¡Hola a todos, lectores y escritores de FanFiction!

Después de poco más de un año vuelvo con apenas mi segunda historia, que, a decir verdad, hace tiempo quería publicar, pero por falta de tiempo y ¿bloqueos de imaginación? no podía. Pero ahora sí, pónganse cómodos y disfruten del primero de tres capítulos que tendrá esta historia.

Aclaración: Pokémon y sus personajes no me pertenecen.


Capítulo I

Inseguridad

Buenas tardes damas y caballeros. Estamos nuevamente aquí para presenciar otra batalla de clasificación para la Liga Kalos. En esta ocasión los oponentes provienen de dos regiones muy lejanas. En el lado norte se ubica el joven Ash Ketchum, proveniente de la región Kanto y en el lado sur, desde la región Hoenn, observamos a Sawyer–. De esta manera el narrador nos presentaba a todos los espectadores que habían asistido a nuestra primera batalla en este torneo.

Conozco muy bien a mi contrincante, había luchado con él en varias ocasiones mientras yo aún estaba reuniendo la cantidad de medallas necesarias para participar en esta competencia. No tenía duda que él había mejorado bastante desde la primera vez que luché contra él, pero por ningún motivo dejaría que me venciera en nuestra batalla más importante.

–Mi primera batalla en la liga y es contra ti. Bien, te mostraré lo mucho que he mejorado desde la última vez que nos enfrentamos –Me dijo.

–Sawyer, prometamos que pase lo que pase seguiremos siendo amigos –Le dije con tono confiado.

–¡Claro que sí, Ash! ¡Te lo prometo! –Me respondió.

–Bien, ambos pueden utilizar solamente a un pokémon –indicó el narrador, por lo que ambos sacamos y expandimos una pokébola cada uno. Sawyer liberó a su primer pokémon, Sceptile. Yo, por mi parte, le pregunté a Pikachu si deseaba participar y él asintió enérgicamente–. La batalla terminará cuando el pokémon de alguno no pueda continuar –finalizó el réferi– ¡COMIENCEN!

–Ash, nosotros iremos con todo –Me señaló Sawyer, para posteriormente dirigirse a su pokémon–. ¡Sceptile, MEGAEVOLUCIONA! –De pronto, su piedra llave y la mega piedra que llevaba Sceptile comenzaron a brillar, así como también el pokémon. Cuando el proceso se efectuó, pude contemplar a Sceptile, digo, Mega Sceptile ligeramente más alto, ahora sus hojas en los brazos y también su cola adquirían un mayor tamaño, se tornaron rojas al final ellas y lucían mucho más amenazantes.

–Te concedo el primer movimiento –Le comenté. Él aceptó y ordenó a Mega Sceptile usar Bala Semillas, yo le ordené a mi Pikachu esquivar, éste lo hizo satisfactoriamente y luego le pedí que usara Ataque Rápido, el cual golpeó directo en el vientre al pokémon lagartija, por lo que éste retrocedió un par de metros. Rápidamente, Sawyer ordenó usar Hojas Navaja, y nuevamente le ordené a Pikachu esquivar para luego contraatacar con Cola de Hierro, obedeció y lo hizo perfectamente. Vi al niño hoennense apretar los dientes mientras su pokémon se levantaba del suelo, esperé a que ordenara otro movimiento pero nunca lo hizo.

–Muy bien, si no vas a atacar yo lo haré ¡Pikachu, usa Atactrueno! –Le pedí, y de pronto una sonrisa se dibujó en el rostro de mi rival, quien solo le dijo a Sceptile que recibiera el ataque. Yo que me quedé extrañado con la decisión del entrenador hasta que de pronto comenzó a hablar.

–No debiste hacer eso, Ash –Me comentó. Yo solamente le pregunté el motivo de esa frase–. La habilidad de Mega Sceptile es Pararrayos, eso quiere decir los movimientos de tipo eléctrico no le causan daño y además aumentan su ataque en gran medida. Ahora, Mega Sceptile, usa Agilidad –De pronto, este pokémon comenzó a moverse de un lugar a otro a una velocidad extraordinaria.

–¡Agh! –Hice una mueca de disgusto al comprender que con esa rapidez sería difícil poder golpearlo. «¿Pararrayos? ¿Cómo es que no sabía que Mega Sceptile tenía esa habilidad? ¿Por qué es que nadie me lo comentó?», tuve que interrumpir mis pensamientos cuando escuché a Sawyer ordenar Hojas Navaja. Las hojas en los brazos de Mega Sceptile adquirieron un verde brillante y rápidamente se dirigió a mi Pikachu para atacar. Intenté decirle que esquivara pero ya era tarde, el ataque había dado directo en Pikachu, quien salió despedido por los aires hasta el lugar donde yo estaba. Le pregunté si podía continuar y él, con evidente esfuerzo, se levantó del suelo.

Ahora soy yo quien está apretando los dientes, sé que esto se puso difícil pero no me voy a dar por vencido–. De acuerdo, si no podemos utilizar ataques eléctricos, ¡usa Ataque Rápido, ahora! –ordené. Pikachu se dirigió lo más rápido posible hacia su rival, pero éste último lo esquivó con mucha facilidad.

–Terminemos con esto ¡Sceptile, usa Tormenta de Hojas! –De la cola de Sceptile salieron miles de hojas con gran rapidez que atraparon a Pikachu en una especie de tornado. Realmente el Atactrueno aumentó la fuerza de Sceptile. La Tormenta de Hojas siguió arrastrando a Pikachu hasta que lo golpeó con la pared del estadio. Segundos después, las hojas dejaron de aporrear a su víctima y éste cayó al suelo, no sin antes haber dejado un enorme hueco en la infraestructura del estadio. Le pedí a Pikachu que se levantara pero no respondió.

–¡Pikachu no puede continuar! La victoria es para Mega Sceptile, por lo que Sawyer pasa a la siguiente ronda –exclamó el árbitro y la mayor parte de los espectadores estalló en júbilo. Con la mirada baja fui a ver cómo se encontraba mi pokémon, éste solo emitió su sonido característico y cerró nuevamente los ojos. Lo tomé en mis brazos y me dirigí lo más rápido posible al Centro Pokémon.

–¡Pikachu, NOOO! –grité y rápidamente levanté mi espalda de donde estaba descansando. «¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?», me pregunto internamente. Noto que estoy sudoroso y respirando de forma agitada. Giro la cabeza para observar alrededor de mí y, aún con la poca luz que hay, puedo notar que me encuentro en una habitación de un Centro Pokémon–. ¡Fue un sueño! –digo con tono de alivio, pero también un poco preocupado, ya que reconozco que es el mismo sueño que me ha estado atormentando durante los últimos días.

Nuevamente vuelvo a mirar la habitación, recuerdo que el día anterior llegamos al Mega Centro Pokémon de la Liga Kalos, pues dicho torneo empezaría mañana. Observo a mis compañeros de viaje que están durmiendo en otras tres camas aparte, parece ser que no los he despertado con mi pesadilla. Sigo sentado en la cama tratando de olvidar ese sueño, pero es inútil, cada vez que duermo regresa a mi mente. Veo el reloj que se encuentra colgado en una de las paredes de la habitación, son las cinco de la mañana. Entonces, tratando de evitar otro mal sueño, decido ir a dar un paseo por los alrededores para así despejar un poco mi mente. Con tal de no despertar a Pikachu, quien estaba descansando a mi lado, salgo de la cama lentamente y me dirijo al baño para lavarme la cara y ponerme mi ropa habitual. Una vez listo, salgo del baño y segundos después, de la habitación.

Al salir del edificio siento más frío de lo habitual, debido a la ausencia del sol en el firmamento. Froto mis manos, una contra la otra, las meto en los bolsillos de mi pantalón y comienzo la caminata. Sigo pensando en la pesadilla que tuve hace poco ¿Será una premonición de lo que me sucederá esta vez? He pasado por muchas competiciones, atrapado muchos pokémon, he tenido varios rivales y adquirido mucha experiencia ¿Acaso todo esto no es suficiente para dar ese paso que necesito para alcanzar mi meta? Han pasado aproximadamente diez minutos desde que salí del Centro y acabo de llegar a la fuente que se ubica en el centro de todo este recinto donde se realiza la Liga Pokémon de Kalos. Alrededor de ella se encuentras algunas bancas, yo procedo a sentarme en una de ellas. De pronto, escuché un ruido entre los arbustos que estaban detrás de mí, giro la cabeza para ver qué o quién había generado dicho ruido pero no vi nada sospechoso, le resté importancia al asunto y me puse a contemplar la fuente.

De repente, vino a mí el recuerdo de la Liga Pokémon de la Meseta Añil allá en Kanto, recién era mi primera competición y, a pesar de ser todo un novato, pude derrotar cuatro adversarios de forma consecutiva y luego… luego tuve una batalla que jamás olvidaré, con mi amigo y rival Ritchie. Ese día perdí de la forma más estúpida que pueda haber, con solo recordarlo me da coraje. Nunca le perdonaré a Charizard el haberme hecho perder por su desobediencia, es decir, siempre fui buen entrenador con él y los demás pokémon ¿Qué motivos tenía para desobedecerme? Después de ese suceso sentí ganas de liberarlo, aunque lo cierto es que, después de mi viaje por las Islas Naranja, me ha sido de gran ayuda en otros campeonatos en los que he participado y por eso no puedo estar molesto con él.

Después de ese recuerdo vino otro no tan amargo como el anterior, pero que de igual manera me causaba tristeza, la Conferencia Plateada de la Liga Johto. En esa ocasión pude llegar a cuartos de final pero fui descalificado por Harrison y su Blaziken. Si tan solo hubiese conocido los pokémon que habitan en Hoenn antes de dicha batalla, probablemente la historia hubiese sido distinta, estuve tan cerca de vencerlo.

Ya estaba aburrido de estar ahí sentado así que decidí levantarme y seguir con la caminata matutina. Mientras me alejaba de la fuente, así como las dos anteriores, comencé a recordar mi participación en la Conferencia de Ciudad Siempre Grande, allá en Hoenn. Nuevamente terminé entre los ocho mejores. Aquí solamente recuerdo a Morrison y Tyson como mis únicos rivales, a pesar de que los conocí casi al final mi travesía por esta región. Ahora que lo pienso, si los hubiera conocido con anticipación, tal vez hubiera adquirido un mayor nivel, ya que, a pesar de que no me siento decepcionado de mi desempeño en esta liga, estoy seguro que pude haber llegado más lejos. Pero bueno, al menos me queda el consuelo que de fui vencido por el mismo entrenador que quedó campeón en ese momento.

Habían pasado cerca de diez minutos, durante todo el camino permanecí cabizbajo, por lo que levanto mi cabeza y me topo de frente con uno de los estadios de la liga. Con tantos pensamientos que he tenido el día hoy, no me di cuenta hacia donde me dirigía y terminé aquí. Veo su entrada a mi lado izquierdo y tomo la decisión de entrar. Al llegar a la puerta principal, advierto la presencia de un guarda de seguridad, a quien saludo e inmediatamente le pregunto si puedo ingresar al estadio, él niega con su cabeza, alegando que el ingreso está, momentáneamente, prohibido a los particulares. Yo le replico diciendo que sería un entrenador de los que estaría participando mañana en el torneo y saco mi pokédex de una de las bolsas traseras de mi pantalón para mostrarle que era cierto lo que estaba diciendo. Él, al darse cuenta de que no mentía, me dejó vía libre, aunque pude notar que no estaba contento con esa decisión.

El pasillo estaba iluminado por candelabros que se extendían por toda su longitud. Después de avanzar algunos metros, escuché al mismo guarda charlar con otra persona, pero no le tomé importancia y seguí adelante. Las paredes están decoradas tal como si pertenecieran a castillos de la realeza, aquí se encuentran armaduras medievales, mantas de tela con el escudo de la Kalos y algunas pinturas que retratan pokémon en plena batalla. No tengo la menor duda que la infraestructura de esta liga supera con facilidad a cualquiera de las que haya visitado anteriormente.

Mientras camino sin rumbo en medio del pasillo, me siento como un rey, muy similar a la vez en que participé en la Conferencia del Valle Lilly, en Sinnoh. En esa liga tuve una sensación parecida a la que siento justo ahora, cuando finalmente, después de tantos intentos, pude derrotar a mi más complicado rival, Paul. Después de esa exitosa batalla, como ya dije antes, me sentí como rey, sentía que tenía la copa en mi bolsillo. Pero sucedió algo que nunca imaginé que sucedería, apareció ese entrenador de Darkrai. Maldito Tobías, juro que cuando sacó a Latios me dieron ganas de abalanzarme sobre él y golpearle la cara. Debería estar prohibido utilizar pokémon legendarios y singulares en este tipo de competiciones. Pero me siento orgulloso de que fui el único entrenador en derrotar a su Darkrai, nadie más pudo repetir tal hazaña, ni siquiera el subcampeón. Sin Tobías de por medio, de seguro hubiera ganado ese trofeo.

He llegado al final del pasillo, ahora me encuentro frente a unas escaleras, decido subirlas y poco después observo que llegué a las graderías del estadio, las cuales se extienden por toda la circunferencia del campo de batalla, una gramilla que luce en perfectas condiciones. Camino un poco más y me apoyo sobre la barandilla que limita las graderías con la arena de batalla. El sol ya se asomaba con lentitud sobre el horizonte.

–Realmente he participado en muchos torneos –susurro y luego exhalo. Los recuerdos de mi última liga no se hacen esperar y, como si los llamase, comienzan a llegar a mi mente. Mi participación en la Conferencia Vertress de Unova, junto con la Liga Añil son las que más me avergüenzan y me causan tristeza. Con mucha suerte pude salir victorioso contra... ¿Steven? ¿Esteban? Sí, creo que se llamaba Esteban. Pero pequeños fragmentos de la batalla siguiente, contra Cameron, hacen que me enoje conmigo mismo. Me siento tan mal rememorando el hecho de que perdí contra alguien que solo llevaba consigo cinco pokémon, mientras que yo sí tenía el equipo completo–. ¿Hasta cuándo dejaré de ser un perdedor? –Me recrimino a mí mismo. ¿Ira? ¿Tristeza? ¿Frustración? Tengo un sinfín de emociones que atormentan mi cabeza.

Todo esto hace que caiga de rodillas, ahora mis manos se aferran a los barrotes de la barandilla e inclino mi cabeza. Siento como mis ojos se ponen acuosos. Una gota sale de mi ojo derecho y cae sobre la superficie de mi pantalón, que de inmediato la absorbe. Efectivamente, estoy llorando, pocas veces lo hago, pero ahora realmente necesito desahogarme. Cierro mis ojos y dejo que las lágrimas salgan en mayor cantidad y fluidez. Mi nariz comienza a hacer ese sonido típico que hace cuando uno llora, el sonido no es muy fuerte, pero sí lo suficientemente audible para alguien que estuviera cerca, en caso de que lo hubiera, pero en este momento, para mi fortuna, me encuentro solo.

–¿Ash? –Detrás de mí escucho como una voz pronuncia mi nombre, puedo reconocer perfectamente a quien pertenece dicha voz.


Muy bien. Así finaliza este capítulo, recuerden, el primero de tres.

Coméntenme ¿Qué les ha parecido esta inusual actitud de Ash? ¿Que decisión creen que lleve a cabo?

Esta es mi primera vez narrando una batalla, también primera vez en escribir en primera persona ¿Creen que lo hice bien? Si desean darme algún consejo o corrección con el estilo de narración, ortografía, no duden en hacérmelo saber, que lo aceptaré con mucho gusto.

Ya para finalizar ¿Qué reacción les causó el anuncio de Pokémon Sun/Moon? Estoy muy emocionado como jugador de Pokémon, pero a la vez, estoy asqueado de ver tanto negativismo con respecto a Ash y la Liga Kalos, quiero decir, al principio era un poco gracioso, pero ver tanta gente comentando en redes sociales una, otra y otra vez frases como "Ash perderá la liga y se irá a otra región" y similares, es cansado, a tal punto de resultar bastante irritante. Espero que ustedes, lectores, no sean de los que comentan eso.

El próximo capítulo se subirá dentro de una semana. Estén atentos ¡Nos vemos!