Espero que disfruten, ya que yo realmente quería escribir MuraMido. Ah, me saqué un peso de encima.
Kuroko no Basket es propiedad de Fujimaki Tadatoshi.
Imperdonable.
Una vez más jaló al pequeño Midorima hasta sus brazos y lo abrazó refunfuñando a lo bajo, mirando recelosamente a Takao, el nuevo niño que se unió a la escuela este año. Precisamente segundo año de primaria.
—No se toca a Midochin —dijo entre todo el berrinche que hacía. Takao lo miró unos segundos sorprendido, con inocencia y diversión visible. Comenzó a reírse al ver la cara de Midorima.
—¡Dios, Shin-chan, tu cara! —siguió riendo estrepitosamente y agarró su barriga para tratar de calmarse en vano—. Tendrías que verte, enserio —suspiró luego de dos minutos o tres con si continua risa presente y secó sus lágrimas.
Murasakibara y Midorima sólo lo miraban; el primero todavía celoso de que se acerque a su mejor amigo —en todo y otras veces en discusiones infantiles— y el último como si fuera un bicho raro.
—Bakao… —susurró Midorima.
Takao rió otra vez ante ello y le pellizcó una mejilla al peliverde.
—No puede ser, Shin-chan, ¡eres todo un terco!
Murasakibara infló sus mejillas al verse completamente esfumado en la atención de su amigo y alejó —de nueva cuenta— al "intruso" de Midorima.
—¿Bakao? —murmuró aquello que hizo que la atención de los otros dos se pusieran en él. Entonces el mismo abrazó a Midorima—. Entonces, Bakao; no puedes abrazar a Midochin —Takao soltó un "woah" algo cohibido por la gran altura de Murasakibara—, él es mío. Mi mejor amigo —resaltó la palabra "mi" infantilmente, apretando con sus manos las mejillas de un molesto y avergonzado Shintaro—. Es imperdonable. Y lo imperdonable debe…
Cuando finalizó aquello, lo que seguía a la palabra "debe" hizo que un gran escalofrío y miedo calara por todo el cuerpo del pequeño Takao ante el gran y de intimidante altura; Murasakibara.
Nada propio de un niño.
Pero claro, él era uno especial. Uno de poca paciencia y muy reacio respecto a alguien que acompañara a su querido Midochin.
"… debe ser aplastado por mis propias manos, como un insecto."
