituis los "dot" por puntos.
"¿Kurt?" Rachel llamó desde fuera de su puerta. Ella estaba preocupada, pero Kurt no podía levantarse. Se sentía entumecido-. Vacío. "Kurt, ¿estás bien?"
No, Kurt quería decir. El chico que me ha gustado en los últimos dos años sólo admitió que él me engañó-y sólo le llevó, ¿Qué?, ¿tres semanas? Y lo que es aún peor es que me siento culpable por ello, porque yo soy el que lo dejó solo, sabiendo que no tenía a nadie más que a mí, que su vida familiar se encuentra en ruinas, que todos sus amigos fueron mis amigos primero. Y me odio por eso y le odio a él por hacerme sentir culpable por sus elecciones, por lo que decidió hacer.
Kurt no podía decir nada de eso en voz alta, por lo que se quedó en silencio. Oyó a Rachel suspirar.
"Tengo helado", dijo ella, persuadiéndolo. "Y Moulin Rouge y Funny Girl. Sal y podemos regodearnos en la pena juntos- Ella golpeó contra la puerta, rozando sus nudillos suplicante. -Por favor, Kurt. Sé que estás sufriendo ahora mismo, pero también lo estoy yo-podemos ayudarnos el uno a otro. ¿No es para eso para lo que están los mejores amigos?"
Kurt lo consideró. Se sentó, lento y cansado. Desde la visita de Blaine, se movía como un viejo, como si sus huesos dolieran y su cuerpo se sintiera inútil.
"Sólo quiero estar solo, Rachel", dijo. Su voz sonaba cascada, desigual en los bordes, ya que era la primera vez que había hablado en voz alta desde que Finn se fue.
Hubo una pausa en la puerta. "Kurt, quiero ayudarte. Quiero que nos ayudemos el uno al otro"
, susurró Rachel. "Por favor, ven"
Kurt consideró abrir la puerta y miró hacia atrás en la cama. Mirarla dolía-cada vez que la miraba veía el rostro de Blaine, la angustia en sus ojos cuando se echaron a dormir, sin hablar el uno al otro. Seguía escuchando a Blaine decir lo siento una y otra vez, no podía conseguir sacarse el Teenage Dream de la cabeza.
"Sí" dijo Kurt, de pie. "Está bien. Dame un minuto para arreglarme un poco"
"¡Sí!" Rachel dijo, muy contenta ahora. "¡Sí, por supuesto! Traeré las películas. Y las palomitas de maíz!" Kurt oyó sus pasos apresurados mientras se alejaba de la puerta.
Tomó una respiración profunda, luego se miró en su espejo. Parecía un cadáver ambulante, su rostro era el más pálido que había tenido desde su primer año de la escuela secundaria, tenía círculos oscuros debajo de sus ojos, su boca estaba seca, agrietada. Se pasó la mano por el pelo e hizo una mueca-graso y despeinado, repugnante. Él necesitaba una ducha terriblemente.
Kurt abrió la puerta y se asomó, extrañamente cauteloso. Rachel estaba en la cocina, en silencio haciendo palomitas de maíz. El portátil de Kurt estaba en la mesa de café, con la pantalla completa, él y Rachel todavía tenían que invertir en una TV y se coló en el cuarto de baño y comenzó a ducharse.
Trató de no pensar en todas las veces que él y Blaine estuvieron juntos en la ducha, tanto en la escuela McKinley (él nunca le contaría eso a Finn, nunca) y en sus casas, cuando sus padres estaban ausentes. A Kurt le gustaba jugar un poco en la ducha-hacía que limpiar el desorden fuera más fácil y Blaine estaba increíblemente caliente con el agua cayendo sobre él-
Kurt tomó una respiración profunda. No debía pensar en Blaine, no esta noche. No quería pensar en los labios de Blaine contra los suyos, la forma en que Blaine era tan fácil de sostener, la forma en que Blaine le había apoyado y lo amó en su peor momento. Él no quería preguntarse acerca del chico con el que Blaine se acostó, si es que era más guapo que Kurt, mejor en la cama que Kurt. Si valió la pena todo lo que Blaine lanzó lejos por él.
Él salió de la ducha con la sensación de ser más él mismo y se envolvió en una toalla alrededor de sus caderas. En el salón, Rachel había colocado velas. Ella levantó la mirada cuando salió Kurt y su mirada se suavizó.
"¿Te sientes mejor? " preguntó.
Kurt intentó sonreír, pero sus músculos dejaron de funcionar de esa manera en el momento en que Blaine dijo que estaba con alguien. "Mucho", consiguió decir. "¿Qué vamos a ver primero?"
"¡Moulin Rouge!" dijo Rachel "Luego Funny Girl. Quizás Desayuno con diamantes, si podemos aguantar"
"O Vacaciones en Roma" dijo Kurt. "Siempre me gustó esa"
Rachel sonrió. "A mí también", admitió. "Y a Finn" su voz se quedó atrapada y tosió antes de volver a intentarlo. "Finn siempre pensó que era demasiado triste."
"Así lo creía" Kurt se detuvo, su boca en una mueca.
Rachel negó con la cabeza. "Vamos", dijo. "Vístete y podemos empezar. No es que la idea de ver películas contigo en una toalla no sea una de mis mejores fantasías ..." Ella sonrió de nuevo, meneando sus cejas.
Kurt puso los ojos en blanco "Ya vuelvo" dijo y se deslizó en su dormitorio.
Él tiró de los pantalones cómodos de yoga y una simple camiseta limpia e hizo una versión abreviada de su rutina nocturna, tratando de no pensar si Blaine todavía hacía la suya, si lo estaba haciendo en estos momentos en Ohio. Pasó un peine por el pelo y salió a la sala de estar, que estaba a oscuras excepto por las velas y el resplandor de la pantalla. Rachel estaba sentada en el sofá, con las piernas subidas hasta el pecho, masticando palomitas.
Kurt se deslizó junto a ella y Rachel se puso inmediatamente a su lado, apoyando la cabeza en su hombro. Suspiró contra su cabello y envolvió un brazo alrededor de su hombro cuando él estiró su mano libre para iniciar la película.
"Había un chico, un extraño muchacho soñador…"
"Vamos a estar bien, ¿verdad?" Rachel le preguntó, en voz baja.
Kurt recordó su regreso a Nueva York cuando ella fue tras Finn. Casi había sentido la tentación de ir con ella, pero la idea de ver a Blaine de nuevo, sabiendo lo que había hecho, dolía demasiado y se había quedado en casa. Rachel había vuelto con manchas de lágrimas en la cara, ojos dolidos y enojados, al borde del colapso, y dijo que ella y Finn habían acabado, oficialmente. Kurt había envidiado su certeza. Ahora sólo se sentía triste por ella, por sí mismo, e incluso por Finn y Blaine, en cierto modo. Habían estado tan enamorados y ahora estaba todo roto.
Kurt besó la cabeza de Rachel. "Nosotros vamos a estar bien", prometió, y esperaba que se hiciera realidad.
La vida continuó para Kurt. consumía gran parte de su tiempo, su pensamiento, su energía, y cuando llegaba a casa tarde por la noche y agotado, Rachel siempre estaba ahí con películas, charlas sin sentido, y lo más importante, pastel. Él descubrió que rara vez tenía tiempo para pensar en la angustia en su rutina diaria. En cambio, los pensamientos sobre Blaine venían a él cuando estaba en el borde del sueño, solo en su cama, rodeado de oscuridad. Él miraba a su techo de color blanco y contaba los puntos allí mientras pensaba en la sonrisa de Blaine, su bondad innata, la forma en que sus ojos se iluminaban cuando Kurt entraba en una habitación, la forma en que su boca se veía cuando decía Te amo, cuando dijo He estado con alguien…
Kurt sólo se permitía que las lágrimas viniesen por la noche. Si se despertaba a la mañana siguiente con la piel hinchada debajo de sus ojos, nunca se dejaba a sí mismo pensar en la razón de eso.
A medida que pasaron los días, Kurt se encontraba cada vez más tenso. Él gritaba a los otros becarios en el trabajo, a Rachel cuando se quejaba de Cassandra July por enésima vez, a los vagabundos al azar en la calle. Él se irritaba por las cosas más pequeñas, las cosas más tontas, y pronto se convirtió en un manojo de nervios, enojado con sus emociones-su pelo estaba despeinado, sus ojos habían desarrollado ojeras, su sentido de la moda se estaba resintiendo. . .
Después de una semana, Kurt miró en el espejo sus ojeras, ojos caídos, claro que no estaba en su mejor momento, y llegó a una decisión. Él tenía que descansar, olvidar. Él necesitaba una noche para sí mismo, en la que no pensara en Blaine o en su relación fallida.
"Rachel", dijo esa noche, después de que él llegara a casa del trabajo. "Voy a salir esta noche."
Ella le dio una mirada de perplejidad. "¿A por café?" -preguntó.
Kurt puso los ojos en blanco. "Salir", subrayó.
Los ojos de Rachel se ensancharon y se detuvo en el proceso de hacerse la taza de té de manzanilla de las noches. "¿a un club?" preguntó, totalmente escandalizada. "¿Un club gay?"
Kurt suspiró. "Yo solo…" Sacudió la cabeza. Sonaba estúpido en su cabeza el decir que necesitaba una noche de desenfreno, una noche para olvidar que Blaine jamás había existido. Ni siquiera sabía si eso era posible-la noche en Scandals no lo había convertido precisamente en un lo loco por los clubes gay. Pero era la única manera que se le ocurría para por lo menos intentarlo.
Los ojos de Rachel se ablandaron. "¿Quieres que vaya contigo?" preguntó.
Kurt sonrió. "Sí, si tú quieres", dijo. Había oído muchas cosas acerca de la vida nocturna de la ciudad de Nueva York para estar totalmente cómodo yendo él mismo. Él le guiñó el ojo. "Tal vez incluso consigas a alguien"
Rachel se rio. "¿Cómo podrían resistirse a todo esto?" Ella dio un pequeño contoneo.
"Podrías conseguirlo en cualquier momento y tú lo sabes, Berry" Kurt le dijo. "Especialmente después de mi cambio de imagen"
Kurt seguía estando privadamente orgulloso sobre ese pequeño experimento. Rachel se veía más brillante de lo que nunca lo había hecho en su vida, y Kurt no podía dejar de enorgullecerse cada vez que los hombres y mujeres la miraban fijamente en la calle, tan orgulloso como si estuvieran mirándole a él en su lugar.
Rachel preguntó"¿Puede venir Brody conmigo también?"
Kurt frunció el ceño un poco, pero se encogió de hombros. "Supongo", dijo. "Si él quiere." Brody parecía bastante agradable las pocas veces que él y Kurt habían hablado, pero él era –bueno, ridículamente guapo y hetero, y Kurt nunca había tenido una buena experiencia con chicos por el estilo, en realidad no.
Rachel sacó su teléfono y le dio una mirada. "No lo juzgues hasta que llegues a conocerlo, Kurt" dijo ella, marcando. "¿Hey, Brody? Escucha, me preguntaba si estabas ocupado esta noche ..."
Kurt se quedó mirando a las luces brillantes parpadeando fuera del club gay y tragó saliva. Había estado tan seguro de que esta era la mejor manera de olvidarse de Blaine, pero ahora que se estaba aquí…
"No te rajes ahora, Hummel" Brody dijo en su hombro. Sonrió a Kurt. "Parece más de lo que es, pero prometo que es más divertido que aterrador" Él hizo una señal con la mano. "Palabra de honor."
"¿Cómo es que conoces este sitio?" Kurt pidió cuando Rachel se acercó a su otro lado y enlazaron sus brazos.
Brody se encogió de hombros. "Mi antiguo compañero de piso solía arrastrarme hasta aquí para que pudiera él enrollarse con los chicos. Era muy divertido, en realidad."
Kurt pensó acerca de lo que cualquiera de los chicos heteros en Lima habría pensado sobre pasar un rato en un bar gay. Dudó que cualquiera de ellos hubiera pensado que era divertido. Por mucho que quisiera a Finn, era muy, muy difícil que no le gustara Brody.
Él miraba a la gente en la cola y tiró tímidamente en su camisa encorsetada-la que no se había vuelto a poner desde el segundo año, cuando se había dado cuenta de que era demasiado de moda y vanguardista para un lugar atrasado como Lima. Estaba sorprendido de que todavía le cupiese-le estaba un poco apretada, pero por lo demás era perfecta. Eso, combinado con los pantalones negros ceñidos y botas favoritas, eran perfectos para un club, en opinión de Kurt. Mirando al resto de la gente-la mayoría de ellos con algún tipo de red de pesca-se preguntó por primera vez en su vida si él había tomado la decisión equivocada.
Brody les llevó a la parte delantera de la cola y el portero les dejó atravesar sin mirar siquiera a sus documentos de identidad. En el interior, las luces pulsaban con el pesado ritmo de algo que sonaba a techno.
"Voy a ir a tomar algo" Brody gritó encima de la música. "¿queréis venir conmigo?"
"Kurt va a bailar", Rachel gritó, dando a Kurt una mirada severa. "Pero yo Iré contigo"
Kurt quiso protestar, la pista de baile era una masa de cuerpos retorciéndose, entrelazándose con tanta fuerza que era difícil ver dónde una persona comenzaba y dónde acababa la siguiente. Pero Rachel tenía razón. Él quería olvidarse de todo esta noche, y la pista de baile era probablemente el mejor lugar para hacerlo. Kurt tomó una respiración profunda y luego caminó hacia adelante, abriéndose paso en la pista.
Por un momento, se arrastró a través de la gente, la presión de los cuerpos, el olor a sudor y sexo. Luego tomó otra respiración profunda. Él era el maldito Kurt Hummel y una pequeña cosa como una pista de baile gay no iba a detenerlo. Todo el mundo podía pensar que él era una especie de marchita flor y pasa sexual, pero no lo era. Por un momento, Kurt deseó que Sebastian estuviera allí, sólo para que Kurt pudiera restregarle en su cara lo poco que todo esto le asustaba.
Hubo una pausa mientras se detuvo la canción y empezaba otra: Kurt utilizó eso para reunir coraje. Cuando empezó una base pesada de golpes a través de los altavoces, comenzó a girar sus caderas. Ignoró lo incómodo y poco atractivo que se sentía, él sabía que no lo era. No lo era. En su lugar, trató de centrarse en el momento, en la forma como se sentía al mover sus caderas, en el olor y el calor de la gente a su alrededor. Kurt deseó haber bebido algo primero, a pesar de que había renunciado al alcohol después de su incidente con la Srta. Pillsbury. Una bebida le hubiera aflojado lo suficiente como para hacer esto fácil.
Poco a poco, sin embargo, él se relajó. Era más fácil con todo el mundo alrededor de él sin hacerle caso en su mayor parte, todos ellos enfocados a rozarse contra sus propios compañeros. Kurt los observó por un momento, sonrió, entonces lanzó sus manos en alto. Cerró los ojos y se dejó llevar -la música era todo lo que importaba, el giro de sus caderas.
Él bailó así durante un tiempo-una canción dio paso a otra y otra-por tanto tiempo que él saltó cuando unas manos agarraron sus caderas. Él medio se giró para ver una sonrisa cegadora.
"¿Te importa?" dijo el tipo-o movió su boca-, ya que Kurt no podía oírle sobre la música.
Kurt lo consideró. Era rubio, de ojos azules, alto. Todo lo que Blaine no era, un hilo de voz le susurró en la parte posterior de la cabeza. Kurt la empujó lejos y le sonrió.
"¡No!" movió la boca, se giró y comenzaron a moverse juntos.
Alto, rubio y guapo y no era un mal bailarín. Y él fue el que abrió las puertas del baile a otros compañeros -después de una canción, Kurt fue alejado por otro chico que lo tomó, y luego otro, y luego otro-Kurt se sintió mareado por la atención, por las erecciones que podía sentir presionando en la parte baja de su espalda, por el calor y la presión de los cuerpos.
Kurt estaba rozándose con un chico hispano alto cuando la canción cambió a Single Ladies. Kurt sonrió y apartó un poco al muchacho fuera de él, moviéndose a un lugar despejado en la pista de baile. Estaba demasiado metido en la idea de bailar exageradamente y obtener la atención así que pensó que no importaba quién lo viera hacer esto, sin pensar ni avergonzarse cuando tomó la pose y comenzó. Cuando él empezó a imitar a Beyonce, la gente comenzó a darle espacio, despejando la pista. Los hombres que lo rodeaban aullaban y gritaban mientras él se golpeaba el culo, apartando el pelo húmedo de sus ojos. Kurt sonrió.
Unas manos repentinas apretaron sus caderas que se movían eróticamente. Kurt hizo una pausa, pero cuando las manos sólo apretaron y no se apartaron, lanzó su cabeza hacia atrás y se mantuvo en movimiento, consciente de la pareja detrás de él, cuyas caderas se movían en consonancia con las suyas. Kurt sonrió maliciosamente a los chicos a su alrededor mientras golpeaba el culo de su pareja en lugar del suyo, lanzó la mano con tanto descaro como le fue posible y, en general, estaba pasando el mejor momento que él pudo recordar desde que rompió con Blaine.
Cuando la canción terminó, Kurt hizo una pausa para tomar un respiro ya que el resto de los bailarines llenaron el espacio a su alrededor una vez más, algunos de ellos dándole una palmada en el hombro y una sonrisa, amplia y divertida. Recordó por un momento intenso la forma en que los chicos de fútbol habían reaccionado cuando les había enseñado ese baile. A veces no podía creer lo diferente que era Nueva York.
"La vida sexual hizo maravillas para tus habilidades de baile."
Kurt se congeló en el susurro -su compañero, se dio cuenta con horror, el cual se había quedado detrás de él mientras que los demás se movían. Su compañero, que tenía una voz que Kurt conocía muy bien. Él se dio la vuelta para encontrarse con el rostro de Sebastian Smythe sonriendo con superioridad y sintió el tipo de terror que sólo podía recordar sentir con Dave Karofsky, cuando todavía era un matón.
"Tú, no" respiró Kurt. En la música era imposible de escuchar, pero Sebastian sonrió de todos modos.
"Encantado de verte, Kurt" gritó. Un tipo chocó con Kurt dándole de lado y él chocó contra el pecho de Sebastian. Sebastian le atrapó alrededor de sus brazos y le sonrió. Sebastian, Kurt se dio cuenta de repente, seguía siendo tan guapo como siempre. Kurt pisoteó ese pensamiento hasta que muriese de una muerte horrible y dolorosa.
"¿Quieres que consiga una mesa?" Sebastián pidió.
Kurt se quedó mirándolo fijamente, incrédulo. Luego, sin decir nada, se volvió sobre sus talones y se marchó lejos, furioso y sin creérselo. Había tenido una buena noche y luego Sebastian Smythe de toda la gente tenía que aparecer y arruinarlo todo. Si hay un Dios, Kurt estaba seguro de que su misión en la vida era hacer la vida de Kurt tan miserable como le fuera posible, y él era la evidencia para demostrárselo a los incrédulos.
Kurt vio a Rachel y a Brody en una mesa en la parte de atrás, hablando con sus cabezas inclinadas juntas. Él los miró por un momento, la ira desapareciendo poco a poco con la sonrisa enamorada en el rostro de Rachel, antes a unirse a ellos. Lejos de la música, era un poco más fácil de escuchar.
"No vas a creer a quién me encontré en la pista de baile" Kurt dijo mientras se dejó caer en la última silla que quedaba en la mesa. Rachel y Brody intercambiaron miradas.
"No fue a Blaine, ¿verdad?" Rachel le pidió, poniendo su mano sobre la de Kurt.
Kurt ignoró la punzada de dolor al oír el nombre de Blaine. . "No, dos palabras para ti: Sebastian Smythe."
Rachel jadeó, aunque Brody todavía se veía confundido. "¿Sebastian está aquí? ¿Qué…?"
"¿Sabes que es indecente dejar a alguien en la pista de baile solo?" interrumpió Sebastián mientras paseó por su mesa, con las manos en los bolsillos y una sonrisa en su rostro.
"Bueno, también es indecente venir a un bar gay con la ropa que incluso un chico de fraternidad debe haber lanzado a la basura, pero no veo que eso te haya detenido" Kurt contestó.
"Kurt!" Regañó Rachel, aunque él sabía que ella pensaba que era gracioso. "Sebastian, es bueno verte de nuevo", dijo ella, perfectamente educada, cuando se volvió de nuevo a Sebastian. "Este es Brody, un amigo mío. Brody, este es Sebastian-Kurt y yo lo conocimos en la escuela secundaria."
Sebastian se giró mirando con consideración a Brody. Kurt gimió- ya podía ver a dónde iba esto.
"Vaya, hola," Sebastian ronroneó, tendiéndole una mano a Brody.
Brody simplemente sonrió, tomando la mano de Sebastian, y dijo, "totalmente hetero". Kurt quería comprarle a Brody un ramo de flores y un poco de chocolate muy caro.
Sebastian levantó una ceja. "Nadie es totalmente hetero", dijo, siguiéndolo intentando. Kurt a regañadientes le dio méritos por la persistencia, pero a continuación, les restó puntos por el horrible cuello de la camisa hacia arriba.
La sonrisa de Brody se ensanchó y lanzó una mirada a Rachel. "Suficientemente hetero como para que no me interese, amigo."
Sebastian, para sorpresa de Kurt, hizo una mueca y se inclinó hacia atrás. "Amigo", murmuró en tono indignado. "eso me ha quitado las ganas de inmediato". Es una lástima que Kurt estuviera de acuerdo - aunque no quería pensar que estaba de acuerdo en algo de lo que dijera Sebastian. Sebastian suspiró. "Es una pena", dijo, mirando el cuerpo sin duda esculpido de Brody. "Podríamos habernos divertido"
"En realidad estoy un poco sorprendido de que a ti se te hayan quitado las ganas, Smythe" Kurt intervino, cruzando las piernas con recato. "Después de todo, eso implicaría que tienes valores morales"
Los tres lo miraron a la vez.
"Ahora sé lo que quisiste decir cuando dijiste que podía ser malicioso" Brody dijo a Rachel. Kurt se volvió hacia ella con traición, pero Rachel se encogió de hombros y le acarició la mano.
"Todo esto es parte de tu encanto", le aseguró.
Sebastian empezó a reírse y Kurt le dio una patada en el tobillo. "¡Ay!" gritó, arrastrándose hacia atrás, alejándose de ellos. "¿Qué demonios, Hummel?"
"Los caballeros no se burlan" Kurt le informó. "Especialmente no los de Dalton".
"¿Eso es lo que Blaine te dijo?" Sebastián pidió.
Kurt no lo vio, pero pudo sentir la súbita tensión de Rachel y Brody. Tomó una respiración profunda por todo el dolor que el nombre de Blaine le traía. "No," masculló. "Parece que tú y todos los demás Warblers lo habéis olvidado, pero fui a Dalton, sabes." Puso los ojos en blanco. "Parte de ello se me quedó, aunque, por suerte no el sentido de la moda, francamente horrendo". Se estremeció al recordar algunas de los conjuntos que Thad o David usaban los fines de semana.
Hubo una extraña luz en los ojos Sebastian, aunque eso podría ser sólo el brillo de la luz estroboscópica en el fondo. "Probablemente fuiste un chico Dalton horrible", se burló. "Con tu actitud de diva y todo eso"
"Bueno, tú deberías saberlo" dijo Kurt, lanzándose el pelo hacia atrás. Estaba un poco desagradable por el baile y el sudor y Kurt se comprometió a duplicar su rutina de la piel cuando llegara a casa para compensar por ello.
"Sebastian, ¿qué estás haciendo en la ciudad?" Rachel le preguntó con un toque de desesperación. Debajo de la mesa le dio una palmadita a la rodilla de Kurt dos veces: código para ser agradable. Kurt se cruzó de brazos y trató de no parecer malhumorado.
"Yo vivo aquí", dijo Sebastián. "Mi tía me consiguió una pasantía en su ... periódico. Comenzaré en pocos días."
"Eso es genial", dijo Rachel con calidez genuina. Kurt a veces se preguntaba que hacía que Rachel pudiese perdonar a la gente con tanta facilidad. "¿Vas a la escuela también?"
La cara de Sebastián se mantuvo impasible. "No" dijo. "No, no voy" Se enderezó. "Bueno, mejor me voy. Tengo demasiada gente que conocer ¿sabéis?" Él guiñó el ojo, pero se sintió como si lo hiciera a medias. Kurt lo miró mientras caminaba a través de la pista de baile, desapareciendo entre los cuerpos que se retorcían.
"¿Fue algo que dije?" Rachel pidió, apenada.
Kurt acarició su mano. "Estamos mejor sin él", dijo. "Con un poco de suerte, va a ser la última vez que le veamos"
Kurt debería haber sabido que no podía confiar en la suerte, esa gran perra. Ella nunca ha estado de su lado.
Kurt estaba escribiendo un nuevo artículo cuando Isabelle se acercó a su escritorio, sonriendo ampliamente. Sonrió hacia ella y se enderezó en su asiento mientras ella se acercaba, tratando de parecer profesional. Todavía le sorprendía que él estuviera en condiciones de hablar de forma casual con Isabelle Wright, y que incluso ella supiera su nombre.
"Kurt, yo sólo quería hacerte saber que tenemos un nuevo becario que llega esta tarde-, dijo Isabelle. Se inclinó, confesando, -En realidad es mi sobrino. Mi hermano lo envió aquí porque está causando algunos problemas en casa ..."
Kurt sonrió. "Ooh, un alborotador", dijo. "¿Es guapo? Siempre he tenido debilidad por los chicos malos."
Isabelle se rio. "Él es adorable", le aseguró. Hizo una pausa, y luego añadió: "Y también muy, muy gay, así que…" Ella guiñó un ojo. Kurt le golpeó en el brazo antes de que se diera cuenta de que ella era Isabelle Wright. Él vaciló, pero ella se rio. -Creo que esto va a ser bueno para ti- dijo ella, y su risa se ablandó. "Ya has roto con tu novio, ¿no es así?"
El estómago de Kurt se removió y forzó una sonrisa. "Lamentablemente, el dramático encuentro aún no ha ocurrido", dijo. "No he hablado con él desde que nos separamos. Él sigue enviándome mensajes de texto y diciéndome que lo siente". Kurt niega con la cabeza. "No sé por qué cree que lo puedo perdonar".
Isabelle lo considera. "No sé lo que pasó entre vosotros dos", dijo. "Pero a veces, cuando perdonamos a alguien nos damos permiso para ... seguir adelante, en nuestras vidas". Ella sonrió, amable, atenta. Kurt de repente sintió ganas de llorar. "Recuerda eso, ¿vale?"
Kurt se inclinó hacia adelante y la abrazó. Ella parecía más pequeña de lo que era, se dio cuenta, casi sorprendido. "Gracias", dijo. "Lo voy a intentar"
Isabelle volvió a sonreír y le tocó en la nariz con el dedo. "Ahora, mi sobrino estará aquí dentro de una hora o así. Él va a estar siguiéndote para averiguar lo que hacemos aquí, ¿de acuerdo?" Ella guiñó. "Así que le muestras cómo funciona un becario de verdad, ¿lo harás?"
Kurt asintió, mirando como ella se paseó hacia su despacho. Él miró a su teléfono, mordiéndose el labio, y decidió que pensaría en ello otra vez. En este momento, tenía trabajo que hacer y un nuevo empleado para preparar. Suspiró, estirando los dedos, y se puso a trabajar.
Kurt estaba metido hasta los codos en un artículo cuando Sebastian Smythe caminó a través de puertas de
"Oh no," oyó, a pesar de que se registró más como un ruido. Cuando se enfrascaba en un artículo, no solía prestar atención a las pequeñas cosas como la comida o el sueño o la gente. Cuando escuchó de nuevo, "Oh mierda no" miró hacia arriba con exasperación al ver a Sebastian mirándolo con horror, con gafas de sol caras apoyadas sobre sus grandes ojos dramáticamente.
Por un momento se miraron el uno al otro.
"Por favor", dijo Kurt, "no me digas que tú eres el sobrino problemático de Isabelle que está aquí para la nueva beca"
"Por favor", dijo Sebastián, con la misma entonación, "no me digas que tú eres el nuevo becario prometedor que se supone que me va a mostrar cómo funcionan las cosas en este lugar"
Kurt suprimió el rubor de la alegría de ser etiquetado como prometedor y se niveló a Sebastian con la mirada. "¿Cómo es que esto sucedió?" preguntó. "Nunca dijiste que Isabelle era tu tía. Nunca mencionaste que la tía con la que venías a hacer una pasantía era Isabelle Wright"
Sebastian puso los ojos en blanco. "Debo habértelo olvidado mencionar en una de nuestras numerosas fiestas de pijamas", dijo. "No dijiste que estabas de becario aquí"
"¿Quieres decir que no recibiste el mensaje de Facebook que te envié?" Kurt pidió, todo lleno de sorpresa burlona, que se deslizó a la realidad cuando vio la contracción del labio de Sebastian.
"Debe de haberse perdido en el correo" Sebastian dijo con ironía. Miró a su alrededor a las oficinas, que estaban en su mayoría abandonados. "¿Dónde está todo el mundo? Es media mañana"
"Tuvieron una reunión temprano", dijo Kurt. "Isabelle se los llevó a comer"
"¿Qué, no eres lo suficientemente bonito para ser invitado?" Se burló Sebastián.
Kurt no permitió mostrarse herido en el rostro-en cambio, puso los ojos en blanco, fingiendo calma. "Tuve un poco de trabajo que terminar", dijo. "¿Sabes?, algunos de nosotros con respetables puestos de trabajo lo hacemos" Él se burló de Sebastian. "No es que tú sepas nada de eso" la etiqueta "Niño rico" colgó en el aire entre ellos y Sebastian se le quedó mirando.
"Sólo quiero ver qué diablos tengo que hacer para poderme ir", dijo Sebastian. Toda la diversión había desaparecido de su rostro.
Kurt miró a su artículo a medio terminar y suspiró, poniéndose de pie. Podía prescindir de una hora para mostrarle a Sebastian los alrededores: se lo había prometido a Isabelle, después de todo.
"Vamos", dijo él, de pie. "Te voy a mostrar las oficinas y luego te diré lo que los becarios hacemos por aquí. Isabelle no me dijo lo que vas a hacer exactamente así que lo veremos un poco todo". Empezó por salir al hall, con Sebastian trotando en sus talones.
"Genial", gimió Sebastian. "Estoy muy emocionado"
Kurt no le miró de vuelta. "Allí está el área principal de reuniones", dijo, señalando a la mesa redonda a través de las puertas de cristal. "Ahí es donde Isabelle y todos los demás trabajan su magia" Él no pudo evitar la envidia en su voz-no había nada más que le encantaría hacer que realmente ser parte del equipo, y no sólo un becario advenedizo al que le permiten sentarse con ellos.
Sebastian resopló. "Sí", dijo. "Magia, claro"
Kurt se detuvo y giró sobre sus talones con tanta rapidez que casi Sebastian se chocó con él. "¿Por qué estás aquí?" le encaró. La ceja de Sebastian se alzó. "Durante el tiempo que te conozco, has odiado la moda-especialmente mi forma de vestir, que es realmente lo que marca Entonces, ¿qué pasa?" Él se burló. "¿Perdiste una apuesta?"
El rostro de Sebastian se contrajo tan rápido que Kurt tuvo en realidad que dar un paso hacia atrás, sorprendido. "Algo así", dijo-sin chispa, muerto, completamente distinto a sí mismo. "Vamos", dijo, caminando delante de Kurt, que se había congelado en su sitio. "Vamos a terminar con esto. Cuanto antes acabemos, antes podré salir de aquí."
Kurt se quedó en donde había estado Sebastián de pie durante un momento antes de empezar a seguirle los talones por el pasillo, con la mente zumbando con la confusión.
"¿Qué pasó con NYADA, por cierto?" Sebastián preguntó al terminar el recorrido.
Kurt se tensó, pero dijo: "No entré"
Sebastian se quedó en silencio durante tanto tiempo que Kurt lo miró-sus cejas se dibujaron juntas en algo como sorpresa. "Oh", dijo al fin. "Eso es…"
"¿Lo que esperabas?" Kurt pidió con amargura.
Sebastian puso los ojos en blanco. "Eso es muy malo", dijo, y Kurt se sintió un poco culpable. Sebastian le miró a los ojos. "¿Sabes?, creo que siempre vas a esperar lo peor de mí"
"Bueno, tú trataste de robarme el novio y de dejarme ciego, así que creo que eso es de esperar" Kurt volvió a encararse. "¿No tienes un bar en el que prostituirte a ti mismo?"
Sebastián dio un paso invadiendo el espacio personal de Kurt tan de repente que Kurt ni siquiera pudo pensar en nada, antes de que él dijo: "Escucha, Hummel. Esto puede ser demasiado de manejar para tu diminuto cerebro obsesionado por el romance, pero a veces a la gente le gusta tener mucho sexo. Y eso no es algo malo" Sebastian se alejó unos pasos. "Así que te agradecería que mantengas tu remilgada y crítica naricita fuera de mi vida sexual, gracias."
Kurt se quedó mirándolo fijamente. "A veces", dijo, la voz más tranquila de como en verdad se sentía, "a la gente le gusta tener sexo con una sola persona y tener una verdadera relación con ellos" Él miró hacia Sebastián. "Y eso no es algo malo."
La boca de Sebastián se suavizó con sorpresa, y luego sonrió en una especie de diversión triste. "Touché", dijo. "¿Ahora podemos terminar con esto? Quiero salir de aquí cuanto antes"
"¡Sebastian!" Isabelle gritó cuando el ping del ascensor se abrió.
Ella salió en estampida fuera de él, seguida por el resto de los empleados, que charlaban entre ellos, y volvían a sus escritorios. Isabelle agarró Sebastián en un fuerte abrazo.
"Estoy contenta de saber que llegaste bien", dijo ella, tirándole hacia atrás y examinando su rostro. "Ni siquiera llamaste para decirme que estabas aquí"
Sebastian se alejó, evidentemente incómodo. "No creo que sea una gran cosa, tía Isabelle", dijo, lanzando una mirada a Kurt, quien hizo todo lo posible para mantener una cara seria. "Tomo aviones todo el tiempo, sabes"
Isabelle movió una mano. "Me preocupo, eso es todo", dijo. "No puedo soportar los aviones. Siempre me siento como que si fueran a chocar. PERDIDOS me arruinó la experiencia de viajar en transporte aéreo, me temo". Se volvió hacia Kurt, sonriéndole "Gracias por mostrarle todo, Kurt. ¡Te lo agradezco mucho!"
Kurt no pudo resistirse. "Bueno, siempre es bueno ponerse al día con viejos amigos", dijo.
Los ojos de Isabelle se ensancharon y ella miró entre ellos. "¿Viejos amigos?" preguntó, perpleja.
"Kurt y yo nos conocimos el año pasado, tía Isabelle" Sebastian dijo, lanzándole una mirada a Kurt. "Su novio solía venir a Dalton"
Kurt vio los ojos de Isabelle ensanchándose en la comprensión y se apresuró a decir: "En realidad, fui a Dalton por un pequeño periodo de tiempo, también" antes de que ella pudiera corregir a Sebastian por lo de su ex-novio. Sebastian todavía no sabía nada de Blaine y Kurt quería que siguiera siendo así. Él no creía que pudiera soportar la burla. "Sebastian comenzó el año después de que yo me fui, sin embargo. Hemos competido uno contra el otro en las competiciones de los glee clubs"
"Debí habérmelo imaginado", dijo Isabelle, con atención distraída. Kurt suspiró un poco con alivio, sólo para tensarse cuando se dio cuenta de que Sebastián lo observaba, mirándolo intensamente. Él dio Sebastián su mejor cara de perra, pero la mirada atenta no se desvaneció. "Ohio es un lugar pequeño, después de todo. ¡Ah, bueno, esto sólo hará que sea más fácil para vosotros dos trabajar juntos, supongo!" Ella les sonrió. "Kurt, yo espero que puedas poner a Sebastian al día sobre cómo funcionan las cosas por aquí, ¿de acuerdo? Considérate su entrenador"
"Creo que sería mejor tomar a alguien más duro para que entrene a Sebastian", comentó Kurt. Sebastian se le quedó mirando, pero Isabelle rio.
"Sebastián, no te atrevas a darle un mal rato", dijo ella, inclinándose para besar la mejilla de Sebastian. "Kurt aquí es mi ángel, me ha dado más ayuda desde que comenzó que todos mis otros empleados juntos" Kurt se ruborizó en la alabanza. Todavía no estaba acostumbrado a que alguien que no fuera su padre o Blaine fuera tan vocal con sus elogios.
"Voy a portarme bien", Sebastián prometió, pero sus ojos eran pícaros "O tan bien como pueda, tía"
Isabelle hizo un puchero. "¿Qué pasó con el pequeño Sebastian que solía correr desnudo y con el culo al aire y me llamaba tía Belle?" , se lamentó.
Por un momento, todos se quedaron en silencio. Entonces, incapaz de detenerse, Kurt se echó a reír. Sebastian frunció el ceño hacia él, pero Kurt no podía parar.
"¿Desnudo y con el culo al aire?" jadeó.
Isabelle estaba sonriendo como si fuera un gato que acaba de coger un canario especialmente gordito. "Bueno, a excepción de la capa"
Kurt rompió aún más carcajadas y Sebastián frunció el ceño aún más profundamente. "Tía Isabelle", dijo secamente. "Creí que habíamos acordado que no hablarías de eso otra vez"
Isabelle le acarició la mejilla. "¡Pero eras tan adorable!" ella protestó. Su inocencia se vio perjudicada por la sonrisa malvada. "Y Kurt aquí necesita algo para mantenerte a raya, ¿sabes?"
Kurt se acercó y la abrazó antes de que pueda detenerse. Ella dio un chillido de sorpresa y Kurt se alejó un poco, sonriéndole.
"Eres mi persona favorita", le dijo a Isabelle, luego se volvió a Sebastian. "No creas que no voy a pedir fotografías", amenazó. El rostro de Sebastian palideció de manera divertidamente dramática. "Y se las enviaré a todo el personal". Por no hablar de mantenerlas en su cartera para mostrárselas a las conquistas de Sebastián, si se diera el caso. Pero Kurt mantendrá esa pequeña estrategia bajo la manga, para los tiempos difíciles que estén por venir.
"Los dos estáis fatal", Sebastián les dijo, marchándose hacia fuera, girando a través de la puerta de la escalera con el tipo de pompa reservada a los miembros de la realeza y las Kardashians.
"¡Qué reina del drama!" Kurt observó, entonces sonrió a Isabelle. "Así que, ¿tienes fotos?" preguntó.
Isabelle sonrió a su vez "Puede…", dijo mientras se apresuraron a su oficina. Y si estaban riéndose un poco, no había nadie allí para verlo.
Estaba llegando al final de la jornada de trabajo y del aburrimiento de Kurt - que ya estaba terminado todo su trabajo para el día y la mayor parte de la semana, porque a diferencia de algunas personas, en realidad él tenía la motivación para terminar sus proyectos. Él miró por encima hacia dónde Sebastian estaba sentado, sin pensar en nada, lanzando una bola de papel en el aire, y resoplando.
Los ojos de Sebastian se movieron hacia él y dijo sonriendo. "¿Algún problema, querido?"
Kurt frunció los labios. "Has estado haciendo eso durante más de una hora", señaló, irritado.
La sonrisa de Sebastian se ensanchó. Kurt quería sacarla fuera de su rostro zalamero. "Yo hice ya mis tareas antes" Cuando Kurt levantó una ceja educada de incredulidad, Sebastian hizo una mueca. "Está bien, así que abandoné algunas de mis primeras tareas, ¿y qué? La mayoría de ellas no se esperan hasta el final de la semana"
"Esto no es como los deberes, Sebastian" dijo Kurt, derramando tanta repugnancia como le era posible. Sebastián parpadeó hacia él, sorprendido. "Si no completas las cosas a tiempo, todo el mundo sufre por ello, no sólo tú" Kurt se inclinó hacia adelante sobre la mesa, con los ojos entrecerrados. "Así que acaba tu mierda o ayúdame y la acabaré por ti"
Por un momento, Sebastian se quedó sin palabras. Entonces sonrió, ancho, lento y retorcido. "No te ves mal cuando estás al mando, Hummel."
Kurt lanzó sus manos en el aire en la desesperación, ignorando la forma en que su cara se estaba sonrojando. "Me doy por vencido", dijo, e hizo caso omiso de Sebastian en los últimos 20 minutos de su día.
Kurt estaba absorto en un episodio de Teen Wolf en su descanso, con los ojos pegados a la pantalla del ordenador mientras se tragaba su ensalada. Por lo general, le gustaba sentarse con sus compañeros de trabajo y pasar el rato, pero había momentos en los que sólo quería estar solo - así, a solas con los abdominales de Derek Hale para hacerle compañía. Kurt no lo admitiría a sus amigos cultos, pero disfrutaba demasiado de esta cursi, y sobre dramática fantasía adolescente de televisión. Tenía toda la colección de The Vampire Diaries, y se mantenía al día con True Blood. Eso y su amor secreto a One Direction eran los detalles de su vida personal que planeaba nunca revelar a sus glamorosos compañeros de trabajo, que hablaban de leer Vonnegut en sus días libres o asistir a las galerías de arte de lujo.
Kurt podía entender el atractivo de las galerías de arte y los libros clásicos - a él le gustaban a veces también. Pero a Kurt le gustaban estos espectáculos también, mirarlos le hacía sentirse mejor, de la misma manera que tomaba macarrones con queso como alimento fácil. Los abdominales y los dulces ojos no hacían daño tampoco - como ahora, cuando uno de los hombres lobo se rasgaba la camiseta por ninguna otra razón que la de estar sin camiseta.
Kurt no oyó los pasos detrás de él hasta que fue demasiado tarde para golpear a la pausa.
"Déjame adivinar," Sebastian dijo, inclinándose sobre el hombro de Kurt. "Ves esta serie por la trama, ¿no?"
Kurt dio un salto, a trompicones dándole al botón de pausa, con la cara ardiendo como si hubiera sido atrapado viendo porno. "¿Puedo ayudarte?" dio un chasquido, con el corazón tronando.
Sebastián sonrió hacia él. "No te preocupes, princesa," dijo él, dejándose caer en la silla más cercana con una gracia que Kurt no quería admirar o notar. "No voy a decirle a nadie tu sucio secretillo."
Kurt lo miró. "Sé que es una serie estúpida", admitió finalmente. "Pero es divertida."
Sebastián agitó una mano. "Lo que te haga más feliz. Personalmente, creo que los hombres lobo están sobrevalorados ".
"¿Fan de los vampiros?" Kurt le preguntó secamente. "Te gustaría una criatura que chupa de un cuello para vivir."
Sebastián le sonrió abiertamente. "Sabes, los vampiros son tan poco imaginativos", dijo, inclinándose hacia adelante. "Quiero decir, ellos tienen que chupar de una arteria principal para vivir, ¿no? Bueno, hay más de una arteria grande en el cuerpo. Hay una en el cuello, sin duda, pero también hay una. . . . "Él se acercó y antes de que Kurt se diera cuenta de lo que estaba pasando, delineó la parte interna del muslo de Kurt. "Aquí." La sonrisa de Sebastian estaba goteando maldad cuando él se retiró y Kurt sabía que estaba rojo como la remolacha. "Si yo fuera un vampiro, ese sería el único lugar del que chuparía."
"Pervertido", Kurt le acusó.
Sebastian sólo se encogió de hombros. "Culpable de los cargos."
Kurt puso los ojos en blanco, la vergüenza desvaneciéndose un poco. "¿Qué programas te gustan?", le preguntó, de repente curioso. Durante la secundaria, nunca había imaginado a Sebastian teniendo aficiones distintas del sexo y pasar todo su tiempo en el Lima Bean.
Sebastian se encogió de hombros, parecía un poco nervioso. "Me gustan más las películas", dijo. "La T.V. tarda una eternidad para contar una historia a veces y soy impaciente. Pero me gustaba. . . bueno, Friday Night Lights y. . . " hizo una mueca. "Bueno, yo sé cuál es tu amor secreto fantástico, ¿no? Lo justo es justo. A mí realmente me gusta Doctor Who. "Él miró a Kurt, desafiándolo a reír.
Kurt sonrió un poco. "He visto algo de eso", admitió y Sebastian se relajó. "Incluso hay un hombre lobo en la serie, ¿no es así?"
Sebastian hizo una mueca. "La mejor parte de ese episodio fue la reina Victoria," él dijo. "Y la cara de David Tennant."
La sonrisa de Kurt se ensanchó. "Eres un friki", exclamó, medio divertido, medio maravillado, porque ¿quién hubiera dicho que Sebastián era un chico de verdad? "¿Has visto todos los episodios una y otra vez, ¿verdad? ¿Has visto los episodios clásicos? ¿Lloraste cuando esa chica Rose lo dejó? "
El silencio de Sebastian se lo estaba diciendo.
"¡Lo hiciste!" alardeó Kurt. "Nunca habría pensado que el afable Sebastian Smythe era un fanboy friki en su corazón."
"¿Cuántas veces has visto Teen Wolf una y otra vez, ¿eh?" Sebastian dio un chasquido , pareciendo irritado. "Por lo menos mis programas tienen algo de integridad. Teen Wolf es sólo porno emocional con hombres lobo por ahí metidos"
Kurt agitó una mano. "Mi programa tiene chicos calientes sin camisa", dijo.
"El mío tiene todo el espacio y el tiempo", Sebastián argumentó en contra con aire de suficiencia.
"Jodidos arqueros", dijo Kurt, levantando una ceja. "Magia".
"Jodidos compañeros. Ciencia ".
"La cara de Derek Hale."
"El cabello de David Tennant."
"¡Lydia Martin!"
"¡Donna Noble!"
Se miraron el uno al otro por un largo rato y luego se echaron a reír. Kurt no había reído de esta manera - enorme, tragando las lágrimas de las carcajadas - desde antes de que él rompió con Blaine. Los ojos de Sebastián se arrugaron hacia arriba, desapareciendo en las líneas de su risa. Era ridículo y un poco entrañable.
"Vamos a tener que estar en desacuerdo", jadeó Kurt mientras la risa se desvanecía. Sonrió tímidamente a Sebastian. "Podíamos ver Doctor Who durante el almuerzo un día", él ofreció, incluso si se preguntó en el fondo de su mente si había vuelto loco porque este era Sebastian Smythe -
Sebastian le devolvió la sonrisa, con calidez. "Eso me gustaría", dijo.
Estaban en medio de un episodio durante el almuerzo una semana más tarde (y Kurt nunca lo admitiría, pero Doctor Who era más o menos rotundamente mejor que Teen Wolf a pesar de que carecía de magníficos abdominales) cuando Sebastian se inclinó hacia el espacio de Kurt y preguntó: "¿Vas a volver a solicitar entrar en NYADA?"
Kurt se quedó mirándolo fijamente. En la pantalla, el Doctor y Rose estaban en medio de la Segunda Guerra Mundial en Gran Bretaña. "Tal vez", dijo. "No lo sé. ¿Por qué lo preguntas? "
Sebastian se encogió de hombros. Su expresión era inescrutable. "Sólo por curiosidad", dijo, inclinándose hacia atrás. "Quiero decir, este lugar no es lo que tu querías, ¿verdad?"
Kurt frunció el ceño hacia él, se inclinó hacia adelante para poner en pausa la pantalla. "¿De verdad lo crees?", le preguntó. "Quiero decir, no es como si fuera un gran puesto o algo así, pero probablemente podría obtener una ventaja si siguiera de becario aquí."
"Pensé que querías hacer teatro", dijo Sebastian, levantando una ceja. "¿o vas a entrar en la moda en vez del teatro?"
Kurt se encogió de hombros. Su futuro había estado cada vez más en su mente desde que se mudó a Nueva York y le había dedicado algún pensamiento. "Me encanta la moda", dijo con sinceridad. Él no dijo que a veces piensa que la moda y el canto son realmente las únicas cosas que se le da bien. Ni siquiera sabía si era realmente tan bueno en actuar en un contexto no-musical - la única vez que intentó eso literalmente se rieron de él debajo del escenario "Isabelle me gusta, estoy seguro de que estaría dispuesta a ayudarme a conseguir hacerme un nombre en la industria."
"¿Diseño?" Sebastian pidió, arrugando la nariz. "¿Sabes cuánto tiempo se tarda en poder establecerse?"
Kurt se encogió de hombros. "Mucho tiempo", dijo. "Tengo 19 años, Sebastian, tengo algo de tiempo. Y era sólo una idea ".
"¿Por lo menos tiene diseños?" Sebastian preguntó, y se sorprendió por cómo de persistente Sebastian era, por cómo de interesado él sonaba.
Kurt pensó en su pequeño portafolio en casa, lo había desarrollado lentamente desde su adolescencia. Nunca había sido un artista, pero podía llegar a armar bocetos de ropa lo suficientemente bien. Aún así, le parecían torpes, y no estaba seguro de mostrárselos a cualquier persona en la que no confiara, como Rachel o su padre o -
"Algunos" dijo Kurt. Sus ojos se dirigieron a los de Sebastian. "¿Qué hay de ti?", preguntó. "Tú has dicho que no vas a la escuela, sólo vienes a..."
"Vamos a seguir viendo", interrumpió Sebastián, moviendo la pantalla de nuevo. Kurt frunció el ceño a Sebastian, que mantenía la mirada fija en la pantalla del ordenador, desconcertado por su despido obvio de la materia.
Mientras Kurt volvía a centrarse en la serie, puso la información en la parte posterior de su mente para pensar en ello más tarde: Sebastian no quería hablar de su futuro, y Kurt quería saber por qué.
Kurt estaba escribiendo hasta el último bit de un artículo cuando oyó un estrépito y un grito de frustración sin palabras a sus espaldas. Se volvió, en parte por curiosidad y en parte debido a que era capaz de reconocer esa voz no importaba cuál fuera la situación, para ver a Sebastian mirando a la impresora compartida con furia salvaje. Kurt se mordió la lengua reprimiendo una risa y se deslizó a sus pies.
"¿Jerry está siendo difícil para ti?", preguntó, todo simpatía. Sebastián se giró hacia Kurt y Kurt le sonrió un poco ante su desaliño.
"¿Jerry?" Sebastian preguntó con incredulidad. "Esta cosa del infierno en realidad tiene nombre?"
"Emma se lo puso" dijo Kurt. "Ella dijo que le recordaba a este personaje de un programa de televisión." Kurt admitió que después de ver un episodio de Parks and Recreation puede ver por qué. "Confía en mí cuando digo que nunca funciona - o cuando lo hace, no hace lo que tiene que hacer."
"¿Mi tía...", dijo Sebastián, en una voz cuidadosa de aquellos que se sienten homicidas, "alguna vez ha considerado la compra de una nueva impresora?"
"Bueno, sí", dijo Kurt, y era cada vez más difícil no reírse ahora. "Sin embargo, nuestro presupuesto no es muy abultado, ya sabes, y honestamente todos nos hemos acostumbrado a Jerry."
Sebastián miró a Kurt como si hubiera perdido la cabeza. "Acostumbrado a él", repitió con incredulidad. "¿Vosotros mantenéis una impresora que no funciona porque todos os habéis acostumbrado a él?"
Kurt se encogió de hombros. "Es un poco patético", dijo, acariciando a Jerry. "Es entrañable." Hizo una pausa y lo consideró, a continuación, agregando: "Y yo no estaba bromeando acerca de lo del presupuesto." Kurt levantó una ceja. "¿Necesitas ayuda? He aprendido algunos trucos por ahora."
Sebastián hizo un ruido exasperado. "Yo estaba tratando de imprimir una copia de mi artículo," rompió. "Pero entonces, Jerry tuvo que conseguir un atasco de papel y está insistiendo en que todavía está atascado a pesar de que ya he limpiado el papel."
Kurt hizo un ruido simpático. "Oh, lo hace por lo menos dos veces al día." Dió un paso por delante de Sebastian y jugueteó con los botones de Jerry por un momento hasta que Jerry emitió un sonido que podría ser, si uno se inclinaba a la personificación, como uno presumido antes de limpiamente emitir dos hojas de papel cubiertas con el tipo de color rosa brillante.
Sebastian tomó las hojas antes de que Kurt pudiera mirarlas, las examinó de cerca, y, a pesar del color de la letra, dio a Kurt una enorme sonrisa genuina. "¡Gracias a Dios! Pensaba que iba a tener que escribirlas a mano! "
El cerebro de Kurt no funcionaba más allá de mirar esa sonrisa, porque no creía que hubiera visto una felicidad genuina en Sebastian - nunca. Y vaya si no se veía tan bien en él como el sarcasmo arrogante, que hijo de puta.
"De nada", dijo, irritable, porque Sebastian estaba realmente ridículamente guapo y Kurt no le gustaba darse cuenta de eso.
La sonrisa de Sebastian se deslizó un poco y Kurt no se sintió culpable. "Gracias", le ofreció. Hubo una pausa incómoda. "Será mejor que lleve esto a Isabelle. Esperemos que no le preocupes el color. . . "Sebastian dijo finalmente y se apresuró a alejarse. Kurt lo observó irse, sus ojos demorándose un poco. Jerry sonó otra vez, deliberadamente.
"Oh cállate, Jerry," Kurt encajó y giró alrededor de sus talones para alejarse.
"Sabes, vamos a tener que hablar de Blaine finalmente."
Kurt se tensó, mirando fijamente a la pantalla del ordenador en el que había estado tratando de escribir otro artículo. Él miró hacia arriba para ver a Sebastian mirándolo desde la parte superior de su computadora. Él estaba listo para salir con algo si Sebastian se hubiera visto satisfecho o divertido o arrogante. Pero Sebastián sólo mostraba curiosidad.
"Realmente..., realmente no", dijo Kurt, cortándole, y regresando a su artículo.
"No lo has mencionado ni una vez", reflexionó Sebastián. Kurt golpeaba las teclas, con más fuerza de la necesaria. "Lo que es inusual para un viejo matrimonio como el de vosotros. Quiero decir, cada vez que hablaba con él en la escuela secundaria, siempre era Kurt esto y Kurt lo otro todo el tiempo. Me hacía subirme por las paredes."
"Probablemente porque te recordaba que estaba durmiendo conmigo, ¿no?", señaló Kurt antes de que pueda detenerse.
Un momento de silencio. "Miau", dijo Sebastian, por último, pero sonó divertido. "¿Sacas las garras, Hummel? ¿Te molesta tanto?"
Kurt miró la pantalla y se preguntó si debería decirle a Sebastian cómo los celos le había carcomido en la escuela secundaria, que el conocimiento de que Blaine estaba tan dispuesto a hablar con un tipo que era tan evidente sobre sus intenciones le habían hecho sentir algo duro y amargo en su estómago. Le había dolido, admitió ahora, porque Blaine no era un idiota y Sebastian no era sutil. Y cada vez que Kurt escuchaba acerca de una conversación que Blaine tuvo con Sebastian y que Blaine no le había contado, no podía detener el dolor, porque ¿por qué no se lo dijo a Kurt si todo era tan inocente? ¿Por qué seguir haciéndolo incluso si sabía que eso hería a Kurt?
"No," se encuentró diciendo Kurt. Él le lanzó una mirada y Sebastián lo miró pensativo.
"Mentiroso", dijo Sebastián. "Tu pequeña cara gay se arrugaba cada vez que Blaine y yo teníamos una agradable charla. Deberías haberte visto cuando te dije sobre el incidente de Michael Jackson."
Kurt frunció los labios. "Al final, Blaine decidió..." se detuvo, recordando. Al final, Blaine no le eligió, no eligió a ellos, eligió a un extraño en su lugar, porque Kurt estaba a cientos de kilómetros de distancia, inmerso en una nueva vida. Blaine no escogió a Kurt en absoluto. Él tragó, mirando a su ordenador.
"Hummel", dijo Sebastian, más suave ahora. "¿Qué demonios ha pasado?"
"No es de tu incumbencia, Sebastian," Kurt encajó, en el límite de su paciencia. Pensó que lo había superado, él quería superar esto. "Tengo trabajo que hacer, ¿podrías dejarme en paz?"
"Sebastian" Isabelle llamó desde su oficina. "¿Puedo hablar contigo?"
Sebastian dudó. "Conseguiré enterarme algún día, Hummel", dijo antes de salir por fin. Kurt esperó a que sus pasos desaparecieran antes de relajarse en su silla, abandonando su trabajo por completo, mientras trataba de respirar.
Era tarde en la noche y el teléfono de Kurt estaba sonando de nuevo. Kurt no sabía por qué se levantó cuando vió que se trataba de Blaine (de nuevo). Tal vez estaba cansado de tener constantemente ese ring, tal vez sólo quería escuchar la voz de Blaine de nuevo. Tal vez lo único que quería hacerlo.
"¿Hola?" soltó.
Hubo un momento de silencio, como si Blaine se hubiera sorprendido de que Kurt en realidad respondiera, antes de hablar. "¡Kurt!" se precipitó, tropezando con las palabras. "Lo siento, no me esperaba..."
"¿Qué quieres, Blaine?" Kurt pidió cansado.
"Yo sólo ..." Blaine parecía preocupado. "Quería decirte lo mucho que lo siento."
Kurt lo consideró. "Gracias", dijo.
Hubo un momento de silencio. "¿Simplemente ... gracias?" Blaine preguntó, vacilante.
La mano de Kurt se apretaba en su teléfono. "¿Qué esperabas?" rompió, la ira en aumento, fuerte y salvaje, porque estaba tan enojado por todo y hablar con Blaine estaba sólo haciendo que todo saliera a la superficie. "¿Creíste que te perdonaría y todo volvería a estar bien otra vez? Me engañaste, Blaine. Y no fue sólo algunos mensajes coquetos semi-inocentes, fue engaño-completo, cuerpo encima de cuerpo-" Kurt negó con la cabeza. Él no podía terminar, no podía evitar que las palabras salieran a través de su garganta. "Ya es bastante difícil hablar contigo ahora mismo." Kurt hizo una pausa, luego lo soltó: "Y no sé si puedo perdonarte."
"Kurt," dijo Blaine en tono desesperado. "Lo siento mucho, tienes que creerme-"
"Yo no tengo que hacer nada", afirmó Kurt con frialdad. "Tú has ofrecido sus disculpas y yo las he aceptado. Pero me rompiste el corazón, Blaine, y ¿honestamente? No sé si alguna vez te perdonaré por ello. Tal vez, con el tiempo, podamos ser amigos de nuevo . " Kurt suspiró. "Me gustaría eso. Pero ahora mismo lo que quiero de ti es espacio y tiempo."
"Kurt, por favor", suplicó Blaine. "Todavía te quiero-"
"Si me quisieras", dijo Kurt mirando con los ojos secos en los bordes ", entonces no me habrías engañado" Él colgó.
Kurt se miró las manos y se dio cuenta, con algún tipo de shock, que estaba temblando.
Kurt empezó a soñar con Blaine. En los sueños, Blaine sonreía a otro chico, riendo con él, besándolo -
El teléfono de Kurt estaba vibrando, y supo sin mirarlo que era Blaine. Blaine, quién estaba cansado de llamarlo casi a cada hora durante la semana pasada, a pesar de su última conversación. Kurt lo evitó cuidadosamente en favor de su almuerzo consistente en una ensalada del tiempo. Realmente, era deliciosa. Mmm, verde.
Kurt saltó en la silla cuando notó algo que chirriaba por el suelo- cuando miró hacia arriba vio a Sebastian sentado frente a él, él estaba apenas sorprendido. Kurt no estaba seguro de si era porque Sebastian amaba atormentarlo o si sólo se estaba aferrando a una cara conocida, pero Sebastian parecía seguir a Kurt a todas partes como un pequeño cachorro. Kurt consideró el pensamiento, luego lo dijo en voz alta. Sebastian sonrió.
"¿Eso quiere decir que me vas a poner una correa?" preguntó, inclinándose hacia adelante, revoloteando las pestañas.
Que no te afecte, Kurt se dijo a sí mismo, pero no pudo evitarlo –el rubor ya subía, extendiéndose hasta las orejas. Maldijo su piel clara y disposición inocente mientras Sebastian se reía.
"No conseguiste esa perversión con Blaine, ¿eh?" -preguntó con satisfacción petulante, echándose hacia atrás en su silla. Kurt lo miró y, en el momento justo, su teléfono empezó a vibrar de nuevo. Kurt estaba empezando a pensar que su vida era sólo una gran broma del destino.
A medida que el teléfono siguió zumbando, Sebastián miró al teléfono y a la respuesta indiferente de Kurt con confusión. "¿No va a contestar? " -preguntó, sus cejas inclinándose juntas.
Kurt no le devolvió la mirada. "No" dijo él, lacónico.
Se tensó cuando Sebastian se inclinó para mirar quién era. Sebastián dejó escapar un silbido al ver el nombre de Blaine intermitente en el identificador de llamadas. "¿Problemas en el paraíso?" -preguntó. Los dedos de Kurt se clavaban en su tenedor que pinchaban una pieza fresca de lechuga con fuerza.
"No es asunto tuyo", dijo Kurt con los dientes apretados. "Así que tal vez deberías dejarlo pasar"
"¿Sabes?, en la escuela secundaria, yo pensaba que tú y Blaine hacíais eso" Sebastian dijo pensativo. Kurt puso la cabeza entre las manos.
"¿Eso fue antes o después de que intestaste que rompiéramos? " preguntó, poniéndose de los nervios y sin ocultarlo.
Sebastian se rio. Una risa honesta. Kurt se preguntó si había algo alucinógeno en su ensalada. "Después ", dijo "Cuando me di por vencido con Blaine después de todo el asunto del granizado. Vosotros erais perfectos. Quiero decir, que ambos eráis, básicamente, la pareja ideal que todas las campañas de los derechos de los gays quiere enseñar ¿sabes?" Kurt se movía incómodo.
"Yo no diría eso", murmuró, pensando en sus peleas, en su fea ruptura.
Sebastián negó con la cabeza. "No, vosotros los erais", insistió. "Es por eso que quiero saber qué ha cambiado ahora. ¿Estás haciendo ignorando sus llamadas?" Y en su voz, había un hilo de condena. Kurt se rompió sin previo aviso, golpeando su tenedor en su ensalada.
"Bueno, ¿qué esperas que haga con la persona que me engañó?" se rompió, medio - gritando, llamando la atención de las mesas cercanas. Todos ellos miraban, pero Kurt ni siquiera podía reunir la voluntad para que le importara "¿Qué esperas que haga con la persona que me culpó a mí por su engaño, que dijo que se sentía solo porque yo estaba distante y por eso rompió mi maldito corazón?". Kurt está empezando a ponerse histérico, - "Qué diablos tengo que decirle a una persona así, ¿eh?"
Sebastian se sentó en la silla, el rostro demolido por la sorpresa. Parecía como si Kurt le hubiera dicho que el cielo es de color púrpura y que los dinosaurios vuelven a vagar por la tierra.
"¿Blaine ... te engañó?" repitió, estupefacto.
Kurt de repente se sintió agotado. "Sí", dijo, empujando su ensalada sin comer en su bolsa. "Sí, lo hizo. Adiós, Sebastian"
"¡Kurt!" Sebastián llamó detrás de él mientras él salía del comedor, pero Kurt no se detuvo.
Él salió disparado hasta que encontró el baño más cercano. Las lágrimas picaban en los bordes de los ojos y una vez que estuvo dentro, el espacio en blanco se le cayó encima. Los baños son santuarios, en opinión de Kurt. En McKinley, la única paz que podía encontrar estaba en el cuarto de baño -aunque fuera el baño de las chicas, pero aún así. Kurt se aferró a un secador de manos, se inclinó sobre el mismo y sollozó.
Kurt oyó la puerta detrás de él y trató de enderezarse, para detener el flujo constante de lágrimas. Él apenas logró contener la inundación mientras se giró. Cuando vio que era Sebastian dejó escapar una pequeña risa -llanto histérica.
"¿Qué quieres?" –preguntó con la voz desbordada por las lágrimas. "¿No me humillaste lo suficiente? ¿Tenías que conseguir todo el show?"
Sebastian se adelantó. "Kurt", dijo en tono preocupado. " Yo…" vaciló, empezando de nuevo. "Lo siento. No lo sabía"
"¿Sabes qué, Sebastián?", dijo, volviéndose para mirarlo. "Realmente no me importa" intentó marcharse pasando por delante de él, pero Sebastian tomó su brazo. Kurt forcejeó inmediatamente, creciendo su pánico. No podía liberarse, no podía…
"¡Kurt!" Sebastián dijo, dejándolo ir, alzando sus manos. "Lo siento, yo sólo…"
"Jamás vuelvas a tocarme" gruñó Kurt, luego se fue.
El día siguiente en el trabajo fue incómodo. Kurt esperaba que lo fuera, así que casi no escoció cuando Sebastián se situó en otra mesa para el almuerzo, deliberadamente sin mirar a Kurt . Ni siquiera sabía por qué había una punzada de decepción en su estómago, por qué se preocupaba en absoluto. Era Sebastian.
Sin embargo, Kurt admitió para sí mismo cuando el día llegó a su fin sin que ninguno de ellos hablaran entre sí, que Sebastian era probablemente lo más parecido a un amigo que tenía en el trabajo, aparte de Isabelle. Porque Sebastian era un idiota pervertido, pero hacía a Kurt reír y él se reía de los chistes de Kurt. Kurt recordó una vez en que Blaine y su padre habían sido las únicas personas que se habían reído de una broma suya. Su corazón se contrajo ante la idea, por lo que la empujó a un lado.
Tal vez ahora que Blaine era de nuevo libre -y Kurt tuvo que tragarse la bilis que el pensamiento le trajo -Sebastian no estaría interesado en Kurt ya más. Después de todo, sólo había molestado a Kurt en Lima porque quería a Blaine. Kurt se rio amargamente para sí mismo mientras empezó a recoger sus cosas para irse a casa. Nadie nunca le quiere a él, después de todo. Todos quieren a Blaine, él que es tan encantador y no actúa de forma demasiado alarmantemente gay.
Se obligó a sí mismo a acordarse de Chandler, de las decenas de miradas interesadas que había conseguido caminando por las calles de la ciudad de Nueva York, pero no lo hizo sentir mejor porque todavía podía recordar los ojos de Sebastián, la decisión en el rostro de Blaine, y la forma en que Blaine siempre conseguía lo que Kurt quería sin esfuerzo: los solos de Glee, el papel principal en el musical, y ahora las elecciones en el McKinley, según lo que Tina le había dicho. Cuando estaban juntos, era fácil ser feliz por Blaine ya que Kurt quería que Blaine tuviera éxito, -ahora, con el corazón cayéndosele a pedazos a su alrededor, Kurt sólo podía reunir energía para estar amargado.
"Kurt", dijo Sebastian, y Kurt saltó porque ni siquiera había oído a Sebastian acercarse.
"¿Qué?" dio un chasquido, arrojando su bolsa al hombro.
"Tenemos que hablar", los ojos de Sebastián eran ilegibles.
"Tú ya has sido bastante claro", dijo Kurt, ignorando a Sebastian. Sebastian estiró su brazo, tomando su muñeca. Kurt dio un tirón para alejarse, tratando de liberarse, su pánico aumentando-
"¡No voy a hacerte daño!" Sebastian exclamó, dejándolo ir. Kurt se le quedó mirando fijamente, los ojos muy abiertos. "Jesús, yo no soy… no soy ese tipo de chicos, ¿vale? Nunca lo fui" los ojos de Kurt se estrecharon y Sebastián lanzó sus manos en alto. "Está bien, yo fui ese tipo de chico una vez. ¡Pero he cambiado!" Él bajó las manos, miró a Kurt y Kurt no pudo ignorar el dolor en los ojos de Sebastián. "¿Por qué crees que te haría daño?"
Kurt se frotó la muñeca. Sebastian apenas se la había agarrado, no había moretones. "Es sólo un reflejo", dijo, mirando a otro lado. "Creo que mis viejos instintos de Lima no me han abandonado realmente"
Hubo una pausa lo suficientemente larga para que Kurt mirara hacia arriba. Sebastián le miraba. "¿Fue realmente tan malo?" -preguntó. "Quiero decir, Thad dijo, pero…"
"¿Thad habló de ello?" Kurt preguntó, un poco herido. Thad y los otros Warblers habían prometido que no lo harían después de que se enteraron sobre el pasado de Kurt.
Sebastian se encogió de hombros. "Era uno de sus "días de Blaine"" él dijo. En la confusión de Kurt, añadió, "Ya sabes, ¿cuándo gemían y se quejaban sobre el traslado de Blaine? Ellos revivían sus días de gloria, bla bla. Era realmente divertido. Siempre hablaban de ti, sin embargo. Dijeron que aunque les robaste a Blaine, tú fuiste uno de los mejores" Había algo de curiosidad en los ojos de Sebastian ahora. Kurt miró hacia otro lado.
"Pensé que tú habías olvidado que fui a Dalton" dijo Kurt.
Sebastian se encogió de hombros. "Eres tan diferente a un chico Dalton que es difícil recordarlo", dijo. Había desprecio en su voz, pero no realmente dirigido a Kurt -tal vez , Kurt pensó, un poco sorprendido, referido a los chicos de Dalton, de los cuales Kurt había recibido unos buenos sermones o rapapolvos durante su corta estancia en Dalton. Un chico Dalton: encantador, exitoso, centrado. El aristócrata perfecto. "Esos chicos te querían, sin embargo" continuó Sebastian. "A ti y a Blaine"
"Sin embargo, todavía se apuntaron al plan para lanzarme un granizado lleno de sal", comentó. No era realmente daño lo que sentía por ese incidente - realmente nunca había considerado a los Warblers como amigos, no en la forma en que Blaine lo hacía, pero había pensado que les gustaba más que eso. Incluso Karofsky nunca intentó dañarle de esa forma.
"Fue idea mía, ¿sabes?", Dijo Sebastián.
"No estás realmente haciendo méritos para que te perdone", dijo Kurt.
Sebastian puso los ojos en blanco. "Déjame terminar, Hummel" él dijo. "No suelo decir esta mierda, ¿vale? Yo sólo… Fue todo idea mía, y esos tipos fueron idiotas por seguir adelante con eso, pero el ser un idiota no es lo mismo que ser malvado" Suspiró. "Yo ya dije que lo sentía por eso, ¿vale?"
"No" dijo Kurt, un poco enfadado. "Te disculpaste ante Blaine por lo del ojo, pero nunca te disculpaste conmigo por ser el destinatario"
"Bueno, lo siento. ¿Satisfecho, princesa?"
Kurt puso su espalda muy recta y empezó a marchar. "Eres un enorme idiota, ni siquiera puedo…"
Sebastian tomó su codo. Era tan ligero como el toque de la muñeca de Kurt había sido, pero mientras Kurt hizo una pausa pudo sentir su corazón palpitante en el pecho. Sus instintos de conejo estaban en llamas: huye, huye, huye, le decían, correr evitará que te hagan daño.
"Sé que no tienes ninguna razón para confiar en mí", dijo Sebastián. "O…demonios, ni siquiera para que te guste, ¿vale? Pero no quiero que me odies, Kurt"
Kurt se quedó mirando los dedos largos y curvados en el codo. Se preguntó si Sebastian tocaba el piano. "Yo no te odio", dijo, y luego se retiró del agarre de Sebastian y se alejó.
"Así que no pude dejar de notar que tú y Sebastian no os estáis hablando el uno al otro", dijo Isabelle por encima de su café de la mañana.
Kurt se sintió orgulloso de mantener la compostura. "No puedo imaginarme a lo que te refieres", dijo, tomando un sorbo de su mocha grande desnatado.
Isabelle puso los ojos en blanco. Kurt estaba un poco celoso de que ella se las arreglara para poner los ojos en blanco de forma tan elegante. "Quiero decir" ella dijo "hace un par de días, los dos estabais tratándoos como viejos amigos y ahora casi no os miráis el uno al otro" Hizo una pausa y la preocupación llenó su cara. "¿Hizo algo?"
Kurt ignoró la oleada de calor en su preocupación. "No" dijo. "Sólo tuvimos un desacuerdo. Está bien."
Isabelle lo consideró. "¿Se trata de tu ex?"
Kurt se le quedó mirando fijamente. "¿Eres vidente?" -preguntó.
Isabelle se rio. A Kurt le gustaba su risa, la manera en que echaba la cabeza hacia atrás y simplemente disfrutaba. "No" ella dijo, sin dejar de sonreír. "Sólo perceptiva. Así que vamos, cuéntale el chisme a una anciana solitaria".
Kurt frunció los labios, tomando una decisión fácil. "Érase una vez un chico", dijo. Los ojos de Isabelle brillaban con diversión. "Este chico tuvo una vida muy solitaria, porque nadie en su reino realmente lo entendía. Entonces, un día, conoció a su príncipe, que vivía en un reino vecino donde todo el mundo trataba de entender al otro, incluso si la gente era ... diferente. Al príncipe tomó un tiempo, pero con el tiempo se enamoraron. Ellos eran felices"
La voz de Kurt se quebró y la divertida mirada de Isabelle se ablandó. Kurt se quedó mirando hacia abajo a sus manos. "Un día, el príncipe y el muchacho se encontraron con un ... suricato". Isabelle se rio y Kurt logró poner una sonrisa. "El suricato se interesó por el príncipe, pero el príncipe y el chico estaban enamorados y el suricato no tuvo oportunidad. Siguió intentándolo e intentándolo, sin embargo, e incluso fue tan lejos como para tratar de lesionar al chico" Isabelle jadeó y Kurt le tomó la mano. "Pero el príncipe tomó su sitio en su lugar, aunque la lesión resultó no ser muy grave. Y el suricato se dio cuenta del error en su forma de hacer las cosas y se disculpó"
"¿Qué pasó con el chico?" Isabelle preguntó. "¿Él y el príncipe vivieron felices para siempre?" Sus ojos delataban que ella sabía que no terminaba de esa manera, pero Kurt se dio cuenta de que tenía que decirle de todos modos. Isabelle sabía lo de Blaine, pero Kurt nunca logró explicarle los detalles de por qué se separaron: lo que antes era demasiado doloroso para contar, ahora era demasiado difícil mantenerlo para sí mismo.
"No" dijo. "Ya ves, el muchacho tuvo la oportunidad de su vida - de ir a un país donde podría ser aceptado y hacer que sus sueños se hicieran realidad. Pero estaba muy lejos y aunque el príncipe dijo que estaba bien con eso, él no lo estaba, realmente. Y a pesar de que el chico estaba atrapado en su nueva vida y todavía amaba a su príncipe, el príncipe se sentía cada vez más solo hasta que él…" Kurt se ahogó en las palabras, su mano apretando la de Isabelle.
"Kurt" Isabelle comenzó, preocupada, pero Kurt tenía que decirlo.
"Hasta que él le engañó" Kurt derramó. Isabelle permanecía quieta. "Él engañó al chico con otro hombre y luego trató de decirle al chico sobre ello, para decirle que lo sentía. Pero el chico estaba tan herido y confundido y…"
"Oh, Kurt" Isabelle dijo, y tiró de él en un abrazo. En sus brazos, Kurt estuvo tenso por un momento, dispuesto a sucumbir. Entonces, sin previo aviso, se curvó en su cuerpo y comenzó a llorar.
"Lo siento", dijo Isabelle en su cabello. "Cariño, lo siento mucho"
Kurt hipó en medio de una risa. "No pensé que podía llorar más", dijo. "Lo he hecho tanto últimamente"
"Sabes, cuando rompí con mi primer novio, yo apenas lloré" Isabelle dijo. Kurt parpadeó de sorpresa, asomándose de su apretado abrazo para mirarla a la cara. Se veía un poco melancólica. "No le amaba de verdad, ¿sabes?" Ella miró hacia abajo en la cara de Kurt, sonriéndole. "Todo lo que estoy diciendo es que... todo el mundo llora a su manera. Y si lo que tú y tu príncipe teníais era especial, entonces se te permite estar triste cuando se acaba. Un final siempre es difícil y puedes tomar el tiempo que necesites para llorar" Ella enjugó una de las lágrimas de Kurt. "Sólo recuerda que hay vida después también, ¿de acuerdo?"
Kurt le tomó la mano libre. "Estoy tan contento de haberte conocido, Isabelle" dijo, ferviente, porque significaba mucho.
Isabelle se rio, le dio un apretado y rápido abrazo. "Ídem, Kurt" dijo ella y se quedaron así, abrazándose apretados, durante mucho tiempo.
