Disclaimer: Los personajes aquí utilizados pertenecen a las CLAMP.


Fuera estaba lloviendo a cántaros. Era de noche y no se veía ni un resquicio del cielo estrellado. Estaba sola en la habitación, cuando por fin, aquellos extraños se habían convencido de que estaba bien y la habían dejado descansar. Estaba sola y se sentía sola.

Cuando se despertó, hacía apenas unos minutos, no sabía dónde estaba. No sabía quién era aquel muchacho que estaba con ella. Parecía conocerla, pero ella no lo conocía a él. Ni a él ni a ninguna de las personas que se presentaron después. Y era raro, porque ellos sí parecían conocerla a ella...

Muchas preguntas atormentaban su mente y no parecía haber lugar allí para las respuestas.

Poco a poco, se levantó y se acercó a un espejo que había en la pared. Miró su reflejo y este le devolvió la mirada. Suponía que aquel era su reflejo, que aquella era ella, pero no lo sabía.

¿No lo sabía?

¿Cómo no podía estar segura siquiera de quién era?

Aquel muchacho había dicho que se llamaba Sakura... Sí, el nombre parecía quedarle bien a la chica del espejo.

Poco a poco y turbada por la experiencia, se separó del espejo y se fue a la ventana. Seguía lloviendo. Parecía que no iba a parar jamás.

Mientras miraba el agua caer, las dudas no paraban de sonar en su cabeza. Y a cada pregunta que no podía responder, sentía que se ahogaba más y más en un pequeño vaso de agua del que no lograba salir y que se iba haciendo más grande y más oscuro a cada pregunta que formulaba.

¿Por qué estaba allí?

¿Por qué no reconocía nada ni a nadie?

Entonces recordó a aquel muchacho y la expresión de sus ojos nada más verla. El mero recuerdo de aquellos ojos le hacía sentirse un poco menos perdida...

Si tan solo pudiera saber por qué...


Gracias por leer.