Hola a tod s. Escribí esto junto con una compañera: Karenperez310 (Puedes leer sus fics en Wattpad) Hasta el momento no sabemos con cuántos capítulos contará este fic pero esperamos que sean unos cuantos. Todo depende de si les gusta lo que leen y quieren que lo continuemos. Cabe mencionar que contendrá una escena "interesante", pero todo a su tiempo. Bueno, sin más que decir; esperamos que lo disfruten y nos hagan saber por medio de los comentarios si les gustó.

Los personajes no son de nuestra autoría, nosotras sólo los usamos para divertirnos.

"Let's Have Dinner"

Otro día aburrido comenzaba para Sherlock. No se había dado cuenta en qué momento se había quedado dormido en el sofá, lo único que lo despertó fue el sonido de la puerta del apartamento abriéndose.

- Por Dios, Sherlock, ¿qué haces aun durmiendo? – Preguntó la Sra. Hudson, dejando sobre la mesa una charola con 2 tazas y una tetera.

- ¿Qué hora es? – Preguntó Sherlock, irguiéndose en el sofá. - ¿Dónde está John?

- Son las 12:45 – Dijo, sirviendo el té en una de las tazas. – Sherlock, ¿Cuántas veces debo recordarte que John ya no vive aquí?

- Eso ya lo sé, Sra. Hudson. – Dijo, tomando la taza de té y dándole un sorbo. – Se lo pregunto porque sé que John estuvo aquí hace un rato. ¿A dónde se ha ido?

- Ha ido a comprar un par de cosas para que comas. – Dijo, acompañando aquellas palabras con una mirada de entera desaprobación. – De no ser por él, morirías de hambre, Sherlock.

- No me miré así, si no como es porque no me apetece hacerlo.

La Sra. Hudson no respondió nada, sólo se limitó a levantar un par de cosas que estaban en el suelo, las colocó sobre la mesa y se retiró, desapareciendo tras la puerta.

Sherlock odiaba que la Sra. Hudson lo regañase cada vez que se enteraba de que llevaba días sin comer, pero en el fondo agradecía que aquella amable mujer se preocupase por él. Tras terminar de beber su taza de té, decidió que tomar una ducha sería lo más adecuado para terminar con esa pereza que aún se albergaba en su cuerpo y que amenazaba con atarlo al sillón por el resto del día. Sin muchos ánimos y arrastrando los pies, se adentró al baño.

- ¿Sherlock? – Llamó John desde la cocina, dejando sobre la mesa las compras que había hecho para Sherlock.

Mientras esperaba alguna señal que le hiciera saber que Sherlock estaba ahí, comenzó a sacar las cosas que había comprado. Hasta ese día no tenía idea de qué es lo que a Sherlock le gustaba comer, así que sólo se dedicó a echar cosas al azar en el carrito de compras. Leche, ¿le gusta la leche?, se preguntó a sí mismo en voz baja, mientras sostenía el envase en sus manos.

- ¿Quién crees que se acababa la leche, John? – Dijo, ocasionando que John se sobresaltara.

- ¡Por Dios, Sherlock! – Exclamó, llevándose inconscientemente la mano al pecho. - ¿Podrías hacer algún ruido la próxima vez que decidas hablar repentinamente?

- No debiste comprar tantas cosas… - Dijo, haciendo caso omiso a la pregunta de John. – Sabes que no acostumbro comer mucho, varias de estas cosas probablemente se echen a perder.

John suspiró un poco fastidiado; aquellas respuestas por parte de Sherlock ya las había escuchado en varias ocasiones. Ignoró cada palabra que salía de la boca del pelinegro y continuó acomodando las cosas en la alacena y lo demás en el frigorífico.

Sherlock se molestó cuando notó que John lo ignoraba y optó por la opción de dirigirse a su sillón, antes de tomar asiento, tomó un periódico que reposaba sobre la mesita a su lado.

- ¿Pasó algo interesante ayer, cierto? – Preguntó John, reencontrándose con Sherlock en la sala de estar.

- ¿Qué te hace creer que pasó algo interesante ayer? – Replicó sin apartar su vista del periódico.

- Esta mañana llegué y estabas dormido en el sofá.

- ¿Y?, suelo dormir en el sofá.

- Eso lo sé, pero cuando lo haces, sueles dormir muy poco y estás despierto para cuando los primeros rayos de luz entran por la ventana.

- Sólo estaba cansado.

John supo que de aquella conversación no iba a sacar mucho, así que prefirió darla por terminada con esa última respuesta. Se puso de pie y se sentó en la silla frente al escritorio, abrió la computadora portátil de Sherlock y la encendió.

- ¿Por qué viniste? – Preguntó Sherlock.

- ¿Te molestó que lo hiciera?

- No, jamás me molestan tus escasas visitas. – Dijo, bajando el periódico y colocándolo nuevamente en la mesa. – Nunca me visitas los martes.

John exhaló completamente aliviado, por un momento creyó que sus visitas comenzaban a molestar a Sherlock.

- Mary me mandó. - Declaró. – Quiere que te consiga un caso, o que por lo menos te mantenga entretenido en algo.

- John… - Dijo, poniéndose de pie y caminando hasta donde se encontraba el rubio. – Mary no te mandó. De hecho, no has hablado con ella desde ayer.

- Está bien. Vine porque quería pasar un poco de tiempo contigo.

Sherlock no pudo evitar sonreír al escuchar eso. En verdad se alegraba de que John estuviese ahí para no pasar otra tarde hablando con el cráneo que reposaba sobre la chimenea.

- Sherlock… creo que algo anda mal con tu computadora.

Sherlock se acercó a su lado y observó la pantalla, en ella se podía observar cómo una silueta se dejaba ver tras un puñado de líneas que impedían que la imagen fuese del todo clara.

- No se trata de ningún fallo, John. – Dijo con cierto tono de disgusto en su voz.

- ¡Hola, Sherlock! – Saludó la persona tras la pantalla. - ¿Me extrañaste?

- La verdad no. - Respondió Sherlock - ¿Cómo es posible que estés vivo?

- Todo a su tiempo… - Dijo Moriarty en tono presumido. – Sherlock, hagamos un trato.

- Nosotros no tratamos con terroristas. – Replicó John

- Tú no, pero Sherlock si, ¿no es cierto? – Preguntó cruzándose de brazos

- ¿Qué quieres? – Preguntó Sherlock después de un rato

- Yo te diré mi secreto a cambio de que tú tengas 3 citas con 3 mujeres, pero tendrás sexo con una. Puede ser Molly Hooper, Irene Adler y Jannine. Te diré como sobreviví y como incitativo extra, no matare a tus pocos seres queridos: Mary, John, La Sra. Hudson, Lestrade…

- Eso es ridículo. – Dijo John riendo - ¿Tú para que quieres que haga eso?

- Necesitaba un desafío en donde Sherlock no tenga conocimientos ni practica y como él es virgen…

- No lo hare – Sentenció Sherlock.

- Entonces verás a tus amigos morir. Tienes hasta mañana, a las 9.

En ese momento la pantalla quedó con estática y se apagó.

- Esto es completamente ridículo, él no puede… - Replicó John enojado, moviendo sus brazos bruscamente

Pero Sherlock no le puso atención y se sumergió en su palacio mental, pero ni siquiera funcionaba. Lo único que quería era salir a caminar y poder pensar mejor lo que estaba a punto de hacer.

- ¿Sherlock?, ¿me estas escuchando? – Preguntó John cuando Sherlock se puso la bufanda y caminó hacia la puerta.

Sherlock se fue sin siquiera decir a dónde iría.

Continuará…

*Gracias a Karen por compartir y escribir parte de esta idea*